SOCIEDAD
¿Cómo influye la Inteligencia Artificial en la educación?
La llegada del Chat GPT cayó como un cimbronazo en un sistema educativo que se ve obligado a pensar nuevas alternativas.

La llegada del Chat GPT cayó como un cimbronazo en un sistema educativo que se ve obligado a pensar nuevas alternativas.
La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) impactó fuertemente en el sistema educativo. Luego de que en el 2021 el diseño curricular -la carta magna de las escuelas- haya incorporando el uso de la tecnología a causa de la pandemia por COVID-19 que obligó a los docentes a investigar esta área, desde el Ministerio de Educación creen que esa modificación ya quedó vieja y es necesario volver a pensar la educación en su conjunto.
“Desde el Ministerio nos pidieron si podíamos empezar a indagar desde la mirada de educación con inteligencia artificial para ver cómo lo encuadramos en algunas acciones dentro del diseño curricular y cómo transversalizarlo”, dijo Valeria Larralt, integrante de la Gerencia Operativa Tecnología e Innovación Educativa (INTEC) del Ministerio de Educación de CABA.
Esta nueva currícula utilizará como punto de partida las bases establecidas por el Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación, realizado en el año 2019. Allí, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) trabajó “con miras a mejorar el estado de preparación de los encargados de formular políticas educativas en materia de inteligencia artificial”.
¿Qué es la Inteligencia artificial y en qué consiste?
Según el Instituto de Ciencias de la Computación (ICC) de la Universidad de Buenos Aires, la IA es una disciplina que, en su visión más moderna, se centra en la investigación y desarrollo de diversos aspectos de agentes que emulan el comportamiento humano.
El Chat GPT es un buen ejemplo de la tecnología imitando el comportamiento humano. Esta página de Google funciona como un robot respondiendo a las preguntas que las personas le pueden realizar. A su vez, es capaz de realizar textos y producciones de la forma que cada uno le aclare que quiere que sea.
En este sentido, los investigadores del ICC explican la distintas tareas que pueden cumplir estos agentes: percibir o capturar su entorno; representar internamente tales percepciones y el conocimiento del dominio; razonar y sacar conclusiones a partir del conocimiento adquirido; aprender a partir de las situaciones resueltas nuevo conocimiento y, finalmente; actuar/operar sobre su entorno como consecuencia de las etapas anteriores.

Las principales preocupaciones de los docentes con la IA
“A nosotros, los docentes, nos desafía a pensar en qué tipo de prácticas debemos modificar para que, sabiendo que los alumnos utilizarán el Chat GPT, puedan generar sus propias producciones”, cuenta la docente de Comunicación Social de la UBA, Gabriela Rubinovich.
Esta preocupación atraviesa al sistema educativo en su conjunto. Larralt agrega: “La clave está en la formación docente, porque al ser todo tan dinámico aparecen nuevas formas de trabajar y los docentes no están formados en este aspecto tecnológico”.
Ambas coinciden en que hay una dinámica que debe cambiar de ahora en más: los trabajos prácticos. Esta instancia de evaluación, hecha fuera de los horarios de clase, genera que los trabajos sean hechos sin que los docentes observen el camino, por lo que se deja librado a la buena fé de los estudiantes la forma en que lo realizan.
En estas situaciones se corre el peligro de que los trabajos sean realizados por alguna IA, en muchos casos con fuentes que proveen las mismas máquinas que aún no funcionan como fuentes fidedignas, porque no interpretan correctamente de donde obtener la información.
Además, genera una pérdida de la capacidad de realización de textos a la altura de las circunstancias. Sobre esto, la especialista en educación y tecnología explica: “En caso de ser necesaria una instancia de evaluación, como mínimo requiere un chequeo del proceso creativo mediante un examen oral, porque rápidamente uno se da cuenta de si el alumno realizó el trabajo o si lo hizo una máquina”.
“Me preocupa que mis alumnos puedan producir cada vez menos cosas genuinamente, porque así pueden perder capacidad y expresividad. Creo que es algo que nos pasa a todos, no solo a ellos”, lamenta Rubinovich.
¿Cómo se implementa la Inteligencia Artificial en la educación?
“Hay que formar a los chicos en este aspecto, por eso cuanto antes comiencen a utilizar la tecnología, mejor”, dice Larralt. A pesar del poco uso que se le da en las escuelas, cuenta que recomiendan el uso del sitio web Code.org.
En los colegios de nivel primario, con los más chicos, ya están explorando aplicaciones para la enseñanza del pensamiento computacional a través del reconocimiento de imágenes, como puede ser la identificación de peces y contaminantes en el fondo del mar. Otro uso que se le puede dar a la IA en las aulas es la utilización de una imagen creada por el mismo agente y que funcione como disparador de una historia.
En el nivel secundario, la especialista menciona que la creación de chatbots como herramientas de aprendizaje es un buen uso que los docentes le pueden dar a la tecnología. Por lo que plantea, como ejemplo para comprender cómo en ciertas situaciones puede servir el uso de la tecnología, el reemplazo de un mapa tradicional por un mapa digital con relieve y con la capacidad de expandir la imagen para visualizar algo puntual es una buena alternativa.
“Los alumnos no van a dejar de utilizar el Chat GPT porque se lo pidamos nosotros, entonces tenemos que brindarles las herramientas para que lo usen de manera correcta”, plantea Larralt. Por eso, ella enfatiza en que los docentes deben encargarse de enseñarles a los chicos de qué manera pueden realizarle las preguntas correctas al chat y así darle el mejor uso posible.
La IA vino para quedarse. Las escuelas ya están en estado de alerta y los espacios encargados de repensar la educación lo están haciendo. Pero no todas las realidades son iguales.
En un país donde la mitad de la población piensa en el día a día y en qué comer esta noche, la prioridad de las personas no está puesta en la formación tecnológica. Es por eso que las escuelas deben ser las principales divulgadoras de esta nueva información en toda la sociedad, sino la brecha de desigualdad seguirá aumentando y la tecnología será un valor solo para algunos. Tanto el Estado como el Gobierno de cada localidad deberán asumir su responsabilidad y hacerse cargo de que esto pueda ocurrir.
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SOCIEDAD
“La Catedral de Francisco”
Cientos de fieles dejaron sus oraciones y ofrendas en el templo que vio pasar a Jorge Bergoglio como cardenal primado de Buenos Aires. Cómo fue la despedida al “Papa de los pobres”.

