Entrevista al artista plástico argentino Christian Leonardo Melo.
Christian Leonardo Melo tiene 48 años, es artista plástico y sus trabajos realizados con metal y hierro reciclados los publica en su cuenta de Instagram @melobruto. Su interés por dibujar comenzó cuando era chico y en el secundario estudió en la Escuela Polivalente de Arte de Ezeiza que, si bien dejó en tercer año, más adelante se contactó con distintos artistas y fue aprendiendo un poco de ellos.
Hace 12 años empezó a soldar, lo cual fue “un descubrimiento hermoso” para él, y se abocó al “arte recuperado” realizando obras en las que “habla sobre el amor”. Es que Melo, no hace nada que sugiera violencia y, por esto, ilustró con gusto el libro de cuentos infantiles llamado “El lenguaje de la amistad” de la escritora uruguaya, Giovanna Rita Inchausti Ferreira.
Melobruto colabora activamente con el grupo llamado Dadores de arte, espacio donde conoció al artista Pedro Cuevas, quien había puesto un aviso que invitaba a pintar en el Centro Cultural del Hospital Borda, en Barracas, para hacer un museo en ese espacio hace más de diez años. “Ese trabajo, para mí fue un antes y un después”, cuenta.
-¿Por qué fue un antes y un después?
-Porque yo iba a compartir y a pasar un buen rato, pero también a ayudar por medio del arte a esa gente que estaba muy sola y triste. Estar ahí fue llenar el lugar de color, mientras pintábamos todos juntos.
-¿Cómo surgió tu nombre artístico Melobruto?
-En el momento en que descubrí el Arte Bruto o Art Brut, también llamado “arte marginal”, el que fuera iniciado en los años 50 por el pintor francés Jean Dubuffet. Éste estilo era hecho por personas sin formación artística. Después de conocer este tipo de arte me sentí muy identificado.
-¿Por qué te hizo sentir identificado?
-Debido a que soy un artista sin formación académica y me llenó el alma saber que había una manera diferente de pintar. Porque la gente piensa que el arte es solo para quién tiene dinero, pero el arte es para todo el mundo. Así descubrí que con poco, se puede hacer mucho.
-¿Cómo se te ocurrió la idea de fusionar el arte con el reciclado?
-Esto se dio después de empezar a soldar. Me di cuenta que, con cualquier hierro o bulón que encontraba tirado en la calle, podía hacer arte sin tener que gastar mucha plata en comprar materiales.
-¿En qué rama artística se ubicarían tus creaciones? ¿Cómo te considerás dentro de este rubro?
-Mis obras estarían dentro de la rama del arte bruto, también del reciclado, y son bastante caricaturescas. Para mí serían una fusión de estilos porque busco personajes que sean graciosos, y me considero un autodidacta.
-Al momento de crear, ¿lo ves cómo un trabajo o cómo una pasión?
-No, como un trabajo no… Lo veo como algo que, mientras lo estoy haciendo, tengo que pensar en eso y nada más. En ese momento pierdo la noción del tiempo porque el espíritu creativo debe estar libre de preocupaciones; aunque me siento un poco egoísta pero, después de ese rato, vuelve todo a la normalidad.
-¿Quién creés que fue tu inspiración o referente?
-De adolescente alguien me regaló un libro de Pablo Picasso y noté que algo maravilloso me pasó con ese libro. No lo puedo explicar con palabras, pero fue una sensación muy profunda, en mi mente adolescente fue revolucionario su arte.
-¿Es tu intención dar un mensaje con tus obras?
-A veces sí y a veces no, si una obra habla del cariño o el amor ahí si doy un mensaje. En general, hablo del amor y respeto a todos los artistas y sus obras, pero no me gusta hacer gente con armas o tanques de guerra, ni nada que sugiera violencia.
“Mis obras estarían dentro de la rama del arte bruto, también del reciclado, y son bastante caricaturescas. Para mí serían una fusión de estilos porque busco personajes que sean graciosos, y me considero un autodidacta”.
-¿Cómo conseguís los materiales para realizar tus creaciones? ¿Cuáles utilizás en ellas?
-Generalmente mis obras las realizaba con materiales que encontraba tirados en la calle, pero cuando empecé a hacer obras más grandes tuve que ir a comprar al chatarrero metales al peso, ya que no se encuentran piezas tan grandes tiradas por ahí. Por eso, a mi arte, lo llamo “arte recuperado” y no “arte reciclado”; porque son piezas recuperadas de la chatarra y les vuelvo a dar valor dentro de mis obras.
-¿Cuánto tiempo le dedicás a tus obras?
– Le dedico dos o tres días a la semana y entre dos y tres horas por día. Me gustaría tener más tiempo para poder realizar más obras y estar todo el día creando.
-¿Pudiste comercializar alguna de las obras que realizaste?
-Yo hago arte porque me motiva, más allá de su valor. Varias veces me invitaron a la Feria Artesanal de Plaza Francia y busqué vender una sola obra, es que poder venderlas me ayuda con los gastos para comprar materiales. Hace poco colaboré con un amigo que fabrica la cerveza artesanal Glassbeer; mis dibujos están en el arte de las latas que son cinco sabores diferentes de cerveza y a cada gusto les corresponde un dibujo. Estos dibujos están hechos con ideas de géneros musicales como el rock y el reggae.
-¿Qué expectativas tenés con respecto a tu actividad a futuro?
-Mi sueño es tener un galpón dedicado a la cultura, donde haya diversas actividades y que puedan venir personas de todo tipo, porque necesitan tener un lugar donde expresarse.
-¿Tus obras fueron expuestas en algún lugar físico?
-Sí. El año pasado, un pintor y escultor amigo (Jorge Gionco) me invitó a una muestra en el Paseo de las Artes de la Usina del Arte para exponer ahí. Fue algo maravilloso encontrarme con artistas emergentes como yo. Me encantó la experiencia de exponer mis obras allí.
-¿Con qué artista o artistas colaboraste?
-Principalmente, con Pedro Cuevas quien me invitó al Centro Cultural del Borda, y también con Jorge Gionco, a quien veo seguido y me invitó a exponer en su centro cultural.
-¿Qué estilo artístico te gustaría explorar próximamente?
-Tallar en madera o trabajar con una motosierra. Ahora volví a trabajar con cerámica después de tantos años.
-¿Te gustaría contar alguna anécdota?
– Si, me pasó algo re loco. A un pintor amigo, Tomás Gimenez, lo llamó su sobrina desde Uruguay, quien estaba por sacar un libro de cuentos infantiles porque le había fallado el artista de las ilustraciones para su libro. Entonces, le pidió a su tío que le consiguiera alguien para ilustrarlo. Tomás pensó en mí y es así como, en una semana, hice los ocho dibujos para el libro de cuentos “El lenguaje de la amistad” de Giovanna Rita Inchausti Ferreyra.
-¿Algo más que quieras agregar?
-Sí, agradecerle a la gente por darle importancia a la cultura y al arte, porque yo que estoy dentro del circuito artístico veo que, a veces desde muchos lugares, se los deja un poco de lado y eso es una verdadera lástima. Mi intención es difundirlo para toda la gente, sin distinciones.
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