—Si le tuvieras que explicar a alguien qué hace Axel Fiks, ¿qué le dirías?
—Le preguntaría si alguna vez escuchó hablar del indie y le diría que es parecido, peeeero… Si es un tachero, ponele, le diría que hago rock y listo, más fácil que explicarle. Hago rock, tengo una guitarra y canto. El tachero está contento, sos rockero y capaz hasta te cobra un poco menos el viaje.
La vivienda es a fin a la personalidad de aquel que vive en ella, así como las letras de una canción, un poema o un libro. Axel abre el Meet y posiciona el celular de modo que el fondo sea su cocina, la cual tiene una entrada a su derecha, lo que me hace pensar que a lo mejor es la puerta de servicio. De fondo hay tres botellas vacías de una bebida blanca, que parecen ser ediciones especiales por la forma añejada que tienen. Es un departamento moderno de Palermo Soho. Hay una mezcla de madera y metal en los estantes y la barra. Axel es como su hogar: tiene su lado metálico, amante de la clásica guitarra eléctrica y a la vez tiene su lado suave, indie y amoroso.
—Se me rompió algo de la compu, pará, esto es grave.
Al comenzar la entrevista, un pico de sonido en rojo, algo horrible había sucedido. Axel temía por su música y como consecuencia, por su futuro. Al final había sido simplemente la placa de sonido externa que se había desenchufado.
Axel Fiks es músico, compositor, letrista y en general, artista. Tiene 23 años de edad y lleva alrededor de cinco siendo conocido en la escena musical. No le gusta estar estancado en un solo género, en una sola pieza. A la vez le preocupa quedar encasillado en una cosa, como puede ser el rock indie o repetirse a sí mismo. Desde su primer proyecto Idilio en 2