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LA CABEZA DEL CLUB

Luis Carmelo Cannavó es el presidente de Club Atlético Palermo desde 2010. Tiene 71 años y vive en el barrio de Palermo desde que nació: “El barrio cambió mucho. Antes no había tanto movimiento de gente en las calles. Ahora los edificios dominan la zona, hay estudios de televisión y está lleno de restaurantes y boliches. Pero el club sigue a todo pulmón. Nunca perdió su esencia”.
Presidente
A un año para que finalice su mandato, Cannavó nos cuenta en esta entrevista sobre el gestionamiento del club, los problemas que tuvo que atravesar en su gestión y sobre los hermanos Higuaín, dos de las las máximas estrellas que lo habitaron.
 
-¿Cómo arrancó su relación con Club Palermo?
 
A los 10 años lo conocí por primera vez.Mi padre era hincha de Club Atlético y Sportivo Palermo (Antiguo nombre del club 1933-1934). Como vivía cerca de la sede me llevó a practicar básquet y fútbol. Hice muchas amistades en el club que, hasta el día de hoy, siguen formando parte de mi vida.
 
-¿Qué actividades tiene el club?
 
En la actualidad futsal y vóley femenino son nuestras principales disciplinas. Más que nada el vóley porque está federado en la Federación Metropolitana. Tambíen tenemos boxeo, basquet arquería, y esgrima. En los últimos cinco años agregamos disciplinas orientales como Yoga, Tai Chi Chuan, Taekwondo y Aikido.
 
-¿Por qué no pone al básquet junto al futsal y vóley como principales disciplinas?
 
Si bien nuestra cancha es de parquet por tema de deporte popular y dinero a mediados de los 80 el básquet en el club decayó. En los últimos 15 años la antigua comisión directiva trató de poner de nuevo al básquet como actividad principal pero por escasos fondos económicos no se pudo. Tenemos básquet infantil y senior. Todo amateur. Compitiendo en ligas menores que no son federadas.
 
-¿Es difícil poner al club a competir en un torneo federal de básquet?
 
El tema es que somos un club de barrio. Tenemos 500 socios activos que hacen actividades deportivas. Salvo el vóley femenino que es federado y recibimos subsidios, el resto corre por nuestros gastos. Tendríamos que pagar una inscripción elevada a nuestra economía para federar al club en básquet. En futsal jugamos Fafi y Fefi que son ligas amateurs a las que hay que pagarles una cuota mensual para jugar. Ni hablar sobre ingresar al futsal AFA, donde se tiene que pagar una cuota de cinco dígitos. Salvo que vengan sponsors a querer invertir plata en el club por el momento las actividades van a seguir tal cual están.
 
-En 2003, la antigua comisión directiva trató de llevar el futsal a AFA, sin embargo no consiguieron su aprobación.
 
“Para jugar Futsal AFA, se debe contar con medidas mínimas de 40×20 y tener el apoyo de sponsors para sustentar los gastos que implica jugar en la categoría. Nosotros hasta el día de hoy contamos con una cancha de 18 x 12. Tendríamos que hacer una gran inversión económica para modificar la cancha”, comentó Cannavó.
-¿Cómo fue que se metió en en la política de Club Palermo?
 
Gracias a Héctor González, un amigo que conocí en el club cuando era pibe. Él junto a otras personas encabezan la asamblea del club. Hace 10 años, cuando dejé de ejercer la labor de contador público, me empezó a interesar el manejo de un equipo de barrio. Poco a poco me fui metiendo hasta llegar a lo es mi cargo hoy en día. Comencé ayudando al club en tarea sociales como eventos públicos o festivales para la recaudación de dinero. Tras el fallecimiento del anterior presidente en 2010, la asamblea me eligió como su sucesor.
 
-¿Cómo se financia el club? ¿Cuál es el presupuesto?
 
