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PARQUE VUELVE A SUS ORÍGENES

Un club con historia, con semillero de jugadores importantísimos como: Riquelme, Cambiasso, Redondo y muchos mas. Un cierre para mejorar la cancha que duro mas de lo previsto y un convenio con boca que no fue lo soñado. Así es la historia de Parque.
Por Emiliano Zontella (@emizontella11), Maximiliano Pereira (@maxipereira22), Lucas Martínez de Marco (@LucasMDeMarco), Antonella Toffoletto (@AntoToffoletto) y Marcelo Conde (@Chelooconde).
Para muchos, el club de barrio no existe más. Esa esencia de trabajar por placer, de entrenar a los chicos sólo por mejorar el futuro de ellos parecería estar perdida. Antes, los entrenadores volvían de sus oficinas, del consultorio o de manejar un taxi para llegar de noche al club de sus amores y darles una mano sin dinero a cambio. Hoy, en el mundo capitalista que se vive, todos buscan el beneficio económico propio sin importar otra cosa. Pero la realidad es que los clubes de barrios todavía existen, por más que esa esencia se haya perdido.in dudas, el fútbol es uno de los deportes más populares en Argentina. Los hinchas hacen locuras por sus equipos: cantan los 90 minutos que dura un partido, cumplen promesas con tal de ganar un campeonato, o a su clásico rival. También se tatúan en la piel el escudo, banderas, incluso fechas recordadas de sus clubes, o los nombres de sus ídolos. El ídolo es ese jugador que, por alguna razón, está muy identificado con la institución. La mayoría de los hinchas del mismo equipo le rinden cultos y esperan de ellos un mundial, una copa ganada, un torneo o simplemente que vayan a trabar en una jugada dividida, con más ganas que sus otros compañeros, cuando el partido lo pide. La gran parte de esos “cracks”, apodados así por sus fanáticos, salieron de una escuelita de fútbol, o un de un club de barrio.
Uno de los grandes semilleros de estos fenómenos es el Club Social y Deportivo Parque. La institución ubicada en la calle Marcos Sastre al 3200, entre Campana y Cuenca justo enfrente de la Plaza Aristóbulo del Valle, es cuna de grandes jugadores. De allí salieron varios ídolos, quienes muchos de ellos llegaron a jugar en la Selección Argentina. Fernando Redondo (ganador de las Champions League 1998, 2000 y 2002/2003), por ejemplo, salió del club y llegó a jugar en el Real Madrid y el Milán. Juan Pablo Sorín (ganador de la Copa Libertadores 1996 con River) jugó dos mundiales con la camiseta albiceleste (Corea-Japón 2002 y Alemania 2006). El actual mediocampista de Boca Fernando Gago (ganador de la Copa Sudamericana 2005) también salió de Parque, al igual que uno de los máximos referentes xeneizes, Juan Román Riquelme, quien obtuvo tres Copas Libertadores (2000, 2001 y 2007). Diego Cagna, Nicolás Cambiasso y Federico Insúa son otros de los tantos nombres.
El gran semillero no está teniendo una de sus mejores décadas, pero todo parece encaminarse. Las obras crecen y parece que a principios del año que viene vuelven a entrenar en el club.
En el 2010, con el ex presidente Armando Malich decidieron empezar un proyecto de reconstrucción del edificio. La idea principal era construir un subsuelo con 42 cocheras (Hoy en día esto no se va a hacer porque la excavación lleva muchísimo tiempo y ya está todo muy retrasado); una planta baja con el buffet, un gimnasio, locales y dos canchas; y en un primer piso, cinco, una de ellas de futsal. Pero todo esto se complicó por una mala gestión, según dice el actual presidente, Alejandro Hermidas. Boca y Parque tenían un trato desde finales de los 90, con Mauricio Macri. La administración azul y amarilla le efectuaba un pago mensual y el 5% de la venta de los niños surgido en el club. A cambio, los jugadores que tenían futuro, iban a las inferiores del Xeneize. Cuando Daniel Angelici, presidente actual de Boca, llegó al mando, rompió este trato y Parque se vino abajo. No podía bancar económicamente el proyecto con este hecho. La obra estuvo parada más de cuatro años, la inflación seguía subiendo y cada vez era más complicado revertir la situación. “No creo que lo hayan hecho con malicia. Yo pienso que nadie le quiere robar a su propio club, pero pienso que hubo mucha ignorancia en el manejo económico de la institución”, opinó Hermidas. La administración tenía una cuenta bancaria en la que estaba todo el dinero que llegaba de Boca, cuotas sociales y los aranceles deportivos. Esa plata, luego del 2011 egresaba más de lo que ingresaba. Así, se generó un déficit porque si el club no invertía o no gastaba, hubiese tenido que pagar ganancias (“El Verde” está exento de ellas). Recién en octubre del año pasado volvió a marchar la remodelación. “Si hubiésemos cobrado lo que nos correspondía del pase de Nicolás Gaitán (ex jugador de boca), las obras no hubiesen demorado tanto. Con el de Fernando Gago lo cobramos y pensamos que con el del jugador del Benfica de Portugal también lo íbamos a hacer”, se lamentaba el vicepresidente del club de Villa del Parque, Gustavo Cerdán.
