SOCIEDAD
TEST DE BECHDEL: UNA PRUEBA DIFÍCIL DE SUPERAR
¿Sabías que la trilogía Star Wars, la saga El señor de los Anillos, las ocho películas de Harry Potter y hasta Shrek no tienen dos mujeres que hablen entre sí? En el cine mundial, las apariciones femeninas son pocas y remiten a una figura masculina a la hora de interpretar una escena.
Por Nadir Cannolo (@Cano_arg), María Dellavalle (@PiniDellavalle), Víctor Doat (@VictorDoat), Natalia Konradi (@NatalyKonrad) y Julieta Mosqueira
La representación de la mujer en el arte siempre estuvo atravesada por la mirada masculina. Desde que la humanidad comenzó a manifestarse a través de la literatura, la escultura, la pintura y demás formas de expresión, fue el discurso masculino el que caracterizó a la mujer, no sólo en su estética sino también en su forma de pensar.
Se podría inferir que eso es arcaico: en el siglo XXI “somos todos iguales”. Pero la realidad es que la desigualdad sigue presente.
Alison Bechdel es una historietista estadounidense que creó el cómic “Unos bollos de cuidado” (Dykes to Watch out for). En 1985, una de sus tiras cómicas, llamada “The Rule”, consistía en una charla entre dos amigas que discutían sobre ir al cine. Una de ellas comenta que sólo mira una película si esta cuenta con tres simples requisitos: en ella deben aparecer al menos dos personajes femeninos; éstos deben hablar entre sí; y la charla no debe consistir en un hombre.
Desde su publicación, miles de películas han sido analizadas bajo esta perspectiva con un resultado alarmante: son muchísimas las que no cumplen con los requisitos, siendo muchas de ellas obras clásicas. Mientras que si se las analiza a la inversa (es decir, desde la perspectiva del hombre), prácticamente todas las películas pasan el test.

La trilogía El señor de los anillos no pasa el test. Gandalf, Frodo, Sam, Merry, Pippin, Aragorn, Legolas, Gimli y Elrond sólo comparten el protagonismo con dos mujeres, quienes jamás hablan entre sí.
Algunos ejemplos de películas que no logran cumplir con el objetivo propuesto por el test son Casablanca, Avatar, Los cazafantasmas, la saga Piratas del Caribe, Men in Black y Pulp Fiction. Dentro de los últimos estrenos, Gravity no cumple con el objetivo, al igual que 2 Guns y A Field in England. En el cine nacional, en la exitosa El secreto de sus ojos no hay dos personajes femeninos que dialoguen entre sí según las reglas del test.
Se ha intentado modificar las reglas del test en varias oportunidades. Por ejemplo, Alaya Dawn Johnson configuró el test para que se evalúe en cuántas películas aparecen dos personajes no blancos que se hable entre sí de algo que no sea un hombre caucásico, mientras la crítica cultural canadiense Anita Sarkeesian lo único que pretende es que el diálogo entre las dos mujeres se extienda por lo menos sesenta segundos.
Daniela Zarauz, colaboradora de La Marcha de las Putas y militante feminista, considera que el rol de la mujer en el cine es un reflejo del rol que se le asigna en la sociedad machista en la que vivimos. “En el cine hollywoodense la mujer queda en papeles secundarios, está de relleno por linda, o de repente se ve a una protagonista mujer que está rodeada de hombres, como si fuera la única en el mundo. Esto sucede porque culturalmente la mujer es la ‘mujer de’, ‘la hija de’ o la “chica linda”. Y si es profesional o exitosa, se la pone en un pedestal, como si su género determinara que para ella es más difícil llegar a ser alguien por sí misma.”
La cineasta norteamericana Jennifer Kesler intentó explicar en su blog por qué las películas mainstream –aceptadas por la mayoría de la sociedad- nunca pasarán el test de Bechdel. Ella estudió cine en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y sus docentes le exigían comprender algo que, en sus propias palabras, la dejó aturdida: debía comprender que la audiencia sólo quiere de protagonistas a hombres blancos heterosexuales. Le aseguraron que mientras eso esté cumplido, podría acompañarlos con personajes secundarios con otras características (mujeres, hombres, negros, asiáticos), siempre y cuando no distraigan a la audiencia del protagónico “hombre blanco”, por el cual pagaron su entrada. Según Kesler, de acuerdo con Hollywood, si dos mujeres aparecen hablando en la pantalla, el cerebro de la audiencia masculina se “apagará” asumiendo que ellas están hablando de esmalte para uñas o zapatos, cosas que no suman a la historia principal.
