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“DANIEL SCIOLI NO ES EL CANDIDATO QUE LES HUBIESE GUSTADO A LOS KIRCHNERISTAS”


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Periodista, abogado, psicólogo, ahora panelista de Intratables además de titular de cátedra de una de las materias más polémicas de la Carrera de Comunicación en la UBA, Carlos Campolongo opina sobre el peronismo en tiempo de elecciones presidenciales.

Por Julieta Pisera

Campolongo

¿Qué piensa de la “peronización generalizada”?
Hay una anti-peronización también, lamentablemente. Mi expresión es que el peronismo no existe más, existen peronistas que pueden estar en distintos espacios. Desde que volvió la democracia, los partidos políticos se han ido diluyendo. Pasó con Raúl Alfonsín y la Unión Cívica Radical, un partido centenario. La hegemonía presidencial lleva a darle poca pelota al debate y el pensamiento político y en este momento lo vemos de manera saturante.

¿Tienen más fuerza las figuras que los partidos?
Personalismo político. Obviamente que siempre se enfoca en una persona de carne y hueso, pero hay que saber manejar los equilibrios para una construcción colectiva perdurable. No hablo de ese fenómeno que se conoció como la “borocotizacion”. Una cosa son los pasajes tránfugas de coyuntura y otra que una persona adhiera realmente a la política, con vocación. Se pueden aceptar ciertos cambios, pero no lo que estamos viendo ahora, intendentes que fueron y volvieron de Macri a Massa y viceversa.

Buscando al mejor candidato…
Sí, creo que sería necesario reconstruir los partidos políticos como sistemas de representaciones. No son los únicos, está lo gremial, lo intelectual, cultural, espiritual.

¿Qué opina de la postura competitiva de las tres figuras que encabezaron estas elecciones: Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri?
Hubo una intención inicial del kirchnerismo de imponer como competidor desafiante a Macri para generar un acomodamiento discursivo, siendo ellos el cuadrante de centro izquierda y el macrismo de centro derecha. Es mucho más complejo. Sabemos que Daniel Scioli no es el candidato que les hubiese gustado a los kirchneristas para estas elecciones y puede que algunos se tapen los ojos, la nariz, la boca y le den para adelante. Massa se sumó como un tercero en discordia que probablemente disminuyó el potencial electoral de Mauricio, y de eso agregó no mucho más que dos puntos. La oferta electoral estaba muy saturada.

Para usted, ¿afecta que el Gobierno en los últimos años haya generado la idea de que antes del kirchnerismo las cosas eran peores?
Claro que sí, creo que hay algo de crear ficticiamente mitos fundacionales. No los crean las personas, son los acontecimientos. El 17 de octubre es un acontecimiento que genera un mito, así como genera antipatías. El gobierno es muy responsable de la divisoria de aguas. Se maneja con una lógica binaria, “si estás conmigo sos amigo, y si no sos enemigo y te tengo que destruir”. Esto no favorece las relaciones sociales primarias que hay que tener en una sociedad. Existe un exacerbamiento más que nada en sectores medios o altos, con una cesura muy fuerte. La militancia está muy bien, el borde es cuando te pasas y te volvés un fanático.


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