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De qué hablamos cuando hablamos de Amor


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Los vínculos amorosos y sexoafectivos están en boca de todes, y cada vez más nos animamos a hablar sin pudor sobre ellos. El amor, un tema que interpela e iguala sin importar edad, género y clase social.


El amor, las relaciones interpersonales o los vínculos sexoafectivos son inherentes a la condición humana, Aristóteles dijo que el ser humano es un ser social por naturaleza, es decir, que necesita estar rodeado de otros de su misma especie para desarrollarse.

En el transcurso de 2020 las personas de casi todo el mundo nos vimos obligadas a distanciarnos de todos, incluso nuestros más allegados. La falta de contacto impulsó a varios a infringir la ley y asistir clandestinamente al hogar de su “amade”, e incluso se pusieron de moda las fiestas clandestinas. Encuentros masivos que se hacían al aire libre o en espacios cerrados y que iban en contra de la legislación del momento, el aislamiento social y preventivo decretado por el Gobierno Nacional. Si, en el peor escenario, donde la vida propia y la de los demás corría peligro por un virus que no se podía controlar, lo que más buscábamos era el contacto con otros de nuestra especie.

Tan importante es el contacto físico y emocional entre los seres humanos que el gobierno argentino en cadena nacional recomendó el Sexting y el uso de juguetes sexuales para no romper el aislamiento obligatorio, puesto que al estar con otras personas no solo encontramos confort, sino que generamos sustancias químicas en nuestro cerebro como la dopamina y la serotonina, que nos traen bienestar,  paz y tranquilidad.

En la historia de la humanidad se le ha dedicado al amor cientos de formas de transmitirlo, en la literatura con historias que pueden ir desde Romeo y Julieta de Shakespeare pasando por los clásicos de las hermanas Brontë hasta la ola latinoamericana con El amor en los tiempos de cólera de Gabriel García márquez; miles de horas filmando besos épicos en cámara lenta, con un giro de 360 grados y con la lluvia siempre presente como en Breakfast at tiffany’s, The notebook e incluso en Spider-man. El amor ha sido la excusa para unir reinos y perpetuar estirpes en el poder como el caso de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón que con su matrimonio no solo unieron el Reino Español, sino que  desterraron a los Judios y los moros de España y empezaron con la conquista de América.

En la contemporaneidad escuchamos nuevos y cambiantes vocabularios que describen a la dinámica amorosa o sexoafetiva, tales  como: Crush, ghostear, shipear, poliamor, polidrama, vinculeable entre otros. La existencia de estos términos y la transformación del paradigma del amor tradicional se le puede atribuir a las nuevas generaciones y al avance de las redes sociales en los diferentes aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo,una encuesta realizada por Havas Group a 17,500 personas mayores de 13 años dio como resultado que el 80% de los participantes manifestaron creer en que el amor de pareja puede durar para siempre. Es decir, se mantiene el paradigma del amor para toda la vida.

“El amor para toda la vida existe, pero es necesario trabajar y comprometerse a mantener ese amor. Si bien es algo natural y es un sentimiento generalmente incontrolable, uno se tiene que responsabilizar para mantenerlo encendido con acciones”.  Luleh, 17.

En los adultos mayores la idea del enamoramiento o el amor para toda la vida no difiere mucho. Según la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores realizada en 2018 por el INDEC el 62.6 % de las personas mayores creen en la posibilidad del enamoramiento y de la existencia del amor para toda la vida. 

“No creo que exista el amor para toda la vida y menos si vemos al amor como el amor romántico en el que uno da todo por alguien y lo tiene que completar. La verdad, no me veo con alguien para siempre, obvio que hay gente para todo, pero si no se da vas a sentirte miserable por algo casi imposible  y que paja sentirse mal”.  Sara, 23

Y fueron felices por siempre.

La Filósofa y académica Feminista, Diana Maffia, Manifiesta que: “la idea del amor para siempre, que se consuma un matrimonio tradicional, heterosexual y religioso, fue históricamente necesario para las sociedades en donde la herencia y la acumulación de Capital era fundamentales para subsistir y perpetuar el bienestar de la familia en el tiempo.” Según Maffia esa ideal de amor posibilitó el avance de la sociedad capitalista y también perpetuó hasta nuestros tiempos la idea de dominio, de exigencia y de obediencia de unos cuerpos sobre otros.  En la contemporaneidad la economía es más impersonal y hay maneras muy diversas de organizar la vida,  incluso de organizar las convivencias maritales  y las crianzas en familias no tradicionales, es decir la idea de amor tradicional y para siempre ya no es tan funcional en nuestra actualidad.

