Inicio » La Ferni: “Cuando canto música popular siento que ahí está mi voz”

La Ferni: “Cuando canto música popular siento que ahí está mi voz”


Compartir

Cantora, docente y comunicadora, la sensibilidad artística y activista de Ferni De Gyldenfeldt recorre un camino de visibilidad y derechos que la muestra en calles, teatros colmados y hasta modificando el estatuto de Cosquín en un hecho histórico. De la ópera al folklore, un recorrido por una de las voces más potente de la época.


Cantora, docente, comunicadora, artista trans no binaria, son apenas unas hojas dentro del torbellino de pasión que es La Ferni De Gyldenfeldt, también amorosa y fanática del cariño. Alrededor de sus doce años empezó su relación con la música folclórica nacional con versos de Liliana Herrero, el Dúo Salteño, Jaime Dávalos y Teresa Parodi, entre cenas originales y sabrosas de “Edu” (la pareja de su mamá), música clásica y ópera por parte de su mamá y su tía “Lili”, y una gran compañera, su hermana Luchi, con la que comparte el proyecto “Opera Queer”, una propuesta teatral y musical disidente que recorre la herencia cultural argentina de 200 años. 

Estudió canto lírico, guitarra, y desde pequeña recorrió y sigue recorriendo el país de punta a punta: “Yo digo wow, esta música está hablando también de un paisaje y ese paisaje existe. Conocer la Puna, las culturas de Humahuaca, las comunidades de la región del Norte en nuestro país, me marcó muchísimo y me unió el paisaje con la poesía de nuestro folklore y ahí terminó de explotar mi fascinación”.

Uno de sus primeros proyectos fue “Allpa Munay”, un grupo en tributo a Atahualpa Yupanqui, con el que reversionó y rindió homenaje al cantor. Pero al mismo tiempo que crecía su amor por el folclore, también lo hacía su cuestionamiento frente a su contenido lírico tradicional y su deseo por ser quien verdaderamente es hoy: “El folclore todavía tiene un sesgo machista muy grande, enorme diría, muy del patriarcado, muy tradición, muy trans odiante, muy homo odiante”. Armoniza un ejemplo: “No sé para qué volviste, si ya empezaba a olvidar”.

-¿Por qué seguís eligiendo el folklore como forma de expresión?

-En un momento decidí que ser quien yo soy o quería ser no iba a ser un impedimento para seguir vinculándome con esa música. Decidí transformarme como cantora. Ser cantora. Esta cantora que voy siendo y modificar también la forma: volver a cantar Yupanqui pero decir ‘las penas son de nosotres’, ¿no?.

Ferni fue invitada por Mex Urtizberea a su ciclo de música FA!, donde hizo su reversión de “El arriero”, por el que recibió miles de mensajes de odio. “Que le quepa a quien le tenga que caber. En un punto que haya tanto mensaje de odio es bueno. Chavela Vargas decía: ‘No hay buena ni mala prensa, hay prensa’”, dice peinando su larga cabellera castaña hacia atrás.

Closets

-¿Cómo viviste tu encuentro con tu identidad? ¿Estuviste acompañada?

-Muy reprimida. Hasta los 21 años no había experimentado con nadie, cero, una cosa más para adentro, y a Luchi la recuerdo muy bien en ese momento mucho como ‘dale hermana, dale, dejate de joder, probá’, me decía. Ella siempre fue alguien que me acompañó, pero el proceso identitario de transiciones es bastante en soledad también. Luego viene el otro closet que tenemos las personas no binarias, las identidades sexo genéricas disidentes: es un poco más complejo para nuestro entorno. Fue de mucho dolor el encontrarme con que ya no me siento varón, fue una cadena que, cuando la vi, dije: “Ufff…”. Me acompañó mucho mi terapeuta, tuve una buena compañía. Hay que decirlo: aguante transicionar acompañade de terapeutas, más adelante de la tribu, familia y todo. Fue muy zarpado abrazar la Ferni que estaba en mí. Esa ‘la’, no mujer, esa `la´. Esa otra identidad, y en el fondo da mucha alegría interna, una especie de encontrarse muy hermoso en realidad. Empezar con esas búsquedas a verme feminizada, feminizarme en los espacios que transitaba, empezar a ir al colegio, al Liceo 9 donde trabajaba, con pollera, maquillada.

-¿Con tu familia?

-Es una familia en la que costó, sigue costando, pero que me abraza muchísimo. Gran parte de la familia ya está, incluso con mi nombre adentro, todo bien. A mi viejo le cuesta y le va a costar, por sus 73 pirulos y por ser muy peronista, pero peronista de esa época con todo el machismo y con todo lo que significa. El cariño está. Estamos logrando subsanar algunas cosas, lo importante es que lo que cuesta o lo que falta por entender no sea un impedimento para vincularse, para poder abrazarse. Otra familia, también, es nuestra comunidad: es la familia que, muchas veces, elegimos, que va teniendo mayor importancia u otro lugar incluso que la familia de sangre biológica. Es tan importante también que yo lo quiero reconocer: el cariño. No puedo decir, en mi relato de vida personal, que haya sido extremadamente dificultoso, fue dificultoso, sí, pero no fui expulsada de mi familia, no vivo hoy en día con una perimetral para que no se acerquen porque me violentan. Muy por el contrario, entonces estoy muy agradecida.

-¿Y en el folclore?

