Existen diversas maneras de tener una relación sexo-afectiva para una pareja. Además de existir la monogamia, la más usada en la sociedad occidental, y el poliamor, el cual consiste en una relación de tres o más personas sin importar el género de cada uno, también existen las parejas que deciden llevar a cabo una relación abierta.
En este tipo de vínculos cada uno tiene sus condiciones tanto por dentro como por fuera del noviazgo. Éter Digital entrevistó a seis parejas que implementaron una relación abierta.También dialogaron con este medio otras dos personas que no implementaron esta medida con ningún acompañante. Por último, también dio a conocer su experiencia sobre el tema Cecilia Figlioli, especialista en género y diversidades.
Se dio a conocer las ideas de gente de diferentes edades y pensamientos sobre el tema “relaciones abiertas”, algunas de ellas estuvieron dentro de una, otras solo escucharon hablar sobre ella, otras la están practicando actualmente, o ni siquiera están al tanto de su existencia y posibilidad de llevarla a cabo. “No son para todos, tenés que saber llevarla”, como dijo Luján, una adolescente de 18 años, la cual está en una pareja monogámica hace tres años, y hace un año una relación abierta. Ella, apenas escuchó sobre esta posibilidad se pronunció totalmente en contra: “Al principio estaba super cerrada a las relaciones abiertas”.
¿Qué se considera infidelidad en una relación abierta?
En una relación abierta cada pareja tiene sus condiciones, sus reglas y sus límites. Lo que es infidelidad para uno no necesariamente lo es para otro. Estas están basadas generalmente en sus inseguridades y en cada uno para que ambos apunten a su “relación perfecta”, así como hizo Julieta con su pareja la cual asegura que “los límites se charlan” . En su caso, infidelidad es justamente faltar a la fidelidad del “pacto”, de estar más de una vez con la misma persona.
Otro caso es el de Lucila, quien está en pareja hace un año y la relación abierta fue planteada desde el primer momento: “Nunca estuvo la opción de la monogamia”. En su relación, se considera infidelidad involucrarse con un ser querido de tu pareja. “No podemos meternos con alguien a quien el otro quiere o le gustaría para un vínculo sexo-afectivo”, afirmo´ la adolecente.
Las “bases y condiciones” existentes desde un contrato laboral, hasta un prospecto médico son llamados los “límites” en una relación abierta. Estos son charlados y acordados antes de abrir la relación, para que ninguno salga lastimado y se tengan en cuenta las necesidades de ambas partes.
Si hablamos del acuerdo de pareja al momento de llevar a cabo una relación abierta, la especialista en género y diversidades Cecilia Figlioli tiene algo que acotar: “Los límites personales tienen que ver con lo que una decide hacer y a dónde una se quiere exponer. Pero lo cierto es que para poder también definir nuestros propios límites personales tenemos que poder respetar los de la otra persona”.
De las seis parejas entrevistadas, sólo dos comenzaron a implementar una relación abierta sin infidelidad de por medio dentro de una relación “monógama”. En general, la principal respuesta entre los entrevistados ante la pregunta de “¿por qué estar en una relación abierta y no monogámica?” fue “para no perderse”.
Ahora…¿A qué nos referimos cuando hablamos de una relación abierta? En pocas palabras, ambas partes de la relación pueden estar sexualmente con personas por fuera de la pareja, pero siempre y cuando respetando los límites anteriormente consensuados.
En tiempos de crisis y de desesperación para salvar la pareja, a uno se le pueden ocurrir millones de cosas alocadas, que pensándolo un poquito mejor no lo harías. En este caso sería pensar en una relación abierta, quizá hasta en gente que la primera vez que escucho de esto sus palabras fueron “ni loca estoy en una relación abierta”, pero para salir de la crisis y el apuro, acuden a esta medida.
Según la especialista género y diversidades, esta forma, no soluciona nada. “Las relaciones abiertas no vienen a solucionar problemas o crisis de pareja, una lo puede intentar como intenta hacer terapia de pareja o perdonar una infidelidad, pero el objetivo de las relaciones abiertas es más bien pensar el mundo entero de nuestros afectos, el mundo entero de nuestra sexualidad”, aseguró.
¿Las relaciones abiertas están de moda?