El proyecto volvió a marchar gracias a un ex jugador. César “El Leche” La Paglia volvió de la manera que la institución más lo necesitaba. El mediocampista debutó en Argentinos Juniors pero al poco tiempo fue vendido a Boca. Allí ganó la Copa Libertadores del 2000, además de tres Torneos Apertura (1998, 2000 y 2003) y un Torneo Clausura (1999). También pasó por Talleres de Córdoba, el Tenerife de España e Independiente de Medellín, entre otros. En 2011 se retiró del fútbol en San Martín de Tucumán. El año pasado, “El Leche” acercó a Parque una gerenciadora privada que se encargó de poner el dinero para terminar las obras. La gente del club, al principio no estaba muy contenta por el hecho de que la construcción seguía parada por problemas de planos, y no le tenían fe. Pero ahora, que ya hay una fecha estimada de finalización, lo ven de otra forma. “Por suerte los nenes van a poder volver a jugar acá, y van dejar de entrenar en otros lados”, dice Claudio Politi, padre de un nene del baby. Un gran acierto de esta dirigencia, según César, es no haber parado con las actividades ni un momento. Si no hubiese sido así, sería más difícil salir adelante. También, el ex jugador de Boca se encarga día a día, junto a un grupo de conocedores, de financiar el déficit.
“El Verde” tiene tres actividades de fútbol (escuelita, baby y fútbol sala) además del cestoball o pelota al cesto. Este es un deporte de origen argentino orientado a las mujeres. Consiste en el enfrentamiento de dos equipos de doce jugadoras, cuyo objetivo es obtener una pelota con arena en su interior y sin capacidad para rebotar, para embocarla por medio de pases y lanzamientos en un cesto custodiado por el equipo contrario y ubicado encima de un poste, cada uno en un extremo del campo de juego. Todas estas actividades siguieron funcionando de la mejor manera. Al principio alquilaron el Club Amanecer, en Flores. Luego se fueron a Pacífico (Santo Tomé 2851). Llegaron allí gracias a que tenían dirigentes amigos y era una comodidad ya que estaba cerca de Parque. Después de más de tres años, desde el otro club decidieron no alquilarles más sus instalaciones. En ese momento se fueron a donde están actualmente, el complejo Pipa Gancedo, en Nogoya 5014, Devoto.
Un proyecto que tiene la dirigencia, una vez que vuelvan al barrio, es insertar el fútbol femenino. Cada vez son más las chicas que opinan, debaten y juegan al fútbol. El presidente ve como una buena inversión darles, desde pequeñas, la chance de de practicar fútbol como cualquier varón la tiene.
El clima y los ánimos en estos años no fueron de los mejores. La gente que trabaja en la institución lo toma de distintas maneras. Algunos se movieron para tratar de conseguir empresas que apoyen económicamente al club, y otros “se quejaron todo el tiempo pero no hacían nada para progresar”, contó Alejandro. Lo cierto es que a partir de que la obra volvió a su rumbo, la cosa se calmó y de a poco Parque va a volver a ser lo que era antes.
Ser el Club Social y Deportivo Parque no es nada fácil. Si bien está inscripto en el plan de clubes de barrios desde que arrancó, nunca recibió ningún tipo de ayuda económica. Pocos fueron los jugadores, como La Paglia, que se acordaron de sus inicios y ayudaron a salir de este mal monto. “Hay cracks que salieron de acá que no nos atendían el teléfono”, se expresaba triste el vicepresidente. Si bien es un club de barrio, es tan conocido por la cantidad de jugadores que triunfaron en sus carreras profesionales que esto les trajo sus consecuencias. La AFIP, en estos casi cinco años fue cinco veces a inspeccionar el lugar. Les exigió tener a todos los empleados en blanco, pedía revisar los planos una vez por año, mientras que a otros clubes de barrio no los inspeccionan hace tres años. Tampoco recibieron ninguna ayuda económica estatal ni municipal. El presidente admite que estas consecuencias no son sólo administrativas. Sino que también, a la hora de jugar los partidos, los demás equipos “se motivan más” por el nombre del rival.
