El 24 de marzo atraviesa todos los rincones de la sociedad. La Plaza de Mayo es el reflejo de una sociedad que aún se siente herida y que, cuarenta años después, sigue exigiendo memoria, verdad y justicia. En ese plano, actores, periodistas y demás famosos, no quedaron al margen de la convocatoria.
Por J. Ignacio Díaz
En la esquina de Florida y Diagonal Norte un grupo de personas saca fotos y rodea a alguien que levanta, sobre todas las cabezas y las cámaras, ejemplares del diario Tiempo Argentino. Es el periodista Víctor Hugo Morales, como cualquier canillita de esta ciudad porteña, el que vende la edición especial que sacó el diario y firma todos los números tomándose el tiempo de preguntarle a cada lector: “¿Cuál es tu nombre?”. Aunque todos sepan, acá, que la identidad es más que un nombre.
Aunque todos sepan, acá, que la identidad es más que un nombre. Está despeinado, transpirado y demandado, pero sonríe. Una mujer le ofrece un trago de Coca-Cola, y él respetuosamente se niega: “No tomo esa gaseosa”, lo que provoca una aprobación generalizada. Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, todavía está en el país aunque ya no en Buenos Aires, sino en Bariloche, y Víctor Hugo también opina al respecto: “Es una provocación inoportuna su presencia en esta fecha tan sensible, sobre todo teniendo en cuenta la participación de ese país en las dictaduras de Latinoamérica y lo que está en juego en este momento con los fondos buitres”.
Acá hay un latido a destiempo pero unificado. Los bombos marcan el paso de las columnas de militantes y autoconvocados por la Avenida de Mayo. Cada uno canta como si estuviera en la ducha, pero dándose un baño de multitud. Y cuando la canción la saben todos, nadie desafina. Desde la Avenida Entre Ríos y Adolfo Alsina, la Asociación Argentina de Actores también se moviliza con carteles escritos a mano que recuerdan lo sucedido hace 40 años. Actores y artistas se acercan hasta la Avenida 9 de Julio. Entre ellos están Pablo Echarri, Nancy Duplaá, Victoria Onetto y Horacio Fontova. Miguel Repiso, más conocido como Rep, dibujante y humorista del diario Página/12, sostiene un cartel con el dibujo del relieve de un ser humano: “Tenía 14 años cuando escuché por la radio que los milicos asumían el poder. Pero lo más triste era la aprobación de ese hecho por parte de un amplio sector de la sociedad”, recuerda.
Un colectivo que no tiene techo saluda a un colectivo que no tiene techo en el que viajan, entre otros, Hebe de Bonafini, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Guillermo Moreno, ex Secretario de Comercio Interior y también Pablo Llonto, periodista y abogado de derechos humanos. La multitud les abre paso por la Avenida de Mayo y les regala un aplauso cerrado y emocionado. Antes, Moreno, que estaba a los alrededores de la Plaza de Mayo junto a la Agrupación “La Néstor Kirchner”, había dicho: “Esto es una demostración de memoria y también de fuerza. ¿Si no qué es?”
Lo que acá está visibilizado es el interés de un pueblo por no olvidar su propia historia. Acá están el pan y el vino del Jueves Santo. Lo que acá queda en evidencia es la transmisión de generación en generación y el motivo mayor. El denominador común. Lo ‘sin tiempo’. En algo deberíamos estar todos de acuerdo. Acá está el pueblo que no pretende olvidarse del pueblo. Acá hay una conciencia histórica de los hechos, una sensibilidad social. Personas que se ponen en el lugar del otro. Que insisten cada 24 de marzo y que aún repiten: Memoria, Verdad y Justicia. Celebridades, periodistas, artistas, militantes, familias y vendedores de choripan: Todos somos actores.
Agregar comentario