-El folclore fue el último de los espacios que yo habité como La Ferni. ¡Zas!, qué casualidad que fue en el espacio incluso que más ruido hizo y que luego generó todo lo que generó, el explosivo en Cosquín y todo lo que, después, también un poco inspiró y nos inspiró a hacer “Folclore por todes”, hacer la “Colectiva pluridiversa”, a pensarnos habitando todos los espacios que nos merecíamos. Antes de esa Ferni habitando el folclore, hubo otra Ferni de 2017-2018 que ya iba al colegio feminizada.

Cosquín Marican’t

“Después de mucha terapia y mucho autoconocimiento, puedo decir que pude pararme en la plaza de Cosquín porque un poquito me chupa un huevo lo que piense el resto”.

Actualmente Ferni está presentando en distintos puntos de Argentina el proyecto “Folclore en transición”, acompañada de Nahuel Quipildor, quien en 2021 le envió a la artista la inscripción para el concurso Pre-cosquín 2022, que da lugar al Festival Nacional de Folclore: “Me manda la inscripción, la veo que decía masculino y femenino y le digo ¡qué binario! Nunca sabíamos que iba a pasar todo lo que pasó”.

Conscientemente, la artista se inscribió en el rubro femenino. Al llegar el día, luego de que el jurado la escuchara y la calificara con un diez, les llegó un llamado desde la organización de Cosquín, explicando que, aunque estaban frente a la artista que más los había deslumbrado, no podía continuar en el concurso porque tenía que re-inscribirse como masculino.

No quedó así: “Les dije no, mi ciela, les dije no, no, no, no. De ninguna manera. Eso fue un domingo. El lunes me quedé todo el día en casa, el martes decidí hacer la denuncia en el INADI”. Y en cinco horas, literalmente, Cosquín cambió el estatuto de más de 60 años de antigüedad, donde las categorías ‘femenino y masculino’ quedaban anuladas, para unificarlas a ‘solista vocal’, sin distinción de género, por lo que Ferni pudo avanzar a la final y presentarse en enero del 2022.

-¿Cómo tomaste la decisión de hacer la denuncia?

-Concretamente, acompañada de mi tribu y la gente que me ama, mi familia, y gracias a todes pude comprender que yo no estaba mal, que Cosquín estaba mal. Cuando pude ver que se estaban cagando en una Ley Nacional de Identidad de género, en la Ley del Cupo Laboral que había, la Ley del DNI no binarie, incluso con la ley de Educación Sexual Integral, la Ley Antidiscriminatoria, dije: ¿por qué yo no voy a poder cantar folklore? Cuando canto música popular siento que ahí está mi voz. La historia dirá si es lo mejor o lo peor, capaz sería interesante que se abran más rubros, no sé qué hubiese sido lo mejor. ¿Por qué decimos que fue una victoria? Porque esa modificación sí permitió nuestra existencia, nuestra identidad, nuestra presencia. Además, proponer un cancionero disidente: canté una zamba de Susy Shock que compuso en el 2001 hablando de una Argentina empobrecida que termina diciendo: ‘La patria es una niña pobre que a veces también reclama’.

Elige tu propia Ferni

Entre La Ferni docente en el aula, La Ferni comunicadora, la que se despliega siendo parte del programa “Brotecitos” junto a Susy Shock y Valen Bonetto en Radio Nacional, y La Ferni cantora “que es medio una leona en el escenario”, hoy se siente muy a gusto con La Ferni “de lo cotidiano”.

-¿Cómo es esa Ferni?

-Es la Ferni que cocina, más la Ferni que riega las plantas, me gusta esa Ferni que está en la casa. Que prepara algo de la cena para la noche comer con su amorcito, que le hace un mimo. La que habita el cotidiano con su familia, con su tribu, con la manada. Me gustaría que no se pierda.

¿Qué te inspira?

-Me inspira mucho la gente que trabaja para que este mundo sea mejor. Sobre todo que trabaja con alegría pensando en la otredad. Me inspira el hecho de seguir cantando, de seguir pensando qué canción me falta conocer, me inspira proyectar, ponerme como todo el tiempo objetivos, zanahorias, ¿viste?, que me hagan caminar. Y me inspira el matecito a la mañana.

-¿Qué significa para vos ser una disidencia, ser marica?

-Ahora, prácticamente, con la palabra marica no estoy tan identificada, sí más con la palabra trans, o no binaria, que se desprenden más desde lo travesti y por ahí creo que va. No digo travesti porque, como bien diría Marlene Wayar, si hay algo que es travesti, es que no tiene definición, y yo pienso que es así también. Dentro de eso, en este momento es algo más de mi identidad, algo más que forma parte de mí. Ya no es todo ni es capaz lo que ya muestro exclusivamente al frente. Creo que hoy en día esta Ferni es más cantora que travesti. Hoy en día soy artista, una artista trans, pero el ser artista está primero.

-Además de Folclore en transición, estás cerrando tu primer disco, ¿cómo viene eso?

-¡Sí! se va a subir ahora, un EP en vivo que hicimos hace poco en el estudio Palta, una especie de ‘Tiny palta’ que quedó muy lindo editado y todo, y otro EP con invitades. Se viene pronto por mis redes.


ADEMÁS EN ETERDIGITAL:

Barbi Recanati: “Cuando llegué a séptimo grado, vendí una cruz de oro y me compré una guitarra eléctrica”

Sobre ser una bruja moderna, tarot y astrología: conocé a La Dalia


Compartir