Esto se repite en el cine nacional. Según Juan Morcillo, productor de cine argentino (¿Quién mató a Mariano Ferreyra?) “Hollywood baja línea con esto y otras cosas más. En Argentina, en Latinoamérica, y seguramente a nivel mundial, es un elemento de dominación cultural”.

The Rule ,la tira cómica perteneciente a la historieta Unas bollo de cuidado, de Alison Bechdel, marcó la aparición del Test.
La estigmatización de la mujer en la cultura no sólo se pone en manifiesto gracias a este test. Existen vastas formas de evaluar el contenido cultural para notar qué lugar se le suele dar a las mujeres. Anita Sarkeesian reunió varios de ellos en su video-blog “Tropes vs. Women” (Tropos versus mujeres), donde brinda diversas herramientas para notarlo. Según ella, “un tropo es un patrón común en una historia o un atributo identificable en un personaje que transmite información a la audiencia. Se convierten en clichés cuando se usan demasiado. Tristemente, algunos de estos tropos perpetúan estereotipos ofensivos.”
Algunos tropos comunes son, por ejemplo, la damisela en apuros, un estereotipo en el cual los personajes femeninos son ubicados en situaciones de riesgo de las cuales no puede escapar por sus propios medios y debe ser rescatada por un personaje masculino; o el principio de Pitufina, definido por TVTropes como “la tendencia en obras de ficción a tener sólo una mujer en un grupo de personajes masculinos, a pesar del hecho de que alrededor de la mitad de la raza humana es mujer. A no ser que el programa esté dirigido específicamente a una audiencia femenina, “los personajes principales tenderán a ser desproporcionadamente masculinos”. Este último principio fue creado en 1991 por Katha Pollitt, una ensayista feminista que escribió un artículo para el New York Times porque estaba molesta por la falta de personajes femeninos que su hija pudiera ver. Otro de los tropos mencionados es la feminista de paja, un lugar común habitual en la cultura popular, donde la luchadora por los derechos de la mujer aparece como una esposa castrante, como una persona sobreexagerada, llena de estereotipos, tergiversaciones y simplificaciones de la lucha de la mujer por la igualdad y la emancipación, para intentar desacreditar o desestimar el feminismo. La meta es intentar que las feministas y su movimiento parezcan totalmente ridículos, exagerados e innecesarios. Créase o no, estos tres ejemplos mencionados aparecen en series y películas que hemos visto todos, aunque sea una vez. Desde The Big Bang Theory hasta Casados con Hijos.
En su blog, uno de los más famosos de España, Yael Farache sostiene que “la cultura puede ser un reflejo, pero tiene también una función social. La cultura popular legitimiza formas de ser. Baña ciertas actitudes con un halo de normalidad. Lo que aparece en la televisión se convierte en lo esperado. Otras actitudes las castiga. Es una guía de las formas correctas de ser. Esa función es una de las más importantes de la cultura. Compartir ese estrato común de símbolos nos hace homogéneos.” Y concluye: “Consumimos la cultura popular a través de los medios y entre ellos la televisión es fascinante porque tiene mecanismos muy sofisticados de hacernos diferenciar entre lo normal y lo que no es normal.”
Hay intereses (principalmente económicos) que siguen fomentando una industria machista y misógina, donde lo real no se ve representado siquiera en historias cotidianas y donde no se respeta la real proporción de mujeres en la sociedad. Si querés enterarte cuáles películas cumplen y cuáles no con esta regla, podés buscarlas en http://bechdeltest.com/.
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Tomás Luzzani, crítico de cine. Redactor en A sala llena
Si bien me interesa, y mucho, el rol de la mujer en el cine, no me parece tan atractiva la idea detrás del test. Una película puede ser “feminista” sin pasar el test dependiendo del contexto y la mirada del director. A la larga, pesa más el “cómo” se muestra que el “qué” se muestra, puesto que la omisión, muchas veces, también es narración.
El cine argentino tiene varias particularidades. La primera es que hay numerosas directoras que hacen pesar su punto de vista, como Lucrecia Martel, Lucía Puenzo, Julia Solomonoff, Albertina Carri y Tamae Garateguy. En segundo lugar, hay una producción independiente muy grande y que tiene un público que le escapa a las estructuras tradicionales. En el ámbito comercial, el cine argentino está en deuda con la forma en la que se muestra a la mujer. Ahora en el plano independiente, el resultado es otro.