A esa hora en la que Plaza de Mayo se deja ganar por la noche y los autos iluminan junto al alumbrado público, las escalinatas de la Catedral Metropolitana se convirtieron en un altar urbano. Velas encendidas, otras ya derretidas; ramos de flores frescas apoyados sobre las columnas que tienen pegadas banderas argentinas y papales, rosarios, estampitas, camisetas de San Lorenzo y cartas escritos a mano. Sobre Rivadavia, un retrato en tiza del Papa decora el asfalto como si su figura emergiera desde ese suelo que alguna vez lo vio caminar.
Detrás de las cámaras de TV de los medios nacionales e internacionales, y de los vendedores de recuerdos sobre las escalinatas, hay un murmullo bajo que envuelve. Gente que reza, que conversa en voz baja o que simplemente está. Turistas, creyentes, algunos que no se identifican con ninguna fe. Todos llegaron allí por alguna razón. Edgardo y Jazmín, una pareja peruana que observa en la entrada de la Catedral, comenta que estaban de visita cuando sucedió la muerte del sumo pontífice. “Era muy humilde, incluso ahora, en su despedida. Esperamos que el próximo Papa siga su legado, pero sabemos que en nuestra vida no veremos otro latino”, dice ella.

Unos pasos adentro del templo, un perro callejero duerme justo debajo de la cartelera que anuncia las misas y ceremonias especiales a la ocasión. No estorba el paso. La gente lo rodea, lo mira e incluso le toman fotos como si también él formara parte de esta escena serena y devota.
Adentro, el ambiente se vuelve más íntimo. Los pisos de mármol y las paredes macizas contienen la emoción de quienes ingresan. Aquí ya no hay medios de comunicación ni vendedores ni ruidos molestos. Solo pasos lentos y un murmullo que acoge.
Al final del pasillo de la nave principal, a pocos metros del altar donde Bergogliocelebraba misas, un escritorio exhibe un libro abierto. La gente se acerca a firmarlo, a dejar un mensaje, una oración. Al lado hay un cartel escrito con letras simples: “Francisco. Recibir la vida como viene”. Detrás, custodiado por cadetes de la Policía Federal vestidas de gala, un cuadro del Papa con su tradicional túnica blanca y su cruz plateada. Al costado, la mitra y el báculo que él utilizó cuando era cardenal primado de Buenos Aires. Todorodeado de coronas de flores blancas sobreel piso.
Frente a ese altar se detiene Daniel, un joven brasileño que también reflexionó con ETER Digital sobre los desafíos del porvenir: “Francisco fue un hombre del futuro que luchó por los que no tienen voz. No creo que haya otro como él. Quien lo suceda tiene una tarea inmensa: sostener un legado difícil de olvidar”.
Sentada sobre los viejos bancos de madera, una mujer llora hasta con el cuerpo. Se tapa la cara mientras a su lado un hombre la abraza y un niño mira sin entender demasiado. La imagen se repite varias vecesen otros bancos: la del duelo compartido en familia y entre generaciones.
A pocos metros, tres hombres se detienen frente al mausoleo de José de San Martín, que esta vez tiene menos protagonismo que de costumbre. Hoy todos los ojos y gestos parecen estar dirigidos a Francisco.
El reloj se acerca a las 20 cuando los policías que rondaban por los pasillos anuncian el cierre de la Catedral. Pero afuera el recuerdo sigue. Una señora mayor, de pelo corto rojizo y mirada vivaz, camina con paso seguro hacia un móvil de televisión: es conocida como “La Señora de los Velorios”. Pero esta vez no vino exclusivamente por eso. “Yo vine hoy por él. Era una persona muy humilde. En las misas de San Cayetano saludaba uno por uno sin importar la cantidad” de gente que hubiera, recuerda. Orgullosa de que haya sido argentino, Mari reivindica la relación del Papa con su Patria: “No me molestó que no volviera a Argentina. Su misión acá ya estaba cumplida”.

