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NO ESTÁN SOLAS


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Algunos las tildan de egoístas, de seguir una simple moda del nuevo siglo. Otros creen que van contra el orden natural del mundo. Ellas no quieren hijos y ante la incomprensión general, armaron en Facebook una comunidad con miles de seguidores que celebran la decisión libre de no procrear.

Por Griselda López

No Hijos (www.eterdigital.com.ar)

“No todo el que tenga un útero tiene que tener un hijo así como no todo el que tenga cuerdas vocales tiene que ser cantante de ópera”. Lo dijo en 2011 Gloria Steinem, periodista y escritora norteamericana considerada un ícono del feminismo, y resume a la perfección la idea central de las creadoras de “No hijos, por decisión y convicción”, la comunidad en Facebook que tiene más de 27 mil seguidores en el mundo.
Luz Garfias es mexicana, tiene 39 años y los últimos 10 los vivió en Estados Unidos. A los 35 se dio cuenta de que tenía una decisión tomada. “Nunca tuve marcado el gran instinto materno y de chica me veía como una arqueóloga explorando y en aventura pero nunca me visualicé con hijos”. Se lo dijo a su pareja y como sus amigas no compartían sus ideas, necesitó identificarse con otras mujeres para saber que no estaba mal. Así, creó en 2011 la página en Facebook que se convirtió en su refugio. Lo mismo sintió Luba (27 años), otra de las administradoras, también mexicana, que de chica vivió rodeada de primos y lo último que hacía era jugar a la mamá. A los seis años comenzó a leer Mafalda y se le grabó en la cabeza la tira en que la niña sueña con el título universitario de su madre. Con esa idea, un día “le pregunté a mi mamá qué había pasado con su título de arquitectura y me dijo que se embarazó justo cuando estaba haciendo la tesis así que dejó su carrera… y ahí pensé: ‘No quiero eso para mí, haré algo más importante y productivo con mi vida”. También detesta la perspectiva del parto, que la abran para sacar un bebé y luego vuelvan a acomodar sus órganos. Todo eso le resulta inconcebible.
No al sonajero, no a la mamadera, no al cochecito, no al chupete. No a tantas de esas cosas que suelen llenar de ternura a muchos. La comunidad de No hijos en Facebook es básicamente eso: fotos, historietas, chistes que reafirman la felicidad o el alivio de no tener hijos en una red de personas que levantan su pulgar virtual ante cada posteo en el que se ven reflejadas. También es compartir las notas periodísticas que de a poco comienzan a dar cuenta del estigma que cargan quienes expresan abiertamente su decisión de no procrear por múltiples razones. Un ejemplo es el de Katherine Sánchez (27) que siempre supo que no quería tener hijos en una Colombia mayoritariamente católica y se entusiasmó rápidamente con la página donde encontró otras mujeres como ella. “Mi círculo social me ve con lástima. Creen que estoy condenada a una vida llena de soledad y arrepentimiento”, dice. Tal fue su satisfacción al encontrar la página en la red que pidió permiso a las administradoras para editar contenido y participar más activamente.
El rechazo de los chiches y los pañales en la propia vida implica también el rechazo a la mujer “multi-tasking” como se ve en el posteo de un dibujo de mujer agotada que tiene varios pares de brazos y piernas para trabajar afuera de la casa, hacer la comida, atender al bebé, limpiar y hacer las compras, sin que esta lista de tareas sea exhaustiva ni mucho menos. La mujer sobre exigida. Un modelo que los nuevos movimientos de defensa de la mujer pueden cuestionar en el siglo XXI.

LA ARGENTINA CHILDFREE

No Hijos (2) (www.eterdigital.com.ar)

