El 16 de junio de 2018 Argentina disputó su primer encuentro en el mundial de Rusia ante Islandia en la ciudad de Moscú. Ese día allá hubo una tarde soleada, acá una mañana fresca y con toda la ilusión puesta en nuestra selección. En aquel mundial, como la mayoría sabe, no tuvimos mucho éxito.
Argentina llegó hasta cuartos de final en donde se midió con Francia que tiempo después se coronó campeón y se quedó con el sueño de los argentinos. Ese equipo era dirigido por Jorge Sampaoli quien estaba acompañado, entre otros, por Lionel Scaloni. El mismo que en Noviembre de este año estará al mando de la albiceleste y de nuestras esperanzas en lo que será el mundial de Qatar.De esta realidad me agarro para relatar que la intención no es hacer un perfil de Lionel Scaloni pero sí, contar que después de años de estar ligado a la Selección logró obtener el puesto. Consiguió coronar a la Argentina campeón de América algo que no ocurría desde 1993 y también, como dato no menor, formó un verdadero equipo ese el cual nos enorgullece de ver. La era Scaloni en el inicio fue algo cuestionada por el hincha y quizás también por la gente del fútbol, porque llegó con una idea diferente, con la intención de un recambio, de un nuevo aire y esto lo fue haciendo poco a poco.
Todos pusieron de su parte para que la selección llegue al nivel en el que está hoy. Y con esto del nivel no me refiero a lo futbolístico sino que hablo del grupo humano que se forjó. La unión de los jugadores no se la podemos adjudicar sólo al director técnico y sus intenciones, también hay que destacar las ganas con las que contó cada uno de los integrantes para formar el gran equipo que son hoy. De los más “veteranos” a los más “jóvenes”.
Lo que podría ser un detalle, como la disposición de las mesas en cada concentración, no lo es. Scaloni junto a su cuerpo técnico en el inicio de su proceso se encargó de que a la hora de los almuerzos y las cenas el equipo esté todo junto y no en mesas separadas, algo que podría parecer una pavada, pero que finalmente sumó al vínculo entre pares. Otra situación que sucedió de manera obligada, y que de una forma u otra colaboró con la relación entre los jugadores, fue la burbuja que los mantuvo aislados antes y durante la realización de la Copa América.
Sin ir más lejos, en aquella concentración un simple asado contribuyó para que los representantes a nivel futbolístico de nuestro país se afiancen de una manera emocionante. Todos estos condimentos no dejan afuera los números y logros del conjunto, pero sí hacen que uno lo mire desde otro lado. Consiguen que el hincha renueve su ilusión y también logran que los argentinos confíen. Hoy, se permite ver que más allá de los resultados van a dejar todo y más, por ese sueño en común.
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