El amor y el esfuerzo que lleva este proyecto, llevarán a Alejandro Hermidas, hoy con 56 años, a dar un paso al costado cuando las obras terminen. Su objetivo es volver a ver funcionar a Parque como antes, y una vez que esto suceda, él va a decidir renunciar. “Cuando yo llegué al club con 10 años, estaba José Batista (papá del “Checho”) y Ramón Maddoni. Ellos trabajaban gratis por nosotros y nos transmitían valores importantísimos”. Ambos llegaron a la institución a principios de los 70 y fueron parte del crecimiento y descubrimiento de muchos jugadores actuales. El papá de Sergio, hoy fallecido, era un entrenador y gran descubridor cuando el club recién arrancaba. Ramón Maddoni trabaja hoy en día en las inferiores de Boca y le confesó al “Diario Popular” que él se da cuenta a los seis años del jugador, si va a ser un distinto. Una de sus grandes frases fue: “Lo que se aprende en una escuelita, no se olvida más. Y lo que no se aprende de chiquito, difícilmente se pueda aprender después”.
Con tantas idas y vueltas, el presidente pensó que el club podía llegar a desaparecer. A pesar de esto, jamás bajó los brazos y no permitió que eso suceda. El apoyo de los padres de los nenes fue importante, quienes siguieron llevándolos a otros lugares como Pacífico y el Complejo Pipa Gancedo. A pesar de las protestas lógicas, siguieron creyendo en el club como lo hicieron los dirigentes y César La Paglia. Hoy se puede decir que el Club Social y Deportivo Parque vuelve el año que viene a su lugar de origen.
ORÍGENES DE PURO FÚTBOL
Seguramente lo único que queda en la mente de la gente es esa jugada inolvidable o ese terrible zapatazo al ángulo. Pero en el fútbol actual las cosas se forman desde abajo y apostar al semillero es clave. Encontrar o formar futuros cracks es un tesoro invalorable. Y en la materia hay un precursor. Un profesional que bien puede encerrar varios calificativos. Maestro, entrenador, descubridor de talentos, sembrador, docente. Todo eso es Ramón Maddoni.una de cracks. Así es como se denomina a este pedazo de historia que tiene el fútbol argentino. El Club Social y Deportivo Parque no fueron solo un club de barrio, un lugar de encuentros, eventos, fiestas, o pasatiempos familiares. Llegó a ser una verdadera fábrica productora de jugadores que alimentaron a nuestra Selección durante décadas.
Si bien Maddoni no estuvo desde la fundación del club, allá por 1949, su llegada veinte años más tarde no tardaría en dejar una huella. Con el apoyo de José Batista, padre del campeón del mundo, comenzó a formar jugadores de interesantes recursos. A partir de la categoría ’86, se empezaron a ver los verdaderos resultados del trabajo que realizaban. Hasta el momento los chicos que salían, habían sido como injertos que se fueron sumando en distintas categorías. El trabajo integral se vio más adelante. Esto se debía a que el proceso de formación de un futbolista nunca fue fácil ni rápido. Según Maddoni, a los 5 años es el momento ideal para que los chicos comiencen con la escuelita y los fundamentos.
“Yo arranque a los seis años a jugar en Parque. Formaba parte de un club de barrio llamado Club Añasco. Un día, nos tocó disputar un amistoso contra ellos y ahí fue cuando conocí a Ramón Maddoni. Apenas terminó el partido, se acercó a mi viejo y le preguntó si teníamos idea de lo que representaba la familia de Parque. A la siguiente semana me invitó a entrenar y desde ese día que nunca abandoné la institución. Las cosas que me enseñó Ramón las recuerdo hoy todavía. Un verdadero entrenador”, contó César La Paglia
Gracias a su enorme talento, Maddoni se convirtió en una marca registrada y reconocida especialmente en el fútbol infantil. Pudo ser millonario además de famoso, pero a pesar de ser tentado desde distintos e importantes lugares del mundo prefirió quedarse a pelearla en su país. En 1996, con la llegada de Mauricio Macri y Gregorio Zidar al poder de Boca Juniors, se le presenta el proyecto de llevar a “los pibes que pintaban” hacia el club de la ribera. Maddoni, convencido de que sería un proceso a largo plazo, acepta, y allí comienza un camino de formación de extraordinarios jugadores como Juan Román Riquelme, Fabricio Coloccini, César La Paglia, Carlos Tévez, Fernando Gago, Mauro Boselli, Lucas Viatri, Nicolás Gaitán, Cristian Erbes, Nicolás Colazo y Juan Sánchez Miño.
