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CULTURA

PRIMAVERA CULTURAL EN BOEDO

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Como cada año desde 2004, el 21 de septiembre hubo en el Pasaje San Ignacio porteño una muestra de pinturas, arte callejero y obras de exponentes diversos. Fue sólo una de las muchas actividades en la “Semana Cultural de Boedo”, un programa que organizan anualmente distintas asociaciones y vecinos de un barrio de tangos, bares notables y San Lorenzo.

Por Verónica Del Vecchio (@verodelvecchio), Tatiana Fernández, Cecilia Tangir (@ceyarefue), Irupé Almude (@irupeyamila) y Carolina Carnevale

 

El dictador está quieto, uniformado de rosa, marcando un tres con la mano. Estático en el día gris que amaneció el sábado 21 de septiembre, se inmortaliza un Nunca Más en el retrato del ex presidente de facto Jorge Rafael Videla, obra que Julio Missart supo plasmar sobre un bastidor en el Pasaje San Ignacio de Boedo. Y es que con motivo de la décima edición de la “Semana de Boedo 2013”, la calle se transformó en un museo abierto a los vecinos, que se acercaron a ver los cuadros, dibujos y grabados de diferentes artistas frente al histórico Café Margot. Desde el 2004, una vez por año, esta fiesta convoca a la gente a participar de diferentes actividades gestionadas por la Red cultura de Boedo.

 

Retrato del dictador realizado por Missart

Desde un Elvis en tonos azules y rojos al lado de un Che Guevara de mirada firme, hasta una obra de naturaleza muerta, la Asociación Baires Popular que nuclea a diferentes pintores, se encargó de “romper con la estructura de los museos y acercar el arte al vecino de manera más militante, tratando así de aportar a construir la identidad de Boedo”, como aseguró la artista plástica Gabriela Jiménez, coordinadora de Baires Popular.

Así, desde las 11 se vivió una jornada en la que familias y jóvenes fueron acercándose a ver el arte callejero, desplegado en las paredes internas y externas del Margot. Curiosos y transeúntes ocasionales se paraban para sacar fotos, conversar con los artistas o simplemente mirar los trazos finos de los pintores que daban vida en ese instante a sus obras.

Saliendo del Margot, Inés Tojo (65), vecina del barrio hace 45 años, quien dijo sentirse joven para la historia del barrio, expresó que “al ser un lugar que identifica a varias generaciones, esta jornada lo adorna mucho más”. Mientras tanto, Esteban Sánchez de 58 años, observaba como una artista creaba un paisaje campestre frente a sus ojos: “Es una maravilla”, expresó.

 

Pinturas de artistas del barrio

En ese clima festivo es que la Red Cultura de Boedo, compuesta por 50 organizaciones se puso sobre los hombros la tarea de mantener viva la impronta de este barrio porteño, emblema del tango y de la literatura de principios de siglo XX. Y el lema elegido para este año fue: “Un barrio sin memoria, es un barrio sin identidad”. En esta línea, Missart habló de la repercusión de su cuadro de Videla: “Es contradictorio porque la gente me dice que la pintura está bárbara, pero en realidad lo que se ve reflejado allí es un monstruo”.

En un poste frente al Margot, un atado de globos rosas espera ser lanzado al viento al finalizar la exposición. En el hilo que los une, los vecinos pegan papelitos con buenos deseos para los artistas de Baires Popular, “para contagiar así de amor a este cielo gris”, aseguró Jiménez.

La cultura estuvo de fiesta en Boedo

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EL ARTE TAMBIÉN ES POR AMOR AL CICLÓN

El caricaturista Luis Ordónez y el club San Lorenzo de Almagro organizaron una muestra de dibujos para honrar a los ídolos de la institución en el marco de la semana de Boedo.
Por Verónica Del Vecchio: (@verodelvecchio), Tatiana Fernández, Cecilia Tangir (@ceyarefue), Irupé Almude (@irupeyamila) y Carolina Carnevale

 

“Es un mimo a esos futbolistas del club que tuvieron su tiempo de estrellato y que después, con el paso del tiempo, fueron quedando de lado”, explicó el caricaturista Luis Ordóñez quien, en conjunto con el San Lorenzo, organizó la muestra “Por amor al ciclón” en el museo Monte de Piedad Av. Boedo 870.

