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El rock no murió: resurge en la Generación Z 


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Parte de los nacidos alrededor del año 2000 elige volver a las bandas clásicas nacionales o internacionales en busca de una alternativa a la música urbana. Este género disruptivo que surgió al margen de lo masivo sigue encontrando jóvenes seguidores por fuera de los rankings musicales. 

En los celulares de un grupo de adolescentes que hacen la previa a la entrada de un colegio secundario del barrio de Gerli, en Avellaneda, suenan Rauw Alejandro, Emilia Mernes y Bizarrap. Las canciones saltan de manera aleatoria y se escucha como si se “picara” un disco. Chicos y chicas paran las orejas cuando se les pregunta qué música escuchan en sus auriculares. Valentina, de 17 años, cursa el quinto año. Sigue las canciones de su generación, pero tiene sus excepciones. Está atrás del grupo que se va arrimando, abre grandes los ojos y se adelanta:

-Al que yo amo, pero amo, es al Indio Solari. De verdad lo digo, quisiera haber estado en el pogo más grande del mundo.

 “Hay quienes dicen que hoy lo masivo pasa por otros estilos musicales, pero en mi experiencia personal de más de cincuenta años de escuchar rock argentino siempre fue así. En la época de Almendra, Manal o Arco Iris, lo masivo, lo que salía por la radio o la televisión era otro tipo de música y lo que gobernaba los ranking de venta de discos, también”, dice el periodista de rock Alfredo Rosso, que conduce un ciclo surgido a principios de los años 90 y que sigue saliendo al aire todos los domingos a la noche por FM Rock & Pop.

Y justamente hoy está pasando de nuevo lo que dice Rosso. Al mismo tiempo que Sofía descubre “Bajan”, Thiago PZK, María Becerra, Bizarrap, Rosalía, Emilia Mernes, Nicki Nicole, Rauw Alejandro, Tini y Callejero Fino lideran Spotify en 2023. El rock transita por otro carril y hoy resurge de la mano de jóvenes y adolescentes que buscan alternativas a la música urbana. 

En junio de este año, en una lista de 140 canciones, los únicos temas de rock o pop/rock que figuran son Miley Cyrus en el puesto 45, KillBill con Benito Cerati en el 63, Harry Styles en el 69 y Southstar, en el lugar 81. Pero mientras las plataformas dan números y las radios se convierten en interlocutoras entre el streaming y el público joven, el mercado de las vanguardias no alcanza a cubrir la diversidad de gustos musicales que conforman la totalidad de una generación.

El conductor y periodista de rock Eduardo De La Puente explica: “Cuando yo era pendejo tenías que ir a la disquería, comprarte el disco, en la radio no lo pasaban ni en pedo eso que yo escuchaba”. Si bien hoy no está a la cabeza de los ranking musicales, el rock sigue ahí, como en el principio, con su original condición de marginal en potencia que un día alcanzó límites insospechados y lideró todas las batallas. 

Sofía tiene la misma edad que Valentina. Hace poco aprendió a tocar en la guitarra los acordes de “Nothing else matters” de Metallica y una amiga le prestó un teclado “que no usa” y que ella acomodó en su habitación. Lo que le pasó a De la Puente también le pasa hoy a ella, que si bien tiene la música al alcance de su mano, lo que no encontraba era una imagen de su banda nueva para colgar en su pieza. “Le tuve que pedir a mi tía que me consiguiera por Capital un póster de Soda Stereo, porque donde vivo yo no lo consigo”, comenta. 

Valentina insiste desde la puerta del colegio: “¿Sabés lo que hubiera sido estar en el pogo más grande del mundo? Creeme, no sabés lo que se siente”, explica como si los viejos seguidores de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que llevan más de tres décadas ganadas, no conocieran aquel “lo que se siente” de una misa ricotera. Lo mismo le pasa a Sofía que intenta dar la noticia del día: “Hoy me sorprendí porque escuché una canción de Spinetta cantada por Gustavo Cerati”, agrega con el impacto de la primera vez, y espera la misma reacción en los demás.