“Siempre fueron de gran ayuda los convenios, a Parque le dieron prestigio y dinero. Por eso hoy se puede construir una infraestructura acorde a lo que se merece” agregó La Paglia, quien hoy se desempeña como gerenciador de la institución.
El semillero del barrio de Villa del Parque seguía creciendo. Es cierto que Maddoni formaba parte de la coordinación de fútbol infantil en Boca, pero su trabajo no cesaba en “El Verde”. Perseverante como pocos, sembró tantos frutos que entre 1988 y 1994 el club se despachó ganando todas las competiciones en cada una de sus categorías. FAFI, ente organizador de dichos torneos, tomó la decisión de sancionar a Parque con cinco años de desafiliación. Desde las autoridades de la Federación Amistad de Fútbol Infantil aseguraban que los jugadores del club, nenes de 6 a 12 años, ya estaban profesionalizados y por tal motivo no podían participar de una liga netamente amateur.
“Sin dudas que había un entrenamiento especial, al club Parque siempre lo manejó gente muy capacitada y por eso cada categoría tenía grandes jugadores. Técnicamente siempre los mejores eran de Parque. Y también porque a los chicos se los lleva de una manera especial, a determinada edad se les busca un club en cancha de 11 y se los sigue de cerca, se conoce a cada familiar del chico. Se sabe dónde vive, la vida que lleva. Fundamental para cada jugador que haya gente que lo acompañe así”, admitió Fernando Batista.
En 1999 las autoridades del club denunciaron, en conferencia de prensa, que la Federación Amistad de Fútbol Infantil (FAFI) no los dejaba competir por haber ganado todos los torneos durante siete años. En la conferencia, que se hizo en el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), estuvieron el ex director técnico de la Selección Nacional, Carlos Bilardo, y varios jugadores que empezaron su carrera futbolística en Parque, como Sergio Batista y los que por aquel entonces eran juveniles de Pekerman: Nicolás Medina, Carlos Marinelli y Fabricio Coloccini.
Finalmente Club Parque fue reincorporado en el 2000 a la liga de FAFI, que agrupa a 180 clubes, luego que el INADI mediara en el conflicto y se llegue a un recurso de amparo ante la justicia.
Parque y sus vínculos con Argentinos Juniors y Boca
El Club Social y Deportivo Parque fue desde siempre una cuna de cracks. No sólo de chicos que jugaron en la instititución de Villa del Parque, sino que por distintos convenios, muchos iban a Argentinos Juniors y a Boca. En 2010, el convenio que el club tenía con los Xeneizes se cortó, y dejó de recibir el dinero mensual y el porcentaje de los jugadores por derechos de formación. Esto fue uno de los principales motivos por el cual se detuvieron las obras en un principio, y por eso tuvieron que recurrir a una gerenciadora para poder salir adelante.
Todo empezó allá por la década del 80. Ramón Maddoni fue contratado por el “Bicho” con el fin de ser una especie de cazatalentos, y recurrió al club de barrio donde dirigió por muchos años para sacar la gran cantidad de jugadores. Mal no le fue a Argentinos con esos chicos: jugadores como Diego Placente, Juan Pablo Sorín, Diego Markic, Leonel Gancedo, Fernando Redondo o Federico Insúa, pasaron al equipo de La Paternal y empezaron a formarse. Durante 17 años, Parque le dio los jugadores que mejor pintaban al “Bicho”, y recibían poca plata a cambio de ellos.
Pero en 1996 hubo un cambio a favor de Parque. “Boca compró un pack de jugadores por 800 mil dólares a Argentinos en el que estábamos Riquelme, Coloccini, tres chicos más y yo, y les sorprendió el tiempo que llevábamos jugando juntos”, contó César La Paglia. Ahí, Mauricio Macri se puso en campaña y firmó un contrato con el “Verde” para que le diera a sus mejores chicos a cambio de una mensualidad y del 5% de una futura venta.
