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NO TODO SOBRE RIELES


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El Belgrano Norte está sufriendo lentamente el abandono de la empresa Ferrovías S.A.C. Los sindicatos del ferrocarril se movieron y juntaron firmas para que el servicio continuara sin resignar calidad ni frecuencia. Consiguieron que el Gobierno anunciara inversiones. Los pasajeros, mientras tanto, siguen en el medio de la vía.

Por José Ignacio Díaz

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De los parlantes de la estación Adolfo Sourdeaux una voz anuncia la cancelación de un tren hasta Del Viso. Algunos pasajeros se resignan y salen en busca de un colectivo, otros maldicen. “Siempre lo mismo”. “Así no se puede”. El frío de la mañana hace todo más crudo y tétrico. Un tero le canta al amanecer. Un caballo pastorea al borde de la vía y un perro negro busca abrigarse al reparo de los asientos de la estación. El ser humano también es un animal de costumbres y adaptación, pero ¿acostumbrado y adaptado a qué?
El servicio desde fines de 2015, aseguran algunos pasajeros, “bajó muchísimo”. Antes, la frecuencia del Ferrocarril Belgrano Norte en los horarios pico era cada 10 minutos, ahora cada 20 o 25. Hay cancelaciones y demoras todos los días. Las vías no están en las mejores condiciones y según cuenta Luis, un pasajero diario desde Boulogne Sur a Retiro, “cada dos semanas descarrila alguna formación”.
Después de la Tragedia de Once, el Belgrano Norte fue el único tren que permaneció en manos de una empresa privada, Ferrovías S.A.C, que tiene la concesión de la línea desde 1994. A principios de mayo, sus autoridades anunciaron un posible corte del tramo que va de Grand Bourg hasta Villa Rosa, una situación que dejaría sin posibilidades de viajar en tren a los habitantes de Tierras Altas, Tortuguitas, Manuel Alberti, Del Viso y Villa Rosa. Estas estaciones son las últimas cinco del ferrocarril que llega hasta el norte del Conurbano.
Los motivos que argumentaron fueron la falta de presupuesto y la pérdida económica que les generaba prestar un servicio hasta esas estaciones. En su lugar propusieron poner colectivos de la empresa Plaza, que junto a Ferrovías, Metrovías y el Estado Argentino comparten desde 2005 la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE), lo que generó un amplio rechazo, no solo de los pasajeros sino también del personal ferroviario de todas las líneas metropolitanas. “La empresa amenazó con reducir el servicio para extorsionar al Estado, esa es la manera de negociar que tiene hace años”, señala Federico, boletero de la estación Saldías y afiliado a la Unión Ferroviaria.
El Estado no pudo hacer oídos sordos. La fuerte movida de los sindicatos La Fraternidad y Unión Ferroviaria, que juntaron firmas de pasajeros de todas las líneas para que no se redujera el servicio, logró que el Ministerio de Transporte anunciara hace dos semana una inversión de 1.640 millones de pesos para la renovación de vías, infraestructura y máquinas durante los cuatro años de gestión. Además, se comprarán locomotoras con sistemas de frenos automáticos (ATS). A pesar de esto, el anuncio no fue gratuito. A la empresa se le exigió cumplir con el contrato de licitación o sino entregar el mando.
En un guiño a la reacción del Gobierno, las autoridades de Ferrovías S.A.C. ya comunicaron que dispondrán, hasta que se pongan en marcha las obras, de dos locomotoras del Belgrano Sur y una del Belgrano Cargas para poder prestar un mejor servicio y aumentar la frecuencia de formaciones. También, a partir del 18 de mayo, empezaron a correr los Trenes Alerces, un servicio express que tiene paradas solamente en Del Viso, Los Polvorines, Boulogne Sur y Retiro por el mismo precio que un pasaje común.
A Mario apenas se le ven los ojos. Un gorro de lana de River y una bufanda le cubren el resto de la cara. La mitad de su cuerpo viaja afuera del tren y toda su seguridad es agarrarse fuerte de un pasamano. No es que viaje ahí porque disfrute del viento o del frío, es que adentro del vagón no hay espacio. El Belgrano Norte es la única línea que todavía tiene puertas manuales y no automáticas. Algunas no cierran bien y en esta época entra un chiflete bárbaro. El año pasado había en circulación 23 trenes y, ahora, 14. Él dice: “Las locomotoras tienen como 40 años y están todas rotas. Escuché que tienen ocho en los talleres de reparación”.

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Las luces dentro del coche parpadean cuando el tren hace un movimiento brusco. El silencio que se genera cuando el tren frena en Don Torcuato solo se interrumpe por el silbatazo de un guarda. “Hasta Retiro parando en todas”, grita. Adentro del vagón, una madre intenta enseñarle a su hija de no más de 6 años el abecedario. Otro prueba dormirse parado entre la multitud. “Permiso, permiso”. “No empujen”. “¿Por dónde querés pasar?” De las formaciones que llegan a Retiro los pasajeros salen despedidos como un escupitajo violento y, sobre una pila de revistas que acomodó el puestero de diarios de la estación, un gato gris ronronea y mira de reojo el agitado tranco de quienes madrugaron.
El Belgrano Norte transporta 70.000 personas a diario. Recorre, desde Villa Rosa a Retiro, 54 kilómetros. Hasta el comienzo de este año, todavía se discutía la propuesta de la anterior gestión política que impulsaba la creación de dos nuevas paradas intermedias hasta la Ruta 6: Panamericana y Parque Industrial Pilar. El secretario de prensa de La Fraternidad, Horacio Caminos, además criticó la idea del Gobierno actual de transferir los servicios ferroviarios a provincias y municipios: “Sería un enorme paso hacia atrás que sucediera”.
La situación de la línea que llega al norte del Conurbano es crítica. A Ferrovías S.A.C. se le vence la concesión de la línea el año que viene y eso hace crecer las sospechas de los pasajeros y el personal ferroviario sobre las irregularidades que puedan cometer los directivos para vaciar la empresa o no hacerse cargo del servicio deficiente.
A pesar de los últimos anuncios de inversiones, los pasajeros aún viajan mal. Una línea que había sido ejemplo por su buen servicio hasta hace algunos años, ahora parece venirse a pique. Ayer se divulgaron los nuevos cronogramas, otro de los pedidos que hizo el Ministerio de Transporte a la empresa para generar “previsibilidad” en los pasajeros. Allí se notifica que los sábados desde las 22:30 hasta los domingos a las 12:30, el servicio estará reducido por refacción de las vías. Será la costumbre y la adaptación lo que salve a quienes viajan todos los días en el Belgrano Norte. O que las cosas cambien.


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