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COVAX: Una iniciativa para el acceso mundial equitativo a las vacunas


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La alianza que conforma el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax) apunta a que lleguen vacunas a todos los países en forma equitativa.

Por Delfina Gibelli, Edgardo Javier Alizieri Ramiro Pozzo

En una etapa temprana de la pandemia del COVID-19, se hizo evidente que, para superarla, no sólo hacen falta las vacunas, sino también, asegurarse de que todos los países del mundo tengan a acceso a ellas.

Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para fines de febrero sólo diez países concentraban el 75% de las vacunas del mundo, mientras que 130 aún no habían comenzado a vacunar.

Hay una iniciativa del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19COVAX (por sus siglas en inglés) para enfrentar esa realidad.

La propuesta está dirigida por la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la OMS. Se reunió a gobiernos, organizaciones de salud, laboratorios, científicos, filántropos y organismos del sector privado y la sociedad civil para llevar a cabo una distribución innovadora y equitativa de tres herramientas o pilares en respuesta a la pandemia: diagnóstico, tratamiento y vacunas. COVAX representa uno de los esos tres pilares, que se centra en las vacunas.

La estrategia consiste en invertir en el desarrollo de un conjunto de vacunas “prometedoras” y luego distribuirlas de acuerdo con una fórmula, tanto a países ricos, como a aquellos que no pueden acceder a vacunas.

Según la OMS: “Es la única solución verdaderamente global para esta pandemia porque es el único esfuerzo para garantizar que las personas en todos los rincones del mundo tengan acceso a las vacunas Covid-19 una vez que estén disponibles, independientemente de su riqueza”

Países como Australia, por ejemplo, han contribuido con sus millones a la iniciativa. Ese país recibirá suficientes dosis como para vacunar a un 20% de su población a precios menores negociados por COVAX. Los países que no tienen este poder adquisitivo, más de 90, también recibirán, sin costo, vacunas para inocular un quinto de sus habitantes, es decir para sus trabajadores de la salud y su población vulnerable.

La propuesta de Covax es negociar con fabricantes de vacunas, los “candidatos”, para comprarles dosis antes de que pasen los ensayos clínicos y su aprobación por los ministerios de salud de los países. La financiación se obtiene a partir de donaciones, en su mayoría, de países de occidente y organizaciones de caridad como la Fundación Bill & Melinda Gates. Funciona como una plataforma que apoya la investigación, desarrollo y fabricación a un conjunto de candidatos a fabricación de vacunas y negocia su precio. Todos los países que participan, sin importar sus niveles de ingreso tienen acceso a las vacunas una vez que estas son fabricadas.

COVAX se fijó como objetivo, distribuir dos mil millones de vacunas para fines de 2021, lo que se considera suficiente para proteger a la población mundial de riesgo, en situación de vulnerabilidad y trabajadores de la salud.

Para aquellos países que no pueden financiar estas vacunas, o que no consiguen negociar bilateralmente con los fabricantes, COVAX representa la única manera viable en que sus ciudadanos accedan a ser vacunados.

Para los países más ricos, que pueden autofinanciarse y que tal vez también pueden obtener negociación bilateral con los fabricantes de vacunas, sirve como una política de seguridad para proteger a sus ciudadanos directa e indirectamente. Al mismo tiempo, al apoyar y acceder a COVAX, estas naciones también protegen a sus ciudadanos al conseguir que el resto del mundo también tenga acceso a las vacunas.

Actualmente, hay más de 170 candidatos al Desarrollo de vacuna. De acuerdo a experiencias previas, se espera que un 7% llegue a una etapa pre-clínica y de estas, un 20% lograrían la etapa de ensayos clínicos.

En Lationoamérica, hay 27 países que pagarán por las vacunas, y diez países que recibirán la vacuna sin pagar porque bajo criterios económicos son los países más pobres o porque, por su pequeña población tienen más dificultad de negociar directamente con las farmacéuticas.

Las diez naciones de Latinoamérica que recibirán vacunas sin necesidad de pago son: Bolivia, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.

Al acceder al programa, los países miembros no solo tendrán acceso a las vacunas desarrolladas, sino también potencialmente a las que aún están en desarrollo. El programa monitorea continuamente a los candidatos para identificar a los más científicamente meritorios y con posibilidad de producción. Además, trabaja con los fabricantes para incentivarlos en expandir su capacidad de producción y en conseguir aprobación regulatoria de mayor cantidad de gobiernos.

Normalmente, los fabricantes dudan en hacer las inversiones necesarias para escalar y aumentar su capacidad productiva hasta no conseguir las aprobaciones regulatorias. Esto retarda la producción y distribución de las vacunas en el mundo. Para evitarlo, intenta gestionar inversiones e incentivos a los fabricantes para asegurar que estén listos para producir las dosis necesarias apenas la vacuna sea aprobada. También utiliza el poder de compra colectiva que tiene gracias a tener tantos países participantes para negociar precios competitivos.

¿Cómo está funcionando el programa?

COVAX hizo su primer entrega de vacunas a Ghana el 24 de febrero. Al 10 de mayo había enviado unas 58 millones de dosis a 122 países y territorios, incluyendo unas 8,5 millones a países de latinoamérica.

Si bien son números importantes y para algunos países es la única opción que existe en materia de vacunas, la mirada del vaso medio vacío indica que es una cifra distante de la meta de 100 millones que se había fijado para fines de marzo.

¿Cuáles son las amenazas para el éxito de COVAX?

COVAX reconoce varios obstáculos. La vulnerabilidad en el acceso a vacunas se hizo evidente hace poco con los bloqueos que realizó Europa y a la alarma que significó la conexión de la vacuna de AstraZeneca con la aparición de coágulos y de sangrado anormal. A esto se pueden agregar otras situaciones que ponen en jaque el éxito del programa:

  • Los países ricos tienden a sabotear la estrategia al negociar directamente con las farmacéuticas en vez de esperar que les lleguen sus dosis COVAX cuando les toque. Para noviembre del año pasado los países más ricos, que componen solo 14% de la población del mundo ya había negociado una pre-entrega de vacunas que cubría 51% del suministro mundial.
  • La situación epidemiológica de India hizo que su gobierno demore millones de dosis de AstraZeneca fabricadas en su territorio, que iban a ser entregada en 64 países en marzo y abril. A medida que aumenta la demanda, las restricciones a las exportaciones se multiplican.
  • Países como Rusia y China realiza ventas y donaciones de sus vacunas en forma bilateral de acuerdo a sus propios criterios de estrategias geopolíticas y no necesariamente donde son más necesitadas
  • Las protecciones de propiedad intelectual también constituyen una barrera a la distribución equitativa. India y Sudáfrica han hecho una propuesta para eliminar los derechos de propiedad intelectual en productos para COVID-19 pero varios países ricos han bloqueado esta propuesta. Las farmacéuticas son reticentes también a generar el traspaso de tecnología para que algunos de países de bajos ingresos puedan producir sus propias vacunas.

Qué ocurrió en un año de COVAX

El fin de la pandemia aún no se avisora en el horizonte. Lo que parece una verdad de Perogrullo: “o nos salvamos entre todos o no se salva nadie”, parece caer en saco roto entre nuestros líderes y sus asesores. COVAX hace un llamado a la solidaridad mundial, prácticamente sin prescendentes, que implica decisiones políticas fuertes. El tiempo y la historia dirá quienes estuvieron a la altura de las circustancias.


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