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“Nunca pensé que iba a estar en los juegos olímpicos”


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A menos de un mes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el pugilista de la Selección argentina de boxeo, Francisco “Bebu” Verón, nos cuenta su historia y cómo se prepara para su primera participación olímpica.


El boxeo está presente en los Juegos Olímpicos desde San Luis 1904, y estuvo excepto en Estocolmo 1912. En Tokio, los hombres competirán en 8 categorías, desde Mosca hasta Peso Superpesado. Entre esas categorías se encuentra la de Peso Mediano, en donde Francisco ‘Bebu’ Verón se quita los guantes, relaja sus puños y le da la mano a la esperanza del boxeo olímpico argentino.

En el prólogo de su historia boxística, Verón lo practicaba como un hobbie, meramente por placer, durante su tiempo libre. Empezó boxeo desde muy pequeño, guanteaba con sus hermanos, en la calle. No entrenaba, era su entretenimiento. A los 14 años se produjo un cambio rotundo en su vida deportiva, empezó a entrenar de manera constante. Su primer gimnasio fue el CeMEF (Centro Municipal de Educación Física) a 15 cuadras de su casa, localidad de José León Suárez, en el extremo norte del partido de San Martín. A los 3 meses ya estaba peleando. Tenía una noción de lo que era el boxeo, la sangre de sus venas usaba guantes.

Es boxeador casi que por naturaleza o por herencia familiar. En su casa son nueve hermanos, cuatro de ellos boxeadores. Su abuelo era boxeador y su papá también, quien -tras un accidente- tuvo que alejarse del ring a los 22 años. Es un aspecto que le sirve mucho, tiene la posibilidad de conversar con ellos sobre los entrenamientos, las peleas y sus próximos rivales.

Debutó profesionalmente en el cuadrilátero el 13 de noviembre de 2020, cuando le ganó por knockout técnico en 2 rounds a Lucas Rubiola. Viene de obtener la medalla de oro en el torneo internacional Bosphorus Boxing de Estambul, tras vencer al medallista olímpico azerbaiyano Karman Sahsuvarli. Sin embargo, hoy en día su foco hace luz sobre otra competencia; se prepara para los Juegos Olímpicos. Se le presentó la propuesta de estar en la Selección argentina de boxeo y supo ganarse un sólido lugar. «Una vez que gané mi lugar dije: “Tengo que ir a las olimpiadas”. Ni bien entré a la Selección apunté a eso».

En Tokio pretende enfrentarse con los mejores, pero prioriza que le toque un buen sorteo para las peleas. Está ansioso, con la ilusión de un deportista que se preparó desde hace años. «Ya quiero estar ahí, en la presentación, en lo que se siente estar con todos los atletas de alto rendimiento. Me gustaría compartir con ellos. Es algo hermoso», se sinceró el suarense.

Los entrenamientos están siendo muy duros, exigentes. Hace dos turnos por día, seis veces a la semana; los domingos descansa. Son dos horas de físico a la mañana y dos horas de boxeo a la tarde. Los rivales están estudiados. Hay dos planes: «Una vez que subí al ring, si no me funciona el Plan A, directamente tengo que pensar en cuál va a ser el Plan B. Las peleas son cortas y hay que pensar rápido», indicó Verón. El gimnasio se convierte en un aula, en donde el coach es el profesor. Le muestra videos de YouTube y juntos realizan una especie de análisis FODA de los contrincantes, allí determinan cuáles son sus debilidades y cuáles son sus fortalezas.

Sus puños se vuelven rocas envueltas en guantes que funcionan como un acolchado de nubes. Las nubes -por cierto- las verá el rival, si un derechazo cruzado suyo establece una conexión llena -como luna- con su rostro. Siempre está enfocado en llegar al máximo, en este caso la medalla dorada. «Que me toque cualquiera, voy a ir y no se la voy a hacer fácil a ninguno. Puede que me ganen, puede que yo gane, pero no se la voy a hacer fácil a ninguno», concluyó, con un aura de humildad e ímpetu, el esperanzado Francisco Verón.


Francisco Verón se prepara para Tokio

El joven boxeador de 22 años nacido en San Martín, Buenos Aires, forma parte de Chino Maidana Promotions, la empresa del excampeón mundial, y representará a la Argentina en los próximos Juegos Olímpicos.

Bebu, como le dicen sus amigos, viene de obtener la medalla de oro en el Torneo Internacional de boxeo disputado en Turquía en marzo, tras vencer al medallista olímpico Karman Sahsuvarli. El boxeador argentino se clasificó a Tokio por haber conseguido la tercera posición en el ranking continental en su categoría de peso mediano (69 a 75 kg).

Mientras se entrena para la gran cita Olímpica, dialogo en exclusiva con Eter Media Lab y en relación a la preparación expresó: “Nosotros ahora nos estamos preparando con dos horas de físico a la mañana y dos horas de boxeo”. A su vez, detalló que la parte física se trata de levantar pesas, correr y circuitos aeróbicos, mientras que en la parte de boxeo realiza manoplas, guanteos, entre otras cosas.

Además del deporte, Francisco contó que también debe trabajar. Hace las veces de chofer de remis, atiende el almacén de su madre y otras labores temporales que vayan surgiendo. Aun así, esto no impide el entrenamiento y entre carcajadas reconoció: “Terminamos la semana hechos mierda”.

Este espíritu amateur es el que sin dudas diferencia a los Juegos Olímpicos de otras competiciones. “Estaría bueno vivir solo del boxeo, pero bueno, tiempo al tiempo”, expresó Verón. También, contó estar estudiando en la universidad el profesorado de educación física para el día de mañana ser profesor.

En cuanto a sus metas inmediatas, si bien su objetivo principal es conseguir la medalla dorada, el Púgil desea disfrutar cada momento en la competencia mundial y todo lo que eso conlleva. A su vez, admitió que no desea cruzarse con ningún deportista en particular.

Francisco Verón debutará en Japón el próximo 23 de Julio y más allá del resultado deportivo, dejará en base a su esfuerzo y perseverancia, en lo más alto posible la bandera argentina. Del almacén del barrio a un ring en Tokio, Bebu saltará sin escalas y tendrá todo un país atrás suyo apoyándolo.


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