Leyla Bechara es una de las comunicadoras peronistas que más creció en la pandemia. Sus redes sociales funcionan como un espacio de discusión y su habitación como una unidad básica streamer. ¿Quién es esta joven politóloga transfeminista que cada vez tiene más views en Instagram, YouTube y Twitch?
—¿Cómo decidiste empezar a militar orgánicamente?
—Estaba en Retiro para ir a mi pueblo, viene un chico a pedirme plata y yo no le doy. Le digo: ¨Si queres te compro un pancho¨. Esto es super de colonizador queriendo salvarlo y que no use la plata para drogarse. Un nene de 12 años. ¿Quién soy yo? El pibe me escupe en la cara. Me subo al bondi y había calefacción con una frazadita. Todas las comodidades. Cuando llego a mi pueblo, me cruzo a mi profesor que era crack, gremialista docente y un compañerazo increíble. Fue el mejor profesor que tuve. Falleció después de un tiempo de un ACV. Estábamos en un boliche y yo completamente en pedo le digo: ¨Jesús, tengo que empezar a militar. Me pasó esto y me di cuenta de todo. Este mundo está mal y yo soy una pelotuda¨. Me dijo: ¨Sí, hacelo¨. Asumí una responsabilidad.
Foto: El setup streamer y espacio de trabajo de Leyla
El cenit de la carrera de Leyla, hasta el momento, llegó con su aparición en Saliendo que es eléctrica, un programa que conduce Pedro Rosemblat junto a Martín Rechimuzzi y sale en vivo por YouTube todos los domingos. Ella acompañaba a Pedro con una camisa floreada, los rulos atados con una colita y sus lentes. El programa cubría las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Detrás de cámara ¨Becha¨ le confesó a Pedro que leía a su personaje Pibe trosko en Twitter, pero que no likeaba ni compartía sus tuits porque no quería que pensaran que era kirchnerista.Plot twist, el 12 de septiembre de 2021 no solo cubriría la fecha electoral, sino que también participaría en la campaña del Frente de Todos en Twitch, una plataforma de transmisión en vivo.
El contacto con Pedro fue espaciado en el tiempo. Luego de la entrevista que el humorista y conductor de Patrulla perdida le hizo al presidente Alberto Fernández en mayo del 2021, Leyla vio que en una edición de Esta semana en Springfield Rosemblat convocó a ocupar nuevos terrenos como las redes y en lo posible organizar unidades básicas virtuales. ¨Mirá, quiero renunciar a mi trabajo, pero sé que no lo tengo que hacer. Todo lo que dijiste en este Springfield me motiva un montón. Quiero trabajar para ustedes. No sé si hay plata, no sé cuántos son. Este es mi link de Instagram. Yo hago esto. Si les sirve de algo, sé editar y hago guiones. Avisame. Un beso compañero¨, le escribió por mail al humorista. Pasaron los meses y recibió una notificación en su celular. Era el follow de Rosemblat. Unas semanas después lo hizo su equipo de trabajo. Leyla veía que miraban sus historias. Algo estaba por suceder.
¨Mi nombre es Leyla, me dicen ‘Becha’. Soy politóloga, kirchnerista, transfeminista y me gusta mucho internet. ¡En este stream nos encontramos para organizar la revolución! ¡Prendo los lunes y jueves a las 20 hs (arg) y cuando me pinta!¨, escribe Leyla en su usuario de Twitch. Antes de prender la cámara enciende la luz de video continuo ubicada en un trípode para iluminar el perfil derecho de su cara. El cuadro icónico de Perón y Evita abrazándose en el cabildo abierto del justicialismo en 1951 y una tira de luz led magenta se funden en la pared para transformar la habitación en una unidad básica streamer.
En una transmisión con Federico Pazo como invitado, streamer de la Unidad Básica Viva Perón 420 (UBVP 420), Leyla trajo como debate la integración de las consignas de cuidado medioambiental por parte del Frente de Todos y la articulación con la agrupación Jóvenes por el clima. El chat explotó y los viewers crecieron cuando comentó la dupla Pedro y Martín Rechimuzzi. La invitación era inminente. Llegó por fin la semana previa a las PASO y sonó el teléfono:
—Queremos trabajar con vos. El día de las elecciones vamos a hacer una emisión especial. ¿Querés participar? —Le preguntó Pedro por teléfono.
—Sí. —Le contestó Leyla. No hablaron hasta el domingo.
En el programa, las sonrisas del inicio tras los boca de urna favorables al FDT se fueron desdibujando con los resultados finales. Para ella fue un ¨bajón¨. Aunque todavía no podía creer el momento que vivía, quería que todo fuera diferente.
