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EN EL ASCENSO DEL INTERIOR, LA PASIÓN LE GANA A LAS ADVERSIDADES

Gabriel Chepenekas es un precursor del fútbol femenino. Él fue el responsable de que Excursionistas formara su equipo y comenzara a participar en los torneos de AFA en 2012, mucho tiempo antes de que la disciplina comenzara a tener una mayor difusión. Actualmente reside en Yacanto (Córdoba), donde impulsó un nuevo proyecto con la disciplina en esa localidad.

Por Gabriel Federico

El fútbol femenino dio un gran paso el año pasado con el inicio de la profesionalización, pero aún queda un largo camino por recorrer para un destino en el que las condiciones sean ideales. A partir de la palabra de Gabriel Chepenekas podremos conocer cómo se lleva a cabo un proyecto en el interior del país. Chepe es parte de la Secretaría de Deportes de Yacanto, ciudad en la que logró una representación futbolística para la localidad bajo el nombre de Deportivo Marcos René. Marcos, por un joven futbolista de la zona que había fallecido en un accidente, René, por Houseman, el mítico puntero derecho campeón del mundo en 1978, con el cual formó una amistad a partir del tiempo compartido en Excursionistas. Desde Córdoba, el dirigente y entrenador contó cómo se introdujo dentro del fútbol femenino junto con el equipo de Bajo Belgrano, las diferentes problemáticas que debió enfrentar, el desarrollo de su proyecto y del fútbol femenino en el interior del país.

– ¿Cómo surgió la idea del inicio del fútbol femenino en Excursionistas?

-En Excursionistas yo pasé toda mi vida. Empecé haciendo la revista partidaria, allá en el año 85. La hice 7 años y en base a eso me fui vinculando con las demás actividades del club: infantiles, divisiones inferiores… Fui ayudante, colaborador, después pasé a trabajar con la primera también. Laburé 10 años con Néstor Rapa, un conocido técnico del ascenso en fútbol masculino y pasé años y años en vestuarios. Vivía para Excursionistas prácticamente. Mi relación con el fútbol femenino surgió a partir de una amiga que tengo en Buenos Aires que jugaba a la pelota. Ni sabía que en ese momento jugaba y un día me dice: “Chepe, usted que está con el fútbol, yo juego con un grupo de amigas y no tenemos a nadie. Estaría bueno si nos quiere dar una mano”. Yo nunca había hecho nada con el fútbol femenino, de hecho, el club tuvo equipo en la década del 90 durante un solo año, un proyecto que fracasó enseguida. Me junté con este grupo de chicas, les compré unas camisetas y las comencé a entrenar. En un momento, UAI Urquiza estaba probando jugadoras y le pregunté a esta chica si se animaba a probarse. La acompañé, quedó y empezó a entrenar. Yo la llevaba y me hice muy amigo del técnico, charlaba bastante con él y me comencé a interesar más. En un momento dado, a este muchacho se le terminó el contrato en la UAI y en esa conversación me surgió la idea de proponer a los dirigentes, formar un equipo femenino en Excursionistas. Él me dijo que conocía bastantes chicas, que algo podíamos armar. Fui al club, les presenté el proyecto y los dirigentes, al principio, no entendían nada, me decían que estaba loco, que en el club no había un mango. Yo les dije que necesitaba que me cubrieran los gastos mínimos: la ambulancia y la policía, para los partidos de local, y que después me arreglaba. Y así comenzamos. Entrenábamos en Parque Sarmiento, en los Bosques de Palermo, en la cancha y estuvimos un año hasta entrar en AFA. Yo era el delegado, hice todos los trámites para poder competir ese primer año que fue 2012. Había solo 11 equipos de fútbol femenino que competían. En ese momento, que un equipo como Excursionistas tuviera un equipo femenino era un delirio personal y el resto de los clubes, sacando Boca y River que eran más profesionales, eran así, delirios de un loco. Y el primer año nos fue bastante bien, terminamos debajo de los grandes e hicimos una buena campaña. Al año siguiente, el técnico este se terminó yendo. El segundo año traje otro técnico y fue espectacular, hicimos un campañón. Yo ya me estaba organizando el tema de venirme para acá, a Yacanto, porque me quería ir de Buenos Aires. Hablé con los dirigentes y les dije: “Tratemos de cuidar la actividad”, y quedaron encargados dos chicos de la comisión directiva que continúan actualmente y llevaron a Excursio a Primera. Así que, yo en algún punto me siento un iniciador en este tema. Aprendí mucho de esa experiencia y pude volcar los conocimientos que había adquirido, sobre todo en el trato con las mujeres. Porque es muy complejo tener un grupo de mujeres. Tuve suerte porque Excursio sigue compitiendo allá y nosotros acá a nivel regional.