Gran parte de la cantina tiene que ver con la financiación del club. Si bien tenemos los socios que pagan su cuota deportiva, donde más capital generamos es por parte de la cantina. A través de ella mucha gente conoció el club. Por suerte estamos teniendo bastante clientela. En cuanto al presupuesto anual manejamos alrededor de 3.5millones. de los cuales el 2% viene de publicidad. El resto son de ganancias que obtiene el club y el 5% de la aportación de algunos directivos.
 
-¿Qué opinión tiene acerca del proyecto que presentó Roy Cortina en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sobre la ley de subsidios a las tarifas de servicios públicos para clubes de barrio?
 
Es cierto que con el nuevo gobierno las tarifas aumentaron. Y para algunos clubes de barrio es difícil afrontar el presente. Ojalá se apruebe el proyecto ya que le brindaría una ayuda económica extra a los clubes. Tuve la posibilidad de reunirme en persona con Roy Cortina y me parece que la propuesta es excelente. No es nuestro caso pero se que algunas instituciones deportivas tuvieron que dejar de dar apoyo económico a algunos deportes con el fin de poder tener una economía equilibrada. Igualmente ésto es algo que se iba a dar tambíen con Daniel Scioli. La economía argentina no está bien y de un día para otro no se van arreglar los problemas que tiene.
 
-¿Cómo está hoy en día el club económicamente?
 
A fines del año pasado se refaccionó el parquet de la cancha de futsal y se terminó de pintar el club. Económicamente estamos bien. Tenemos deudas que pagar pero no es mucha. La idea es gastar lo menos posible para llegar a fin de año con las deudas pagas.
 
Los hermanos Higuaín y Leandro Gracián arrancaron jugando al baby fútbol en el club. Hasta el momento son los únicos jugadores que lograron llegar a primera. En 2009 Gonzalo y Federico Higuaín realizaron un partido a beneficio donde lo recaudado fue destinado a las arcas del Club Palermo. Por ese entonces, la institución estuvo a punto de cerrar pero gracias a un partido benéfico organizado por los hermanos Higuaín, que contó con jugadores como Jonas Gutierrez, Erik Lamela y González Pirez el club siguió en funcionamiento.
 
-“En 2009 fue el momento más crítico de en la historia de Palermo en los últimos 30 años. Estuvimos a punto de quedar en quiebra. Con la ayuda de Jorge, Federico y Gonzalo Higuaín pudimos sacar adelante la institución”, recordó Cannavó.
 
Hoy en día los hermanos Higuaín son los máximos referentes que tiene Club Palermo. Gonzalo Higuaín es el único jugador surgido de las inferiores que logró jugar con la selección argentina.
 
-¿Qué se acuerda de los hermanos Higuaín jugando para el club?
 
Tanto Gonzalo como el hermano cuando están en el país nos vienen a visitar. Nunca se olvidaron de sus raíces. Nos traen camisetas para decorar la cantina y cuando tuvimos problemas económicos ellos estuvieron dándonos una mano para solucionar el tema. Son nuestras máximas estrellas. No los vi jugar en baby pero por lo que me cuentan la rompían. Sé que Gonzalo era una persona que no hablaba mucho con sus compañeros pero que por partido metía cuatro goles mínimo. Es un goleador nato desde pequeño. Federico era más gambeteador. Le gustaba amagar a todos los jugadores del equipo contrario. No era tan goleador como el hermano pero se destacaba más por la visión en cancha.
 
-¿Y sobre Leandro Gracián que me puede contar?
 
Según los que están en el club desde hace más 20 años, después de que debutó en primera apareció dos o tres veces por la institución y mira que tiene 33 años. Esta bien, no se le exige nada a nadie. Cada uno sabe que hacer. Y si me pregunta por cómo jugaba, la verdad no tengo referencias de él.
 