La exposición arrancó para el público el viernes 20, en el marco de la semana de Boedo y se extenderá  hasta el 5 de octubre de lunes a viernes de 10 a 17 y los sábados de 12 a 17hs. La noche anterior a su apertura, se realizó una cena para las autoridades y ex futbolistas del club. Además del propio Ordóñez, una de las figuras más reconocidas, sin dudas, fue el máximo goleador del ciclón, José Sanfilippo. “Le gustó mucho el dibujo y me pidió que nos saquemos una foto juntos”, confesó el caricaturista. También mencionó el encuentro con Sergio “Sapo” Villar, el jugador que más veces vistió la camiseta n°4 y comentó que lo había conocido cuando dibujaba en el programa televisivo “Todos los goles”.

“Queríamos armar algo simbólico, pero con actualidad”, explicó el dibujante que, aunque aclaró que es hincha de River Plate, se definió como un “amante del futbol” y dentro de esos amores reconoce a San Lorenzo como un grande.

Además de poder ver dibujos de las glorias de la historia futbolística del equipo, como de Luis Monti, Isidro Lángara, Bernardo Romeo, Roberto “Oveja” Telch y René Pontoni, en las paredes del museo también se honra a uno de los fundadores de la institución y el creador del primer equipo de los cuervos, el sacerdote Lorenzo Massa. También se encuentran el actual vicepresidente Marcelo Tinelli, y el hincha ilustre, el Papa Francisco.
“No soy extremadamente religioso, pero cuando la estaba pintando se me caían las lágrimas. Un sentimiento extraño me recorría el cuerpo, algo distinto”, confesó Luis Ordónez con respecto a la pintura del Papa  y adelantó que está gestionando un encuentro en Roma para obsequiarle el original en persona.

 

 GALERIA DE FOTOS

 

Link relacionados:
http://www.mundoazulgrana.com.ar/

http://www.somoscuervos.com.ar/fotos_de_105_anos_san_lorenzo_de_san_lorenzo-igfa-0-68431-1.htm

http://www.somoscuervos.com.ar/fotos_de_105_anos_san_lorenzo_de_san_lorenzo-igfa-0-68431-1.htm

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SEMANA PASADA POR AGUA

Por Verónica Del Vecchio: (@verodelvecchio), Tatiana Fernández, Cecilia Tangir (@ceyarefue), Irupé Almude (@irupeyamila) y Carolina Carnevale

 

Este año la fiesta de la semana cultural de Boedo se vio complicada por las condiciones climáticas pero, de todos modos, siguió su curso y su fecha inaugural se pasará a la de clausura, el próximo 29 de septiembre.

Para su realización se cortará la avenida Boedo en la intersección con el Pasaje San Ignacio. Durante todo el día desfilarán bandas como la Orkesta popular San bomba, Yira y La joven guarrior. Además habrá actividades relacionadas con las artes plásticas y feria de artesanías.

 

Link relacionado:

http://www.periodicodesdeboedo.com.ar/plaza_de_boedo/bi-semana-de-boedo/

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CULTURA

Todas las fuerzas: una denuncia social a través del género fantástico

El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.

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El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.

En el actual contexto argentino, que “Todas las fuerzas” haya ganado la Competencia Argentina del BAFICI se muestra como un acto de resistencia frente a los discursos del Gobierno de Javier Milei. El film, premiado como Mejor Largometraje de la Competencia Argentina, recurre a elementos del relato fantástico y a géneros clásicos como el policial para narrar una historia con una fuerte mirada social, ambientada en un universo de mujeres poderosas, cuyos dones las fortalecen y las unen.

Lo que inicialmente se presenta como el retrato de una mujer migrante en Buenos Aires evoluciona rápidamente hacia un policial: Marleen, la protagonista, vive en el barrio de Once, trabaja cuidando a una mujer mayor con demencia y, tras la desaparición de una amiga, debe recorrer la ciudad en su búsqueda.