No Hijos tiene diez seguidoras argentinas, por lo menos. Diez que no tienen drama en asumir su decisión. Llegaron a esta página en busca de la complicidad que les negaba su entorno. Patricia Tocarczuk (29) es una empleada en comercio internacional que prefiere progresar en su trabajo, disfrutar de viajes y amigos sin las responsabilidades que implica ser madre. Dice: “No siento que deba tener un hijo para ser mujer, nací siéndolo”. En la página encontró el toque de humor que es como “un ratito de escape a la realidad en donde no es tan común encontrarse con mujeres así”, señala.
A Antonela Repetto (26) no le gustan los chicos. La enseñanza del inglés la topó con niños rápidamente y fue así rápidamente también que entendió que a ellos tampoco les gustaba y decidió sólo trabajar con adultos. “Tengo dos perros y con ellos me siento completamente satisfecha, ellos llenan ‘esa parte de mí que pide amor’”. Después de una adolescencia difícil con abandono y maltrato familiar, entendió que no quería depender de nadie y que nadie dependiera de ella. “Siempre me vi con otra vida donde pudiera viajar, dormir hasta tarde, gastar mi dinero en mí, vivir yo… No quiero convertirme en esas mujeres que creen que por ser madres son mejores personas. Las detesto”, afirma.
No todas tuvieron desde siempre la decisión tan formada en la cabeza en una sociedad que aún relaciona el ser mujer con la procreación. Sol Chius (35), docente de arte, había sido una chica “muy Susanita”, con nombres elegidos para sus futuros hijos y todo pero a los 20 años se dio cuenta de que no iba a sentirse realizada siendo madre y que eso, además, podía significarle otros costos. “También deberé renunciar a encontrar una pareja. ¿Qué hombre va a querer estar con una mujer que no quiere darle hijos? Afortunadamente pensé poco en el tema y este año festejamos los diez años juntos”, admite contenta.
Algunas mujeres bien seguras de su deseo llevaron lejos sus decisiones aunque esto no siempre significara buen puerto. Yanina Silva llegó al café donde quedamos para vernos un rato después de la hora acordada. Es que nos encontramos en el medio de una de sus visitas relámpago a Buenos Aires desde su Beltrán (Santa Fe) natal. Viene de reunirse con su socio con el que lanzará su propia marca de ropa. Así, en una pausa de su viaje me cuenta que a sus 33 años ha hecho desnudos artísticos para fotografía y pintura, que escribe relatos, y que a la página de No Hijos entró la primera vez casi por casualidad, porque alguno de sus contactos había compartido algún posteo. Nunca le gustaron los chicos: “No voy a ser madre para ver si después en una de ésas, me llega a gustar. Se trata de criar a una persona”, dice. Le planteó el tema a sus parejas que no la entendieron e intentó hace cuatro años ligarse las trompas, de acuerdo a la ley 26.130 de 2006 que establece que la esterilización voluntaria es un derecho, pero no lo consiguió. En el Hospital Eva Perón, de Baigorria, pensaron que más adelante podía llegar a arrepentirse y le hicieron otra cirugía que no fue efectiva sin que ella lo supiera. Yanina quedó embarazada un tiempo después. Con el pecho ruborizado, dijo: “Perdí ese embarazo. Pasé meses de hemorragias y problemas de salud, infección y riesgo de muerte. No quisieron atenderme en otros hospitales pensando que me había provocado un aborto ilegal. Nunca obtuve respuesta o indemnización alguna”. Ahora que desistió de la acción legal porque los médicos legistas no quieren acusar a un cirujano que conocen, decidió dejar de lado el plan de ligarse las trompas y seguir sola con su vida independiente y llena de planes, entre Santa Fe y Buenos Aires.

UNA PÁGINA, UN MUNDO

child-free-family-car-sticker (www.eterdigital.com.ar)

La comunidad No Hijos, por convicción y decisión es también un nexo de información importante para las usuarias. Antonela Repetto se enteró allí que la posibilidad de ligarse las trompas estaba consagrada por ley en nuestro país y es porque la página conecta con otras como Esterilización voluntaria: Un derecho humano básico que brinda información sobre esta práctica posible no sólo en Argentina.
No Hijos traza una red y transita una delgada línea por estar abierta tanto a los que quieren sólo pasar y mirar como a aquellos plenamente decididos a no tener hijos jamás. No toda la comunidad childfree piensa igual. Hay miembros católicos, ateos, amantes de las mascotas o indiferentes respecto de ellas. A algunos les gustan los chicos (ajenos) y otros los odian, sí. Los odian. Hay que gustar del humor negro para leer una página que se ríe de los que buscan tener hijos para no quedar solos en la vejez o pide a tal o cual virgen el permiso de pecar sin concebir. La puerta siempre está abierta para la polémica como la que se desató a raíz de un posteo sobre los cambios o trastornos que sufre el cuerpo femenino a causa del embarazo. Después de varios comentarios de mujeres que exudaban alivio por no tener que pasar por aquéllo, apareció uno distinto:
“Si vuestras madres no hubiesen quedado embarazadas, ustedes no estarían en este mundo”.
Suficiente para el contraataque furibundo, no exento de insultos, contra la comentarista disidente, madre de un hijo, que una vez sintió curiosidad, empezó a seguir la página y a intervenir en los debates.
Hasta hace unos meses la página sólo involucraba a mujeres que no querían tener hijos. El nuevo nombre integra ahora a hombres que se reconocen childfree también, solos o compañeros de alguna mujer que desoye la orden social, pero siempre conscientes del cambio de vida que supone ser padre. La decisión de apertura al mundo masculino podrá herir el sentimiento de algunas feministas pero refleja el espíritu de las administradoras.
¿Cuánto saben los usuarios de esta comunidad unos de otros? En su mayoría entran a la página a interactuar como la red social lo permite y se van. Tampoco imaginan cómo sería encontrarse. Sol Chius sí lo piensa. Aunque la gente que la rodea entiende su posición, ella dice que igual se ganó el apodo de “tía mala” de los hijos de sus amigas. “Soy la que no le gusta que la toquen con las manos sucias o los besos con mocos”, cuenta. Así que en un eventual encuentro con otros childfree como ella, imagina que hablarían de sus carreras, sus conquistas personales, alguna derrota, de todo y de nada, sin que ningún niño revoltoso corra a los gritos al lado de su mesa de restaurante. Un restaurante childfree, claro.


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