COBERTURAS
“CORRIMOS EL TECHO DE LO POSIBLE”
A 38 años del último golpe cívico militar, Eter Digital reconstruyó la historia de tres víctimas de la dictadura que pudieron contar su verdad en 2013. Tres casos para los que este 24 de marzo no fue uno más.
Por Julia Muriel Dominzain y César Aldama
Imaginate que tenés tres años, tus papás desaparecieron y te mandaron con tu hermano a un Instituto de Menores durante 40 días hasta que tu abuela te encontró. Imaginate que a tus viejos no los viste nunca más. O que viviste hasta los 20 años sin saber tu nombre real. O que estuviste en un orfanato cuando tenías 13.
Ahora imaginate que te digo que para que haya justicia vas a tener que esperar un año. No, qué digo un año, imaginate diez. Ahora imaginate más del triple.
Aunque ya hubo treinta y ocho veinticuatros de marzo después de 1976, este es el primero en que Nicolás Koncurat, Ángela Urondo Raboy y Alba Camargo llegan al aniversario del Golpe de Estado habiendo declarado en los juicios por la desaparición de sus padres. La Plaza de Mayo recibe con sol y un aire que corre de verdad a estos hijos que aportaron su testimonio en las causas ESMA, La Perla y Mendoza.
Nicolás Koncurat declaró en el tercer juicio de la megacausa ESMA en la que hay 67 imputados y 789 víctimas por delitos de lesa humanidad. Entre ellos, se juzga la desaparición de los padres de Nicolás el 3 de diciembre de 1976, Mario y Claudia. “Me alegra saber que estoy criando un hijo en una sociedad donde se busca justicia”, cuenta. Igual, aclara, el aniversario no deja de ser doloroso, fuerte, movilizante. “Esta historia te queda inscripta”, piensa en voz alta. Antes sólo podía hablar de su historia con pocas personas. Ahora destaca la descentralización de la marcha, que se hizo en muchas plazas de Buenos Aires y del interior: “La historia tienen que conocerla muy bien desde Jujuy hasta Ushuaia”, remata.
Alba Camargo fue secuestrada el 5 de agosto de 1976 junto a sus padres, Armando y Marta Bértola. Ellos desaparecieron. Ella, que tenía 13 años, estuvo en un orfanato hasta que la fue a buscar una tía. En octubre del año pasado declaró por primera vez en la megacausa La Perla, que tiene 16 expedientes y 416 víctimas. Cuando salió del tribunal, su hija Luciana la miró y le agradeció. “Es mucho amor”, reflexionó Alba, que se sacó el peso de la historia que cargaba sola y lo transformó en memoria colectiva y justicia argentina. “Me siento más liviana”, dice. Es más que una metáfora, cuenta que bajó seis kilos. La historia pasa por el cuerpo. Este 24, mientras marcha junto a HIJOS, tiene “menos conversaciones en la cabeza y más posibilidad de proyectar”.
Angela Urondo Raboy siempre se llamó así, pero durante la mitad de su vida no lo supo. Tiene 38 años, es Urondo y es Raboy. La hija del poeta Paco y la periodista Alicia marcha con sus compañeros y amigos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Sus hijos, Rufino y Boris, ayudan a llevar la bandera. Ángela fue secuestrada junto a sus padres el 17 de junio de 1976 cuando tenía 11 meses. Desde entonces, hasta sus 20, creyó que sus padres habían muerto en un accidente automovilístico. En 1995 empezó a movilizarse cada 24 de marzo y recuerda los pocos recursos que había y que “los escraches eran lo más parecido a la justicia”. Pero también cuenta cómo la historia los atraviesa: “La fuerza que te da haber estado parado frente a la pared de la impunidad, no te la olvidás más”. Ángela declaró en la causa de Mendoza en la que Juan Agustín Oyarzábal, Eduardo Smahá Borzuk, Alberto Rodríguez Vázquez y Celustiano Lucero fueron sentenciados con perpetua en cárcel común. “Corrimos el techo de lo posible y recién ahora me doy cuenta de lo reparador que es y de lo lastimoso que era lo otro”, dice mientras camina, firme, verdadera, mirando como quien sabe que ya no hay quien la pare hacia la Plaza de Mayo.