El interés de Luciana Piantanida por filmar el barrio de Once nació de la curiosidad por conocer más el lugar donde vive. “Lo primero que me llamó la atención cuando me mudé fue la diversidad de personas y comunidades que hay en el barrio”, comentó. Al escribir el guión, tuvo muy presente el movimiento migratorio que, durante los años noventa, trajo a Buenos Aires a chicas muy jóvenes provenientes de Bolivia y Paraguay.

A partir de esas historias, Piantanida imagina un universo de mujeres migrantes que no solo sobreviven, sino que resisten y se conectan a través de poderes sobrenaturales. Marleen se comunica con palomas, mientras otras mueven objetos con la mente o manipulan la energía. Ellas se reconocen y cuidan entre sí, formando una red donde la dimensión política y afectiva está siempre presente.

No fue una decisión deliberada la decisión de partir desde el género fantástico. Había una escena que ahora no está en la película, pero que era una persecución por las azoteas de Once. Cuando estaba escribiendo, en un momento de la persecución, la protagonista llegaba a la esquina y tenía que dar un salto un poco más largo de lo humanamente posible cuenta Luciana y agrega–.  Nos quedamos pensando con los productores de la peli y enseguida dijimos: ‘Ah, la protagonista aprende a volar en el transcurso de la película’. Y entonces a partir de ahí pensé: ‘Ah, tiene superpoderes’. Empezamos a indagar cómo podía ser este universo y surgió también esta idea del lado B de la ciudad, de la noche y de las partes de atrás de los lugares que vemos como consumidores”. 

Una de las primeras imágenes de la película muestra palomas sobrevolando la Plaza Once, una postal que sintetiza el espíritu del barrio. “Haciendo la película me di cuenta de la poca relación que tenemos con el barrio y con los vecinos. Empecé a ir mucho a las plazas, que tienen poco verde y mucho cemento. Lo que hacían las palomas me pareció espectacular: un vuelo hermoso en el cielo; una imagen que no tenemos porque no estamos mirando hacia arriba”, relató Piantanida.

Para construir el elenco, un equipo de casting entrevistó a más de 150 mujeres. En una primera instancia, se las invitó a contar sobre su vida cotidiana y su trabajo. Celia, quien terminaría interpretando a Marleen, se destacó desde el comienzo. “Ella es muy creyente y contaba una historia relacionada a una enfermedad que se revirtió gracias a esa fe”, recordó Piantanida. En la segunda o tercera prueba, se le propuso representar una escena de videncia: “Relatando una visión, lo que hacía con la mirada era muy fuerte. Tiene una intuición enorme para la actuación. Es un talento enorme que ella misma desconocía”.

En cuanto al futuro del cine argentino, en un contexto de desfinanciamiento de la cultura y ataques al INCAA por parte del actual gobierno, la directora expresó su preocupación: “Hay una sensación terrible de fin de época por el enorme daño que está haciendo esta gestión sobre el INCAA y sobre la cultura en general”, manifestó Luciana. Y agregó: “Parece un chiste, pero tenemos que seguir demostrando que el cine argentino es recontra rico y diverso, e interesa tanto acá en el país como afuera”.

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CULTURA

La Zurda: una película con tonada cordobesa 

El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.

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El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.


Con rasgos propios del thriller policial, La Zurda se construye como una historia de amistad, traición y drama social. Más de una década después de De Caravana, el nuevo filme de Rosendo Ruiz encabeza los estrenos de la semana y reafirma la potencia del cine hecho en las provincias, esta vez con el cuarteto como protagonista.

El suspenso, la acción, las persecuciones, son los recursos cinematográficos de los que se sirve la película. Rosendo define a La Zurda como una película de género: “Me gustan las buenas películas de género, me encantan, La Zurda está hecha en Córdoba con muy pocos recursos, sin una tradición previa”. 

La trama sigue a “La Zurda” (Juan Cruz “El Gáname”) y Yonatan (Marcio Ramsés Salas Ortuay), dos jóvenes de clase trabajadora que sueñan con alcanzar el éxito con su banda de cuarteto. Pero una noche quedan atrapados en un crimen que no cometieron y deben huir, convencidos de que su condición social los condenará irremediablemente. 

