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“RECIÉN HACE CUATRO MESES PUDE VER MI ÚLTIMO PARTIDO”


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En una entrevista con Eter Digital, Marcelo Bravo, aquel crack que tuvo que dejar el fútbol a los veinte años por una enfermedad cardíaca, hizo un repaso de su actualidad, de sus vivencias como futbolista, de lo duro que fue abandonar a lo que se dedicó desde chico y lo que le costó poder ver su último partido en Primera División, el cual se disputó hace más de ocho años.

Por Arón Zylberberg

A los cinco años un niño de Lomas de Zamora llegó a Vélez Sarsfield. Muchas veces se escucha la frase hecha que dice “llevo toda una vida acá adentro”. En este caso es real. Marcelo Bravo creció en el club, pudo debutar en Primera División, consiguió ser campeón en el Clausura 2005, jugó dos temporadas con 50 partidos incluidos, metió cinco goles y cuando se encontraba en la cúspide de su carrera y el Valencia de España y el PSV de Holanda subían las ofertas para llevárselo, le llegó la peor noticia: una hipertrofia cardiovascular lo obligó a alejarse de los terrenos de juego. La Selección Argentina y el fútbol europeo eran su futuro, pero el destino tuvo otros planes. Hoy, con 29 años es el técnico de la pre-novena de su club de siempre.

Bravo foto 2

-¿Qué recordás del momento en que te enteraste de que tenías que dejar de jugar al fútbol?

-Me enteré a través de unos chequeos generales en uno de esos controles de rutina que se hacen antes de comenzar la pretemporada. A los jugadores siempre les hacen un chequeo antes para ver si están aptos para hacer la parte física., ahí me detectaron un problema cardíaco que me imposibilitaba jugar al fútbol.  Miguel Russo, que era mi técnico en aquel momento me llamó y me dijo que necesitaba hablar conmigo. Era un lunes, el sábado le habíamos ganado a Gimnasia 6 a 0 y había metido un golazo. Cuando entré a la oficina de Miguel y vi a los médicos, me asusté. Me dijeron que tenía que parar al menos por un tiempo y que debía empezar a hacerme los estudios. Pensé que me había puesto nervioso en algún análisis y que en el siguiente se iba a arreglar todo. Lamentablemente, no fue así.

-¿Cómo reaccionaste?

-Estuve tres meses que no me quería levantar de la cama. Tenía la oportunidad de irme a jugar a Europa, había estado en los juveniles de la Selección Argentina, soñaba con llegar a la selección mayor y ser transferido a Europa. Marcelo Roffé, el psicólogo de Vélez, y muchos más que me querían dar una mano, me llamaron. Siempre les decía que no. La gente por ahí no me cree que no haya recibido ayuda psicológica. Preferí apoyarme en mi familia y seguir adelante.

-¿Actualmente podés entrenar?

-Lo bueno es que puedo hacer una vida normal como cualquier persona. Mi afección cardíaca afecta si tengo que hacer una preparación física y no me puedo exceder en la alta competencia. Juego con amigos, pero nada profesional.

-¿Recibiste alguna ayuda de la AFA?

-No, sinceramente de la AFA nadie se comunicó conmigo, ni siquiera los técnicos que había tenido en la Selección Juvenil. Los que si se preocuparon mucho fueron los de Futbolistas Agremiados., Sergio Marchi con todo su equipo de trabajo se acercaron a mí, me dieron la contención que necesitaba. La gente de Vélez también fue  muy importante, por algo me dejaron en el club y hoy puedo estar trabajando acá.

Sábado 20 de agosto de 2005. Se enfrentaban Vélez y Gimnasia de La Plata en el bosque. El conjunto de Liniers llegaba como el último campeón y entre sus figuras estaban Lucas Castromán, Lenadro Gracián y un joven Marcelo Bravo. El equipo, que era dirigido por Miguel Ángel Russo, aplastó a Gimnasia en su cancha en un partido memorable que sería la última fantasía que Bravo desplegaría dentro de un campo de juego.

-Último partido. Gimnasia 0 Vélez 6. ¿Qué recordás de aquel día?

-Dentro de todo lo malo, lo bueno de ese día fue que hice un excelente partido. Para mí fue el mejor partido que jugué en Primera División.  Ese día se me dio todo.

¿Lo volviste a ver muchas veces el partido?

-Recién lo pude ver hace cuatro meses por primera vez después de ocho años. Me costaba muchísimo verlo porque me bajoneaba bastante. Hace poco me decidí a verlo, lo pedí y me lo consiguieron, me hizo muy bien, me trajo muy lindos recuerdos. Aquel día fue increíble, metí un gol, di bastantes pases, un día muy completo.

-Ahora que surgió la noticia de la enfermedad de Jonás Gutiérrez, ¿pudiste hablar con él?

-Sí, lo llamé. El galgo es un gran compañero, estuvimos juntos bastantes años. Es un tipo muy alegre, que siempre está con todas las pilas. Me sorprendió la noticia, es lamentable y durísimo pero, gracias a dios, él está con toda la energía que siempre tuvo, le va a pelear a la enfermedad y solo puedo desearle lo mejor porque es una gran persona.

