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Paolo Quinteros, basquetbolista: “La medalla de bronce de Beijing no tiene precio”


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Paolo Quinteros es uno de los estandartes del básquetbol argentino, con una carrera exquisita.


La línea de puntos del jugador nacido en la bella Colón (Entre Ríos), quien logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos 2008 para la Selección, es la siguiente: La Unión de Colón, Estudiantes de Olavarría, Trouville de Uruguay, Boca, Baloncesto León y Zaragoza (ambos de España), y Regatas de Corrientes.

En un mano a mano imperdible, el actual jugador de Regatas de Corrientes, habló sobre sus inicios en el deporte, su salto a Europa, su exitoso paso por la Selección y la Generación Dorada. Además, reveló el secreto para mantenerse vigente a un alto nivel a sus 43 años.  

– Paolo, cuando arrancaste en el básquet, ¿te imaginabas lograr todo lo que lograste?

– La verdad que todo fue soñado. Muchas cosas eran inimaginables. A medida que el tiempo iba pasando me daba cuenta que estaba muy cerquita de vivir esas experiencias que había soñado desde muy chico. Que se hayan cumplido es un premio al esfuerzo y dedicación. Esas son las claves que me permitieron llegar.

– ¿Estar de muy joven en un equipo importante como aquel Estudiantes de Olavarría y teniendo a la Oveja Hernández de técnico, impulsó tu carrera para lo que fue después?

– Sin dudas que fue un paso muy importante en mi carrera deportiva. Teníamos un plantel muy rico, completo por donde lo miraras; con jugadores inteligentes, tiradores, fuertes y la cabeza que manejaba ese grupo, como lo fue el Oveja, hizo que logremos cosas importantes. Ganamos la Liga Nacional, el Panamericano de Clubes y la Liga Sudamericana. Impresionante.

– ¿En qué aspectos sentiste esas mejorías o esa maduración?

– Creo que me sirvió mucho para tomar decisiones dentro de la cancha. A veces es bueno equivocarse para poder corregir esos detalles y compartir plantel con semejantes figuras, que me presionaban todo el tiempo para dar lo mejor de mí, me hizo dar un gran paso tanto en lo técnico como en lo mental.

– ¿Te costó el salto a Europa?

– No sé si se me costó, sí sabía que era una experiencia totalmente distinta, que tenía que adaptarme en todo sentido, estudiar el juego y ver qué aspectos tenía que mejorar o darle mayor importancia para mantenerme en ese nivel.

– ¿Qué diferencias hay entre el básquet europeo y el de nuestra Liga Nacional?

– Es un básquet mucho más físico, con mucha dinámica. Eso no te permite relajarte por la calidad de jugadores que hay. El sistema y funcionamiento de la competencia te mantiene a tope constantemente.

– ¿En qué tuviste que enfocarte para poder mantener ese gran nivel en España?

– Obviamente que lo técnico tiene mucho que ver, pero dar ese paso en lo mental, creer que podía competir de igual a igual ante cualquiera y confiar en que podía jugar en Europa, fue fundamental para poder estar varios años a un gran nivel. Desde lo físico también prioricé el cuidado en cuanto a la alimentación y los trabajos extras, que son el verdadero secreto de todo deportista.

– ¿La Selección Argentina te llegó en el momento pico de tu carrera?

No sé si fue el momento pico, pero estaba jugando a un gran nivel, con grandísimos partidos. En realidad, ahora que lo pienso, creo que sí, llegó en el momento justo y traté de mantenerme en todas las convocatorias posibles.

– ¿Qué sentís al saber que sos parte de una generación que ganó todo y es la más importante de nuestro básquet?

– Es algo hermoso que voy a guardar conmigo toda la vida. Como dije antes, era una de las cosas que cuando arranqué no imaginaba o lo veía como algo lejano. Hoy miro para atrás y agradezco haber hecho esos sacrificios o haber dejado muchas cosas de lado por un sueño. Para mí es una emoción muy grande.

– Si tuvieras que destacar un momento de tu carrera, el más importante, ¿cuál elegís y por qué?

– Los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, sin dudas, que fue lo más importante que me tocó vivir. Una experiencia única, no tiene comparación, la competencia fue increíble y haberlo coronado con la medalla de bronce no tiene precio.  

– A tus 43 años, jugando al máximo nivel en la Liga Nacional, ¿los esfuerzos físicos, a nivel alimentación, cuidados…, son el doble de cuando eras más joven?

– Sí, claramente. El físico no es el mismo que cuando tenía 20 años, entonces hay que priorizar muchas cosas, como por ejemplo la alimentación. Antes, un permitido no hacía nada porque a esa edad volabas en la cancha y no lo sentías. Ahora que estoy más grande, entiendo que es necesario ser estricto en ciertos aspectos, como también el descanso y el trabajo de pesas.

– ¿Qué detalles son fundamentales para mantener esa vigencia?

– Fundamental, esos tres aspectos que nombré: alimentación, pesas y descanso. Saber qué comer, qué trabajos hacer y descansar lo suficiente son tres factores que yo priorizo a la hora seguir compitiendo.

– ¿Cuál fue el mejor plantel en el que estuviste?

– Si te digo uno solo no estaría siendo justo con los demás. Tuve la suerte de poder estar en planteles increíbles como los de Estudiantes de Olavarría, Boca y Regatas Corrientes; más allá de la Selección, claro.

– A nivel compañeros de equipo, ¿quién te marcó como jugador?

– Tuve una gran relación con el extranjero Byron Wilson. Competíamos todo el tiempo ya sea en uno contra uno, como en torneos de triples. El me enseñó y yo aprendí muchísimo de él en muchos aspectos del juego. Haber compartido equipo con él fue muy gratificante para mi carrera.

– Volviendo a la Selección y a los Juegos Olímpicos, ¿cómo se prepara un jugador, en este caso para enfrentar a la selección de los Estados Unidos con sus estrellas NBA?

– Hay que estar preparado en todo sentido, pero fundamentalmente en la convicción de que a ese equipo le podés ganar. Si bien, ellos son de otro mundo, estrellas del mejor básquet como es la NBA, en ese momento Kobe Bryant, Lebrón James, Carmelo Anthony… mirabas a esos monstruos y pensabas “puf, ¿cómo hacemos para competirles a estos tipos”. Pero nosotros teníamos a Manu Ginóbili, a Luis Scola, al Chapu Nocioni…, jugadores que en 2004 ya le habían ganado y con un espíritu ganador increíble.

– ¿Cómo definirías a Paolo Quinteros?

– Como un tipo competitivo, que buscó toda su vida ser la mejor versión suya en cualquier aspecto personal y que quiere ir por más siempre, sin conformarse.


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