Creo que se puede estar con alguien para toda la vida y amarle, pero es importante sobre todo entender que también puede no ser para siempre y también es amor. Que es posible si las individualidades y los proyectos de vida van caminando juntos de la mano y hay puntos de equilibrio. No deberían haber reglas, es decir no debería ser obligatorio o sinónimo de éxito estar con alguien para toda la vida. Cesar, 33.

Pareciera ser que socialmente aún se persigue la idea de amor para toda la vida en las distintas generaciones, como una búsqueda individual e incluso de estatus social. Se sigue buscando, pero ahora con algunas alternativas al amor romántico/monogámico tradicional que se registra frente a la ley y la iglesia o  incluso se ha generado la adaptación de herramientas tecnológicas para dinámicas que se dieron siempre y que son inherentes a la idea del amor para toda la vida como lo es  la infidelidad.

En un informe realizado por DIVE Marketing para el sitio Web Gleeden (sitio web y app que está diseñado para que únicamente personas casadas consigan tener vínculos paralelos a su matrimonio), se registró que el 67% de sus 9.5 millones usuarios a nivel mundial reconocen que cometieron una infidelidad, mientras que únicamente  el 59% se siente arrepentidos de haberlo hecho. En latinoamérica, la Argentina es el país con mayor participación en esta aplicación.

“El amor para toda la vida existe, pero no un amor sexual o el estar enamorado, que es casi como estar hipnotizado. Creo que es posible, yo crecí con la idea de que uno podía encontrar a su pareja ideal y las ideas forman los sentimientos. No me ha pasado de estar para toda la vida con alguien, si me he enamorado muchas veces y conviví en pareja. Creo que existe, es mas no dejo de sentir amor por las parejas que tuve, pero no aspirando a volver a estar con ellas”. Javier, 66.

Según datos del registro civil porteño desde el año 2005 hubo una tendencia a la disminución de los matrimonios, es decir, por cada dos uniones se registra un divorcio. Pero en 2020 la cifra de divorcio se invirtió y se dio el caso de que 4.480 parejas disolvieron su vínculo conyugal y únicamente 3.861 se casaran. Este puede ser un resultado circunstancial de la pandemia, o un indicio de que el paradigma del amor en pareja para toda la vida, más que acabarse, se está transformando.

El amor en tiempos de deconstrucción.

La filósofa y guionista Tamara Tenenbaum habla en sus libros y ensayos principalmente del amor y de la relación que como sociedad tenemos con este sentimiento. En su libro “El fin del amor: Queer y coger en el siglo XXI”, habla de cómo socialmente se piensa al amor en relación con la pareja y en relación a la felicidad, es decir, al amor de pareja como expresión única de la felicidad, en especial en la vida de las feminidades, ya que estas fueron las más expuestas a el mandato del amor.

“El amor es una experiencia y para mí es un momento en el que dos, tres o más personas se reúnen para converger en actividades complacientes y es muy diferente para todes. puede ser expresado en la sexualidad, en la sensualidad o en el cariño de la sola compañía y la complicidad, que además está mediado por la cultura, la sociedad y la época en la que vivimos.”  Jonathan, 31

Tenenbaum asegura que el amor de pareja ya no tiene que ser la expresión de la autorrealización, sino que puede estar presente en muchos aspectos de la vida de cada persona, en ese sentido, es cada vez más cotidiano ver nuevas formas de vincularse y sobre todo nuevas concepciones de amor. Cabe resaltar que estas concepciones de amor no son del todo nuevas, lo que sí es nuevo es la masificación de esto, la mediatización y teorización de estilos de vida, en concepciones como el poliamor, la relaciones libres o incluso el término deconstrucción que viene de la mano de la lucha del movimiento feminista. 

“El amor es una construcción, yo tengo un amor enorme en mi vida que es con quien convivo, que es mi marido. Nos conocimos en los 70´s y es un amor que fue cambiando. es una suma de valor agregado y de construcción y mi lema  parafraseando a la izquierda latinoamericana que hablaba de la tierra es para quien la trabaja, el amor es como la reforma agraria.  El amor es para quien lo trabaja”.  Diana, 69.