La Catedral Metropolitana, la Catedral del Papa, no parece estar triste sino más bien emocionada, como si supiera que Francisco no se irá del todo. Que lo que deja no cabe en una tumba sino en los gestos, palabras, luchas y convicciones que muchos fielestomarán como bandera.
Desde la vereda hasta el altar, este lugar que alguna vez fue la casa de Bergoglio hoy vuelve a serlo. Por una noche al menos. O al menos por esta despedida, por la historia que empezó en estas baldosas donde ahora se vuelve a rezar por él.
SOCIEDAD
Sabe la Tierra: comunidad, sostenibilidad y compromiso
La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.

La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.
Va cayendo el sol en el Parque Las Heras y la primavera se hace notar con su típica brisa de la última hora de la tarde. La esquina de French y Coronel Díaz es una postal de domingo: en el frente se alzan los puestos de la feria de consumo consciente más famosa de Buenos Aires, con sus toldos blancos y sus características mesas forradas de arpillera en las que se lee su emblema: “Sabe la Tierra”.
De fondo, el atardecer. La calesita que completa el cuadro da sus vueltas finales despidiendo a los niños que ríen y juegan hasta el último minuto antes del cierre. Los feriantes siguen vendiendo. El ambiente huele a fruta, a inciensos, a la vainilla de los postres caseros que ofrece uno de los puestos. Cada sección tiene sus olores, sus colores y sus sabores, según los productos que ofrecen, y son tan intensos que parecen elaborados para que los consumidores puedan llevarse un pedacito de naturaleza a sus hogares citadinos.
Seguramente cuando Angie Ferrazzini pensó este espacio que uniría a pequeños productores, emprendedores y artesanos para conectarlos con el público, no se imaginó que terminaría gestando toda una propuesta cultural que ofrecería desde mercados itinerantes que recorren la ciudad hasta talleres de cocina y horticultura.
Hoy, quince años después, la creadora de esta organización cuenta que Sabe la Tierra recibe cada mes alrededor de cincuenta mil personas en los más de cincuenta mercados y festivales que se presentan en diferentes barrios y ciudades. “Somos un equipo de 30 personas que creemos en otra forma de producir y de consumir”, contaba en la Charla TED que presentó en Necochea en 2023.
Y agregó en esa presentación: “Se me ocurrió crear un mercado de productores donde se pudieran encontrar los productores con los consumidores, promover el bien común y generar lazos de confianza. Esta fue la idea inicial para el proyecto hace 20 años”.
Como suele suceder con los grandes soñadores que cambian realidades, Angie comenzó a vivir su sueño en su propio jardín: no contaba con el capital necesario para sostener una gran exposición en un centro de convenciones como habría querido por ese entonces, pero eso no la detuvo. Con el propósito firme y la visión clara, esta exponente de la cultura naturista convirtió su casa en el espacio que sostendría el puente entre las dos puntas del mercado sustentable: productores y consumidores. Hoy, ese mismo puente se extiende a lo largo de trece locaciones distribuidas por todo el país.
“Venimos porque nos gusta comprar productos orgánicos y porque nos encanta el ambiente de la feria”, dice Candela, una joven que pasea con su familia y se detiene en cada stand observando con atención los productos exhibidos. Como ella, muchos de los clientes que visitan el lugar son fieles a la filosofía de la organización, que tiene seguidores desde sus inicios, cuando solo podía encontrarse en su primera locación formal: la estación San Fernando del Tren de La Costa. Desde allí fue expandiéndose como lo hacen los fenómenos culturales cuando saben atender necesidades sociales.
Más de mil puestos de trabajo generados demuestran que Sabe la Tierra no es solo un modelo de consumo responsable, sino también de economía sustentable. Este mercado consciente abre sus puertas para que cualquier emprendedor pueda desarrollarse y ofrecer productos de calidad. Tal es el caso de Luisa, el talento detrás de los mejores tequeños de la zona, que cautivan paladares de todas las edades en la carpa de comida venezolana.
Luisa recibe a las personas que se detienen en su mesa con una amabilidad especial, invitándolos a degustar un bocadito de empanadas típicas de su país. Con una sonrisa amplia acompaña el son caribeño que lleva en el habla. Cuenta que vive en Argentina hace cinco años y que forma parte de la feria hace tres; y que gracias a este espacio es capaz de mantener a su familia y que incluso pudo pagar un viaje de visita a su entrañable Caracas.
“La feria nos cambió la vida. Estamos agradecidos por esta fuente de trabajo que nos permitió lograr la anhelada estabilidad económica”, afirma emocionada. Esta emprendedora, que supo sobreponerse a los embates de la expatriación e insertarse en el mercado laboral de nuestro país a través de su vocación en la cocina, es un ejemplo del impacto que tiene en los trabajadores este espacio de comercio justo y consciencia. Para esta comunidad, los valores agroecológicos y el compromiso fueron la clave del crecimiento.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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Cómo fue la toma de estudiantes en defensa de la UNTREF
En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.

