Inicio » Sobre ser una bruja moderna, tarot y astrología: conocé a La Dalia

Sobre ser una bruja moderna, tarot y astrología: conocé a La Dalia


Compartir

Dejó su trabajo en productoras para dedicarse al mundo esotérico y transformarse. Además de tener varios libros publicados que son un éxito, hoy también tiene su propia tienda física y virtual para acercar “el universo energético a la vida cotidiana”. Conocé la historia de Dalia F. Walker.

Del mundo audiovisual al esoterismo. De desempeñarse en productoras de cine a trabajar con velas, sahúmos y elementos sagrados. ¿Qué mirada se le da a la astrología y al tarot en la actualidad? ¿Cómo es dedicarse a esto? ¿Cómo son los procesos para mostrarse al mundo comunicando temas que van más allá de lo que vemos y tocamos? ¿Qué consejos se le puede dar a alguien que quiere incursionar en este mundo? Sobre esto y muchos temas más profundizamos con Dalia Fernández Walker: viajera, emprendedora, estudiosa de tarot, astrología y otras mancias, escritora, madre, y, obviamente, bruja moderna. 

Dejó su carrera profesional en el ámbito audiovisual para dedicarse al mundo esotérico y transformarse en La Dalia. Así fue como hace once años fundó FE, su propio espacio físico y virtual donde se ofrecen productos, sesiones y talleres con el fin de combinar el universo energético con la vida cotidiana. 

Asimismo, lanzó tres libros: “Bruja Moderna” y “El tarot como llave” como manual para las personas que quieren adentrarse en este mundo; y, “Puta madre”, su primera novela en la que desmitifica los juicios de valor puestos sobre la maternidad ideal y habla sin ningún tipo de filtro sobre el deseo, las relaciones abiertas y las energías. También, se encuentra presente en Spotify ampliando la información de sus libros y dándole voz a Concha Podcast, un espacio de diálogo entre amigas que se transformó en un éxito.

-El nombre Bruja Moderna surgió porque estas cosas no estaban de moda. Cuando yo arranqué tenía 27 (hace once años) y todo lo que había disponible sobre el tema era muy antiguo, muy con una mirada que no me representaba. Por ejemplo, te decían que tenías que dejar la vela prendida todo el día en tu casa y hoy en día no estás todo el día en tu casa. O decían que “había cosas que no se podían hacer” y que para mí sí se podían hacer. Entonces, yo sentía que había que darle una mirada nueva a todo el mundo del esoterismo. Eso fue lo que hice con el concepto de Bruja Moderna: modernizar para que tenga otro aspecto, otra comunicación, otra forma. Y así nació este universo al que se acercó mucha gente joven. 

-¿El tarot y la astrología pueden pronosticar si Argentina va a ganar el Mundial del 2026 o no funciona de esa forma? 

-No. Para mí, el tarot y la astrología tienen una prensa de diario y revista que no es la verdadera y hay algo que cambió mucho de lo que se decía sobre eso y de lo que eso es en realidad. Ahora hay una mirada mucho menos predictiva y mucho más comprensiva de la dimensión de esa energía, que es muy interesante y es, por supuesto, con la que yo trabajo. 

En esta mirada se habla más de climas energéticos y no tanto de destinos particulares, porque si bien podemos jugar a adivinar cuál va a ser el resultado con ese clima energético, a veces no lo adivinamos y así nos estamos perdiendo de la riqueza de posibilidades que el universo tiene en cuenta y que nosotros no estamos pensando. 

-Al momento de analizar estos climas energéticos -lo cual conlleva una gran responsabilidad-, ¿cómo te das cuenta de que no te estás equivocando con lo que le decís al consultante? 

-Realmente hay una certeza en la que uno sabe que está haciendo bien su trabajo, y siempre hablamos en general, nunca en particular en relación a “esto es lo que te va a pasar” porque eso no lo podemos saber. Pero, hay una confianza en la intuición que es lo que nos hace saber que lo que estamos diciendo está bien. De todas formas, por supuesto que somos humanos y siempre queda lugar a la duda o al error; pero hay algo muy de la intuición de bruja que no se equivoca. 

-En una entrevista dijiste: “Ser bruja genera fascinación y rechazo”. ¿Cómo te sentís con la mirada de los demás que quizás son “de otro palo” cuando comentás a lo que te dedicás? 

-Bueno, yo dije eso porque es verdad. La gente se queda atrapada con el personaje, con la energía, con el poder sentir ciertas cosas, el saber ciertas cosas. Ese misterio genera mucho rechazo también porque la energía de estar con la intensidad de cuál es la verdad de las cosas y del descubrimiento satura mucho. Y la gente, por un lado, se apasiona. Y, por otro lado, tiene mucho miedo porque la energía de bruja, -no porque yo sea genial y brillante-, sino que va en línea con ver las cosas como son en realidad, con la verdad. Las brujas se dedican a eso: a ver la verdad, a ver qué es lo que hay por debajo. 

La gente a veces no quiere saber qué es lo que hay por debajo porque implica laburar con uno mismo. Entonces, no es tanto por que son de otro palo, sino más porque piensen: “¡Ay! ¡Lee las cartas! ¡Qué tontería!”. Cuando, en realidad, es mucho más que eso. Es algo que tiene que ver con un encuentro transformador y con lo que le pasa al otro con esa transformación al entrar en contacto con la energía. La bruja es muy transformadora, muy transmutadora, su vocación es transformar. Y bueno, transformarse no es para todo el mundo. 