COBERTURAS
Periodismo de videojuegos en Argentina: un camino en construcción
David Palacio y Leandro Papotto, fundadores de Extragamer, una web especializada en la industria de los videojuegos, compartieron su experiencia relacionada con los desafíos de mantener un medio autogestivo y la relevancia de la objetividad en su labor. La charla se dio en el marco de un conversatorio con los alumnos de ETER.

David Palacio y Leandro Papotto, fundadores de Extragamer, una web especializada en la industria de los videojuegos, compartieron su experiencia relacionada con los desafíos de mantener un medio autogestivo y la relevancia de la objetividad en su labor. La charla se dio en el marco de un conversatorio con los alumnos de ETER.
David Palacio, Director General de Extragamer, y Leandro Papotto, Jefe de Contenidos Digitales del mismo medio, coincidieron en que “el periodismo de videojuegos en Argentina se encuentra actualmente en pleno desarrollo”. Esta afirmación surge durante el segundo conversatorio organizado por los alumnos de ETER, donde se discutió el crecimiento de este sector en expansión que acompaña a una industria cada vez más profesional.
Un nicho a explotar
“Observamos que muchos desarrolladores no tenían una plataforma donde mostrar su trabajo”, explica Palacio y destaca que el medio nació para dar visibilidad a los creadores locales. ExtraGamers.com.ar es un sitio especializado en la industria de los videojuegos que continúa en formación. Aunque todavía no consolidó su presencia a nivel nacional, el auge del sector le permitió posicionarse en un nicho que Extragamer supo aprovechar.
A medida que la industria se profesionaliza, el periodismo que la acompaña debe seguir el mismo camino, por lo tanto, Palacio recuerda que en los comienzos de su proyecto, las cosas que decían no tenían tanta repercusión, pero ahora el escenario cambió. Papotto agrega que, a medida que la industria evoluciona, ellos también se tuvieron que adaptar: “no es solo estudiar y escribir, es prepararse para lo que viene”.
Una de las claves del éxito de Extragamer es la diferenciación en la manera de analizar videojuegos. Papotto, especialista en análisis internacionales, lo hace desde una perspectiva personal: “comienzo mi observación contando cómo mis padres me regalaron una consola cuando era chico”. Esta impronta única les permite destacar en un mercado cada vez más competitivo, en el que, según él, “lo que te hace diferente es lo que pones de tu historia”.
A pesar de la pasión que los mueve, en Extragamer son muy conscientes de la importancia de la objetividad. Palacio explica que una buena crítica debe abordar aspectos técnicos clave como la plataforma en la que se juega, el rendimiento y si presenta fallos. “La crítica debe ser honesta, aunque conozcas al desarrollador”, afirma y destaca que en la industria local, donde las relaciones son cercanas, mantener la objetividad es un reto.
Adiós Extravagante, hola Extra Gamers
Palacio cuenta cómo su trayectoria en medios deportivos lo llevó a fundar el medio. Tras años de trabajar en otros ámbitos del periodismo, decidió que su verdadera pasión era el periodismo de videojuegos. Así, junto a Leandro, decidieron cerrar su anterior proyecto, Extravagante, y darle vida a Extragamer, un medio con una identidad clara y una misión concreta: representar la industria nacional de videojuegos.
El camino para sostener un medio independiente no fue fácil. “Esto es mucha paciencia, tiempo y dedicación”, reflexiona Papotto, quien destaca que el crecimiento de Extragamer fue lento pero constante. A medida que el proyecto avanzaba, el trabajo aumentaba, lo que los obligaba a organizarse mejor y establecer objetivos a corto plazo.