Una pistola en cada mano, por ejemplo, no creo que pase el test; sin embargo la película se encarga de desmitificar el rol del hombre en las relaciones. La propuesta de la película es la de una mirada del hombre sobre si mismo y la mujer, donde el hombre está por debajo de ella y todos los personajes masculinos que tratan de “objetivizar” a la mujer salen perdiendo, lección moral incluida.
SOCIEDAD
“La Catedral de Francisco”
Cientos de fieles dejaron sus oraciones y ofrendas en el templo que vio pasar a Jorge Bergoglio como cardenal primado de Buenos Aires. Cómo fue la despedida al “Papa de los pobres”.

A esa hora en la que Plaza de Mayo se deja ganar por la noche y los autos iluminan junto al alumbrado público, las escalinatas de la Catedral Metropolitana se convirtieron en un altar urbano. Velas encendidas, otras ya derretidas; ramos de flores frescas apoyados sobre las columnas que tienen pegadas banderas argentinas y papales, rosarios, estampitas, camisetas de San Lorenzo y cartas escritos a mano. Sobre Rivadavia, un retrato en tiza del Papa decora el asfalto como si su figura emergiera desde ese suelo que alguna vez lo vio caminar.
Detrás de las cámaras de TV de los medios nacionales e internacionales, y de los vendedores de recuerdos sobre las escalinatas, hay un murmullo bajo que envuelve. Gente que reza, que conversa en voz baja o que simplemente está. Turistas, creyentes, algunos que no se identifican con ninguna fe. Todos llegaron allí por alguna razón. Edgardo y Jazmín, una pareja peruana que observa en la entrada de la Catedral, comenta que estaban de visita cuando sucedió la muerte del sumo pontífice. “Era muy humilde, incluso ahora, en su despedida. Esperamos que el próximo Papa siga su legado, pero sabemos que en nuestra vida no veremos otro latino”, dice ella.

Unos pasos adentro del templo, un perro callejero duerme justo debajo de la cartelera que anuncia las misas y ceremonias especiales a la ocasión. No estorba el paso. La gente lo rodea, lo mira e incluso le toman fotos como si también él formara parte de esta escena serena y devota.
Adentro, el ambiente se vuelve más íntimo. Los pisos de mármol y las paredes macizas contienen la emoción de quienes ingresan. Aquí ya no hay medios de comunicación ni vendedores ni ruidos molestos. Solo pasos lentos y un murmullo que acoge.
Al final del pasillo de la nave principal, a pocos metros del altar donde Bergogliocelebraba misas, un escritorio exhibe un libro abierto. La gente se acerca a firmarlo, a dejar un mensaje, una oración. Al lado hay un cartel escrito con letras simples: “Francisco. Recibir la vida como viene”. Detrás, custodiado por cadetes de la Policía Federal vestidas de gala, un cuadro del Papa con su tradicional túnica blanca y su cruz plateada. Al costado, la mitra y el báculo que él utilizó cuando era cardenal primado de Buenos Aires. Todorodeado de coronas de flores blancas sobreel piso.
Frente a ese altar se detiene Daniel, un joven brasileño que también reflexionó con ETER Digital sobre los desafíos del porvenir: “Francisco fue un hombre del futuro que luchó por los que no tienen voz. No creo que haya otro como él. Quien lo suceda tiene una tarea inmensa: sostener un legado difícil de olvidar”.
Sentada sobre los viejos bancos de madera, una mujer llora hasta con el cuerpo. Se tapa la cara mientras a su lado un hombre la abraza y un niño mira sin entender demasiado. La imagen se repite varias vecesen otros bancos: la del duelo compartido en familia y entre generaciones.
A pocos metros, tres hombres se detienen frente al mausoleo de José de San Martín, que esta vez tiene menos protagonismo que de costumbre. Hoy todos los ojos y gestos parecen estar dirigidos a Francisco.
El reloj se acerca a las 20 cuando los policías que rondaban por los pasillos anuncian el cierre de la Catedral. Pero afuera el recuerdo sigue. Una señora mayor, de pelo corto rojizo y mirada vivaz, camina con paso seguro hacia un móvil de televisión: es conocida como “La Señora de los Velorios”. Pero esta vez no vino exclusivamente por eso. “Yo vine hoy por él. Era una persona muy humilde. En las misas de San Cayetano saludaba uno por uno sin importar la cantidad” de gente que hubiera, recuerda. Orgullosa de que haya sido argentino, Mari reivindica la relación del Papa con su Patria: “No me molestó que no volviera a Argentina. Su misión acá ya estaba cumplida”.