Leyla nació el 11 de marzo de 1996 en Santa Regina, un pueblo muy chico del noroeste de la provincia de Buenos Aires. Su madre es enfermera y su padre médico. Ambos se encargaban de la salud del pueblo. En 2011 decidieron mudarse a General Villegas. Antes, Leyla no conocía sobre la existencia de las clases sociales y fue ¨muy loco¨ mudarse de un pueblo de 800 personas a una ciudad de 20 mil porque nadie la conocía ni sabían de dónde venía. Cuenta que ¨venía de tener amigos en todos lados¨ y con el cambio pensó que ¨si así es como funciona el mundo es una mierda¨. En el colegio se peleaba con los profesores ¨gorilas¨y se llevaba bien con los que eran ¨más kukas¨. En ese momento era ¨troska¨. Leía la Izquierda Diario, le parecía que ¨el kirchnerismo defendía el poder concentrado y que hacía todo por demagogia¨. Era la herramienta que tenía a mano y le parecía muy fácil de leer. Para Leyla ¨los capitalistas eran los peores y los kirchneristas jugaban con el campo¨.
Su experiencia militante empezó a los 12 años, cuando en el colegio de Santa Regina, Escuela N7 Bernardino Rivadavia, convocaron a su curso para formar un centro de estudiantes. Desde el Ministerio de Educación, les dieron unos cuadernillos llenos de dibujos y fotos del recorrido de la historia del movimiento estudiantil. También venía con un modelo de estatuto del gremio. Se organizaron elecciones y ganó su lista, el Movimiento Estudiantil Revolucionario (MER). Luego, en 2012, entró al centro del Colegio Nacional Villegas. ¨Ahí éramos todos compañeros medios troskos, independientes. Tampoco se podía hablar de partidos. Las listas eran de colores, no podíamos tener nombres. Estábamos más picados. Impulsamos la reforma del estatuto de convivencia porque a las pibas no nos dejaban usar pantalón corto para educación física. Pelotudeces. Yo siento que fue todo un proceso de que me guste la política, la práctica de discutir y sentarme a defender cosas. Hablar con las autoridades, negociar, impulsar a los pibes que participen, pasar por cursos. Toda falopa que después entendí que fue mi primera base¨, dice Leyla.
Cuando empezó a estudiar la Licenciatura en Ciencia Política entró a la facultad y vio todos los afiches pegados en las paredes de los pasillos y las aulas. Ahí se produjeron cambios definitivos en su pensamiento ideológico. El diálogo casi contradictorio entre las lecturas de Karl Marx y la clase de economía la acercaron al kirchnerismo. Ya en la militancia orgánica conoció a Luca Zaydan, con quien comparte el departamento.
—Luca, ¿cómo conociste a Becha?
—Conocí a Becha en el primer año de la carrera de ciencia política, cursando teoría política y social. Teníamos grupos distintos de amigos. Entonces, nos encontrábamos en el aula, pero no interactuábamos mucho más allá. Todo ese primer año y segundo de la carrera, la tenía de vista. Quizá habíamos cursado alguna que otra materia. Después empecé a militar en la facultad de ciencias sociales en el verano de 2017. No cursé con ella pero sí con otro pibe que me llevó a militar. En esa organización, el Mate de Nuevo Encuentro, ya militaba “Becha” hace un par de años y ahí nos conocimos. O sea, ya la conocía, pero rápidamente nos encontramos y nos hicimos amigos. “Becha” fue de las mejores amigas que me hice ahí. Cuando dejamos de militar los dos seguimos viendonos para salir a tomar algo, a bailar, a cumpleaños y a encontrarnos por fuera de la la facultad.
La carrera de Ciencia Política es una base, una herramienta que, al contrario de un abogado que trabaja en un buffet, le permite la versatilidad necesaria para cambiar de proyectos. A ella no le gusta casarse con algo, hacer siempre lo mismo, aburrirse y abandonarlo. Por eso su título es el que más se adapta a su forma de trabajo.
La comunicación política que fue la orientación que optó en el plan de estudios, le permitió trabajar y vivir. Sus primeros pasos en el mundo digital no arrancaron ahora, sino durante la militancia universitaria con la gestión de las redes de la agrupación y luego en el 2019 realizó proyectos como ¨A cara lavada¨ junto a Martina Luna, también estudiante de Ciencia Política en ese momento. En una charla, Martina cuenta cómo surgió el proyecto y conoció a Leyla:
—Surge porque Luciana Peker nos da la idea. Yo ya venía con ganas de hacer algo con “Becha”. Nos conocimos por Instagram porque ella subía historias muy divertidas, muy interesantes. La verdad es que, como seguidora, me pasaba que quería charlar con ella porque es una piba que me parece tan interesante y que debe tener tanto para decir, más allá de la pantalla. Ya lo que ofrecía en las redes era super rico. Entonces, le mandé un mensaje que teníamos que hacer algo juntas.