Emilio Del Guercio, bajista de la mítica banda Almendra -formada por su líder Luis Alberto Spinetta en guitarra y voz, Edelmiro Molinari en guitarra y Rodolfo García en batería-, afirma con respecto a lo que escuchan los jóvenes hoy que hay muchas nuevas bandas: “Hay gente joven que nos pregunta a nosotros (los primeros músicos del rock nacional), son pibes de 18 o 20 años que escuchan Almendra, Aquelarre, Pescado (Pescado Rabioso, segunda banda de Spinetta) y obviamente Soda Stereo, Charly y otros. No sé cuántos son, pero son muchos”. 

Al mismo tiempo que Sofía descubre “Bajan” en la soledad de su cuarto, Ezequiel, de su misma edad, comenta en la previa de la entrada a la escuela sus preferencias:

-¿Sabés qué escucho yo? Pink Floyd. Lo escucho en mis “momentos especiales”. 

Ezequiel dispara su “banda nueva”, baja la vista como si nadie lo entendiera y se guarda para él la distinción de esos momentos mágicos en los que decide poner a la banda de The Dark Side of the moon, disco cuya remera se ha hecho parte de los outfit más cancheros de los centennials. Con sus 18 años se considera “de otro planeta” y lo expresa como una especialidad suya, casi un secreto guardado. “A Pink Floyd lo conocí por Spotify, un día me tiró un tema y lo busqué, y entonces me lo puse a escuchar”, agrega.

El rock del pasado siempre va a tener por donde filtrarse en las listas nuevas. Matías, un año menor que Ezequiel, recomienda escuchar Canserbero, el rapero venezolano que anticipó su muerte y se sumó al llamado “Club de los 27”, las estrellas de rock fallecidas a esa edad y en la cumbre de sus carreras. Ezequiel salta por atrás y dice: “¿viste lo que son las letras?”. El artista, considerado un exponente del rap independiente en América Latina, supo combinar algunas de sus canciones de temáticas fuertemente sociales con bases de Pink Floyd. Ahora la banda de rock británica aparece en los buscadores de rap y entonces cierra la fórmula del algoritmo.

Aylen tiene 17 años y escucha mucha cumbia y baladas que mezcla con canciones de La Renga y el Indio Solari. Pero también escucha temas de Red Hot Chili Peppers, Nirvana y R5, una banda de pop rock californiana creada en 2009 que recrea un clásico de U2 en uno de sus videos de la canción “Heart made up on you”. En su versión, unos jóvenes adolescentes son prófugos de la justicia, escapan en un auto Ford celeste claro y viejo, y terminan cantando en la calle al mejor estilo “When the streets have no name” de la banda irlandesa U2, videoclip que culmina con la policía desalojando a los músicos. Una vez más, las bandas clásicas se cuelan por los poros de los artistas actuales.

Este es el nuevo rock

El periodista Eduardo De La Puente resume el concepto de rockero actual en la figura de Lali Espósito: “Es re rockera, la mina es disruptiva: tiene esa cuestión de super mega hiper estrella con la chabona en zapatillas que vive a la vuelta de tu casa. Es un personaje”.

“Lo que tiene esta generación, las más nuevas todavía, es que nacen con una cuestión de que está todo integrado a lo mismo, entonces por ahí a algunos les tira más el trap y a otros le tira más el hard rock, pero eso no es una barrera entre ambos. Entonces de golpe si esos dos son amigos, escucharán de ratos el trap y al rato rock and roll”, explica De la Puente.

“Las nuevas generaciones artísticas, pongo por caso Lali Espósito u otros, han demostrado una generosidad con los otros músicos de su género, se respetan todos y se comparten todo. Eso me parece que es una muy buena actitud y que prendió también en la gente. Entonces por eso también la música ya no establece esas diferencias”, agrega. “No son tan sectarios como antes, eso está bueno, que sean bien abiertos”, comenta. 