La Catedral Metropolitana, la Catedral del Papa, no parece estar triste sino más bien emocionada, como si supiera que Francisco no se irá del todo. Que lo que deja no cabe en una tumba sino en los gestos, palabras, luchas y convicciones que muchos fielestomarán como bandera.
Desde la vereda hasta el altar, este lugar que alguna vez fue la casa de Bergoglio hoy vuelve a serlo. Por una noche al menos. O al menos por esta despedida, por la historia que empezó en estas baldosas donde ahora se vuelve a rezar por él.
SOCIEDAD
Sabe la Tierra: comunidad, sostenibilidad y compromiso
La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.

La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.
Va cayendo el sol en el Parque Las Heras y la primavera se hace notar con su típica brisa de la última hora de la tarde. La esquina de French y Coronel Díaz es una postal de domingo: en el frente se alzan los puestos de la feria de consumo consciente más famosa de Buenos Aires, con sus toldos blancos y sus características mesas forradas de arpillera en las que se lee su emblema: “Sabe la Tierra”.
De fondo, el atardecer. La calesita que completa el cuadro da sus vueltas finales despidiendo a los niños que ríen y juegan hasta el último minuto antes del cierre. Los feriantes siguen vendiendo. El ambiente huele a fruta, a inciensos, a la vainilla de los postres caseros que ofrece uno de los puestos. Cada sección tiene sus olores, sus colores y sus sabores, según los productos que ofrecen, y son tan intensos que parecen elaborados para que los consumidores puedan llevarse un pedacito de naturaleza a sus hogares citadinos.
Seguramente cuando Angie Ferrazzini pensó este espacio que uniría a pequeños productores, emprendedores y artesanos para conectarlos con el público, no se imaginó que terminaría gestando toda una propuesta cultural que ofrecería desde mercados itinerantes que recorren la ciudad hasta talleres de cocina y horticultura.
Hoy, quince años después, la creadora de esta organización cuenta que Sabe la Tierra recibe cada mes alrededor de cincuenta mil personas en los más de cincuenta mercados y festivales que se presentan en diferentes barrios y ciudades. “Somos un equipo de 30 personas que creemos en otra forma de producir y de consumir”, contaba en la Charla TED que presentó en Necochea en 2023.
Y agregó en esa presentación: “Se me ocurrió crear un mercado de productores donde se pudieran encontrar los productores con los consumidores, promover el bien común y generar lazos de confianza. Esta fue la idea inicial para el proyecto hace 20 años”.
Como suele suceder con los grandes soñadores que cambian realidades, Angie comenzó a vivir su sueño en su propio jardín: no contaba con el capital necesario para sostener una gran exposición en un centro de convenciones como habría querido por ese entonces, pero eso no la detuvo. Con el propósito firme y la visión clara, esta exponente de la cultura naturista convirtió su casa en el espacio que sostendría el puente entre las dos puntas del mercado sustentable: productores y consumidores. Hoy, ese mismo puente se extiende a lo largo de trece locaciones distribuidas por todo el país.
“Venimos porque nos gusta comprar productos orgánicos y porque nos encanta el ambiente de la feria”, dice Candela, una joven que pasea con su familia y se detiene en cada stand observando con atención los productos exhibidos. Como ella, muchos de los clientes que visitan el lugar son fieles a la filosofía de la organización, que tiene seguidores desde sus inicios, cuando solo podía encontrarse en su primera locación formal: la estación San Fernando del Tren de La Costa. Desde allí fue expandiéndose como lo hacen los fenómenos culturales cuando saben atender necesidades sociales.
Más de mil puestos de trabajo generados demuestran que Sabe la Tierra no es solo un modelo de consumo responsable, sino también de economía sustentable. Este mercado consciente abre sus puertas para que cualquier emprendedor pueda desarrollarse y ofrecer productos de calidad. Tal es el caso de Luisa, el talento detrás de los mejores tequeños de la zona, que cautivan paladares de todas las edades en la carpa de comida venezolana.
