La provincia del norte tiene nueva reina de los estudiantes. A pesar de la tendencia a discontinuar concursos de belleza entre adolescentes, el Estado gastó casi un millón de pesos en una elección que encendió controversias.
Por Andrea Roques
En la terminal las reciben fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas de radio. Los miembros de la comisión organizadora las abrazan, les sonríen con calidez, les dan una afectuosa bienvenida. Las que llegan a Cafayate son las reinas de los estudiantes de cada uno de los 18 departamentos de Salta: adolescentes mujeres que competirán por la corona provincial.
La elección se vive con furor y, pese a la tendencia a discontinuar este tipo de concursos, el municipio destina para su realización un presupuesto de 950 mil pesos. Suspenderlo significaría arrebatarle al pueblo una tradición que se celebra desde 1972 y la oportunidad de competir por el título máximo en San Salvador de Jujuy, sede permanente de la coronación nacional que consagró a Daniela Cardone en 1979 y a Carolina Pampita Ardohain en 1994.
ATRIBUTOS DE UNA REINA
Para poder portar el cetro y la corona hay que representar un estándar que depende el ministerio de Educación provincial, el mismo que impone la religión católica en las escuelas públicas de Salta. Según el reglamento de este año, las candidatas tienen que ser estudiantes argentinas nativas o nacionalizadas, nacidas mujer y tener entre 14 y 18 años.

Una circular de 2016 decía que debían ser solteras y sin hijos. El mismo año, Leonardo Ferrario, director general de Nivel Secundario de la provincia, dijo en un medio digital: “Lo único que hicimos fue cumplir con los requisitos que dispone el Ente Autárquico de la Elección Nacional. Si quieren ir a Jujuy, estos son los criterios para que allá no tengan malas noticias y les digan que no cumplen con las condiciones”.
La elección se celebró la noche del 8 de septiembre en la Bodega Encantada, sede de las famosas serenatas cafayateñas. En el público había más de 4 mil personas que alentaban a sus candidatas, agitaban carteles, tiraban papel picado. “En este valle calchaquí, todas somos reinas”, anunció la locutora durante la ceremonia, minutos antes de conocerse el resultado final.

Este mensaje fue el pilar del discurso del evento. Las autoridades locales, en este caso un gabinete con mayoría de mujeres, se esforzaron por destacar la importancia de ciertos valores por encima de la belleza física. Fernanda Pérez, directora de Turismo de Cafayate y quien además encabezó la comisión organizadora, señaló que el Municipio no está a favor de hacer un concurso de belleza entre estudiantes secundarias: “Nuestro primer planteo fue no querer hacer la elección, nosotros estamos en contra de la cosificación de la mujer, del sexismo y luchamos contra la violencia de género, pero entendemos que es importante para los chicos. Es su fiesta y parte del folclore. Entonces decidimos que lo teníamos que hacer, aunque con otro contexto”.
Por eso la comisión las coronó a todas con una tiara de flores. “El lema de nuestra fiesta es ‘Todas somos reinas’ porque entendemos que cada una es reina de su vida. Hacemos alusión a eso”, concluyó Pérez.
No obstante, la elección mantuvo características tradicionales y específicas de un concurso de belleza: modelaje con diferentes vestuarios, maquillaje, peinado, accesorios, un número en la muñeca, ramos de flores y un jurado. La premiación incluyó dos damas de honor, dos princesas y la coronación final de una sola reina. Los segundos premios parecieron tener sabor a derrota y a medida que se acercaba el final, aumentaba la densidad del desencanto. Las chicas que no ganaban nada empezaban a mostrar gestos de angustia y daba la impresión de que la tiara de flores no tenía el peso de una verdadera corona.
Finalmente, se anunció que la reina de los estudiantes de Salta era la representante del departamento Capital, Rocío Faber, de 17 años. La sorpresa para la gente que la acompañaba fue evidente y su mamá lloraba de emoción. La nueva representante manifestó su alegría en conferencia, rodeada de periodistas: “Todavía no me cae la ficha. No se puede explicar la felicidad que se siente poder representar a cada uno de los jóvenes de la provincia”.
DIOS SALVE A LA REINA
Las elegidas son expuestas en medios locales que no deshabilitan los comentarios en las notas. Los adolescentes pueden ser crueles. Los adultos, despiadados que se desentienden de la responsabilidad de su opinión cuando se trata de menores de edad. Puede leerse a usuarios denunciar fraude por la coronación de Rocío Faber y soltar sin reparo: “Averigüen con qué político comió a solas la nueva reina antes de ser elegida. Cena, sexo y ganó la niña.” Otros descalificaron su apariencia y cuestionaron el merecimiento del título. Mónica Faber, la mamá, se lamenta: ”Es una cosa que me impresiona. Los grandes agreden más que los chicos, dicen que compró el título, que está operada entera. La estoy cuidando como si fuera un cristal porque estamos en el ojo de la tormenta.”

El año pasado, la reina electa del departamento de San Martín fue lapidada en la web por los simpatizantes de otra candidata. Uno de los comentarios más suaves decía: “Un abismo entre una y otra. Lentes y justicia”. La adolescente tuvo que suspender su cuenta de Facebook por la cantidad de insultos que recibía y la disconformidad de algunos adquirió tal dimensión que inclusive organizaron una marcha para exigir su destitución.
Algunos estudiantes, conscientes de las consecuencias, decidieron que sus escuelas no participarían de la elección. El cuerpo de delegados de un colegio del departamento de San Carlos redactó un comunicado de prensa en el que afirma “no estar de acuerdo con la exposición a la que se somete a nuestras compañeras estos eventos”. Los chicos argumentaron: “Los patrones en los que se basa la elección potencian problemáticas de bullying y violencia de género que intentamos combatir”.
“En cambio, sí decidieron participar del desfile tradicional de carrozas que implica un trabajo en equipo, fortalece la creatividad y los lazos entre ellos”, contrastó Andrea Lucero, asistente social y coordinadora ad-honorem de los chicos. “El planteo nació de ellos. Yo los ayudé a organizar sus ideas”.
Agustín Tolado, delegado de sexto año de la misma escuela explicó: “Nos gusta estar en contacto con la juventud. Lo más importante para nosotros es que nos alegra la vida y nuestra pasión es disfrutar. Es parte de nuestra cultura, nacimos con esto”.
Una vez designada la nueva reina, el jurado redacta un acta que después el Municipio eleva al Ministerio de Educación. Mediante una resolución provincial, la cartera habilita a la elegida a participar de la elección nacional en San Salvador de Jujuy. Además, la portadora de la corona queda a disposición del gobierno y debe concurrir a cada evento protocolar que este considere. Caso contrario, puede perder los atributos. Tal es así, que Rocío tiene que faltar a la escuela si es necesario y no se le computa la inasistencia.
Las que parten de Cafayate son las reinas de los estudiantes de cada uno de los 18 departamentos de Salta. Pero no las despiden fotógrafos, cámaras de televisión ni periodistas de radio porque ahora sólo les interesa entrevistar a una: la que lleva el peso de la corona provincial.
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