“Cuando digo que somos el nuevo rock and roll, me refiero a que somos la nueva cara de la juventud”, dice el cantante Trueno en su cuenta de Twitter. Pero decir que son la nueva cara de la juventud ¿los convierte en el nuevo rock? Alfredo Rosso explica este fenómeno mediante el cual la esencia del rock sigue haciendo ruido: “El atractivo principal del rock es que desde sus comienzos planteó junto con su ritmo y con su música y con sus letras una ruptura con una sociedad conservadora y bastante reprimida y represora. Y fue tal el atractivo de esto, que se ramificó en muchas direcciones hasta formar la llamada contracultura, que también creó lazos fuertes con la literatura, el cine, el teatro independiente y otras manifestaciones que también tuvieron su proceso de transformación”.

Rosso aclara: “Mientras hay gente que reclama por la aparición de otro Spinetta u otro Charly se pierde lo que está sucediendo por pura inercia, complacencia o abulia, más bien habría que preguntarse si ese público que hace ese reclamo sigue teniendo una actitud abierta curiosa y receptiva o si ha caído en la vía muerta de todo tiempo pasado fue mejor”

Ezequiel escucha Pink Floyd pero no conoce el clásico “Wish you were here”. Sabe otras canciones del conjunto británico aunque no reconoce los nombres. Aylén recuerda que le gusta “Wonderwall”, de Oasis. Pero no dice “Oasis”, sino que antepone el título de la canción al nombre de la banda. Su hermana Nazarena, de 20, afirma sin dudarlo que le gusta el rock y el pop de los ochenta, pero que no recuerda a los artistas. “Eso es muy simple, se llama Internet y se llama redes sociales”, explica  De la Puente.

Roma, una adolescente de 18 años, comenta: “Desde que escuche mi primer tema de rock al día de hoy puedo decir que la música de otras décadas está resurgiendo y muchos amigos también la escuchan, pero quizás es diferente la forma de escuchar, según lo que me cuenta mi papá”. Y agrega: “Antes había que comprar un disco, ahora entro a Spotify y busco lo que quiero, quizás no sé qué canciones tiene un disco ni tampoco conozco toda la discografía de un músico, escucho un poco de este, un poco del otro”.

“El que hizo un disco, por algo puso los temas en el orden que los puso y le hizo la tapa que le hizo. Hay una cuestión integral que con las plataformas no lo tenés. Eso se perdió. Son tiempos distintos, pero la música sigue ahí”, reconoce De La Puente. Y agrega: “Vas probando de todo, y en algún momento te casarás con algo”.

La fragmentación de la cultura del disco es una de las consecuencias de escuchar música random en plataformas. Lo que se gana en diversidad se pierde en conocimiento. Por eso los periodistas de rock coinciden en que cuando se tiene toda la oferta junta y todo servido, no se respeta el concepto del artista. 

Bajo tu influencia

“La primera vez que escuché un tema clásico de rock nacional fue cuando tenía 13 años, estaba con mi papá en su estudio y pasaron un tema de Soda Stéreo, la versión en vivo del último concierto”, cuenta Roma. 

El periodista Alfredo Rosso comenta: “Mi público en general está en una capa etárea un poco mayor, tal vez entre los veinti largos y los cincuenta y tantos años, pero muchas veces me entero de que sus hijos también se prenden al aparato cuando salen mis programas, lo cual también es muy reconfortante”.

“Durante estos cuatros años me fui involucrando más con la música y conocí muchas bandas de otras épocas, tanto de Rock como de Pop. Con mis amigos en general escucho la música que está de moda entre todos los adolescentes, que me gusta, pero también me gustan los clásicos”, afirma Roma. “Otro  recuerdo que viene a mi mente es mi hermano jugando a unos juegos en donde tocaba guitarras de forma virtual y muchas melodías me sonaban por verlo jugar”, agrega.

Muchos jóvenes se contactaron con la música de los clásicos gracias a videojuegos de la Playstation, como nos relata De la Puente: “Creo que tuvieron mucho los videojuegos: como el Guitar Hero, como el Rock Band, que son todos juegos de ejecución y simulación musical por así decir, tiene temas clásicos y crecieron mamando eso. Por lo menos en el caso de mi hijo, que tiene 23, fue así”. 