En esos años, jugadores como Viatri, Colazo, Emiliano y Emanuel Insúa, Javier García, Erbes pasaron a los de La Ribera. Pero el Club Parque sólo recibió dinero de un jugador: “Cuando a Gago lo vendieron por 20 millones de euros al Real Madrid, nosotros recibimos 1 millón. Fue muy importante ese dinero para nosotros”, afirmó Alejandro Hermidas, presidente del club. Pero en 2010, Daniel Angelici, presidente Xeneize cortó todo tipo de relación. “Teníamos que haber recibido plata del pase de Nico Gaitán, y no nos dieron ni un peso”, contó uno de los socios más importantes, Pedro Perrone.
Hoy en día, Parque está gerenciado por gente conocida del club, y nadie descarta la posibilidad de un nuevo acuerdo para recibir un dinero adicional. “Estos tipos de acuerdo son muy importantes para los clubes de barrio, y son de gran ayuda. Estamos abiertos a escuchar propuestas, y si hay alguna interesante, se analizará”, comentó el secretario Eduardo Echevarria.
PEDRO PERRONE, EL SOCIO QUE VIVIÓ EN EL CLUB
Cuando uno llega al complejo Pipa Gancedo se encuentra con un personaje muy particular. No sólo fue jugador de Parque, sino que también fue técnico y dirigió a grandes jugadores como Fernando Cáceres, a los hermanos Batista, Fernando Redondo entre otros. Él es Pedro Perrone, y es una de las personas que más ama al club, porque llegó inclusive a vivir en él.
Un día llegó a Parque a tomar un café junto con un amigo, y el padre de los Batista le preguntó si quería integrar la comisión directiva. Asi es como comenzó a colaborar con ellos. Hasta que un día se decidió a ser el entrenador de la categoría 61 en el BABI fútbol. Con esa categoría solo perdían un partido por año, y salían campeones en todos los torneos (Policial, PLAFI y FAFI). Cuando los chicos tuvieron 13 años, algunos se fueron a jugar a All Boys, Boca y Argentinos, mientras que otros decidieron seguir en Parque.
Se le ocurrió inscribirlos en un cuadrangular de Futsal que se jugó en el club Atlanta, donde participaron el local, River, Newell´s y Parque. En ese campeonato salieron últimos, porque las reglas eran diferentes a lo que estaban acostumbrados. Al año siguiente viajaron a Brasil y luego a Uruguay, y como empezaron a mejorar en el juego, se inscribieron en AFA.
“Un día estábamos jugando contra el club El Alba, eran dos tiempos de 20 minutos. Hicimos 33 goles en 40 minutos y no hicimos más porque querían que ”El Negro” Cáceres meta un gol”, dijo Pedro.
Con el paso de los años, se fue a trabajar como utilero de la primera de Argentinos Juniors, viajó a Japón cuando el “Bicho” perdió contra la Juventus, y lo fue durante 18 años, pero siempre estuvo cerca de Parque; “ Era uno de los tantos que llevaba jugadores al club de la Paternal, por ejemplo al Pipa Gancedo”, dijo orgulloso. Además, viajó a Qatar y Malasia con las selecciones juveniles de José Pekerman. En el 99, volvió al club de sus amores, pero no como técnico, sino como el nuevo utilero. Se encargaba de la ropa de los jugadores de fútbol salón hasta el año 2013 que se jubiló.
En el momento que se decidió tirar abajo el edificio, Pedro vivía ahí. Y al igual que los dirigentes y socios pensó que la obra terminaría pronto. Cuando la construcción se retomó, nunca lo llegó a imaginar. En su pensamiento estaba la posibilidad de no volver nunca más a su querido club y espera con ansias que se termine todo. Actualmente, es el delegado del club en AFA. Los días que hay partido ayuda a hacer las planillas, sin cobrar un peso, solo lo hace por el amor a la institución.
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“La verdad está en lo que se trafica vía la risa”
Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.

Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.
¿Hay algo de la actualidad que te haya impulsado a escribir sobre el humor?