Así comienza su descenso en una espiral de corrupción y relaciones turbias, que deberán exponer si quieren salvarse. Paralelamente y en el momento más inoportuno, al protagonista se le abre un camino para triunfar como cantante. 

Rosendo logra poner sobre la mesa una realidad social empapada de la identidad barrial, en gran parte por la actuación de sus actores. “Los dos protagonistas empezaron a ir al comedor comunitario conmigo durante los dos meses previos al rodaje. El trabajo que hicimos no fue para que imitaran a alguien, sino para que buscaran dentro de sí mismos quiénes serían si les hubieran tocado esas condiciones”, explica Ruiz.

El acento cordobés de los personajes también permite sentir la esencia local: “Cuando presenté la película en el Gaumont se sorprendían, como nos pasó con De Caravana, de ver una película hablada en cordobés. Así tendría que ser, no tendría que ser excepción, tendrían que haber muchas películas de otras provincias”.

Uno de los desafíos más grandes para él fue el montaje. Rosendo comentó que uno de los criterios que guió la puesta en escena fue apostar por el plano secuencia siempre que la acción pudiera sostenerse en un solo encuadre. La decisión respondió tanto a una búsqueda estética como a la necesidad de ofrecer a los actores un terreno con mayor libertad para su interpretación. “Para ellos es mucho mejor poder actuar sin cortes. Aman el plano secuencia porque son ellos respirando el plano”, señaló.

Sin dudas, la incorporación de La Monada como banda sonora fue una de las decisiones más acertadas. “Para muchos es muy acertado de que el universo musical sea cuartetero”, aseguró el director, no solo transportan al espectador al universo cuartetero con sus propias canciones, sino que también compusieron la música extradiegética usando instrumentos característicos del género.

“Si me preguntan los momentos de mayor felicidad es sumar la semana de rodaje De Caravana, de Casa Propia, de La Zurda de todas las pelis porque estando de rodaje la adrenalina está muy alta. Somos un montón de gente, la mayoría amigos en búsqueda de lo mismo, trabajar en conjunto, coordinado, ir superando problemas porque filmar una peli es superar un problema detrás de otro. Eso es dirigir una película, resolver problemas y hacer eso en conjunto. Siempre hay situaciones difíciles y hay que sortearlas y seguir adelante”.

“No sé qué va a pasar con el cine argentino”

A un año del inicio de la gestión de Carlos Pirovano al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Espacio Nacional Audiovisual presentó un informe desolador para la industria. “Presentamos un guión al Inca, en enero iban a dar los resultados, y nunca los dieron. Está desfinanciado y paralizado el Inca, lo quieren realmente destruir. El INCAA debería ser el órgano en el cual nos sentimos apoyados”, señaló Rosendo Ruiz.

“Hace 15 años que Córdoba saca varias pelis, no paramos desde el 2010”, comentó sobre la producción en la provincia. La eliminación de los instrumentos de fomento a la producción, el retiro del apoyo a la difusión y comercialización del cine nacional como la pérdida de presencia en el ámbito internacional, son los factores, que según el balance, a lo largo del 2024 no se aprobó la producción de ninguna película argentina. En el caso de Córdoba, Rosendo resaltó que “había tres pelis Incas que se iban a filmar y no se filmaron. Necesitamos nuestro cine, el mismo Córdoba no puede creer de ir al cine y ver su ciudad”. 


A futuro, proyectan la posibilidad de la continuidad de La Zurda, aunque sea la primera vez que piensa en la segunda parte de una sus película, Rosendo cree que le quedaron algunos cabos sueltos “que tienen que ver con cómo fue la transa que hizo La Tana, el comisario, el papá de Sol, que es un empresario político con poder”.

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CULTURA

Por qué debemos mirar la vida como Agnès Varda

El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona.

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El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona. 


¿Será que se heredan las ganas de que las cosas no terminen? Atreverse a heredar algo puede verse como un deseo de conservación pero, ¿qué conviene perpetuar de lo que se recibe? En las calles estrechas del casco histórico de Barcelona no parece haber mucho espacio para las ideas conservadoras, ¿o sí? En octubre de 2024, la Bienal del Pensamiento reapareció pero no para darle entidad a lo limitante del pasado, sino mostrar ideas visionarias e inundar la ciudad con mentes de vanguardia. 