-¿Cómo surgió el proyecto en Yacanto del Deportivo Marcos René y con qué fin?

-Cuando me mudé, tenía el proyecto de fútbol femenino primero. Una vez que estuve instalado y ya estaba laburando, tenía la idea de formar un equipo de adultos de varones que acá no había. Cuando me dan la autorización de la Secretaría de Deportes comencé a reclutar chicos, a hacer pruebas y a entrenar para hacer participar a este equipo en la liga local de Santa Rosa de Calamuchita, donde compiten 28 equipos, que, si bien es amateur, está muy bien organizada.  Cuando surgió el momento de ponerle el nombre, a mí se me ocurrió, por la amistad que yo tenía con Houseman y la relación que me unía a él, proponerles a los chicos que en el nombre estuviera presente René, para homenajearlo, y uno de los chicos me pidió si le podíamos agregar “Marcos” para homenajear al hermano de uno de ellos que había fallecido en un accidente de motos con 17 años. También jugaba a la pelota. Era un fenómeno, me decían, y así surgió. El fin es representar al pueblo en la liga local.

-Con respecto al equipo femenino, ¿cómo fue el desarrollo?

-Cuando me mude acá, había un grupo de chicas que jugaba a la pelota, pero no les daban bola. No había un equipo organizado. Cuando yo me junté con ellas, empezamos a buscar más chicas que quisieran jugar y primero formamos el equipo mayor que compite en otra liga regional que abarca todos los equipos del Valle de Calamuchita y al año de estar entrenando comenzamos a competir con equipos de Santa Rosa, Villa General Belgrano, Villa del Dique, Ciudad América… Nos fue bastante bien. Hicimos buenas campañas. Es una liga que fue creciendo con el correr de los años como el fútbol femenino y a raíz de ello me propusieron armar una escuelita de fútbol femenino. Junté varias chicas sub 18, también las entreno yo y a partir del año pasado. Decidí unificar los dos grupos porque tenía chicas de 13 o 14 años para arriba. El año pasado no competimos porque se rearmó todo el grupo e íbamos a volver a la competencia este año, pero debido a la situación actual no se pudo. Entreno a alrededor de 25 chicas, de 12 años para arriba. Lo que nos gusta a nosotros es competir, aunque estamos lejos del resto de las localidades. Santa Rosa está a 30 km de acá, el resto de las localidades incluso un poco más y cuando jugamos de visitante, vamos con el transporte de la municipalidad. A mí me encanta este proyecto porque aprendí a convivir con la problemática que tienen las mujeres, que no es sencilla. Tengo chicas con personalidad, no es fácil jugar tampoco esta liga regional, que es independiente de la masculina. Entrenan todas juntas porque buscamos que las más chicas tengan roce con las mayores. Eso les sirve. Y a veces organizo partidos de las más grandes con juveniles hombres de acá de Yacanto. Las fuerzas se equiparán y para las chicas es un aprendizaje jugar contra los varones. Yo lo recomiendo porque es una exigencia mayor, pero se aprende más.