Cannavó, además del deporte, tiene otra pasión: sentarse a tomar un café con toda persona que está dispuesta a generar una charla constructiva. A sus 71 año no se cansa de aprender o de dar consejos para todos aquellos que lo necesiten, En cada una de las conversaciones él saca conclusiones o la información necesaria para dar un paso en el futuro. Tambíen cuenta su experiencia y no deja de pasar por alto su amor por Huracán. Para él es tan importante recabar datos que, de entrevistado, en varios momentos pasó a ser el entrevistador. “Aquí hay un problema social que nadie quiere ver: hacen falta dirigentes. Hombres que piensen por la comunidad, por el beneficio de los ciudadanos de los barrios. Esa clase de personas desaparecieron”, comentó con tono firme.
 
-¿Qué piensa sobre la posible privatización de algunos clubes argentinos?
 
Van a cometer un error. El club es y tiene que ser para la gente. Yo creo que hay maneras para solucionar los problema económicos de cada club, pero hay cada dirigente Si trabajaran podrían encontrar la solución. River es un ejemplo. Si bien no está pagada la totalidad de deuda que tiene, gracias a la gestión de Rodolfo D’onofrio y todo su equipo de dirigentes levantaron bastante la posición económica.
 
-¿Cuales son los objetivos a futuro que tiene para el club?
 
Para mí lo principal es formar y educar al joven deportista para que, conforme vaya avanzando en las categorías, se sienta mejor persona día a día. Deben ser educados deportivamente hablando y enseñarles bases como el respeto, la amistad y el compañerismo. Queremos elevar la cantidad de socios. Estamos trabajando para organizar una campaña para atraer a la gente y que se asocie al club. Después el sueño de volver a la raíces del básquet y llevarlo al Torneo Federal están. Al igual que el futsal de poder inscribirnos en AFA.
 
Sobre las demandas más urgentes del club, Cannavó cree que “Es necesario la remodelación del gimnasio”. “Pensamos que la incorporación de actividades como el crossfit o la instalación de equipos de gimnasio sería una buena propuesta para que la gente se asocie”, agregó.
 
Otro punto a tener en cuenta son las tribunas de la cancha. “Este año vamos a cambiar las tribunas ya que algunas no están en condiciones y de hecho actualmente una de las cuatro tribunas que tenemos no se puede usar”, concluyó la cabeza del club.
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“La verdad está en lo que se trafica vía la risa”

Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.

Del interior del portero eléctrico sale una voz cálida. “Ahí voy”, la misma voz que a través de una sonrisa indica el camino. Sobre la pared, tras la inmensa biblioteca, un gato Ramón mira desde la cómoda silla donde descansa. Su dueña es la psicoanalista y escritora Alexandra Kohan. Con una mirada crítica y un estilo libre de imposturas, presenta su último ensayo El sentido del humor, donde navega por las aguas de los fallidos, los desvíos y las risas.


¿Hay algo de la actualidad que te haya impulsado a escribir sobre el humor?

Hay algo de la actualidad que me interesa destacar en un momento particular. Cuando escribí lo del amor efectivamente había muchísima proliferación de discursos prescriptivos alrededor del amor, eso me incomodaba mucho. Lo del cuerpo surgió más por la pandemia y lo del humor, si bien es un asunto que me importa hace más de 20 años y es un tema al que vuelvo. Los últimos años se han vuelto muy solemnes y entonces me interesaba agarrar eso. Son temas que en la actualidad cobran una forma particular que me interesa discutir.

En tu libro menciónás que para vos no hay transmisión ni práctica del psicoanálisis sin risas. ¿Por qué, cómo pensás el rol de la risa en el análisis? 

La risa, el humor, son una de las cosas más emancipadoras que existen en el sentido incluso de lo instantáneo. En ese instante en el que se produce la risa algo se afloja, algo se alivia y ese alivio, por más que no se pueda constatar de manera duradera, abre y produce que pasen cosas que no pasarían. Sin la risa uno está agarrado a sus ideas, a su imagen, a sus prejuicios, a sus cosas y la risa rompe ¿no? Rompe ese modo en que cada uno de nosotros está agarrado a eso que cree que uno es y me parece que la risa en el consultorio ocurre bastante. 

En el capítulo “Usted me ofende” hablás sobre la ofensa como una reacción de nuestros tiempos. ¿De qué forma crees que nos limita la indignación a la hora de producir reflexiones o de generar debates a través del humor?

