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El crimen de Lucas González: “La policía ahora está señalada”


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Policías de la Ciudad coinciden en su preocupación por la imagen que tiene la sociedad de ellos pero difieren en responsabilizar o no a sus colegas.


“No toda la policía es de gatillo fácil. Ellos actuaron mal, no se identificaron, los pararon sin balizas ni nada”, dice S, cabo de la Policía de la Ciudad, quien ya hablaba del caso de Lucas González con un vecino cuando ETERDigital fue a entrevistarlo en la puerta de una escuela.

El crimen del futbolista de 17 años, baleado en Barracas por José Nievas, Fabián López y Gabriel Alejandro Isassi, los tres policías acusados de disparar, puso nuevamente la mirada de la población en el accionar de esa fuerza. El cabo S. lo refleja así: “Los pibes se asustaron y los agentes le dispararon de una. Es una tristeza para todos, para la policía también porque ahora está señalada”.

J, también oficial de la Policía de la Ciudad, de recorrida por las calles de Villa Crespo, asegura que los policías “se mandaron una cagada. Estamos para prevenir, pero no así. No es la manera. Es una tristeza por el pibe, la verdad”, comenta. Al mismo tiempo, afirma que la policía no recibe el apoyo suficiente: “Siempre estuvimos desprotegidos en este tipo de casos”.

“Imagino y siento el dolor de la familia, porque nadie les va a devolver a su ser querido. Pero soy parte de una institución y pienso en ella. La sensación que tengo es que ahora la gente ve a un policía y siente un desprecio”, dice el G, un agente que también conversaba –con el encargado de un edificio– sobre el asesinato a Lucas González en el momento de la entrevista. “Creo que es un hecho confuso, no me imagino que se llegue al punto de disparar sin que antes haya ocurrido algún tipo de enfrentamiento o una voz de alto. Nosotros recibimos una capacitación de campo y no es lo mismo dispararle a una hoja marcada con puntos que tener a una persona y pegarle un tiro”, agrega. También considera, en defensa de sus colegas, que se trataba de “una zona más picante. No es lo mismo en Barrio Norte que la zona donde ocurrieron los hechos”. 

Lucas viajaba el miércoles en una Volkswagen Suran junto a tres amigos que venían de probarse en Barracas Central, club en el que jugaba González. Cuando salieron de la práctica, cerca de las 10 de la mañana, fueron interceptados por un auto sin identificación del que bajaron tres policías de civil. Al pensar que se trataba de un robo, los jóvenes realizaron una maniobra evasiva y aceleraron, fue entonces que los policías dispararon e hirieron gravemente a Lucas, quien murió luego de agonizar durante 24 horas.

“Uno se siente sin ningún tipo de respaldo a la hora de actuar”, comenta P, un agente de la misma fuerza porteña, de consigna en la puerta de un banco. P señala que “en un enfrentamiento siempre salimos perdiendo” y pone como ejemplo el caso de unos días atrás, en Constitución, cuando un hombre agredió con un cuchillo a un policía que intentaba identificarlo y los agentes efectuaron 15 disparos –en veinte segundos– contra el atacante, que resultó herido de dos balazos (también un vecino que caminaba por la plaza resultó herido en un hombro). “No sabés cuál es el momento indicado para actuar”, sostiene P.


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