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Soñar sin muros. Un predio en disputa  


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En la Ciudad de Buenos Aires, Monte Castro está en expansión y sus terrenos vacíos son observados por muchos para diferentes proyectos.


El barrio es un viaje a nosotros mismos. A lo que fuimos y lo que somos. Un traslado de la memoria.Un paseo por lugares que fueron en la infancia una fuente de imaginación, de sueños. Si nosotros ya no somos los mismos, esas calles tampoco.

En Capital Federal se ubica el barrio de Monte Castro. Cada vez más conocido y poblado, en el pasado fue una zona de chacras y pulperías que heredó el nombre de Pedro Fernández de Castro, quien escrituró las tierras en 1703. 

Entre sus atracciones están la icónica pizzería porteña El Fortín y el estadio “Islas Malvinas” del Club Atlético All Boys que genera un decorado blanco y negro en las paredes del barrio y los postes de alumbrados en la plaza frente al club y veredas del barrio.

Sus límites lo separan apenas por una cuadra de la mítica cárcel de Devoto, pero Monte Castro también tuvo la suya aunque no todos lo sepan y nadie esté orgulloso de haberla tenido.

En su corazón se ubica el predio Manuel Rocca que ocupa una manzana sobre la calle Segurola y Juan Agustín García. Allí funcionó durante décadas el Instituto de Recuperación y Clasificación de Menores con régimen cerrado.

“Era la cárcel para chicos, la llamábamos así”, dijo Ana, una vecina desde hace 75 años que, frente al edificio, apoya su historia sobre un andador metalizado. Encorvada, con movimientos lentos por miedo a caerse recordó: “Había días donde se escuchaban gritos desde adentro y al principio era muy angustiante, pero después te acostumbrás”. Detrás de sus anteojos, su mirada verde se pierde por momentos como si reviviera el pasado.

Cercado por muros de unos 15 metros de altura, en el interior se encuentran frondosos árboles rodeando un edificio que al comienzo de su historia fue una escuela. Una pileta en un rincón y mucho espacio al aire libre terminan de formar un lugar apetecible para varios proyectos.   

Hoy ese terreno está sin uso desde 2016, cuando la Nación transfirió a la Ciudad todas las dependencias, incluyendo los institutos penales. “Lo usan como depósito”, agregó un vecino. Su destino es un tema a resolver: un emprendimiento inmobiliario, un espacio verde o un proyecto social, deportivo y educativo pujan por desarrollarse allí.

Proyecto inmobiliario: negocio para pocos

Hacia finales de 2019 el Gobierno de la Ciudad puso en venta el predio junto a otros dos Institutos de Menores situados en Parque Chacabuco y Balvanera. El proyecto enviado a legislatura se titulaba: “Incorpórase al Código Urbanístico el Centro Modelo de Reeducación y Reinserción Socio Educativa”. El objetivo era construir torres y con parte de ese dinero costear la construcción de un Instituto para menores en el Bajo Flores. El expediente llegó a tener media sanción con un resultado de 40 votos afirmativos, 14 negativos y 2 abstenciones en la legislatura porteña.  

Pero los vecinos no tardaron en reaccionar frente a esa iniciativa y se llegó a hacer un abrazo simbólico alrededor del predio en contra de la medida. Luego apareció la pandemia, las prioridades cambiaron y el proyecto perdió estado parlamentario. 

Espacio verde

Monte Castro forma parte de la comuna 10 que se completa con Villa Real, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro, donde viven 171.797 personas,según el último censo realizado en 2021. Si bien creció considerablemente su población en los últimos años, lejos está de los 265.199 habitantes que residen en la Comuna 13, correspondiente a Núñez, Belgrano y Colegiales.

“A dos cuadras hay una plaza donde asiste mucha gente”, afirma Ana. Otro proyecto que siempre aparece cuando un inmueble es demolido o desalojado es generar espacios verdes, porque en la ciudad no abundan, para ocio y recreación como pasó en la Manzana 66 en el barrio de Balvanera, pero ninguna fuente oficial se pronunció al respecto de esta idea.

All Boys, un club que quiere crecer junto al predio

Con una masa societaria de alrededor de 6000 socios, el Club Atlético All Boys está en búsqueda de un nuevo predio para sus actividades, puesto que el que tiene frente al estadio le queda chico para seguir sumando actividades. Un grupo de socios comenzó una fuerte iniciativa para recuperar el ex Hogar Rocca proponiendo la cesión a 20 años de uso gratuito para desarrollar actividades deportivas, culturales, educativas y de servicios de salud para la comunidad. “Nosotros pedimos esto para el club. Queremos un barrio sin muros”, dice Adrian Martínez, uno de los impulsores del proyecto. 

El socio Daniel Barraza, dueño de “Lácteos Barraza”, junto al presidente del club, Nicolás Cambiasso, presentaron un expediente en la legislatura que actualmente está en la comisión de presupuesto. Una vez que se apruebe,pasaría al recinto para ser tratado.

Cuando en una recorrida por el barrio, se le consultó sobre esta iniciativa a Jorge Macri, electo Jefe de Gobierno, contestó: “Vamos a hacer lo posible”.

Una escuela que, a su vez respete el casco original del edificio para volver a ser lo que un principio fue un polideportivo, un natatorio y varias canchas sintéticas son algunas de las obras que en el club tienen pensado construir si el gobierno cede las tierras.

“Queremos generar más sentido de pertenencia hacia el club de lo que ya tiene. Hay mucho para hacer, queremos llegar a los 10000 socios”, agregó Martínez. 

Este grupo realiza festivales para juntar firmas y acercar la propuesta a los vecinos. “Quiero pasar por la noche, que esté todo iluminado y sin muros. Con los pibes haciendo deporte acá adentro y no que estén sueltos por la calle”, dice Néstor Mora, otro socio que trabaja para el proyecto.

En el testamento original de Manuel Rocca, quien donó las tierras al Estado Nacional en 1913, dice explícitamente que sólo se podía utilizar para instituciones de bien público, en caso contrario se violaría la voluntad del donante.

La ex cárcel para chicos es un predio que se disputa entre propuestas diferentes en una ciudad que crece día a día. Mientras tanto, en el corazón del barrio, los vecinos quieren soñar sin muros.


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