Uno de los logros que más destacan los miembros del medio de comunicación es ver cómo los videojuegos argentinos comienzan a ganar espacio entre los medios tradicionales. “Antes la gente preguntaba si existían videojuegos argentinos”, dice Papotto. Ahora, gracias a la visibilidad que medios como Clarín, Infobae o Página 12 les dieron a ciertos proyectos, la industria está creciendo. Este tipo de cobertura también contribuye a legitimar el periodismo de videojuegos.
La ética como diferencial
Papotto observa una gran diferencia entre el periodismo de videojuegos y otros géneros. “En el cine, el periodista es un espectador; en los videojuegos, es un protagonista”, asegura. Esto se debe a la interactividad propia de los videojuegos, donde el crítico se sumerge en la experiencia, lo que demanda una inversión de tiempo mucho mayor que la que requiere el análisis de una película.
A pesar de la competencia con influencers y streamers, que a menudo promocionan juegos sin ofrecer una crítica objetiva, Palacio y Papotto se mantienen firmes en su enfoque periodístico. “Nosotros somos críticos, no influencers”, subraya Papotto, y destaca que su ética es lo que los diferencia de otros formatos. “Mantener una postura crítica es fundamental para la credibilidad del medio”.
Para ambos, el futuro del periodismo de videojuegos está lleno de oportunidades. “De acá a cinco años, esto puede explotar de una manera que nunca habíamos visto”, anticipa el Director. Con el crecimiento de la industria de videojuegos, también crecerá el periodismo que la acompaña, lo que requerirá un proceso de autogestión y adaptación constante.
A pesar del crecimiento, Papotto señala que el periodismo de videojuegos enfrenta un desafío importante: la competencia con influencers y youtubers. Las empresas a menudo prefieren a estos perfiles para promocionar sus productos, ya que no buscan críticas, sino ventas. “Es nuestra ética lo que nos hace diferentes”, sostiene Leandro, reafirmando su compromiso con el periodismo serio y objetivo.
Una de las características más valiosas que Extragamer aporta al análisis de videojuegos es su enfoque local. Papotto explica que su historia con los videojuegos, desde la infancia, es distinta a la de otros países. “No es lo mismo nuestra historia con los videojuegos que la de México o Estados Unidos”, afirma, subrayando la importancia de contar con un enfoque propio que resuene con el público argentino.
COBERTURAS
Marcha universitaria: una multitud contra el veto de Milei
Durante el acto convocado por la comunidad educativa en el Congreso, pidieron el freno que impulsa el presidente de la Nación. También participaron dirigentes políticos y personalidades de la cultura. Hubo movilizaciones en otras ciudades del país.

Durante el acto convocado por la comunidad educativa en el Congreso, pidieron el freno que impulsa el presidente de la Nación. También participaron dirigentes políticos y personalidades de la cultura. Hubo movilizaciones en otras ciudades del país.
Por segunda vez en el año, la Marcha Federal Universitaria se realizó hoy por la tarde frente al Congreso de la Nación en rechazo a la intención del presidente Javier Milei de vetar la ley de financiamiento a universidades nacionales sancionada el último 13 de septiembre.
El reclamo, convocado por la Federación Universitaria Argentina (FUA), no solo se extendió para pedir la promulgación de esta ley sino que también abarcó una demanda de aumento salarial al personal docente y no docente en medio de tensiones entre los gremios y el Ministerio de Capital Humano, al que también se lo acusó de llevar adelante una campaña de desprestigio contra las universidades públicas nacionales y sus estudiantes.
Columnas lideradas por diferentes gremios y sindicatos docentes como Suteba, UDA, CONADU y CTERA, a los que se sumaron sectores de la CGT, CTA y ATE avanzaron por las principales calles y avenidas que rodean al Congreso. Sectores políticos como el kirchnerismo, el PRO, la UCR y el Frente de Izquierda también se sumaron a la marcha.