En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.
“Universidad tomada” advierte una bandera en la puerta de la Sede Lynch de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Son las ocho de la noche de un miércoles de octubre en el barrio de Sáenz Peña y la vereda de la sede abunda de información.
Una clase abierta donde los alumnos sentados en ronda en pupitres azules escuchan atentamente al docente. A metros, estudiantes se reúnen distendidamente algunos de ellos con sus mochilas, mientras otros cargan bolsas con acolchados y sábanas para pasar la noche en su casa de estudios.
La UNTREF se encuentra tomada con vigilia hace exactamente siete días luego de la Resolución Interclaustro -realizada el 10 de octubre de 2024- donde participaron docentes, no docentes, estudiantes y graduados.
La decisión fue una toma organizada que garantice la continuidad de las clases y que incluya un plan de lucha para visibilizar el reclamo presupuestario por las universidades nacionales. “Estuvimos todo el fin de semana organizando el cronograma, nos acostamos a las 4 de la madrugada para levantarnos a las 7”, comenta Lucho Borzatto, estudiante de la Licenciatura en Logística e integrante del centro de estudiantes.
A lo lejos se escuchan los murmullos de otra clase abierta que sucede en el sum del edificio, donde se encuentran el buffet y la fotocopiadora. Las luces son tenues porque el docente proyecta diapositivas para el desarrollo de la clase. En simultáneo, alumnos salen de sus aulas, algunos vuelven a sus hogares, otros se reúnen en allí o en la vereda para pasar parte a sus compañeros sobre su desempeño en los parciales. Las paredes del establecimiento aún conservan afiches pegados de otras cátedras y no faltan los carteles con consignas como “No caímos en la universidad pública, la elegimos”.
“La gente camina como un caballo por acá, no habitamos la universidad, muchos venimos a cumplir, siento que eso está cambiando”, comenta Lena Blanco, estudiante de la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura mientras toma el último sorbo de mate. Está sentada delante de la bandera de su carrera que pintaron para la Marcha Federal Universitaria de abril. Además, expresa su sorpresa al ver la cantidad de carteles pegados en las paredes: “Antes no se podía poner nada, no encontrabas ninguna expresión más que las típicas que hay en los baños”.
Alrededor de 200 alumnos de la UNTREF se organizaron y formaron comandos divididos en distintas áreas. “Tomar la universidad no es joda”, indica Lucho y agrega: “Requiere de mucho trabajo y sacrificio”. Y así es, los comandos se dividen por área: prevención y logística, agenda cultural, documentación audiovisual, comidas y alimentos, higiene, prensa y comunicación, entre muchas más. De esta forma, se suman a los cientos de miles de estudiantes involucrados en el plan de lucha a lo largo y ancho de todo el país.
A partir del veto del Presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, las tomas en las facultades brotaron como pasto después de la lluvia. Un relevamiento de la FUA (Federación Universitaria Argentina) indicaba en ese entonces que ya eran más de 30 edificios tomados, mientras que asociaciones civiles como Argentinos por la Educación afirmaban más de 80.
Incluso fue un momento donde algunas universidades fueron tomadas por primera vez, como fue el caso de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La amenaza por el desmantelamiento de las universidades nacionales puso en alerta a todos los estudiantes en cada rincón del país y los convocó a organizarse para defender su futuro.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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