Una charla para ETERDigital con el prestigioso y reconocido periodista deportivo de ESPN, entre otros medios, repasa su carrera y brinda consejos para los que estamos empezando.
¿Cuándo te decidiste a estudiar periodismo deportivo?
Desde que tengo noción de lo que pensaba cuando me preguntaban: ¿qué vas a hacer cuando seas grande?, siempre dije que iba a ser periodista deportivo. Yo creo que era una combinación de lo que había absorbido en mi casa, especialmente con mi tío, que era muy fanático del deporte en general y de escuchar radio, leer diarios, mirar televisión, o sea un gran seguidor del deporte. Así que, en aquel momento, pensá que era a comienzos de la década del ochenta, cuando terminé el secundario, había solo una escuela de periodismo deportivo el Círculo de Periodistas Deportivos. No quedaba tan lejos de mi casa. Yo vivía en Caballito y esto era en el centro en la zona del Congreso. Tenía que tomarme el subte A e ir caminando con mi compañero de primaria y secundaria, Pablo Silva que ahora sobresalió por haber impulsado el aerosol que tanto ha cambiado el mundo del fútbol. Se presentaban trescientos, cuatrocientos alumnos por año y entraban alrededor de cuarenta. Yo tengo pasión por el periodismo primero, después llevé ese periodismo a esto de relatar que siempre me gustó.
¿Te costó conseguir trabajo? ¿Cómo fue esa búsqueda?
Rápidamente me inserté en el medio. Ya estando en segundo año surgió la chance de ir a cubrir rugby porque en el círculo estaban estudiando Daniel Jacobovich y Daniel Arcucci. Yo no entendía mucho del deporte. Pero, sí tenía amigos que habían jugado, me informé y empecé a cubrir rugby. Entré en Tiempo Argentino y de ahí derivé al fútbol, también yendo escalón por escalón, con otro gran grupo de periodistas de los cuales aprendí un montonazo. Entre los hechos fortuitos que he tenido en cuanto a la gente, la calidad de gente y la calidad de profesionales que me encontré, ese grupo de periodistas de Tiempo Argentino era excelente.
En cuanto a la camada de periodistas deportivos de hoy en día, ¿vos crees que tienen más o menos posibilidades?
Hoy yo creo que los chicos que estudian tienen más maneras de expresarse. Lo que siempre digo es que hoy hay que conseguir que esas maneras de expresarse que te ofrecen, por ejemplo, las redes sociales o diferentes caminos que podés tomar, también se conviertan en una fuente laboral, de vida y que puedan vivir de eso. En aquel momento, era mucho más concreto, el tema en cuanto a la fuente laboral, sabías que en ciertos medios ya entrabas y una vez conseguido ese objetivo, podía pasar a ser tu fuente de ingresos.
A la hora de transmitir un partido, ¿con cuál de todos tus compañeros te sentís o te sentiste más cómodo hasta el día de hoy? ¿Qué datos tenés en cuenta a la hora de relatar? Contale a una persona que nunca estuvo dentro de una cabina: ¿cómo son? ¿Qué instrumentos tienen?, ¿Qué tenés enfrente?
Una cabina es un televisor, varía la cantidad de pulgadas que tiene. A mí me gusta algo no muy grande por una cuestión de definición, pero me ajusto a lo que encuentro en la empresa o en las empresas en las cuales he trabajado; una consola y unos auriculares para estar en contacto con el productor que está en un control y ellos son los que ponen el partido al aire. Es como sentarse y mirar el partido desde tu casa. Lo hemos hecho en la pandemia, pensé que me iba a costar un poco más adaptarme, pero era con una computadora, los auriculares, una pequeña consolita, otra sofisticación, pero en definitiva la esencia era la misma. En cuanto a la comodidad, con mis compañeros no es que no quiera decirte uno en particular, pero uno de mis objetivos, a partir de mis experiencias en el colegio y en el terciario es esto de buscar la armonía. Soy de las personas que ante todo le gusta estar en armonía con quien trabaje, sentirme bien y sentir que puedo ayudar. La transmisión la hacemos entre dos, tres o cuatro. Me he llevado muy bien con mis compañeros ni hablar de Quique Wolff, con quien he trabajado años.
De todos los partidos que relataste, ya sea fútbol, rugby o cualquier otro deporte, ¿hubo alguno en especial que te haya quedado en la memoria? ¿Por qué?
En cuanto al juego, no tengo un partido en especial en la memoria. Sí, situaciones que he atravesado en el relato de partidos. Por ejemplo, haber compartido la transmisión en el mundial del 98 que comentaba Juan Pablo Varsky, estaba Ángel Cappa de analista y vino Diego Maradona, se sentó con Juan Pablo y conmigo a comentar el partido. Eso lo hace un hecho inolvidable en mi carrera, ¿no? En Río de Janeiro, en los JJOO de básquet, con la generación dorada que marcó el final de la carrera de Manu Ginobili. Trato de no pensar demasiado en lo que relaté anteriormente, sino enfocarme en lo que viene. Por ejemplo, de joven me tocó relatar un partido con Menotti y Valdano de comentaristas, dos pesos pesados.
¿Cuál fue el lugar más lejano al que has tenido que ir para cubrir un evento? ¿cuál fue ese evento?
Bueno, me tocó muchas veces ir a cubrir el Abierto de Australia, que son las antípodas realmente. También, el haber ido dos veces a Japón por mundiales. Fue una vez al mundial de Japón Corea y otra al mundial de básquet en el 2006. Además, en Corea compartí el regreso de Maradona a Boca, estuve 12 días y vi su preparación. Me llevo recuerdos imborrables de esos lugares tan lejanos.
¿Cuál consideras que fue hasta el día de hoy tu mayor logro, ya sea a nivel profesional o personal?
Creo que el mayor logro es haber conseguido vivir del periodismo. Si bien obviamente disfruté de cada lugar que fui y no tenía ningún sueño en especial, yo sabía que si trabajaba bien iba a tener más posibilidades de ir a buenos lugares. Hoy mi conocimiento es más amplio que el de ayer porque hoy hay más información. Trato de estar como si fuera mi primera transmisión en cuanto a atención, expectativa y sentir esa pasión que sigo sintiendo.
Miguel Simon con Roger Federer. Australian Open 2013.
¿Si tuvieses la oportunidad de volver a elegir esta carrera, lo harías?
Por supuesto que sí y lo que digo siempre a cada uno que encara una carrera sea esta o cualquier otra, no hay contraindicaciones. Hay que seguirla. Más allá que el camino sea más estrecho, más amplio o más complicado. Creo que donde hay más chances de poder hacer que la pasión sea también una forma de vivir, una fuente laboral. Siempre hablo de la triple P, que es esa pasión, preparación y paciencia para esperar que se abra la puerta y que uno pueda desarrollar todo lo que fue consiguiendo. Porque todo lo que uno vive en esta profesión, tarde o temprano en otro momento de tu carrera te va a servir.
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