Luisa recibe a las personas que se detienen en su mesa con una amabilidad especial, invitándolos a degustar un bocadito de empanadas típicas de su país. Con una sonrisa amplia acompaña el son caribeño que lleva en el habla. Cuenta que vive en Argentina hace cinco años y que forma parte de la feria hace tres; y que gracias a este espacio es capaz de mantener a su familia y que incluso pudo pagar un viaje de visita a su entrañable Caracas.
“La feria nos cambió la vida. Estamos agradecidos por esta fuente de trabajo que nos permitió lograr la anhelada estabilidad económica”, afirma emocionada. Esta emprendedora, que supo sobreponerse a los embates de la expatriación e insertarse en el mercado laboral de nuestro país a través de su vocación en la cocina, es un ejemplo del impacto que tiene en los trabajadores este espacio de comercio justo y consciencia. Para esta comunidad, los valores agroecológicos y el compromiso fueron la clave del crecimiento.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
Además en ETER DIGITAL:
Consumo de alimentos procesados: el tabaquismo del siglo XXI
SOCIEDAD
Cómo fue la toma de estudiantes en defensa de la UNTREF
En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.

En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.
“Universidad tomada” advierte una bandera en la puerta de la Sede Lynch de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Son las ocho de la noche de un miércoles de octubre en el barrio de Sáenz Peña y la vereda de la sede abunda de información.
Una clase abierta donde los alumnos sentados en ronda en pupitres azules escuchan atentamente al docente. A metros, estudiantes se reúnen distendidamente algunos de ellos con sus mochilas, mientras otros cargan bolsas con acolchados y sábanas para pasar la noche en su casa de estudios.
La UNTREF se encuentra tomada con vigilia hace exactamente siete días luego de la Resolución Interclaustro -realizada el 10 de octubre de 2024- donde participaron docentes, no docentes, estudiantes y graduados.
La decisión fue una toma organizada que garantice la continuidad de las clases y que incluya un plan de lucha para visibilizar el reclamo presupuestario por las universidades nacionales. “Estuvimos todo el fin de semana organizando el cronograma, nos acostamos a las 4 de la madrugada para levantarnos a las 7”, comenta Lucho Borzatto, estudiante de la Licenciatura en Logística e integrante del centro de estudiantes.
A lo lejos se escuchan los murmullos de otra clase abierta que sucede en el sum del edificio, donde se encuentran el buffet y la fotocopiadora. Las luces son tenues porque el docente proyecta diapositivas para el desarrollo de la clase. En simultáneo, alumnos salen de sus aulas, algunos vuelven a sus hogares, otros se reúnen en allí o en la vereda para pasar parte a sus compañeros sobre su desempeño en los parciales. Las paredes del establecimiento aún conservan afiches pegados de otras cátedras y no faltan los carteles con consignas como “No caímos en la universidad pública, la elegimos”.
“La gente camina como un caballo por acá, no habitamos la universidad, muchos venimos a cumplir, siento que eso está cambiando”, comenta Lena Blanco, estudiante de la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura mientras toma el último sorbo de mate. Está sentada delante de la bandera de su carrera que pintaron para la Marcha Federal Universitaria de abril. Además, expresa su sorpresa al ver la cantidad de carteles pegados en las paredes: “Antes no se podía poner nada, no encontrabas ninguna expresión más que las típicas que hay en los baños”.
Alrededor de 200 alumnos de la UNTREF se organizaron y formaron comandos divididos en distintas áreas. “Tomar la universidad no es joda”, indica Lucho y agrega: “Requiere de mucho trabajo y sacrificio”. Y así es, los comandos se dividen por área: prevención y logística, agenda cultural, documentación audiovisual, comidas y alimentos, higiene, prensa y comunicación, entre muchas más. De esta forma, se suman a los cientos de miles de estudiantes involucrados en el plan de lucha a lo largo y ancho de todo el país.
A partir del veto del Presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, las tomas en las facultades brotaron como pasto después de la lluvia. Un relevamiento de la FUA (Federación Universitaria Argentina) indicaba en ese entonces que ya eran más de 30 edificios tomados, mientras que asociaciones civiles como Argentinos por la Educación afirmaban más de 80.
Incluso fue un momento donde algunas universidades fueron tomadas por primera vez, como fue el caso de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La amenaza por el desmantelamiento de las universidades nacionales puso en alerta a todos los estudiantes en cada rincón del país y los convocó a organizarse para defender su futuro.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
Además en ETER DIGITAL: