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50 años del álbum Artaud de Luis Alberto Spinetta: las influencias de este disco en obras de otros artistas


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En octubre de 1973 el “Flaco” Spinetta sacó su segundo disco solista que se convertiría en uno -o en palabras de los eruditos- el mejor y más influyente de los álbumes del rock nacional argentino. Cuáles fueron algunos de los músicos, periodistas y escritores que basaron sus obras en esta joya.

“Artaud”, el disco compuesto por Luis Alberto Spinetta, de tapa verde y amarilla con forma de estrella difícil de ubicar en las bateas de las disquerías en los 70, cumple 50 años en octubre. Es considerado –según los más importantes críticos- como el mejor y más influyente de la historia del rock nacional. Este álbum que salió bajo el nombre de la banda Pescado Rabioso, a la cual también pertenecía Luis Alberto, ya se había disuelto y como por temas contractuales con la discográfica debían sacar otro disco, el guitarrista  se puso el trabajo al hombro, lo compuso en soledad, y lo tocó y grabó con la participación de Emilio Del Guercio, Rodolfo García (ex compañeros de Almendra, su primera banda) y Carlos Gustavo Spinetta (su hermano).

El título del álbum tiene que ver con las lecturas de Luis entre las que estaban las obras de Antonin Artaud, poeta francés creador del Teatro de la crueldad.

“Artaud es un disco que dejó una fuerte impronta en el momento en que apareció y en mi opinión su influencia en el rock nacional ha ido creciendo con el paso de los años y de las décadas hasta convertirlo en uno de los clásicos de la música argentina, más allá incluso del ámbito del rock”, afirmó Alfredo Rosso, reconocido periodista de rock. Y continuó: “Este disco influenció a muchos y muchas artistas de los más variados géneros y estilos. Esto está demostrado no sólo porque se hayan hecho varias versiones de sus temas y hasta haya álbumes homenaje que lo reproducen de principio a fin, sino porque impactó fuertemente desde el plano emocional. Spinetta en Artaud llega al oyente en forma directa y sin anestesia”.

El “Flaco” como todos solían llamarlo desde siempre por su contextura física, sacó este álbum cuando tenía 23 años, y según Rosso, en él examinó su vida. El periodista cree que es un disco íntimo, a la vez existencial y místico. “Son tratadas cuestiones universales, como quiénes somos, porqué estamos aquí o cómo nos relacionamos con nuestros semejantes. Todas estas cuestiones subyacen la poesía de las canciones, como en “Todas las hojas son del viento”, “Cantata de puentes amarillos”, “Superchería” y “Las habladurías del mundo”, destacó.  “Uno escucha Artaud, y tiene la sensación de que Spinetta está en tu living hablando con vos, contándote cómo ve él la vida”. 

Por el lado de la música, Emilio Del Guercio, bajista, amigo –familia, como dijo sentirse- y ex compañero del Flaco en el grupo Almendra –mítica banda del rock nacional- no está seguro de si hubo un antes y un después de este disco. “Hay mucha gente que habla de eso, yo no me doy mucho cuenta ¿sabés? Es probable que sí, pero no creo ser el indicado para decir eso porque estoy y estuve dentro de la película, del disco”, afirmó el músico. 

Explicó que como se conocieron desde muy chicos, y todas esas músicas ya las había escuchado antes, probablemente sí, pero no podría aseverar tan contundentemente, que quizás otros músicos más jóvenes que recibieron eso de otra manera, podrían sentirlo así.

Pensando en cómo influenció esta obra en otras artes, Rosso no sabe muy bien si Spinetta se dio cuenta cabalmente de lo provocó Artaud. “Quizás en su fuero íntimo sintió que había hecho una obra fuera de lo común, única. Pero él nunca era de mirar atrás. Hay una frase famosa suya que dice “Aunque me fuercen yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado fue mejor, ¡mañana es mejor!”. Y eso evidencia que el Flaco siempre estuvo a la búsqueda de algo nuevo, creativo e inédito”, subrayó.  

La frase a la que Rosso hace referencia pertenece a “Cantata de puentes amarillos” uno de los maravillosos temas de este álbum que cambió para siempre la forma de pensar y sentir la música.

Se cumplen 50 años y el erudito y crítico de rock afirmó que no suele comparar la obra de un músico tomando a otros como referencia ante la consulta de sí este disco del “Flaco” podría convertirse en un clásico como los de grandes compositores de la historia mundial.  “Sé muy bien que a Spinetta tampoco le gustaban las comparaciones, por ejemplo, no le gustaba que le dijeran que era el “John Lennon” argentino, él decía “Yo soy Spinetta”, recordó. Y aclaró que está muy de acuerdo con el músico en eso. “Luis siempre fue él mismo, y toda su obra y Artaud en particular, brilla y brillará siempre con luz propia”. 

