Argentina enfrentará a un seleccionado que se caracteriza por la presión alta y que además cuenta con mucha experiencia en la competición.
La Argentina cerrará la fase de grupos enfrentando a Suecia, el primer seleccionado femenino en ganar la Eurocopa. El rival más poderoso y candidato a ganar la zona, será el desafío de la tercera y última fecha el miércoles 2 de agosto, a las 4 hora argentina, en el estadio Waikato de Hamilton. Las dirigidas por Germán Portanova se medirán ante un gran equipo, que se llevó el bronce en el último mundial; y que con este sumaría su novena participación en dicha competición.
Suecia llega a Australia-Nueva Zelanda con una idea de juego muy aceitada: la analizamos. En la delantera, el seleccionado sueco se mueve con ataques posicionales, con largas tenencias y pases verticales para así intentar lastimar al equipo rival. Si bien el parado inicial que plantea Peter Gerhardsson es un 4-3-3, cuando las suecas consiguen hacerse de la pelota, pasan a un 3-4-3, subiendo a las laterales, Nathalie Björn y Jonna Andersson, al ataque. Mientras que Matilda Vinberg, la mediocampista más defensiva, pasa a jugar entre los centrales para así formar la línea de tres. Esta jugadora es la encargada del manejo de la pelota. Esto genera una salida más limpia de balón y la posibilidad de generar superioridad numérica por las bandas. Además de Vingberg, Linda Birgitta Sembrant y Magdalena Eriksson, las dos centrales del equipo, suelen arriesgar rompiendo en conducción. Eso es algo que si el seleccionado argentino logra cortar podrá lastimar con contragolpes.
Suecia se caracteriza por el buen movimiento sin pelota de sus jugadoras. Esto se debe a que la última línea es la que maneja la pelota, y en muchas oportunidades, si estos movimientos no existen, se genera una gran distancia entre sus respectivas líneas. Mientras que defensivamente el equipo dirigido por Gerhardsson ejerce una presión alta. Sus delanteras y dos de sus mediocampistas intentan recuperar la pelota lo más cerca posible del arco rival. En esta presión, una de las mediocampistas suele dar un paso atrás por si el adversario logra salir sin ningún inconveniente. Además de esto, Suecia intenta encerrar a sus rivales, en todo momento con un destacado trabajo físico.
Esta manera de jugar tan frenética, en la que se intenta una recuperación alta y rápida, tiene sus debilidades. Una de ellas es el cambio de frente. Cuando el conjunto de las “tres coronas” arrincona a su rival y este recurre a un balón largo a la otra banda, dicho sector suele quedar con pocas jugadoras, ya que ejercen presión en otra zona del terreno de juego. Otra debilidad de las suecas es que cometen muchas faltas. Argentina deberá de aprovechar de estas falencias para poder lastimar al equipo de Gerhardsson o, al menos, sufrir lo menos posible. La clave, sin dudas, será la concentración en todo momento, algo que no es sencillo de conseguir.
Agregar comentario