Maffia, manifiesta: “en el amor romántico se perpetúa la idea de que una persona, en general un varón, escoge a una mujer que estaba esperando ser elegida y completada para terminar de ser una persona. El ideal de amor romántico pone a prueba no solo la estabilidad en el tiempo sino la demostración constante de que se es digno de ese amor, no solo de la mujer frente al varón si no del varón probando constantemente su virilidad y fortaleza”. El Amor en la contemporaneidad traspasa el ideal romántico y el mandato que se reproducía en la pareja monogámica del siglo XX.  El amor pasa a ser algo más aspiracional, que se puede mostrar a través de las redes y que tiene como principal aspecto el cuidado y el cariño del otro. La voluntad de mantener el vínculo se pone por encima de la obligación y la tradición.

“El Amor es un sentimiento de mutuo afecto, incondicional y no necesitas nada físico o material que la otra persona te de para que te demuestre algo”. Nahuel, 15.

El mandato del amor y de los vinculos sexo afectivos es nuestra contemporaneidad es entoncse: que el amor exista sin dolor. Que no se reproduzcan patrones de explotación e incluso en la readaptación de ideales como el amor para toda la vida, que periódicamente se revisen los acuerdos de la relación y las expectativas del vínculo en general.

El amor sin sexo, ¿es realmente Amor?

“Es demasiado importante el sexo en la pareja. Es el picante de la relación, es donde puedo tener confianza y satisfacer plenamente, el sexo afianza la relación, no es negociable para mí el que no exista buen sexo”. Monica. 28

En la actualidad la sexualidad y el goce están reconocidos como necesarios en el desarrollo integral de los individuos y consagrados como derechos fundamentales en  la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin embargo, la sexualidad hasta no hace mucho tiempo fue considerada como una herramienta para la reproducción y sobre todo que tenía que ser practicada con este último fin.

La relación sexo y amor es relativamente nueva en la historia de la humanidad y viene vinculada a la idea de plenitud en la pareja. En muchas ocasiones perpetua el ideal de amor romántico y es reforzada con la reproducción de contenidos culturales como el cine y la literatura que convierte la ficción en un mandato y en algo a lo que hay que aspirar, donde las diversidades sexuales, étnicas, de género y de clase social no son tenidas en cuenta, minimizadas o incluidas a la fuerza.

“El sexo es importante para la reafirmación de lo bueno que es compartir con el otre. El sexo como el dinero, abre posibilidades, sobre todo en la exploración y el conocimiento del otre y de uno mismo. En mi caso como demisexual tiene que existir un vínculo de afecto y amor para poder estar en ese plano así que es fundamental, el uno no pasa sin el otro”. Matias, 26

Los productos culturales tienden por un lado a hipersexualizar a la juventud sin tener en cuenta lo que realmente sucede en la realidad, ya que según la Encuesta Nacional Sobre Salud Sexual y Reproductiva del INDEC el inicio de la vida sexual de los jóvenes argentinos es a los 17 años y tiende a realizarse con pares de su misma edad. Por otro lado, la lectura generalizada de la vida sexoafectiva de los adultos mayores tiende a ser asexualizada, dejando a los adultos mayores en un escenario de pasividad que no corresponde con la realidad, ya que segun Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores del INDEC, el 80% de los participantes mayores de 60 años sostienen que mantienen una vida sexual activa y estiman a su vez el 67% de toda la muestra considera que el sexo es importante en la vida amorosa.

“El amor en una Pareja no puede existir si no existe el sexo. Los besos, las caricias, la sexualidad en el sentido pleno. Las ganas y el deseo del otro son fundamentales. puede mantenerse el amor, pero si no se mantiene la sexualidad más que pareja son amigos, de hecho yo me separe de la madre de mi hija porque perdimos eso. El beso es importantísimo, La piel”. Javier, 66

El ideal de amor y sexualidad pone en tensión a las personas y los vínculos que construyen, ya que  se enfrentan no solo lo que sucede en su pareja sino  a las expectativas sociales del mismo. Frente a esas tensiones y en general a los discursos hegemónicos   siempre han existido alternativas en las que las personas pueden experimentar y poner en práctica nuevas ideas y empezar a transformar lo que se considera normal en nuevas posibilidades.