Hay algo de la actualidad que me interesa destacar en un momento particular. Cuando escribí lo del amor efectivamente había muchísima proliferación de discursos prescriptivos alrededor del amor, eso me incomodaba mucho. Lo del cuerpo surgió más por la pandemia y lo del humor, si bien es un asunto que me importa hace más de 20 años y es un tema al que vuelvo. Los últimos años se han vuelto muy solemnes y entonces me interesaba agarrar eso. Son temas que en la actualidad cobran una forma particular que me interesa discutir.
En tu libro menciónás que para vos no hay transmisión ni práctica del psicoanálisis sin risas. ¿Por qué, cómo pensás el rol de la risa en el análisis?
La risa, el humor, son una de las cosas más emancipadoras que existen en el sentido incluso de lo instantáneo. En ese instante en el que se produce la risa algo se afloja, algo se alivia y ese alivio, por más que no se pueda constatar de manera duradera, abre y produce que pasen cosas que no pasarían. Sin la risa uno está agarrado a sus ideas, a su imagen, a sus prejuicios, a sus cosas y la risa rompe ¿no? Rompe ese modo en que cada uno de nosotros está agarrado a eso que cree que uno es y me parece que la risa en el consultorio ocurre bastante.
En el capítulo “Usted me ofende” hablás sobre la ofensa como una reacción de nuestros tiempos. ¿De qué forma crees que nos limita la indignación a la hora de producir reflexiones o de generar debates a través del humor?
La ofensa y la indignación son dos formas del impedimento. Todos nos hemos indignado y nos hemos ofendido pero desde ahí no se puede hacer nada, solo queda detenernos y regocijarnos en la propia ofensa y la propia indignación. Son sentimientos bastante individuales y morales, “yo me ofendo, yo me indigno”, existen y no digo que está mal que existan, lo que digo es ¿qué hacemos con esos sentimientos que son muy morales cuando lo que el humor viene a proponer es otra cosa? Es una salida del impasse el humor, nos saca de esa paz del impedimento porque suspende la moral, no porque es amoral, sino porque la suspende.
¿Crees que ofendernos y pensar que tenemos razón nos trajo donde estamos ahora?
A lo que nos llevó “me ofendo y yo tengo razón” es primero al aislamiento y a la rotura de los lazos comunitarios, no digo que eso sea lo único obvio, ni tampoco es tan directo causa efecto. Creo que si vos te encerrás en que vos tenés razón, en tu indignación y en quién tiene razón, se vuelve una lucha uno a uno y eso no tiene nada que ver con lo colectivo. Lo colectivo es justamente lo que no segrega las diferencias, lo que admite que tengamos razón vos y yo al mismo tiempo, aunque digamos cosas contrarias, como si dijera “vos tenés tus razones, yo tengo las mías, juntémonos y pensemos qué hacemos”. Para los procesos colectivos no importa quién tiene la razón, importa cuál es la fuerza que podemos obtener para para ir en contra de aquello que nos está destruyendo.
Entendiendo al humor también como ficción ¿Por qué crees que nos empeñamos en leer la ficción como una realidad fáctica?
La crisis del humor está cerca de la crisis de la lectura en el sentido de cómo leemos, cómo nos relacionamos con eso que leemos, cómo leemos todo un acontecimiento político, una ficción, una ciudad. La posibilidad de leer implica también entregarse a lo que no se sabe y sorprenderse. Si vos vas a leer una novela y confundis al autor con el narrador y crees que todo lo que hizo es expresión de lo que piensa el autor ya estás leyendo mal porque una ficción pretende ser leída como ficción no como realidad. La ficción tiene efectos de verdad, por supuesto, pero no de realidad. Mucho menos de la realidad de lo que piensa un autor. Para mí el humor va en la misma línea de la ficción. No sabemos qué verdad se articula en ese humor. La verdad no está en lo explícito del humor, está en lo que se trafica vía el chiste, la risa.
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A 17 años del Bronce de Los Pumas
En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña.

En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña.
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Juan Pablo Buscarini: “Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para filmar una película”
El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.

El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.
A lo largo de sus 24 años como director de cine familiar, Juan Pablo Buscarini ha explorado diferentes propuestas narrativas y lenguajes estéticos; desde adaptaciones literarias, hasta películas que combinan animación 3D con actores de carne y hueso, como fue el caso de “El Ratón Pérez”, ganadora del Goya 2007.
-¿Cómo aumentó tu interés por contar historias a medida que fuiste evolucionando vos y el mundo audiovisual?