FOTO 02

-René viajó a Yacanto en su momento y fue nombrado padrino del proyecto municipal…

-Sí. Cuando formé el equipo femenino de Excursionistas, le propuse a René que me diera una mano con las chicas porque él siempre estaba dando vueltas en el club y me parecía copado que una figura como él se involucrara. En base a eso, se sumó al proyecto. El técnico que había se fue y quedamos nosotros dos hasta que terminó esta temporada. El tema del padrinazgo fue surgiendo a partir del paso del tiempo. Se me ocurrió que viniera a Yacanto a dar una clínica, una charla para toda la escuelita de infantiles, juveniles y femenino. Ahí se me ocurrió proponerle a la gente con la que trabajo y al intendente nombrarlo padrino, como un homenaje hacia él también.

-¿Ves posible torneos de AFA más federales y con una profesionalización extendida a lo largo y ancho del país?

-Es una idea espectacular, pero es muy difícil. Recién ahora se profesionalizó el fútbol femenino que fue un primer paso, pero falta muchísimo. En el interior del país, es impresionante la cantidad de equipos que hay. Acá en Córdoba hay una liga muy fuerte con Belgrano, Talleres y Racing, que tienen muy buenos equipos. Pero desde el punto de vista de hacer algo más federal yo creo que falta muchísimo porque los gastos son elevados. Si la AFA pudiera organizar este torneo sería genial porque les daría la oportunidad a las chicas del interior de competir con los equipos de Buenos Aires, pero yo lo veo verde. Es una pena porque esta situación le pone un freno a toda la historia, pero no es sencillo, porque para los dirigentes de los clubes, el fútbol femenino es un gasto, no es una inversión. Es más, yo creo que hay equipos que pusieron fútbol femenino por la normativa de CONMEBOL para poder competir de manera internacional. Defensa y Justicia no tenía y tuvo que poner, Atlético Tucumán, lo mismo. Va a costar, sería espectacular, de alguna manera equipararía un poco las fuerzas. Ayudó que la selección nacional en el mundial hizo un buen papel, pero aún mantiene mucha diferencia con el resto de los equipos del mundo, con Europa ni hablar y con Estados Unidos, obvio.

-¿Imaginás una Copa Argentina femenina?

-Y… sería un golazo para todos los equipos del interior tener la posibilidad de competir con los de primera. Y los del Ascenso como en la Copa Argentina. Es algo que hemos hablado con las chicas, lo lindo que sería ir a jugar a Buenos Aires, pero es un gasto terrible lo que es el traslado, la infraestructura, no es nada sencillo. El fútbol femenino está dando los primeros pasos de una profesionalización, pero estamos lejos del ideal. Para esa envergadura… fíjate que este año comenzó a competir Rosario Central en Primera y es un garrón para todos por los gastos que conllevan ir a Rosario, por eso es complicado. Ojalá que prospere en algún momento.

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“La verdad está en lo que se trafica vía la risa”

Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.

Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.


¿Hay algo de la actualidad que te haya impulsado a escribir sobre el humor?

Hay algo de la actualidad que me interesa destacar en un momento particular. Cuando escribí lo del amor efectivamente había muchísima proliferación de discursos prescriptivos alrededor del amor, eso me incomodaba mucho. Lo del cuerpo surgió más por la pandemia y lo del humor, si bien es un asunto que me importa hace más de 20 años y es un tema al que vuelvo. Los últimos años se han vuelto muy solemnes y entonces me interesaba agarrar eso. Son temas que en la actualidad cobran una forma particular que me interesa discutir.

En tu libro menciónás que para vos no hay transmisión ni práctica del psicoanálisis sin risas. ¿Por qué, cómo pensás el rol de la risa en el análisis? 

La risa, el humor, son una de las cosas más emancipadoras que existen en el sentido incluso de lo instantáneo. En ese instante en el que se produce la risa algo se afloja, algo se alivia y ese alivio, por más que no se pueda constatar de manera duradera, abre y produce que pasen cosas que no pasarían. Sin la risa uno está agarrado a sus ideas, a su imagen, a sus prejuicios, a sus cosas y la risa rompe ¿no? Rompe ese modo en que cada uno de nosotros está agarrado a eso que cree que uno es y me parece que la risa en el consultorio ocurre bastante. 