“El Sexo es importante pero no es suficiente, en mi caso el enamoramiento no pasa por ahí, creo que para mantener una relación tiene que haber atracción sexual y física, pero no lo es todo.” Nacho, 42

Donde caben dos, caben tres. 

“Siempre Fui de relaciones largas y en todo los casos siempre pasaba lo mismo:  la amaba un montón, todo iba muy bien, era el amor de mi vida hasta que me calentaba alguien más y empezaba a serle infiel, me sentía miserable y luego en todos los casos se terminaba todo muy mal. ahora estoy en una relación abierta”. Enzo,45

Enzo Maqueira es escritor y periodista,  cuando habla de su pareja abierta manifiesta que: “el estado natural del amor es ser libre y que para que fluya se debe reconocer a la monogamia como algo circunstancial y no como el fin último de todas las relaciones sexoafectivas”. Su acercamiento a estas formas de vivir las relaciones se  dio a partir de asistir a fiestas de la comunidad LGTBIQ+ y en la exploración de las fiestas electrónicas.

En la ciudad de Buenos Aires, actualmente no es raro escuchar que una pareja es abierta o que un conocido hace parte de un vínculo poliamoroso, sobre todo en la población joven, que aunque crean en el amor para toda la vida, según el Observatorio de Consumo Joven de la universidad de Palermo el 25% de los participantes del estudio están de acuerdo en tener múltiples vínculos amorosos o sexuales sin tener la sensación de que están rompiendo un acuerdo de fidelidad.

“El poliamor y las parejas libres son posibles, pero hay un abuso del término, muchas veces se utiliza como sinónimo de no querer comprometerse. Para mi estas relaciones se complejizan porque chocan con la idea de compromiso, porque es muy difícil comprometerse con muchas personas, siempre hay que ceder. Habría que preguntarse también si las relaciones monógamas son posibles. Creo que es posible el poliamor pero no se hasta cuantas personas desde mi experiencia  con toda la furia llegaría a dos, no me da la cabeza ni el tiempo”.  Cesar, 32

Cabe aclarar que la idea del poliamor no es nueva y mucho menos es nueva su práctica, según Giazú Enciso, doctora en Psicología Social española, en su tesis doctoral manifiesta que, hay evidencia de este tipo de relaciones en el paleolítico y en el siglo XX donde hubo experiencias masivas en la década del 60 y del 70 relacionadas a el movimiento hippie y que fueron frenadas por la masificación de las enfermedades de transmisión sexual.

 “Cuando tenía 20 años viví con una comunidad en Paris en la que se hacía un trabajo interno de “limpieza y búsqueda del verdadero ser”.  En la comunidad se trataba de eliminar la idea de que uno se enganchara de alguien que cumpliera  con todas las ideas de la educación pequeño burguesa y tradicional que habíamos recibido porque  eso  en teoría no  permitía que uno encontrara una pareja auténtica. Era una comunidad donde no se formaban parejas y se vivía el sexo libre. Las mujeres eran las que manejaban la comunidad y ellas decidían con quien estar sexualmente y se buscaba que uno no se enganchara con las personas de un modo egoísta. Era permitirse estar y ser libre”.  Javier, 66

Las relaciones poliamorosas o no monogámicas llegaron para quedarse y  seguramente van a seguir existiendo tal cual como ha ocurrido desde antes de nuestra época, como una fuga de la hegemonía y una forma de deconstrucción e incluso como filosofía de vida que va coexistir  con la tradición y sobre todo con el ideal de amor romántico, puesto que en la sociedades occidentales como la bonaerense las relaciones de pareja todavía son símbolo de estatus o poder, ya sea de manera económica o aspiracional.

 “Es difícil entender que no somos dueños del otre, ni del tiempo de alguien. Es muy egoísta, incluso con uno mismo, pensar que una sola persona va a satisfacer todas las necesidades.  Es la misma limitación patriarcal y la heteronorma que influye en nosotres y pensemos en que las parejas son solo duplas.  Cuando la gente dice que es respetuosa con su pareja y no hace ciertas cosas en lo sexual lo que termina es irrespetándose a sí mismo, a su deseo, a poder hablar sobre cosas incómodas y sobre todo lo hace por miedo a perder al otre y a estar solo. Porque en esta sociedad está mal visto estar solo.  Incluso las disidencias sexuales y de género terminamos tratando de encasillar en familias tipo y para eso además hay que tener dinero”. Jonathan, 32


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