Hablando de músicos que fueron influenciados por este disco como también por toda la obra del Flaco, fue Gustavo Cerati quien confesó abiertamente su devoción por el guitarrista de Almendra. En una entrevista que le hicieron a Adrián Taverna (amigo y sonidista histórico de Soda Stereo y Cerati solista) para Enremolinos dijo que cuando Gustavo estaba pensando hacer un disco solista fuera de Soda, le pidió algunos discos porque él tenía muchos. “Yo le di Artaud, porque siempre admiró mucho a Spinetta y quería hacer algo, pero no sabía qué. Y le dije “buscá por acá”, que vas a encontrar algo”, recordó Taverna.

Finalmente en “Amor amarillo”, su primer disco solista el frontman de Soda grabó un cover de “Bajan”, el segundo tema del lado 2 de Artaud que ambos guitarristas tocarían en varias oportunidades juntos para el deleite de los fans de ambos.

Hubo otra oportunidad donde Cerati le hizo un guiño al Flaco. En el Unplugged que Soda grabó para el canal de música MTV. En medio del tema “Té para tres” Gustavo toca el sólo de guitarra que está en “Cementerio club”, la canción 2 del lado 1 de Artaud.

De igual forma, el escritor, historiador y ensayista Sergio Pujol se sintió influenciado por el álbum del Flaco que lo llevó a escribir “El año de Artaud, rock y política en 1973”. En una entrevista para Realpolitik, Pujol afirmó: “Es verdad que política y rock transitan andariveles diferentes pero podemos decir que van en igual dirección. Hay en ambas prácticas una narrativa de futuro muy enfática. El “mañana es mejor” de Cantata de puentes amarillos” dialoga con los proyectos revolucionarios de la primavera camporista”. 

De igual manera el escritor indicó en esa nota que Spinetta no encajó del todo bien en ningún partido político en ningún momento de su vida. Sin embargo, cree que lo notable de él y particularmente del disco Artaud, es que su visión del arte y de la música tenía el “hálito utópico de las más osadas revoluciones”. 

En otro ámbito, no lejos de la música, Walter Morena, fotógrafo y sonidista de la banda Nube 9 liderada por Fernando Blanco -ex Súper Ratones- expresó: “Definitivamente sí creo que hubo un antes y un después de Artaud”.  El sonidista confesó que empezó a descubrir al Flaco hacía unos diez años, que lo que conocía de él era muy limitado. “Pude comprar este álbum en vinilo hace unos cinco años y me voló la cabeza, está entre mis discos top del rock nacional”, sintetizó.

Por otra parte, volviendo a las influencias, Del Guercio recordó algo y explicó: “Obvio que Luis ha influenciado a muchos artistas, pero si te puedo definir algo tiene que ver con el ADN nuestro como artistas. En Almendra nosotros hablábamos mucho y conceptualizábamos lo que estábamos haciendo. No sabíamos que íbamos a tener semejante trascendencia”. Contó que siempre extendieron el área específica de lo que era su arte y hablaban sobre él. Sobre el actuar de la sociedad, de cada individuo personalmente, y que creía que esa conceptualización que hicieron, y que hizo Luis específicamente, él más conocido entre ellos, “era lo que había creado también la influencia”.

También el ex Almendra y Aquelarre formó parte del primer homenaje por los 50 años del disco que se realizó en el Teatro Colón.

“Adrián Iaies (músico de la corriente del jazz) me llamó para que toque cuatro temas, pero como por un accidente que tuve en una mano no puedo tocar el bajo por un tiempo le propuse cantar”, contó Emilio. 

Los conciertos se realizaron el 22 y 23 de mayo. Hubo tres funciones para las cuales las entradas volaron. Todo comenzó con fragmentos de recitales que dio Luis. Iaies sumó a doce músicos en el escenario, entre los que estuvieron el director de orquesta Ezequiel Fautario, dos vocalistas Débora Nixon y Sol Liebeskind y dos invitados, el bandoneonista Santiago Arias y el ya mencionado Emilio Del Guercio.

También Emilio contó que Iaies no hizo los arreglos que la gente conoce del disco de Luis, y tampoco covers, realizó una rearmonización de esas canciones de una “manera sumamente original”. “Fue una experiencia bárbara, muy shockeante para mí porque ¡estaba parado en el escenario cantando una cosa que grabé hace 50 años! No debería decir eso, que fue hace 50 años, se me cae el DNI”, admitió riendo.

Finalmente agregó que siente que tiene un fueguito adentro que no se apaga, que se apagará cuando se vaya de este mundo. “En el caso de Luis que se fue, quedó viva la llama de su música que es preciosa, por suerte quedó vivo eso, ¿no?”, concluyó.


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