La ofensa y la indignación son dos formas del impedimento. Todos nos hemos indignado y nos hemos ofendido pero desde ahí no se puede hacer nada, solo queda detenernos y regocijarnos en la propia ofensa y la propia indignación. Son sentimientos bastante individuales y morales, “yo me ofendo, yo me indigno”, existen y no digo que está mal que existan, lo que digo es ¿qué hacemos con esos sentimientos que son muy morales cuando lo que el humor viene a proponer es otra cosa? Es una salida del impasse el humor, nos saca de esa paz del impedimento porque suspende la moral, no porque es amoral, sino porque la suspende. 

¿Crees que ofendernos y pensar que tenemos razón nos trajo donde estamos ahora?

A lo que nos llevó “me ofendo y yo tengo razón” es primero al aislamiento y a la rotura de los lazos comunitarios, no digo que eso sea lo único obvio, ni tampoco es tan directo causa efecto. Creo que si vos te encerrás en que vos tenés razón, en tu indignación y en quién tiene razón, se vuelve una lucha uno a uno y eso no tiene nada que ver con lo colectivo. Lo colectivo es justamente lo que no segrega las diferencias, lo que admite que tengamos razón vos y yo al mismo tiempo, aunque digamos cosas contrarias, como si dijera “vos tenés tus razones, yo tengo las mías, juntémonos y pensemos qué hacemos”. Para los procesos colectivos no importa quién tiene la razón, importa cuál es la fuerza que podemos obtener para para ir en contra de aquello que nos está destruyendo.

Entendiendo al humor también como ficción ¿Por qué crees que nos empeñamos en leer la ficción como una realidad fáctica?

La crisis del humor está cerca de la crisis de la lectura en el sentido de cómo leemos, cómo nos relacionamos con eso que leemos, cómo leemos todo un acontecimiento político, una ficción, una ciudad. La posibilidad de leer implica también entregarse a lo que no se sabe y sorprenderse. Si vos vas a leer una novela y confundis al autor con el narrador y crees que todo lo que hizo es expresión de lo que piensa el autor ya estás leyendo mal porque una ficción pretende ser leída como ficción no como realidad. La ficción tiene efectos de verdad, por supuesto, pero no de realidad. Mucho menos de la realidad de lo que piensa un autor. Para mí el humor va en la misma línea de la ficción. No sabemos qué verdad se articula en ese humor. La verdad no está en lo explícito del humor, está en lo que se trafica vía el chiste, la risa.

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A 17 años del Bronce de Los Pumas

En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña. 

En la Copa del Mundo de Francia 2007, Los Pumas lograron dos hechos históricos: ganarle dos veces al local y volver con la primera y única medalla de bronce en un mundial. En este informe, revivimos a través de algunos de sus protagonistas cada momento de aquella hazaña.

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Juan Pablo Buscarini: “Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para filmar una película”

El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.

El premiado director argentino dio su perspectiva sobre el estado de la industria del cine, la evolución del medio de la animación y los peligros de la inteligencia artificial.


A lo largo de sus 24 años como director de cine familiar, Juan Pablo Buscarini ha explorado diferentes propuestas narrativas y lenguajes estéticos; desde adaptaciones literarias, hasta películas que combinan animación 3D con actores de carne y hueso, como fue el caso de “El Ratón Pérez”, ganadora del Goya 2007. 

-¿Cómo aumentó tu interés por contar historias a medida que fuiste evolucionando vos y el mundo audiovisual?

-El interés no viene de mis padres. Mi mamá era profesora de literatura y mi papá fabricaba zapatos y carteras, pero yo desde chico soy fanatico del cine. Sin embargo, en su momento decidí estudiar ingeniería porque tenía facilidad para las matemáticas, e hice la carrera completa, pero con el tiempo empecé a soñar con formar parte de esa industria. Lo veía así; como una industria. Entendía que era un trabajo. Quizá no estaba pensando necesariamente en contar historias. A los 28 años tomé mis ahorros y me fui a hacer un master de animación a Inglaterra.