Personalidades de la cultura y del espectáculo también se movilizaron y expresaron su apoyo a través de las redes sociales.
El acto central comenzó alrededor de las 17 desde un escenario ubicado en la intersección de Avenida de Mayo y Paraná, frente al Palacio Legislativo, donde los oradores repudiaron el inminente veto de Milei. La presidenta de la FUA, Piera Fernandez de Piccoli, leyó un documento con las principales exigencias al gobierno y solicitó a diputados y senadores la insistencia del Poder Legislativo si Milei veta la ley.
La Marcha Federal Universitaria se replicó en distintas ciudades del país como Rosario, Córdoba, Mar del Plata, y Comodoro Rivadavia.
La palabra de docentes, estudiantes y directivos en la marcha universitaria
Apenas pasadas las 15, las formaciones de docentes, estudiantes y directivos comenzaron a copar la Plaza de los Dos Congresos. Y entre cantos, música y reclamos las voces se empezaron a escuchar, Julieta Castellano, una joven de 26 años licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, afirmó: ”Soy profesional gracias a la universidad pública. Tenemos que estar acá en la calle para defender y bancar a todos los docentes y a la educación”.
Marcelo Bruno, docente de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA)también se sumó al reclamo: “El gobierno nacional pretende desfinanciar la educación pública, reduciendo recursos. Si se veta la ley, ya no se respetará el acuerdo de que el 6% del PBI esté destinado al financiamiento educativo”.
Ariana Herrera, docente de primaria de 54 años, observó a los chicos en la escuela y contó: “Cada vez están más pobres y le sacan más derechos”. También hizo hincapié en que “las viandas son un desastre porque van recortando de todos lados y no lo podemos permitir”.
Sebastian Quiros, estudiante de arquitectura de 27 años en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), participa del centro de estudiantes “FADU en lucha”.“La situación es muy precaria para los docentes y no docentes, sobre todo para los que tienen poca llegada laboral. Desde “FADU en lucha”, queremos que nos organicemos todos los estudiantes,para enfrentar al nuevo gobierno”,explicó.
El principal motivo de la convocatoria fue en defensa de la Ley de Financiamiento Universitario, ya que la Educación pública, gratuita y de calidad es importante para los argentinos. Como para Nicole Rivera, estudiante de Diseño Gráfico en FADU, colombiana de 25 años llegada al país de chica y decidida a progresar. “En Colombia hay cupos limitados para las universidades públicas y de menor calidad que acá”, contó Rivera al explicar su motivo de estudiar en Argentina, y se suma a Sebastian, Marcelo y Ariana en la lucha por la educación de calidad.
De Cristina y Massa a Manes y Bregman, la política defendió el financiamiento a las universidades públicas
Bajo el lema “La Universidad no es el problema, es parte de la solución”, diferentes espacios y dirigentes políticos se sumaron a la masiva manifestación para expresar su apoyo al reclamo por el presupuesto universitario.
La expresidenta de la Nación, Cristina Fernández, se manifestó a favor del financiamiento universitario desde el Instituto Patria: “Es importante para toda la gente como yo, que es hija y tributaria de la universidad pública. Mi papá estudió y fue muy laburante, mi mamá también y tuvieron una hija abogada y otra médica. Eso es el movimiento social ascendente, ser una argentina diferente”.
Por su parte, Sergio Massa reapareció en la marcha junto a militantes del Frente Renovador, cantó el clásico “Vamos a volver”. Anteriormente, había reflejado su postura a través de la red social X: “Por un país que tenga a los hijos e hijas de los laburantes estudiando en las universidades. Proteger la universidad es cuidar el sueño de millones de jóvenes y el futuro del país”.