La única certeza que hay es que actualmente hay parejas que funcionan, que funcionaron en su momento y otras que aspiran a que dure toda la vida practicando esta nueva forma de relacionarse sexo-afectivamente, así como lo hacen Manuela de 29 años y Adrián de 31, quienes en mayo de 2023 cumplen sus 11 años de relación y hace poco se comprometieron para casarse.
Sin embargo, actualmente no existe la seguridad que diga que las relaciones abiertas se van a seguir usando al pasar de los años y que en un futuro va a estar naturalizado junto con la monogamia.
Para Manuela, lo de “para siempre” es algo totalmente inasumible, algo utópico y poco realista, no comulga para nada con ese término en ninguno de sus aspectos vitales, ya que tiene una firme creencia de que todo cambia permanentemente. “Nadie sabe qué pasará en un futuro y la vida da mil millones de vueltas, eso es lo terroríficamente maravilloso de vivir”, sentenció al terminar su discurso.
Si volvemos a mencionar el motivo por el cual las parejas pasan de una pareja “monógama” a una relación abierta, el cual era “para mantener el vínculo en situación de crisis” nos lleva a lo que menciona la pareja de comprometidos ante esta rápida salida del apuro, “No podés pretender hacer un triple salto mortal si todavía no sabes ni correr, a una pareja en crisis le recomendamos que primero vaya a terapia de pareja, que aprenda a utilizar herramientas relacionales y que mejoren su relación”.
¿La rutina atrofia la relación?
“La rutina atrofia cualquier cosa, me parece, no solo la relación. Pero bueno, no todo el mundo tiene la posibilidad de andar libremente por su creatividad, porque si no hay rutina, ¿qué hay? es la pregunta”, determinó la especialista ante esta amplia pregunta.
Hacer siempre lo mismo aburre, tener una costumbre y un hábito igual todos los días, pero, ¿la infidelidad existe porque agota la rutina?, ¿es cierto que si amas verdaderamente a una persona, no te puede ni tiene que nacer estar con otra sexualmente hablando?. La especialista no cree en esto: “No creo en el mito de decir si amás no querés estar con otras personas. Habría que empezar por definir qué es amar, ¿no? Qué es lo que cree la gente que es amar, porque casualmente la gente cree que amar es amar en exclusividad, y la verdad es que eso no existe”.
Figlioli nombró la palabra “Jaula” como un término en el cual no hay que sentirse nunca en una relación, eso es lo que hay que buscar. “Estar en pareja no significa estar en una jaula, dejar de hacer lo que vos querés, ni dejar de cumplir tus sueños, sino que es más bien buscar la compañía que querés tener independientemente de si sea una, dos”.
Hablemos de “límites”
Una relación no puede ser comparada con el término “Jaula”, no puede ser comparada con una soga que ata a dos personas entre sí, y cada una de las partes puede ir tirando o soltando depende lo que le parezca, no, eso es un concepto erróneo de los límites. Una relación SI tiene que ser comparada con libertad, con vuelo, con sueños, con vivir tu vida, pero acompañada de tu pareja, de quien elegís llevar a tu lado en el camino, tiene que ser “la frutilla del postre” que no sabías que te faltaba hasta que se la pusiste. En ese sentido, la especialista habló sobre los límites personales reales y erróneos, y agregó: “La gente interpreta que poner un límite personal tiene que ver más con la otra persona que conmigo, por ejemplo. Yo no quiero que vos salgas con otra persona, eso no es un límite personal, eso es una prohibición a la autonomía de la otra persona”.
La especialista siguió: “El límite personal sería, yo no quiero salir con nadie, pero no lo que vos tenés que hacer. Entonces sí, hablaría de límites personales, pero hablaría también de que junto con estos debe pensarse la autonomía de las personas, hasta dónde deciden y hasta dónde no”.
Figlioli hizo una recomendación al respecto de los límites personales y los de pareja al comparar dos grandes términos a la hora de hablar de una relación: “Es más útil hablar de consenso y consentimiento”. Para finalizar, hizo una pregunta amplia para preguntarse en pareja: “¿Hasta dónde yo decido, y hasta dónde es legítimo que decida la pareja como en bloque?, ¿no?”
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