-Hombre de selección como vos. ¿Qué hay de cierto de que fuiste el primero en tirar una pared con Messi con la celeste y blanca?

-Se puede decir que sí.  Fue en la Sub 20 con Hugo Tocalli de técnico. Hugo se nos acercó y nos dijo que ese día iba a llegar un pibe de dos años menos que nosotros que jugaba en el Barcelona y que lo querían nacionalizar español. Nadie lo conocía. Cuando llegó, armamos un reducido. Nos pusieron en el  mismo equipo en un 7 contra 7. La primera pelota que recibo, se la paso para integrarlo al grupo. La agarró en la mitad de la cancha y llegó hasta el otro arco pasándose a todos. En ese partido hizo cuatro goles. Se veía que era distinto.

-En una carrera corta, viviste muchas cosas. ¿Qué fue lo más lindo que te dejó el fútbol?

-Sin duda el campeonato que ganamos en el 2005(Clausura). Fue un momento espectacular e inolvidable.

-¿Qué te dice el hincha de Vélez, cuando te encuentra por la calle?

-Me tienen un cariño enorme y yo a ellos también. Me saludan, me preguntan cómo estoy, me pone muy feliz porque siempre se preocuparon por mí. No solo los hinchas de Vélez, los de los otros clubes también. Muchas veces me cruzo con hinchas de River, de Boca, de Banfield y de muchos clubes de la B y todos me preguntan cómo estoy.

-¿Cómo fue que comenzaste en esta nueva aventura como director técnico en la pre-novena de Vélez?

-Después de mi enfermedad, empecé a trabajar en el club, en divisiones inferiores. No era nada fácil, yo tenía veinte años y daba la charla técnica a pibes de quince. Decidí venir al fútbol infantil para empezar de cero.

-A los chicos que entrenas, ¿les pones el ejemplo de lo que te pasó para que también busquen otras alternativas al fútbol?

-Sí, la realidad es que no solo por lo que me pasó. El jugador de fútbol siempre tiene que estudiar y acá en Vélez siempre les inculcamos eso, que el estudio es importante para la vida. Nosotros tratamos de que vayan al colegio y hagan las cosas de la mejor manera. Tienen que saber que no todo el mundo llega a jugar profesionalmente.

-Luego de tu retiro, ¿Cuánto tiempo tuviste la ilusión de volver?

-Muchos años. Siempre tenía la esperanza de volver a jugar. Hoy, que ya pasaron ocho años, ya lo veo como imposible. Si hoy me dijeran de volver, lo pensaría porque mi vida ahora pasa por ser técnico de fútbol.

NO FUE EL ÚNICO

En el fútbol argentino hubo varios casos de jugadores que debieron abandonar la actividad deportiva por distintas enfermedades ajenas a lesiones meramente deportivas.

Juan Gilberto Funes

El autor del gol que le dio a River la primera Copa Libertadores de su historia, ademas jugó en la Selección Argentina. Apodado el “Búfalo”, luego de haber estado en Europa y en Vélez, sufrió de una afección cardíaca que le impidió superar la revisión médica, tanto en el Niza de Francia como en Boca Juniors. En septiembre de 1990, con tan solo 27 años, fue obligado por los médicos a retirase del fútbol. Falleció el 11 de enero de 1992.

Ariel Alberto Giaccone

Un caso bastante particular el del ex jugador de Ferro y Belgrano. Con 36 años seguía siendo jugador de fútbol cuando su hija mayor, Gabriela, de 19 años, necesitaba un inminente trasplante de riñón para seguir viviendo. Al no haber donante, tomó la decisión de cederle su riñón a su primogénita. Ella se curó y él tuvo que abandonar el fútbol. Final del formulario

Edgar Robert Navarro Montoya

El hermano del Mono Carlos Fernando era delantero del Deportivo Español. Abandonó el futbol en 1988 a los 21 años, cuando le detectaron una avanzada leucemia en su cuerpo. Falleció el 20 de agosto de 1990.

Edgardo Fabián Prátola

Histórico defensor de Estudiantes de La Plata, que también jugó en el León de México y Unión de Santa Fe. Fue diagnosticado con pólipos, y luego cáncer en el colon. Padeció una serie de operaciones que no pudieron curarlo. Su último partido lo disputó el 11 de marzo de 2001 ante el rival de toda la vida, Gimnasia y Esgrima de La Plata, venciendo Estudiantes por 2-1. Tras esto, luchó contra su enfermedad y falleció el 27 de abril de 2002.

Gustavo Daniel Eberto

Arquero de Boca, que estuvo en la Selección Juvenil y fue campeón del sudamericano Sub 20 de Uruguay 2003 y de los Juegos Panamericanos durante el mismo año. Sólo disputó 3 partidos oficiales y fue cedido a Talleres de Córdoba. Allí comenzaron los síntomas. Regresó a Buenos Aires y realizó varias sesiones de quimioterapia. Falleció el 3 de septiembre de 2007 a los 24 años.


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