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SALIR O SALIR


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Del conurbano bonaerense al escenario, Cristian Luzza es músico y director de la orquesta de la localidad 9 de Julio. En esta entrevista cuenta cómo salió de la crisis y se involucró en la aventura de un pueblo.

Por Jerónimo Patrón López 

Cristian Luzza es el actual fundador y director de la orquesta de 9 de Julio. De vivir bajo un puente en el País Vasco a formar varias orquestas, un músico dedicado a reivindicar la práctica musical en los pueblos. 

Formaste una orquesta en 9 de Julio. Hace mucho tiempo que no tenía una orquesta… ¿Es un pueblo 9 de Julio?

Tiene 60.000 habitantes, es un pueblo grande. Creo que no tuvo nunca una orquesta. Un historiador del pueblo, que me hizo una entrevista, investigó y vio que hubo una pequeña orquesta en 1941 que duró poco tiempo. El director era un italiano, yo no soy italiano pero soy descendiente de italianos. Parecía como si fuese una continuidad de aquello que se vivió en el ‘41. 

¿Dónde se desarrolla la orquesta de 9 de Julio? 

La característica de esta orquesta, es que fue fundada sin tener escuela de musica, osea la orquesta al mismo tiempo es una escuela de música. Los chicos vienen, aprenden, tocan y se arma la orquesta y yo les voy enseñando. Está dividida en dos partes: la orquesta en si y la orquesta escuela. 

¿Están con giras en la orquesta?

Este año hicimos la primer salida de la localidad fuimos a Viamonte. El año pasado hicimos una gira por todos los pueblos satélite que tiene 9 de Julio, son 12. Entonces hicimos un concierto por mes en cada uno de los pueblitos. Se llamaba “Girando en un violín” y duró un año. Pasabamos por todos los pueblos. Nunca había ido una orquesta a tocar a los pueblos, pueblos de 100 personas, 500 personas… la idea era rehabitar las iglesias. La orquesta en las iglesias suena bien, muchos pueblos tenían sus iglesias ya medio cerradas. No dan misa todos los domingos en todos los pueblos. 

¿Trabajas con jóvenes en la orquesta de 9 de Julio? 

En 9 de Julio como en muchos otros lugares tenes a todos los jóvenes hasta los 19 años que es la hora de estudiar la secundaria. A partir de ahí desaparece la juventud, vienen a Buenos Aires, a La plata o a Junín.. Donde hay universidades, 9 de Julio no tiene universidad. Y a los 30, algunos, no todos, regresan, ya profesionales y forman familia. Por eso la orquesta está formada por múltiples edades, la edad más interesante no la tengo. Con el que mas podes flashar ¿viste? Eso lo tengo acá con Aire Liquido. 

¿Tocas varios instrumentos? 

Toco varios instrumentos, me dedico al violín, pero conozco casi todos, para poder trabajar, formar las orquestas fui estudiando un poquito de todos. Toco clarinete también, piano, guitarra… 

Estuviste viajando unos años por Europa, ahí aprendiste a tocar el clarinete. ¿La decisión de irte fue por la crisis de 2001? 

Me iba con la idea de averiguar por los conservatorios, de estudiar y viajar. Era un momento en el que venía laburando, era verano y quería probar fuerte, pero no tenía muy claro. Cuando pasa el quiebre de 2001 me apretó más para averiguar sobre estudios allá y quedarme. Fue todo muy informal, simplemente me quede y estuve viviendo en la indigencia un año. Me quede sin plata y me quedé viviendo con un mendigo debajo de un puente. 

¿No tenías pasaje de vuelta? 

Fui viajando al principio y cuando me tocaba regresar mi viejo me dijo que si estaba bien mejor me quede. Perdí el pasaje de vuelta y me quedaba poca plata. Todo esto sucedió en una ciudad que se llama San Sebastián, en el País Vasco. Me quedo a dormir en un subterráneo entonces tocaba el violín de día y de noche dormía a un costadito. Pero había otro músico que tocaba en el lugar, se llamaba Fernando, falleció. El no podía entender que yo llegara más temprano. Claro, yo estaba durmiendo ahí. En un momento me encaró y me dice: “Mira, vamos a hacer una cosa, nosotros dos vamos a tocar juntos, yo necesito tocar viste…”. Bueno esta bien.. Era un momento que yo no tenía nada que perder. Tocamos juntos y hacemos buena plata. Compramos algunas algo para comer, un vino y me pregunto donde estaba parando, luego me invitó a su casa. Yo lo seguí y resultó que la casa era abajo de un puente a unos 10 km en un pueblo llamado Errenteria. Medio borrachos, llegamos, fisuras, todo el día tocando, escabiando. Era de noche y me quedo planchado. Me levanto, veo que estoy ahí, debajo de un puente. Y como que la vi, dije si, me quedo acá. 

¿Era un lugar agradable? 

No es como acá, no era una villa donde uno corre ciertos riesgos. Era más como una vida en la naturaleza, estaba abajo de un puente en una casa de palet , en las afueras, pasaba el río ahí y estaba buenísimo. Empecé a juntar un poco de dinero porque quería volver en algún momento. Pero bueno, después conocí una chica y me puse de novio. Con ella comencé a trabajar en el bar de su hermana y eso fue como medio bizarro. ¿Viste?. Por que dormía debajo de un puente, laburaba en la calle y los fines de semana en el barcito. 

Te quedaste unos años en una posición mas cómoda, siempre volviendo a visitar a la Argentina. ¿Cómo fue tu regreso definitivo? 

Cuando vuelvo voy a Almagro, a mitad del 2008. En 2009 ya me afinco formal en Argentina y en 2010 armo “Aire Líquido”. 

¿Tenés algún proyecto en este momento? 

Ahora escribí un libro de cómo fundar orquestas, didáctico. Se llama Armamos una Orquesta, está disponible en internet. Son ejercicios que cuentan cómo podríamos. Pactar trabajos para todos los instrumentos de la orquesta para que la misma pueda mejorar. Teniendo en cuenta que no haya un conservatorio. 

Tu historia de vida es muy superadora. ¿Pensaste en escribir al respecto? 

Quiero escribir para que los chicos de los pueblos o de los lugares pequeños, donde espero seguir desembarcando, puedan viajar, como viaje yo. No se si tengan la posibilidad de hacerlo físicamente, pero que esas historias les sirvan para confiar que con la música se puede. Yo no era nadie especial soy de familia de trabajadores, no vengo de ninguna aristocracia ni nada y sin embargo tuve la suerte, a través de la ejercitación, de grandes profesores que tuve en el camino, de gran valentía, de ir a buscar al mundo y gracias a la Argentina desordenada también. Entiendo que es un desastre a veces, pero creo que ese desastre ayuda.

Salir o salir. 

Sí, salir o salir. 


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