El diputado nacional de la UCR Facundo Manes también concurrió a la Plaza del Congreso junto a legisladores bonaerenses y dirigentes de la Juventud Radical. “Hoy es una marcha emotiva porque estamos defendiendo la identidad y el ADN argentino: la educación pública, que es el motor del progreso social. Le estamos marcando un límite al presidente, que es muy cruel. Se está metiendo con los que no son la casta, cuando dijo que iba a combatirla”, expresó.
El economista y diputado Martín Tetaz aseguró que la educación pública es “la única posibilidad que le queda a la Argentina de desarrollarse”. Y afirmó que es el último sensor de movilidad social que queda para que el 50% del país, que está bajo la línea de pobreza, pueda recuperarse. También habló de su experiencia como docente de la Universidad de La Plata: “Es la antigüedad máxima que se puede tener y no llego a $400.000”.
Además del peronismo y el radicalismo, el Frente de Izquierda participó de la marcha. La diputada Myriam Bregman, fiel a su estilo, apuntó contra el presidente: “Javier Milei tiene la orden del Fondo Monetario Internacional, que es recortar todo lo que ellos consideran un gasto: salud, educación y jubilaciones. Así que es muy importante que unamos los reclamos para empezar a darle pelea en serio. No puede ser que use un método medieval como el veto para gobernar”.
Entre la gran cantidad de sindicalistas agitando sus banderas, uno de los miembros del Movimiento Territorial de Liberación en la construcción de sujetos políticos (MTL) comunicó: “Nuestra presencia es importante porque estamos defendiendo la educación pública, en un marco más general de un ajuste y recorte que este gobierno quiere hacer con la excusa del déficit cero”
Qué dijeron las personalidades de la cultura y el entretenimiento presentes en Plaza de Mayo
La escritora Claudia Piñeiro participó de la marcha junto a colegas periodistas y expresó la necesidad de que la universidad siga siendo gratuita y de calidad. “Que todos puedan ir es la única forma de movilidad social”, aseguró. Sobre la participación masiva de la movilización, destacó la diversidad entre las personas como un efecto transversal, siendo justamente las luchas transversales las que más fuerza tienen.
A su lado, la periodista especializada en género Ingrid Beck agregó que “sin educación pública y financiamiento en todas las universidades del país, se termina la igualdad de oportunidades para las personas que viven en la Argentina”.
También estuvo presente el periodista acreditado en Casa Rosada, Fabian Waldman, quien habló sobre la importancia de sostener lo que diferenció a la República Argentina de los demás países y culpó al gobierno actual de sus intenciones de retroceder en cuestión de derechos.
Sol Despeinada, médica sexóloga e influencer, coincidió: “Todas las medidas del Gobierno nacional son producto de una mala gestión, de actitudes de odio y resentimiento para con las políticas públicas previas”.
En otro sentido, el artista Ill Quentin destacó que se debe garantizar el acceso a la educación pública y de calidad porque “cambia el trayecto del futuro de una familia”.
COBERTURAS
Cómo vivimos la pandemia

Estudiantes y docentes de segundo año de la carrera Periodismo cuentan su experiencia educativa en ETER durante y después del confinamiento por coronavirus.
En el barrio porteño de Villa Crespo, sobre la calle Acevedo 262, se ubica una de las dos sedes de la escuela ETER. Ya desde la fachada, llama la atención el excéntrico color naranja de las paredes y un enorme ventanal que da a un estudio de radio. Ingresando por la puerta principal, podemos ver alumnxs entrando y saliendo, algunxs gritando, otrxs con pilas de hojas que se vuelan ante el mínimo movimiento. Un año antes, la situación era otra, completamente distinta: las aulas vacías, los típicos murmullos de pasillo no estaban, solo algunas cámaras encendidas por zoom y algunas voces tímidas que se animaban a esa normalidad.
“Fue un honor poder ayudarlos”
En el primer piso a la izquierda, se encuentra la oficina de Administración Académica. Aquí trabaja India Molina, directora de la carrera de Periodismo, que nos contó cómo fue administrar la escuela en la pandemia.