La dinámica del programa era entrevistar personajes de interés con perspectiva de género, como Luciana Peker, Flor Freijo, Brenda Mato e Ivan Chausovsky, durante el contexto del debate por el aborto mientras Martina maquillaba. Así explica el rol de su compañera:
—El maquillaje era una excusa para ir tocando distintas temáticas desde la voz de las personas que queríamos escuchar. Para eso necesitábamos producción, cranearlo y hacerlo realidad, y “Becha” tiene ese don. Tiene el don de hacer realidad las cosas. De ir para adelante, ser decidida y poner primera. Estar con ella fue una gran ayuda en “A cara lavada” porque era quien se ocupaba de hacer las cosas posibles. Básicamente, se hizo cargo del rol de la producción. Pensábamos cuál iba a ser la línea, de qué temas queríamos hablar, cuáles iban a ser las preguntas que les íbamos a hacer a les entrevistades y también la elección de quien entrevistar según lo que queríamos contar en ese momento.
Llegó la pandemia y Leyla contaba con un arsenal de habilidades, como la edición de videos, que le posibilitaron crecer en Instagram y YouTube. A eso se sumó la gran oferta de contenidos a los que ella podía reaccionar y opinar. Es acá donde surge Twitch con una primera transmisión el 27 de octubre del 2020 sobre el aniversario de la muerte de Néstor.
—¿Tenés una rutina para stremear?
—No tengo una rutina. Entendí que hay algo de lo genuino que sucede ahí que es lo que garpa, porque entiendo qué es lo que consumo cuando veo streamers. A mí me gusta que les salga natural, que no me mientan, que no tengan algo armado. Entonces hago lo mismo. Si tengo ganas de hablar sobre cosas que acaban de pasar, yo prendo y hablamos. Estos días estuvo creciendo la cantidad de viewers que tengo y la gente está necesitada de un espacio de contención que no tienen. El diferencial está en hablar con una persona más, con una compañera, una militante más que tiene la mismas preocupaciones que ustedes y vamos a destrabarlas juntos porque si no es una paja.
—Es interesante que haya un ida y vuelta con el chat.
—Es interesante porque la gente siente que tiene una voz que nunca le dieron. Que haya una persona que tiene una cámara prendida y que lea tu comentario. A mí me pasa cuando Pedro lee un comentario mío y me dice: ¨No ¿te parece?¨. Es eso. Es que te escuchen, que te lean, que pongan en tensión lo que estás diciendo porque sino es alguien hablando solo. La tele es eso.
Todo su trabajo en redes dio frutos, pero aún queda por delante ver su actuación en la película Argentina,1985. Leyla acaba de terminar de rodar su papel como fiscal. La película que tiene a Ricardo Darín y Peter Lanzani como protagonistas se estrena en 2022.
—¿Cómo te contactaron?
Me escribieron para la película por Instagram y YouTube. La directora de casting me había empezado a seguir hace poco por una amiga de la primaria de ella que había compartido cosas mías. Le parecía que daba el perfil, me escribió y le dije que sí. Tuve que firmar un contrato de confidencialidad. Era mi cumpleaños y yo me mudaba. Tenía que hacer un autocasting. Malisimo el autocasting. Malisimo. A la semana me llamaron para el callback. Lo hice siempre creyendo que no me iban a llamar y me dijeron: ¨Sí, quedaste para la película¨. Mentira, le dije. ¨Sí, quedaste, Van a estar Ricardo Darín y Peter Lanzani¨. Cuando le cuente a mi mamá me muero, pensé. Arrancamos a filmar en julio. En junio hicimos los ensayos y las pruebas de vestuario. Todavía no entiendo nada
—¿Cuál es tu participación en la película?
—Tengo un montón de escenas. Somos un equipo re piola, aparte son todos pibes de mi edad. Un mundo súper comprometido con la historia del Juicio a las Juntas. Nosotros hacemos del equipo de la fiscalía que investiga a los milicos. La historia es fantástica. Ahí está el guión (señala un cuadernillo que está en el mueble de la tele y de su buzo se asoman los tatuajes de su brazo derecho). Yo no lo podía creer, no solo porque era una película de Santiago Mitre, sino también porque era sobre el Juicio a las Juntas. Políticamente ya es un montón lo que va a pasar. Estoy flasheando que la van a pasar en los colegios como una Noche de los lápices 2. Una historia que no se había contado hasta el momento.
Mientras espera, Leyla cuenta y sueña con encontrarse a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo en la premiere. Dice que si sucede se va a sentir realizada.
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