-Y vos tenés ese poder de transformar… 

-Yo creo que todos en realidad tenemos ese poder de transmutar. Algunos lo tenemos más ejercitado que otros, pero todos tenemos esa fuerza y ese poder de transformar. A mí me gusta mucho transformar las cosas. Creo que tiene que ver con la pasión de cada uno de cambiar las cosas, pero todos podemos hacerlo. 

“Hay algo muy de la intuición de bruja que no se equivoca”

Dalia F. Walker.

-Respecto a tus libros “El tarot como llave” y “Bruja Moderna”, ¿sentís que su creación te hizo pisar más fuerte en el mundo esotérico? 

-Sí, obvio. Los libros son una herramienta espectacular porque, primero, son un vínculo con el mundo; y, segundo, son sagrados. Te abren puertas y son una cosa maravillosa. 

Lo que pasa con el libro es que habla por vos, es decir, alguien quiere saber algo y va a ese libro y lo encuentra. Entonces, en un momento, yo sentía que necesitaba algo que siga hablando por mí mientras yo hacía otras cosas. En parte, por eso surgió el primer libro. Y, después, como siempre fui fanática de los libros desde que era niña -aprendí a leer muy pronto, mis papás me leían todas las noches-, siempre leí muchísimo, el libro es un elemento noble para mí, mi mamá tiene una librería, mis tíos también, mis primos también… ¡Creé una librería esotérica! 

-Cuando hablas de tu primera novela, “Puta Madre”, comentás que es difícil llevarte a vos misma a lugares en los que no te queres ver, pero que a la vez es sano hacerlo. ¿Cómo fue el proceso para animarte a sacar el libro a pesar de ese sentimiento de vulnerabilidad? 

-La verdad es que la que terminó de ayudarme a sacar el libro fue mi psicóloga. Para mí ese libro significó salir con un montón de cosas a la cancha, hablar de temas que si bien yo venía hablando, por ahí no hablaba de esa forma, a mostrarme como escritora de ficción -que no tengo experiencia porque eso fue casi prácticamente lo único que escribí-. Lo cierto es que no me animaba. Pero, ahí está; salió y le fue bien. 

De hecho, me enteré que viene una reedición del libro porque ya se agotó. ¡Qué hermoso! Me sentí muy vulnerable, pero recibí mucho apoyo de la gente y eso fue muy importante. Cuando salió, mucha gente me dijo: “Qué loco esto que decís, que bueno que hables de esto”.

-En tus inicios como madre primeriza, ¿te hubiese gustado leer a alguna mujer que haya abordado la maternidad con honestidad como lo hiciste vos? 

-Sí, no tengo recuerdo de haber leído a alguna madre que hablara así, pero creo que a mí me pasa que yo invento lo que no existe o lo que me gustaría que existiese para mí y que no existe. Entonces, sí, la verdad que sí me hubiese gustado. 

También considero que, con el tiempo, se empezó a hablar de ese tema de una forma distinta, de lo lindo y no tan lindo de la maternidad; y empecé a encontrar voces más parecidas y eso está bueno, es interesante. Siento que si no, las mujeres que vienen después se van a sentir traicionadas, algo como, ¡Traidoras! ¡Nadie me avisó que esto era así! (risas). 

-Además de bruja, escritora, viajera y madre; sos emprendedora. ¿Qué es la tienda FE para vos? ¿Cómo marcó tu camino profesional y/o personal? 

-FE es un amor, es la llave de todo, la puerta de un universo para empezar a desplegarme como soy y para después transformarme en La Dalia. Es mi hogar, mi nido, y es mi primer proyecto personal. Por suerte, fue y está siendo todavía un éxito. 

Hace once años lo llevamos, lo cual es muchísimo. Y nos pasó de todo en el camino, de todas las formas y colores: fue gigante, fue chico, casi muere en la pandemia, resucitó más que nunca y permanece muy mutable. En lo profesional y como persona, mi tienda es algo realmente vital. Lo que más me gusta de FE es que transforma la vida de los demás. Es un lugar de transformación total y absoluta. A los que pasan por FE siempre les pasa algo, van cambiando, ya sea los que trabajan o los que consumen nuestros productos.

-¿Qué consejo le darías a una persona que quiere empezar a mostrar al mundo su trabajo con la astrología, el tarot y el ámbito espiritual? 

-Creo que lo principal es ser auténtico, no copiarse de otros. Por favor, ¡sean originales por el amor de Jesucristo! ¡Qué embole, sino! (risas). Y, además, considero que lo más importante es conectar con lo que a uno de verdad le gusta, con lo que uno es mejor haciendo. Es decir, si sos bueno escribiendo sobre algún tema en particular, escribí sobre eso todo lo que puedas. Si sos bueno en las revoluciones solares, dedícate específicamente a las revoluciones solares. Es clave encontrar lo que a uno le gusta y tener su propia bandera, poder identificar cuál es tu voz, qué tiene tu voz para decir y, a partir de eso, trabajar.


ADEMÁS EN ETERDIGITAL:

Mujeres que circulan

“Quiero comunicar algo que te cambie, que te haga pensar otra cosa”


Compartir