“La situación fue muy intensa, fueron meses y meses de trabajar 14 horas por día con el equipo docente, por suerte ya teníamos campus virtual y hacíamos cursos a distancia, pero fue complicado. Había hecho un curso de capacitación de educación a distancia y me sirvió para acompañar y aconsejar a los docentes”, dijo.
Como todos sabemos, el contexto socio-económico de la Argentina durante el aislamiento obligatorio debido al COVID-19 fue muy duro. Pero desde ETER contuvieron a los estudiantes para que continuaran sus carreras. “Si bien hubo algunos desertores, a quienes continuaron se les brindó la posibilidad de prestarles una computadora. Se dieron 60 equipos con monitor, para nosotros fue un honor poder ayudarlos”.
Superar obstáculos
¿Cómo producir un video por zoom? La planificación, los planos, las cámaras son difíciles de plasmar durante una pandemia. Verónica Rosales, profesora de Producción Audiovisual en ETER, explicó cuáles fueron los obstáculos que tuvo que superar para que sus alumnos pudieran llevar a cabo los trabajos prácticos propios de la materia: “Fue un desafío muy difícil, pero que supimos superar gracias a ETER y a la predisposición de los alumnos, pero nada se compara con la presencialidad y mirarse cara a cara”.
El uso del barbijo, alcohol en gel y el distanciamiento social son cada vez menos frecuentes a medida que pasa el tiempo. “La comunicación no es solo la palabra, también son los gestos y la comunicación no verbal, de a poco estamos volviendo a una normalidad completa”, argumentó Vero Rosales. Este año, ya en una presencialidad absoluta, los alumnos disfrutan de producir en el piso de ETER: la pantalla verde, los reflectores de luces y una cámara que intimida son los protagonistas en este estudio.
“No extraño nada de lo que pasamos en cuarentena”
Lucas Pedulla es periodista gráfico en Lavaca, donde también da clases tanto virtual como presencialmente y profesor de ETER en el área de Técnica Periodística y Autogestión.
En su experiencia personal, la virtualidad permitió traspasar fronteras, al poder asistir a cursos y a charlas sin la necesidad de la presencia física. “No solo pasó en Eter, también sucedió en los cursos que doy, que teníamos gente de Europa, Latinoamérica y además gente de todo el país cursando”, afirmó Pedulla. Así como expresó su experiencia positiva de la virtualidad también mencionó lo que se perdió con ella: “Lo que quita la virtualidad es esta cosa del cuerpo, a la hora de hacer los ejercicios de salir a la calle, entrevistar a comerciantes, que son ejercicios que hacemos durante la cursada, y eso impidió que pudiéramos hacer algunas actividades, que ahora hemos podido volver hacer”.
— ¿Cuál fue tu mayor desafío cuando dabas clases virtuales?
—El cuadradito negro. Ver eso y exigir que prendan la cámara fue un desafío clase a clase, hubo un día que me enojé con respecto al tema. Una cosa es que me lo hagan a mí, pero otra cosa muy distinta es cuando hay un invitado, que está compartiendo su tiempo, su conocimiento y su saber en la clase. Fue algo que no me gustó, me puso súper molesto y me pareció una falta de respeto para el invitado.
— ¿Hay algo que extrañás de la virtualidad y algo que te parece bueno que haya vuelto con la presencialidad?
—De la presencialidad, todo. Todo está buenísimo. La virtualidad te resuelve algunas cuestiones y está bien. No extraño nada de lo que pasamos en la cuarentena, sí saludo a estas nuevas cosas, estos nuevos formatos como la posibilidad de conectarte con gente, pero la presencialidad lo es todo, más para el oficio, hay algo ahí que es intransferible me parece.
Cursar sin riesgo
La pandemia de COVID-19 fue una etapa que cada uno sobrellevó de un modo diferente, en este caso Javier Alizeri, un estudiante de 22 años de la carrera de Periodismo en la escuela ETER, es paciente de riesgo y nos comentó sobre su cursada durante ese tiempo.
