¿Por qué dedicar tu tiempo a realizar un libro? Es una pregunta frecuente. Para responder a esto Alfredo Ves Lozada autor de “Jefe”, Alejandro Casar González quien publicó “Pasó de todo”, el redactor Esteban Gimenez y el periodista Guillermo Knoll se encontraron en el aula Voces para explicar los motivos y presentar sus últimas publicaciones.
Por Micaela Arbio @
La charla de la que formaron parte los alumnos de Periodismo Deportivo el primer jueves de noviembre comenzó con un parafraseo de Ernesto Rodríguez, profesor de la materia “Técnicas Periodísticas” a la escritora Hebe Uhart quien escribió: “Las preguntas que se les suele hacer a un escritor sobre si escribe con lápiz de carpintero o con la computadora, si de noche o por la mañana, con rituales o sin ellos, son inoperantes y revelan la idealización del escritor. ¿Por qué no preguntan a qué hora almuerza, o si va al baño una o dos veces por día o si tiene los impuestos al día? Hay una más curiosa: ¿desde cuándo se siente escritor?”
“Empecé con la idea de tener un hijo. No tuve en cuenta lo de plantar un árbol en ese momento, pero escribir un libro era una especie de sueño. Y me dije por qué no”, responde Alejandro Cazar González y cuenta sobre las problemáticas que trae pensar en una idea, gestionarla y pasar horas de escritura para llevarla a cabo. Después de firmar su contrato con la editoriall “Planeta”, su idea estuvo centrada en saber qué pasó con el “Fútbol para Todos”. Días antes de que la edición entrase en imprenta, estalló el escándalo sobre FIFA y debió incluirlo en la publicación. Así, llegó a la conclusión de que “un libro nunca se termina, se abandona”.
A continuación, Alfredo Ves Lozada, retomó la pregunta principal de la charla e hizo hincapié en que uno se trasforma en escritor al ser un buen lector. “El primer paso para pensar en ser autor de un libro es haber consumido vorazmente todo lo que se haya dicho sobre el tema”. Luego de escribir su segundo libro, afirma que a veces hay otras complicaciones que afrontar. Al comentar las dificultades que le trajo escribir desde Alemania, en contacto con el coautor Andrés Eliceche, asegura: “Lo hicimos en dos países distintos, dos husos horarios diferentes y luego de haber perdido la final del mundial en 2014”.
En contrapartida, Esteban Gimenez comenta que no se considera escritor sino un docente que escribe e hizo hincapié en su historia al aclarar que “por suerte en un momento hubo gente que se interesó en las formas de escribir”. Después de marcar la diferencia que existe entre tener una editorial que te respalda y auto gestionar un libro contrasta: “Pedirle a un amigo dueño de una imprenta que te ayude, es distinto, pero la satisfacción es muy grande”.
Por último, y para adherir a esta última visión, Guillermo Knoll avaló: “Uno no es escritor si no tiene la dialéctica ni el lenguaje propio para hacerlo”. Después de pasar una época difícil en los años 90’ en Argentina, comenzó a trabajar en rubros relacionados al periodismo. Luego de varios años tuvo la suerte, según su visión, de que sus ideas hayan gustado y se publiquen.
Para concluir con el debate, y después de dos horas de dar motivos suficientes a los estudiantes sobre por qué una persona decide escribir un libro, Rodríguez manifestó: “Lo hacemos porque tenemos un bichito que nos pica dentro, que a diferencia de algunos escritores conocidos, no es la plata. Es la necesidad.”
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