Cuando un público permanece completamente callado en un acto póstumo se impone a gritos una sensación colectiva de respeto y nostalgia. Así como en las películas de Agnès Varda, el patio trasero del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) suele ser un espacio de juego y experimentación, pero ese día -el 11 de octubre- fue un juego de memoria y silencio inusual. 

El otoño regaló una última noche veraniega, las hojas ya tostadas se resistieron a caer y la gente se empeñó en no abrigarse. Las ganas de aferrarse a algo que supuestamente ya terminó invadieron el evento, una emoción muda pero comprendida por todos los presentes. 

Agnès nació en Bélgica en 1928 y murió en París en 2019 dejando una estela de creaciones que inundaron la mente de generaciones de cineastas y artistas de todo tipo. Fue directora, actriz y, a su vez, guionista y artista plástica. Su forma de retratar la condición humana, de invocar pausas contemplativas en quienes ven sus películas y de poner un foco honesto en lo cotidiano, marcó el movimiento artístico de la Nouvelle Vague.

Aunque aquella corriente de cineastas franceses comenzó hace más de 50 años, el siglo XXI se nutre activamente de sus formas de dar a conocer historias. La tan característica mirada juguetona de Agnès fue fuertemente atravesada por claves de género, problemáticas sociales y existencialismo sin censuras. En esa confluencia de vivencias contradictorias (enternecerse con la nostalgia o reírse de lo efímero, por ejemplo) es que se gestó un nuevo idioma fílmico: el “vardiano”.

Audrey Diwan, Carla Simón y Mariana Borull en “Herederas de Varda”. Créditos: Luna Bereciartua

Sentir admiración ante la creación de los demás puede ser una de las formas más intensas de heredar una mirada en el cine. Carla Simón fue la cineasta catalana invitada a “Herederas de Varda”, la charla en el Patio de las Mujeres del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Una de las primeras cosas que Carla destacó de Agnès fue haber decidido que la libertad sería su estilo artístico. Admitió que, incluso para una cineasta consagrada, es algo muy complejo de encontrar. 

“Varda rompió la idea de genio”, respondió la francesa Audrey Diwan, la otra directora citada al evento. Luego, la conductora Mariana Borull llevó el debate hacia los confines de la vida sosteniendo que la homenajeada le recuerda a “una niña y una abuela a la misma vez”. Puede que ahí, donde los extremos se tocan, es que resida el legado y el amor por esta cineasta. 

Collage cortesía de @millslemons y foto de Luna Bereciartua de la exposición Agnès Varda en el CCCB.

Agnès documentó historias desde 1956 hasta 2019. Entre filmar entrevistas a gente que recolecta comida desechada (“Los espigadores y la espigadora”, 2000) y retratar la vida de una joven francesa en la década del 60 (“Cleo de 5 a 7”, 1961), hay un interés de por medio: las ganas de jugar con el retrato, conservar las esencias de la gente y los lugares.

En su filmografía se siente la importancia del paso del tiempo. Ella grabó y fotografió todo lo que el tiempo quiso que pase desapercibido: las fotos de las papas de una cosecha que no fueron seleccionadas para ser vendidas por su forma inusual (“Corazón de Papa”, 1953), las gigantografías de vecinos de pueblos muy pequeños (“Caras y Lugares”, 2017), sus propias manos envejeciendo año tras año.

Collage cortesía de @millslemons y fotos de Luna Bereciartua de la exposición Agnès Varda en el CCCB.

El afán por jugar con lo actual y el vértigo de percibir que todo es efímero conviven en paz en la obra de Agnès. Sin embargo, sus dos “herederas” resaltaron que ser una mujer reconocida en el cine no es nada fácil. Hasta la propia Varda sufría el recibimiento social de sus películas. 

“Agnès no te dice qué tienes que ver, sino que te comparte lo que ella percibió”, explicó Audrey. Esa noche, la Bienal del Pensamiento homenajeó a las miradas que invitan a la reflexión personal, la herencia artística que no dicta o delimita, sino que invita al juego y a la libertad y, por lo tanto, jamás perece.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

Además en ETER DIGITAL:

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