Al encontrarnos con él en la biblioteca de la escuela, lo pudimos ver con su barbijo negro puesto, porque si bien ya no es de uso obligatorio, él sigue cuidándose.
—¿Por qué sos paciente de riesgo?
—Desde chico me diagnosticaron asma, con lo cual tuve que tomar varias precauciones durante la pandemia. Además, porque también mis padres son de riesgo.
—¿Cuándo te vacunaste?
—En abril de 2021 y fue una sensación de tranquilidad para mí y mis viejos.
—Debido a esto, ¿te resultó más fácil adaptarte a la virtualidad?
—El hecho de ser asmático hizo que en algún punto me resultara más cómodo cursar virtual, pude organizarme mejor y no tuve problemas para relacionarme con mis compañeros. Aunque hubo materias que me resultaron difíciles de sobrellevar, sobre todo radio — concluyó Javier.
Los indispensables
El personal de limpieza está en la primera línea de la lucha contra esta pandemia, ya que son responsables de limpiar y desinfectar en profundidad las superficies y áreas que albergan gérmenes y virus potencialmente peligrosos.
Si bien al inicio de la pandemia el personal de limpieza no debía limpiar el establecimiento, cuando se declaró fase 2, empezaron las clases semipresenciales y fue necesario hacer una limpieza profunda.
—Trabajo en ETER hace seis años y cuando se inició la pandemia, cambió la forma en que limpiábamos los salones. Antes solo barríamos, cambiábamos las bolsas de basura y limpiábamos las mesas. Ahora es más complicado, los baños se limpian en cada turno y cada vez que sale un curso, nosotros entramos y rociamos alcohol, barremos, limpiamos las mesas y asientos con CIF y Lysoform líquido. También tenemos que cambiar las bolsitas de plástico que protegen los micrófonos, entre otras cosas, y al final del día se pasa el trapo en cada salón y pasillo —dijo Rocío, que tiene ya la tercera dosis de la vacuna.
Mientras no hubo clases presenciales, el personal de limpieza siguió cobrando su sueldo y también la asignación estímulo COVID-19. Ahora, con la presencialidad, es indispensable su tarea para el cuidado de los alumnos y el personal de la escuela.
Bar Migliore
A pocos metros de ETER, está II Migliore, un bar que ocupa la esquina de Acevedo y Camargo, en el barrio de Villa Crespo. El color rojo predomina; rojas las paredes por fuera, rojas las sillas en las calles, rojo el toldo y hasta el uniforme de lxs empleadxs. La mayoría son mujeres, pero detrás del mostrador casi todas las tardes está Juan, el encargado del restobar desde hace seis años. Es decir que vivió la pre-pandemia, el durante y el post, con todo lo que eso significa.
Mientras el encargado hablaba, oíamos las voces de los clientes; amigos, familias, parejas, todos sin barbijos. Todas las mesas estaban llenas, por lo tanto, las empleadas no paraban un segundo, anotaban los pedidos en sus libretas y los pasaban a la cocina que está en el fondo.
—En la pandemia bajaron bastante las ventas, pero teníamos delivery take away. Recién ahora estamos retomando la normalidad— explicó Juan—. Nos agarró miedo porque se estaba trabajando muy poco, pero gracias al delivery pudimos mantenernos.
Después de 14 meses de restricciones por la pandemia, el sector de la gastronomía es uno de los más golpeados. Según el último informe de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica, en ese periodo desaparecieron unas 12.000 empresas. De ese total, unos 4.000 cerraron durante el año 2021.
Hoy, todo aquello parece un mal sueño. En las mesas de Il Migliore, se desparraman los apuntes de un par de alumnos de ETER, la notebook donde una chica pelirroja termina el trabajo para Técnicas Gráficas y las inconfundibles charlas y risas que suelen ocurrir antes o después de clase.