En el capítulo “Usted me ofende” hablás sobre la ofensa como una reacción de nuestros tiempos. ¿De qué forma crees que nos limita la indignación a la hora de producir reflexiones o de generar debates a través del humor?

La ofensa y la indignación son dos formas del impedimento. Todos nos hemos indignado y nos hemos ofendido pero desde ahí no se puede hacer nada, solo queda detenernos y regocijarnos en la propia ofensa y la propia indignación. Son sentimientos bastante individuales y morales, “yo me ofendo, yo me indigno”, existen y no digo que está mal que existan, lo que digo es ¿qué hacemos con esos sentimientos que son muy morales cuando lo que el humor viene a proponer es otra cosa? Es una salida del impasse el humor, nos saca de esa paz del impedimento porque suspende la moral, no porque es amoral, sino porque la suspende. 

¿Crees que ofendernos y pensar que tenemos razón nos trajo donde estamos ahora?

A lo que nos llevó “me ofendo y yo tengo razón” es primero al aislamiento y a la rotura de los lazos comunitarios, no digo que eso sea lo único obvio, ni tampoco es tan directo causa efecto. Creo que si vos te encerrás en que vos tenés razón, en tu indignación y en quién tiene razón, se vuelve una lucha uno a uno y eso no tiene nada que ver con lo colectivo. Lo colectivo es justamente lo que no segrega las diferencias, lo que admite que tengamos razón vos y yo al mismo tiempo, aunque digamos cosas contrarias, como si dijera “vos tenés tus razones, yo tengo las mías, juntémonos y pensemos qué hacemos”. Para los procesos colectivos no importa quién tiene la razón, importa cuál es la fuerza que podemos obtener para para ir en contra de aquello que nos está destruyendo.

Entendiendo al humor también como ficción ¿Por qué crees que nos empeñamos en leer la ficción como una realidad fáctica?

La crisis del humor está cerca de la crisis de la lectura en el sentido de cómo leemos, cómo nos relacionamos con eso que leemos, cómo leemos todo un acontecimiento político, una ficción, una ciudad. La posibilidad de leer implica también entregarse a lo que no se sabe y sorprenderse. Si vos vas a leer una novela y confundis al autor con el narrador y crees que todo lo que hizo es expresión de lo que piensa el autor ya estás leyendo mal porque una ficción pretende ser leída como ficción no como realidad. La ficción tiene efectos de verdad, por supuesto, pero no de realidad. Mucho menos de la realidad de lo que piensa un autor. Para mí el humor va en la misma línea de la ficción. No sabemos qué verdad se articula en ese humor. La verdad no está en lo explícito del humor, está en lo que se trafica vía el chiste, la risa.

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A 17 años del Bronce de Los Pumas

En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña. 

En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña.

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Juan Pablo Buscarini: “Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para filmar una película”

El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.

El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.


A lo largo de sus 24 años como director de cine familiar, Juan Pablo Buscarini ha explorado diferentes propuestas narrativas y lenguajes estéticos; desde adaptaciones literarias, hasta películas que combinan animación 3D con actores de carne y hueso, como fue el caso de “El Ratón Pérez”, ganadora del Goya 2007. 

-¿Cómo aumentó tu interés por contar historias a medida que fuiste evolucionando vos y el mundo audiovisual?

-El interés no viene de mis padres. Mi mamá era profesora de literatura y mi papá fabricaba zapatos y carteras, pero yo desde chico soy fanatico del cine. Sin embargo, en su momento decidí estudiar ingeniería porque tenía facilidad para las matemáticas, e hice la carrera completa, pero con el tiempo empecé a soñar con formar parte de esa industria. Lo veía así; como una industria. Entendía que era un trabajo. Quizá no estaba pensando necesariamente en contar historias. A los 28 años tomé mis ahorros y me fui a hacer un master de animación a Inglaterra.

