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VIAJAR POR CUENTA PROPIA


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Tres personas rodean un taxi en San Telmo, en la esquina de Belgrano y Defensa. Un joven sostiene en sus brazos a una chica de unos 30 años mientras el conductor, parado a su lado, abre la puerta trasera y mete una silla de ruedas en el auto. Con ayuda, la joven con discapacidad motriz consigue sentarse como puede en el asiento trasero. Esta secuencia se repite a diario en la Ciudad de Buenos Aires. Es que de los 36.937 taxis que componen la flota porteña ninguno es accesible a personas con discapacidad. El servicio actual no les da completa autonomía a los discapacitados y muchos optan por pagar una tarifa el doble de costosa y contratar servicios de remises especiales para trasladarse.

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Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en la Ciudad de Buenos Aires el 11 por ciento de la población tiene alguna Dificultad o Limitación Permanente (DLP), es decir 316.844 personas. En todo el país, el número alcanza a 5.114.190 de habitantes, es decir, más de uno de cada diez. Carla tiene 43 años y una discapacidad motora desde los 8. Vive sola en un departamento en el barrio de Almagro y para viajar por la ciudad alterna entre la Línea B de subte y radio taxis en las horas pico. “Tomo un taxi una vez por semana para ir a cuidar a mis sobrinos. Cuando pido un radio taxi, tengo que avisar que soy discapacitada y eso demora mucho el viaje”. No es la única. Para ellos, no sólo esperar al vehículo es un problema, también lo es abordarlo. “Si estoy sola y nadie puede ayudarme sólo puedo confiar en la buena voluntad del chofer del taxi”, relata Carla. Aunque reconoce no estar en tema, se ilusiona con la posibilidad de que Buenos Aires cuente con la primera flota de taxis accesibles: “A nosotros tomar el taxi sin bajar de la silla de ruedas nos facilitaría mucho”. Del Informe “Población con dificultad o limitación permanente”, publicado por el INDEC en octubre de 2014, se desprende que del total de personas con discapacidad, un 20 % tiene discapacidad motora inferior.
Andrea Grassia es miembro de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI) y una de las principales asesoras en el proyecto de ley para la creación del Servicio de Taxis Accesible,, presentado en la Legislatura. Su trabajo cotidiano con personas con discapacidad le permite entender los inconvenientes que se presentan a la hora de viajar: “El problema que tienen los taxis actuales es que no cuentan con un sistema que permita que las personas puedan subir sin bajarse de la silla de ruedas. Los que quieren viajar en un sistema más seguro terminan optando por pagar tarifas más altas y se mueven en transportes especiales”. Un servicio de remises en furgonetas con un amplio espacio trasero para discapacitados, desde el barrio porteño de Villa Crespo hasta la localidad de Vicente López, provincia de Buenos Aires, tiene un costo de $ 350. El mismo trayecto, en un taxi de la Ciudad de Buenos Aires, se estima en un valor de $ 180, casi un 100 % menos.

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En materia legislativa, la Ley Nacional Nº 24.314, sancionada en 1994, estableció como prioridad la eliminación de barreras físicas en el transporte “a fin de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida”. La iniciativa presentada por los legisladores porteños Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), Claudio Palmeyro (Bloque Sindical Peronista) y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, apunta en ese sentido.
“La idea de este proyecto de ley es que el discapacitado pueda viajar en su silla y con tarifas iguales a la del servicio de taxis actual. Lo importante es garantizar la seguridad y la autonomía de la persona”, resalta como puntos fuertes de la normativa la representante de REDI. Aunque aún resta la aprobación del Dictamen en la Comisión de Políticas de Promoción e Integración Social, fuentes de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires estiman que el proyecto llegará al recinto y será aprobado antes de fin de año.
Equipados con una rampa de ingreso trasera, los taxis accesibles permiten que el pasajero viaje sentado en su silla de ruedas y con lugar hasta para tres acompañantes. El proyecto de ley establece que estos vehículos deben ser de igual valor y características que los existentes, deben contar con sistemas de localización satelital y deben permitir a los usuarios acceder al servicio en la vía pública. En países donde este tipo de transporte funciona, los modelos más utilizados son Kangoo y Partner, furgonetas de apertura completa de su puerta trasera y con un diseño amplio que permite que una persona en silla de ruedas viaje acompañada. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires extenderá, en una primera etapa, 200 licencias para taxis accesibles a las que podrán acceder conductores que cuenten con este tipo de vehículos, luego de asistir a una capacitación enfocada en los derechos de las personas con discapacidad.

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De aprobarse esta nueva flota de taxis, Buenos Aires no será la primera ciudad en contar con este servicio: en Nueva York funciona desde 2008 y las ciudades de Estocolmo y Río de Janeiro también cuentan con estos vehículos accesibles. En Argentina, la ciudad chubutense de Puerto Madryn incorporó en 2014 unidades para personas discapacitadas o con movilidad reducida.


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