Tras dos años de pandemia surgieron diversos problemas relacionados al servicio de catering en las aerolíneas. Desde la suspensión de todo tipo de snack o vianda, hasta el deterioro en la calidad de los alimentos.
Desde siempre la comida a bordo de los aviones comerciales ha despertado un abanico de opiniones que a veces parece hasta exagerado para lo reducida que es la oferta. Desde personas que consideran que la comida de avión casi no puede ser considerada comida, hasta viajeros que, quizás dentro del placebo que genera volar, esperan el momento del servicio sólo para sorprenderse con lo que la aerolínea tenga para ofrecer: “¿pasta o pollo?”, “¿té o café?”.
Existe una comunidad de viajeros llamada Airlines Meals que desde el año 2001 documenta de manera religiosa la comida que sirven en más de 700 aerolíneas, como para que el resto de la gente que se sube a un avión tenga una idea estimada de lo que pueda llegar a encontrar a bordo. Por una cuestión completamente lógica, a partir de marzo del año 2020 el flujo de imágenes descendió de una manera drástica. ¿Qué pasó con la comida en los aviones después de la pandemia?
La pregunta es un poco capciosa, o por lo menos tiene muchas aristas. En algún punto, se podría decir que hasta es acertado pensar que en la era en la que las aerolíneas buscan la manera de ahorrar haciendo recortes por todos lados (de aquí la aparición de más y más clases con más o menos comodidades, como es el caso de Iberia con sus clases premium, óptima, y demás), el recorte obligado que tuvo que hacerse en la comida para acatar a las reglamentaciones sanitarias que se fueron imponiendo fue la excusa perfecta para dar un paso del que no se pudo volver (y seguramente no se pueda, o mejor dicho, no se quiera).
“Con motivo de las medidas sanitarias aplicadas en el contexto actual por Covid19, el servicio de comidas y bebidas a bordo se encuentra limitado según la duración del vuelo y el destino”, advierte Aerolíneas Argentinas en su sitio web para que ningún pasajero se sorprenda. Esta aclaración viene seguida de un detalle de qué se sirve a bordo, dependiendo de la duración del vuelo. Recién a partir de las 2:30hs en el aire recién se empieza a pensar en algún tipo de snack o comida. Es normal para los tiempos que corren, pero recordemos que hace no tanto (año 2015, con exactitud) la ya desaparecida Alitalia servía café y galletitas en vuelos de una hora. Recuerdos de otra vida, y eso que ni siquiera estamos analizando lo que llegó a ser el servicio a bordo durante los años 70 o incluso antes. Un verdadero banquete.
Hacia comienzos de septiembre del año 2020, muchas aerolíneas comenzaron a retomar el servicio de alimentación a bordo pero con variados cambios. Los carritos de comida caliente comenzaron a ser reemplazados por botellas de agua pequeñas, toallitas desinfectantes y quizás algún snack, si están en un día de suerte y volando con una aerolínea que aún se preocupa algo por el bienestar de sus pasajeros (y esto no tiene nada que ver con el precio de los pasajes).
En cuestión de gastos para las aerolíneas, los viajes de corto radio son los que han sido de mayor beneficio: el servicio se eliminó sin escrúpulos y, ni bien las normativas lo permitieron, se introdujeron servicios de venta a bordo que antes ya existían, pero ahora pasaron a ser la única opción. Aunque en un principio quizás las opciones eran más limitadas, como alimentos envasados o sándwiches fríos, la oferta es cada vez más grande y el procedimiento está cada vez más aceitado: según indica Aviacionline, la low-cost de Iberia, Iberia Express, ha lanzado una aplicación móvil llamada “In-Seat Order” que permite a los pasajeros pedir comida caliente (y abonarla) desde la comodidad de su butaca.
En vuelos de largo radio, sin embargo, tuvieron que ponerse un poco más creativos a la hora de buscar alternativas una vez que no había excusa para dejar de servir comida. Si bien al principio muchas aerolíneas se manejaron sólo sirviendo menús fríos, pre-envasados, la vuelta de la comida caliente sólo significó una cosa: había que reducir cantidad. Para poner en dimensión, un vuelo de Buenos Aires a Madrid (casi 12 horas de viaje) solía contar con dos servicios de comida (desayuno y almuerzo o cena y desayuno) y, en algunos casos, un snack rápido. Al día de hoy, grandes aerolíneas, como la española Air Europa (cuyos pasajes están en la escala de los más costosos, incluso en clase turista) optaron por brindar un solo servicio a lo largo de todo el vuelo: sólo cena o sólo almuerzo, dependiendo de la hora. Esto provocó descontento en quienes viajan y no consideran apropiada una única comida en casi medio día. Iberia, por su parte, aún conserva algo de lo que fue antes de la pandemia y ofrece dos servicios, además de cubiertos de metal ( impensado en las clases más económicas hoy en día) y la opción de bebidas alcohólicas en vuelos transoceánicos.
“En general, la principal diferencia se notó en la falta de opciones al momento de servir la comida” cuenta Lucía M., sobrecargo en vuelos internacionales de Air France, aerolínea de bandera francesa. “Antes, los pasajeros de clase turista podían elegir entre dos opciones de menú en vuelos largos y después de la pandemia pasamos a trabajar sólo con una opción, generalmente fría y preenvasada. Recién ahora estamos volviendo a ofrecer servicio caliente, pero de manera distinta y tardando más tiempo por las reglas de higiene. Algunos de nuestros aviones están incorporando “bares” con auto-servicio para que el intercambio entre personas sea el mínimo indispensable.
Entonces, considerando que la pandemia produjo la reducción de costos y de comodidades… ¿Volverá la alimentación a bordo a ser lo que fue antes de marzo de 2020? La respuesta es incierta, pero poco prometedora. Las grandes aerolíneas no parecieran tener muchas intenciones de volver atrás y la creciente aparición de las low-cost provoca que no se cuente ni siquiera con la opción de comida a bordo. No es raro pensar que la comida pasó a un lugar secundario y se quedará ahí.
Como dato interesante, durante el año 2020 algunas filiales de la empresa líder de cátering a bordo Gate Gourmet (Perú y Australia), al igual que Tamam Kitchen (quien provee a Turkish Airlines) e Imperfect Foods (para JetBlue en Estados Unidos), reinventaron su negocio debido a la falta de vuelos y comenzaron a vender comida de avión por internet para quien quisiera recibirla en su hogar.
Con la vuelta de la aviación comercial, estos servicios desaparecieron y volvieron a estar enfocados en el público a bordo. Sin embargo, con tantos recortes y tanto descontento por parte de los pasajeros, uno no puede evitar preguntarse: ¿será este el futuro de la comida a bordo? ¿Un negocio futuro con dejos nostálgicos en el que las empresas se dediquen a recrear lo que alguna vez sirvieron al viajar? Seguramente, en algunos años tendremos la respuesta. Por ahora sólo queda leer bien la página de las aerolíneas antes de sacar el pasaje si nos importa la comida y no queremos llevarnos una desagradable sorpresa a 10500 metros de altura.
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