-El interés no viene de mis padres. Mi mamá era profesora de literatura y mi papá fabricaba zapatos y carteras, pero yo desde chico soy fanatico del cine. Sin embargo, en su momento decidí estudiar ingeniería porque tenía facilidad para las matemáticas, e hice la carrera completa, pero con el tiempo empecé a soñar con formar parte de esa industria. Lo veía así; como una industria. Entendía que era un trabajo. Quizá no estaba pensando necesariamente en contar historias. A los 28 años tomé mis ahorros y me fui a hacer un master de animación a Inglaterra.
-Tu filmografía tiene un foco en el cine familiar. ¿Cómo describirías al niño espectador de la época de “El Ratón Pérez” en 2006 respecto a este de 2024?
-Cuando hice “El Ratón Pérez” llevaba a mis hijas chiquitas al cine para ver qué películas familiares estaban dando y a ver quién iba a tener que fumarse ver. A mí me encantan las películas de Pixar porque venden igual cantidad de entradas para chicos que para adultos. Pero el streaming cambió todo. Hoy el espectador está fragmentado, desconcentrado. Una cosa es tratar de ganarte a los niños en una sala de cine y otra en las casas que pueden distraerse y pausar la película cuando ellos quieran.
-¿Entonces qué motiva ir al cine hoy en día? ¿Y para vos qué valor tiene el streaming?
-Antes las películas funcionaban con el boca en boca. Hoy en las reuniones de producción te dicen que hay que “eventizar”, un megaestreno, porque si no la gente no va. Total, después pueden verla en Netflix. A mí la combinación de streaming con salas de cine, en la que una película se estrena, y luego llega dos meses después a una plataforma, me parece una buena. Ahora los filmes originales de plataformas se piensan activamente para que les guste a todos por igual, independientemente de la región o la visión del realizador, y eso genera que se pierda identidad.
-Tu cine abordó un arte que es tan delicado y tan humano como la animación, incluso llegando a mezclar 3D y Live-Action. ¿Cómo vivís el arrasador avance de la inteligencia artificial?
-John Lasseter, director de Toy Story, decía que pensar que la animación 3D la hace una computadora sola es como pensar que la stop motion la hace la plastilina sola. La computadora es una herramienta. Respecto de la Inteligencia Artificial, me asusta más que la realización de la animación, que incluso podría traerle oportunidades a artistas independientes, es el tema de la escritura de los guiones, que es la génesis creativa de cualquier proyecto cinematográfico. Detrás de toda decisión creativa hay un montón de reflexión. No quiero que se desvalorice eso. Una Inteligencia Artificial nunca va a poder hacer lo que hace Hayao Miyazaki.
-Adaptaste al cine la novela infantil “El inventor de juegos”, de Pablo de Santis, con quien co-escribiste el guión, donde el protagonista tiene pasión por los juegos de mesa. ¿Qué te motivaba del proyecto entonces y que cambiaría si lo estuvieses afrontando ahora?
-Al día de hoy, el libro se sigue leyendo en los colegios. Creo que eso pasa con todas las buenas historias. La novela tiene muchos elementos que abren la imaginación y te recuerdan esos momentos agradables e íntimos, en familia, todos concentrados y compartiendo. El libro le hacía tributo a eso y yo quería que la película también lo haga. Creo que si la tratara de hacer hoy me dirían que es raro que no haya pantallas ni celulares por ningún lado.
-¿Creés entonces que hoy habría que poner videojuegos en vez de juegos de mesa?
-Si se hiciera eso, el protagonista ya no se sentaría a jugar con el abuelo, a que él le enseñe cómo jugar. El abuelo estaría en otra habitación.
-En el ambiente artístico crece la preocupación por el desfinanciamiento del INCAA. ¿Te sucede lo mismo?
-Argentina tiene la característica de la oscilación y de ir de un extremo a otro. Cuando yo terminé el secundario estaban los militares, había un montón de censura en el cine. Después vino la ley de cine 95 y logró que se produjeran muchísimas películas. Más allá de que a veces puede haber un interés un poco personalista en las películas, es clarísimo que el diagnóstico y la decisión del gobierno actual está profundamente errado.
-¿Qué le dirías a un joven que quiere dedicarse al cine en este país?
-Que deben aprovechar este momento de democratización que trajo la era digital, que es excelente. Se puede filmar una película profesional con un IPhone. Hay una abundancia de recursos como nunca antes. Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para que puedas filmar una película.
Cintia
17/03/2017 at 1:58 pm
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