Sábado 29 de abril. Un grupo de adolescentes está en la puerta del Teatro Vorterix en Capital Federal y de entre tantos cuarentones y cincuentones resaltan tres adolescentes. Acompañan a su padre y a su  tío que están entrando a ver a Prisma, una banda tributo a Pink Floyd. En algunos minutos empieza su show que homenajea los 50 años del disco Dark Side of The Moon. Chloe, una de los integrantes de este grupito de tres adolescentes, nos comenta que escucha rock  nacional e internacional gracias a sus padres. Comenzó el show y sonó “Wish you where Here”.

Zoe y Juan Cruz están sentados tomando una cerveza en un bar de Lanús Oeste. “Escucho mucho rock nacional desde los 14 años más o menos, pero en estos últimos tres años aproximadamente empecé a escuchar trap también”, dice Zoe de 21 años. “De hecho, mis canciones favoritas son de rock nacional”. Cuenta que fue influenciada por sus padres, y que antes de la pandemia iba a muchos recitales de rock.

“Ahora empecé a ir de nuevo”, dice, y nombra al menos a unas diez bandas que fue a ver, entre las que están Las pastillas del abuelo, Salta la banca, Guasones, Estelares, Los Pérez García, Fito Páez, Airbag, Eruca Sativa, El cuarteto de nos y No te va a gustar. Hace una aclaración demostrando que conoce de qué habla: “Las últimas dos igual son uruguayas pero bueno, se considera igual”, se rio divertida. “Estoy tratando de hacer memoria cuántas veces vi a cada uno”. 

Zoe comienza entusiasmada a relatar en números. Vio a Las pastillas del abuelo y Los Pérez García unas 10 veces. Salta la banca, 5 o 6 veces y el resto, una o dos veces aproximadamente. “También fui a varios festivales de Rock Nacional, como Cosquín Rock, Baradero Rock, Festival Nuestro y seguro vi a más bandas pero no me acuerdo cuáles, esas son las que más me gustan, escucho y recuerdo”, concluye la adolescente.

“El rock no solo para los adolescentes sino para todo aquel que lo adoptó como parte de su vida es ante todo un símbolo de libertad”, comenta Alfredo Rosso acerca de qué es lo que sucede con los seguidores del rock. 

“Las generaciones que vinieron más tarde tuvieron sus propios intereses y preocupaciones pero siempre el germen esencialmente rebelde y disruptivo que estuvo en la gestación del rock les sirvió como plataforma para expresar lo que querían decir”, explica Rosso. 

Juan Cruz, el  novio de Zoe, también de 21 años afirma: “En esta época, en este momento, estoy escuchando mucha música en inglés, mucho de antes, de los 80, 90 y 2000, tipo Eminem, Dr. Dre, Ice Q, que no sé si es hip hop o rap. También Linkin Park o Snopp Dogg”. Con respecto a si escucha rock o pop/rock dice que sí, aunque no mucho, pero es algo que no le disgusta para nada. ”De hecho Zoe escucha mucho eso entonces tengo mucha influencia de lo que es el rock, sobre todo nacional y también en inglés. Pop también escucho si se da la ocasión”.

Hace menos de un año fue a ver “Las Pastillas del Abuelo”,  y dentro de dos semanas va a ir de nuevo. “Estuvo muy bueno, la pasé realmente bien. Quizás no conocía todas las canciones, pero algunas las conocía bastante y la verdad que estuvo muy bueno, muy entretenido todo”, concluye Juan Cruz.

De igual forma varios expertos del rock en castellano como periodistas y músicos concuerdan en que muchos jóvenes siguen bandas de rock actuales o escuchan las primeras que abrieron el camino. Adrián Laies, pianista, compositor y director musical de los conciertos que homenajearon al disco Artaud de Luis Alberto Spinetta en el Teatro Colón por los 50 años del álbum, comenta con respecto a qué escuchan los jóvenes hoy: “En los conciertos había público de todas las edades, obviamente estaba la gente que compró el disco apenas salió y había mucha, mucha gente jóven”. Pero no puede asegurar si los jóvenes volvieron a escuchar esta música ya que no está muy metido en analizar este fenómeno. “Creo que siempre que alguien la descubre a esta música, le presta atención porque es interesante, bella y siempre hay algo que se transmite de generación en generación. Hay muchos jóvenes tocando rock o jazz pero no podría precisar cuántos”, aclaró.