-Tu filmografía tiene un foco en el cine familiar. ¿Cómo describirías al niño espectador de la época de “El Ratón Pérez” en 2006 respecto a este de 2024? 

-Cuando hice “El Ratón Pérez” llevaba a mis hijas chiquitas al cine para ver qué películas familiares estaban dando y a ver quién iba a tener que fumarse ver. A mí me encantan las películas de Pixar porque venden igual cantidad de entradas para chicos que para adultos. Pero el streaming cambió todo. Hoy el espectador está fragmentado, desconcentrado. Una cosa es tratar de ganarte a los niños en una sala de cine y otra en las casas que pueden distraerse y pausar la película cuando ellos quieran.

-¿Entonces qué motiva ir al cine hoy en día? ¿Y para vos qué valor tiene el streaming?

-Antes las películas funcionaban con el boca en boca. Hoy en las reuniones de producción te dicen que hay que “eventizar”, un megaestreno, porque si no la gente no va. Total, después pueden verla en Netflix. A mí la combinación de streaming con salas de cine, en la que una película se estrena, y luego llega dos meses después a una plataforma, me parece una buena. Ahora los filmes originales de plataformas se piensan activamente para que les guste a todos por igual, independientemente de la región o la visión del realizador, y eso genera que se pierda identidad.

-Tu cine abordó un arte que es tan delicado y tan humano como la animación, incluso llegando a mezclar 3D y Live-Action. ¿Cómo vivís el arrasador avance de la inteligencia artificial? 

-John Lasseter, director de Toy Story, decía que pensar que la animación 3D la hace una computadora sola es como pensar que la stop motion la hace la plastilina sola. La computadora es una herramienta. Respecto de la Inteligencia Artificial, me asusta más que la realización de la animación, que incluso podría traerle oportunidades a artistas independientes, es el tema de la escritura de los guiones, que es la génesis creativa de cualquier proyecto cinematográfico. Detrás de toda decisión creativa hay un montón de reflexión. No quiero que se desvalorice eso. Una Inteligencia Artificial nunca va a poder hacer lo que hace Hayao Miyazaki. 

-Adaptaste al cine la novela infantil “El inventor de juegos”, de Pablo de Santis, con quien co-escribiste el guión, donde el protagonista tiene pasión por los juegos de mesa. ¿Qué te motivaba del proyecto entonces y que cambiaría si lo estuvieses afrontando ahora?

-Al día de hoy, el libro se sigue leyendo en los colegios. Creo que eso pasa con todas las buenas historias. La novela tiene muchos elementos que abren la imaginación y te recuerdan esos momentos agradables e íntimos, en familia, todos concentrados y compartiendo. El libro le hacía tributo a eso y yo quería que la película también lo haga. Creo que si la tratara de hacer hoy me dirían que es raro que no haya pantallas ni celulares por ningún lado.

-¿Creés entonces que hoy habría que poner videojuegos en vez de juegos de mesa?

-Si se hiciera eso, el protagonista ya no se sentaría a jugar con el abuelo, a que él le enseñe cómo jugar. El abuelo estaría en otra habitación. 

-En el ambiente artístico crece la preocupación por el desfinanciamiento del INCAA. ¿Te sucede lo mismo?

-Argentina tiene la característica de la oscilación y de ir de un extremo a otro. Cuando yo terminé el secundario estaban los militares, había un montón de censura en el cine. Después vino la ley de cine 95 y logró que se produjeran muchísimas películas. Más allá de que a veces puede haber un interés un poco personalista en las películas, es clarísimo que el diagnóstico y la decisión del gobierno actual está profundamente errado. 

-¿Qué le dirías a un joven que quiere dedicarse al cine en este país?

-Que deben aprovechar este momento de democratización que trajo la era digital, que es excelente. Se puede filmar una película profesional con un IPhone. Hay una abundancia de recursos como nunca antes. Hoy ya no hace falta hipotecar tu casa para que puedas filmar una película.

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