-Tu filmografía tiene un foco en el cine familiar. ¿Cómo describirías al niño espectador de la época de “El Ratón Pérez” en 2006 respecto a este de 2024? 

-Cuando hice “El Ratón Pérez” llevaba a mis hijas chiquitas al cine para ver qué películas familiares estaban dando y a ver quién iba a tener que fumarse ver. A mí me encantan las películas de Pixar porque venden igual cantidad de entradas para chicos que para adultos. Pero el streaming cambió todo. Hoy el espectador está fragmentado, desconcentrado. Una cosa es tratar de ganarte a los niños en una sala de cine y otra en las casas que pueden distraerse y pausar la película cuando ellos quieran.

-¿Entonces qué motiva ir al cine hoy en día? ¿Y para vos qué valor tiene el streaming?

-Antes las películas funcionaban con el boca en boca. Hoy en las reuniones de producción te dicen que hay que “eventizar”, un megaestreno, porque si no la gente no va. Total, después pueden verla en Netflix. A mí la combinación de streaming con salas de cine, en la que una película se estrena, y luego llega dos meses después a una plataforma, me parece una buena. Ahora los filmes originales de plataformas se piensan activamente para que les guste a todos por igual, independientemente de la región o la visión del realizador, y eso genera que se pierda identidad.

-Tu cine abordó un arte que es tan delicado y tan humano como la animación, incluso llegando a mezclar 3D y Live-Action. ¿Cómo vivís el arrasador avance de la inteligencia artificial? 

-John Lasseter, director de Toy Story, decía que pensar que la animación 3D la hace una computadora sola es como pensar que la stop motion la hace la plastilina sola. La computadora es una herramienta. Respecto de la Inteligencia Artificial, me asusta más que la realización de la animación, que incluso podría traerle oportunidades a artistas independientes, es el tema de la escritura de los guiones, que es la génesis creativa de cualquier proyecto cinematográfico. Detrás de toda decisión creativa hay un montón de reflexión. No quiero que se desvalorice eso. Una Inteligencia Artificial nunca va a poder hacer lo que hace Hayao Miyazaki. 

-Adaptaste al cine la novela infantil “El inventor de juegos”, de Pablo de Santis, con quien co-escribiste el guión, donde el protagonista tiene pasión por los juegos de mesa. ¿Qué te motivaba del proyecto entonces y que cambiaría si lo estuvieses afrontando ahora?

-Al día de hoy, el libro se sigue leyendo en los colegios. Creo que eso pasa con todas las buenas historias. La novela tiene muchos elementos que abren la imaginación y te recuerdan esos momentos agradables e íntimos, en familia, todos concentrados y compartiendo. El libro le hacía tributo a eso y yo quería que la película también lo haga. Creo que si la tratara de hacer hoy me dirían que es raro que no haya pantallas ni celulares por ningún lado.

-¿Creés entonces que hoy habría que poner videojuegos en vez de juegos de mesa?

-Si se hiciera eso, el protagonista ya no se sentaría a jugar con el abuelo, a que él le enseñe cómo jugar. El abuelo estaría en otra habitación. 

-En el ambiente artístico crece la preocupación por el desfinanciamiento del INCAA. ¿Te sucede lo mismo?

-Argentina tiene la característica de la oscilación y de ir de un extremo a otro. Cuando yo terminé el secundario estaban los militares, había un montón de censura en el cine. Después vino la ley de cine 95 y logró que se produjeran muchísimas películas. Más allá de que a veces puede haber un interés un poco personalista en las películas, es clarísimo que el diagnóstico y la decisión del gobierno actual está profundamente errado. 

-¿Qué le dirías a un joven que quiere dedicarse al cine en este país?

-Que deben aprovechar este momento de democratización que trajo la era digital, que es excelente. Se puede filmar una película profesional con un IPhone. Hay una abundancia de recursos como nunca antes. Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para que puedas filmar una película.

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