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CONSEGUIR UNA VACANTE, UNA MISIÓN CASI IMPOSIBLE


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Los padres, maestros y gremios de docentes denuncian que no hay vacantes en la educación inicial, en particular en los jardines maternales, que van desde los 45 días hasta los tres años.

Este año se recibieron 30.788 pedidos de inscripciones de los cuales sólo 23.123 fueron asignados. Es decir, 10.665 nenes se quedaron sin su lugar en la escuela pública porteña. Los horarios del jardín son variados: jornada simple en turno mañana o tarde, y jornada extendida, de 9 a 16 hs., según informaron desde el gremio Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).

“En la escuela en la que estoy en la lista de espera es en la Escuela Infantil N°3 del Hospital Gral. De Agudos Dr. Cosme Argerich. Pertenece al barrio de La Boca. No hay vacantes en los jardines porque no hay escuelas suficientes para tantos niños y tampoco se están creando espacios”, denunció Dalia, madre de Gabriela, de 2 años.

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Los jardines maternales en la Ciudad de Buenos Aires son 18 . Hay diferentes divisiones: en la sala de lactario (45 días a 1 año) se trabaja con 12 niños; en la sala de deambuladores (de 1 a 2 años) con 18 niños; y en la sala de 2 años con 20 niños. En lactario y deambuladores trabajan dos maestras. Es decir, el grupo está dividido y trabajan entre dos maestras de sección. En sala de 2 es una maestra de sección con una maestra celadora. Y cada sala tiene su aula.

“Son siete bebés por maestra desde los 45 días hasta los dos años. Pero lo que se quiere lograr es que sean cuatro chicos por salita de dos, para que se pueda trabajar mejor. Es más didáctico, más motriz en todo lo que es en primera infancia”, pidió María José Gutiérrez, maestra jardinera de la Escuela Nº19 en Villa Soldati.

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Desde el año 2013 la inscripción para los jardines públicos es online y en consecuencia perdió el contacto con los padres. “Antes era otra relación con los padres., Ttenías un vínculo con las papás porque en noviembre o diciembre se acercaban a la escuela y estaba la inscripción. Algunos se animan y pasan por el jardín y hablan con la directora, si es accesible o no. Sino al principio del año recién conocen el jardín”, contó Gutiérrez.

“Al sistema online nosotros lo denunciamos, desde la primer inscripción en 2013. Lo consideramos arbitrario y exclusivo. Arbitrario porque nos impone una serie de escuelas que no es la que elegimos, es la que decide el sistema. Los padres de las escuelas deberían tener la posibilidad de conocer las escuelas, los directivos, el edificio. Saber de qué trata el proyecto pedagógico y elegir básicamente la escuela”, explicó Patricia Pines, administradora del grupo en Facebook `Vacantes para todos en las escuelas públicas´ y docente de la escuela Normal Nº2.

Gisela Moreno, maestra del Jardín Maternal Nº6, en el barrio de Belgrano, reveló: “Entre las 12 y 14 horas hay superposición horaria. Entonces se trabaja en una misma aula con el doble de chicos y con el doble de maestras de sección. Se trata en ese horario que la sala de los más pequeños y la sala de 2 pueda estar en otro espacio”.

Para las inscripciones hay prioridades para los hermanos que ya están en la escuela, y los hijos de los maestros. La segunda prioridad es la cercanía: tiene que ser solicitada a un radio de diez cuadras del domicilio del inscripto.
“En Parque Chacabuco, que es un distrito que las personas son de clase media trabajadora y trabajan todos los miembros de la familia, hay un solo jardín maternal en todo el distrito, que además abarca Parque Chacabuco parte del Bajo Flores y Caballito. Ahí yo mandé a mis nenas. Te cuesta inscribir al jardín. Además tenés que sacarte la lotería y hay distritos que tienen muy poco oferta de jardines maternales”, aseguró Gutiérrez.

“En la escuela del Palacio Paraguay 1650 como primera opción de 8 salas de 2. Porque mi hija cumple 2 años. El año pasado hice pre inscripción. No me dieron vacante y tuve que arreglarme de otra forma. Tampoco lo envié a maternal. El punto, es que el Estado no nos puede obligar a pagar $5.000 de un jardín privado o enviarlo a los centros de primera instancia, que de igual forma están fuera del sistema escolar”, afirmó Irma Brites, mamá de un nene de 2 años que sigue sin conseguir vacante.

Sobre el momento en el que tuvo que inscribir a una de sus dos hijas en el jardín, María José Gutiérrez contó: “Yo elegí uno que no estaba cerca de mi casa y le dije a mi vecino que iba a poner su dirección, así podía elegir ese jardín”. Y agregó: “Ahora te piden una boleta de un servicio (luz, gas u otro). Yo hice ese cambio, que era a menos de diez cuadras de la escuela pero tampoco lo hace todo el mundo. Porque el que no está en educación no lo sabe y la inscripción es difícil. El mismo sistema te dice cuando vos lo cargás te tira como un GPS y cargas la dirección, y te indica las cinco escuelas iniciales. Pero por ahí uno no quiere mandarlo a esas escuelas”.

Las actividades que proponen los jardines son variadas y van enfocados a la pedagogía del niño y a su crecimiento. Se trabaja con las familias donde el vínculo se va fortaleciendo. El rol docente es fundamental por sus intervenciones, su acompañamiento, su sostén tanto de los niños como de las familias. Se debe entablar un vínculo de confianza en el ámbito escolar.

“El jardín maternal es el primer puente entre el niño y su escolarización. Es una institución organizada pedagógicamente dónde se realizan actividades mediante la estimulación y la recreación”, aseguró Gisela Moreno, maestra del jardín maternal de Belgrano.

Además de la complicada tarea de conseguir una vacante, los establecimientos no tienen una buena infraestructura. De parte del Estado cada vez reciben menos herramientas para trabajar con los chicos como hojas, lápices, cartulinas y juguetes que son imprescindibles. No sólo a la hora de aprender sino también para los docentes en su trabajo diario.

“Estoy convencido de que deben haber más jardines maternales públicos gratuitos, para asegurar todas las vacantes necesarias, escuché alguna vez de informes en los que se habla de deserción escolar temprana y su vínculo con el desempleo y delincuencia. No me imagino que podemos esperar si ni siquiera podemos insertar a nuestros hijos en la escolaridad. Un jardín maternal permite que sus padres trabajen y estudien”, aseguró Jerónimo Prieto, papá de una nena de 2 años.


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