“Me gusta un poco de todo, pero más que nada escucho trap, reggaetón o hip hop”, dice Nazareno de 19 años. Con respecto a si le gusta algo de rock nacional afirma que sí, pero nunca vio un grupo en vivo. “La banda de ese estilo que me gusta y escucho de vez en cuando es Soda Stereo”, agrega.

“Igual lo del trap y todo eso, siempre pasó que nosotros también escuchábamos mainstream de mediocridad por sobre toda la superficie de lo que se escuchaba, después el rock tuvo una época gloriosa y por ahí ahora está con las luces un poco bajas, pero sigue estando”, dice Emilio Del Guercio. Y recalca: “Hay mucho talento en Argentina, no sólo en el campo de la música, también en muchas otras áreas, la actuación, la plástica, la escultura y la escritura”.

Gracias totales

En el 2007 una de las bandas más influyentes y populares del rock en español de todos los tiempos se volvió a juntar después de diez años de su despedida. Soda Stereo enloqueció a los fans no sólo de Argentina, su país de origen, sino de toda Latinoamérica en donde ya eran una leyenda. “Los empecé a escuchar cuando en mi programa favorito de radio de los años 80 presentaron su primer disco que se llamaba como la banda -Soda Stereo-, y los amé desde el principio”, cuenta Silvia de 56 años que de sólo contar la anécdota sonríe con la cara iluminada. Recuerda que para la despedida del 1997 estaba tan triste porque se despedían pero a la vez enfervorizada que se desmayó de tanto saltar en el tema “De música ligera” y no escuchó en vivo el famoso “Gracias totales” de Gustavo (Cerati). La frase del cantante, compositor y guitarrista del grupo quedó para la posteridad y la utilizan para agradecer incluso los que no siguen a la banda.

Cuando se juntaron a los 10 años las entradas volaron, por lo que se fueron agregando fechas hasta llegar a cinco. Cinco estadios River que fueron un récord hasta que con el tiempo los superó un artista extranjero. 

Silvia fue a la primera, tercera y quinta fecha. No le dio la billetera para ir a las cinco, sino “obviamente lo hubiera hecho”. “No quería que terminaran los conciertos porque ya no volverían a juntarse otra vez”, afirma con tristeza. Pero algo le alegró en la última función, recuerda. Sus sobrinos, Iván, de 15 años y Flavia de 28 fueron a ver al grupo que sonaba por todos lados y que su tía amaba. Iván en ese momento escuchaba habitualmente a Néstor en bloque, así que para Silvia fue un logro que quisiera ir a ver una banda de rock nacional. Que fuera Flavia no le asombró tanto porque ella, aunque adoraba a Luis Miguel, conocía y le gustaba el rock nacional. Había escuchado esa música con su mamá y su tía casi toda su vida.

Su sobrina nunca dejó de escucharlos, pero Iván aunque salió fascinado del concierto después de meterse entre la gente hasta llegar casi al escenario, siguió escuchando música urbana hasta hoy. “Hice lo que pude”, afirma Silvia resignada. 

“La juventud está perdida” se podía escuchar decir a muchos adultos cuando veían a los jóvenes de los 60 o 70 locos por Los Beatles. Rápidamente “esa música” empezó a escucharse en muchos lugares más allá de los sitios concurridos por chicos y chicas de la época. ¿Estarán resurgiendo las canciones con melodías, armonías y letras poéticas? 

Como dijo el Flaco Spinetta en el tema Cantata de puentes amarillos: “Aunque me fuercen yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado fue mejor, mañana es mejor”.

 “Las transformaciones del rock desde que Elvis movió la pelvis pasando por los Beatles y los Rolling Stones, el punk el post punk, la música de los 80, la música de los 90 y las fusiones que trajo este nuevo siglo son las que le han dado al rock su elasticidad y su mutante creatividad y en buena medida son el secreto de su vigencia”, dice Rosso.  “Creo que hay una muy saludable escena de rock en la Argentina del 2023 y su público no es solo adolescente, es gente en sus 20, en sus 30 y más, como yo, que encuentran varias propuestas del rock de hoy muy interesantes y movilizadoras”.


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