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Tiffany del Mastro: “La decisión de viajar por el mundo fue una apuesta a mi forma de hacer periodismo”


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La joven influencer que comparte noticias en criollo por redes sociales cuenta la razón por la que dejó el país para vivir en Australia y comunicar con su propio estilo.


A un año de haber llegado a Australia, luego de renunciar a Clarín para dedicarse al periodismo móvil y viajar por el mundo, Tiffany del Mastro, conocida por sus noticias “en criollo” y sus “Tiffacts”, desde la localidad costera de Byron Bay dialogó con ETER digital sobre su decisión de irse de Argentina, su aventura en el país oceánico y cómo esta elección fue una apuesta a su propia forma de comunicar en redes sociales.

—¿Cómo descubriste tu faceta periodística en las redes sociales?

—Fui pasante pasante en Clarín durante un año y medio en el suplemento Zonales y a los dos meses me volvieron a contactar para trabajar en el equipo de redes sociales. Eso me fue llevando a conocer esta faceta mía, porque eran 8 horas todos los días trabajando en redes para comentar las noticias. Una de mis primeras coberturas fue la muerte de Maradona. 

—¿Qué fue lo que te impulsó a dejar un trabajo fijo para dedicarte al periodismo móvil y viajar por el mundo?

—La decisión de irme de Clarín iba a suceder más allá de si yo me venía o no a Australia. Fue una apuesta a mi propia forma de hacer periodismo. Mi pareja ya me venía mencionando que quería dejar Argentina, y durante los días de cuarentena en la pandemia, me di cuenta de que las redes sociales se pueden seguir usando para informar desde cualquier lugar del mundo. Renuncié en septiembre de 2020 y a los dos meses ya estaba en Oceanía.

—Hablanos de tus resúmenes en criollo…

La sobreabundancia informativa y la cantidad de creadores de contenido hace que estemos constantemente inmersos en las noticias. Sin embargo, están muy fragmentadas. Primero me informo, recopilo información, pongo todas esas noticias en orden y las explicó en un video corto como si fuese un cuento.

¿Mientras viajás es necesario poner ciertos límites entre el disfrute y la creación de contenido?

—Estoy aprendiendo a hacer un equilibrio entre lo que quiero vivir y compartir. Eso me está pasando con Australia, mucha gente me pide que comparta información de cómo es la vida en este país, y creo que recién ahora que pasó un año puedo empezar a hacerlo. Primero me parece importante vivirlo, reflexionarlo y después contar la experiencia. 

—¿Viajar por el mundo y conocer diferentes culturas hizo cambiar tu perspectiva periodística?

Mi labor la ejerzo de la misma manera, pero me cambió la perspectiva humana y por ende la periodística. Estoy segura y quiero creer que hay un tinte diferente, más reflexivo. Viajar te abre la mente, conocés otras culturas y te permitís atravesar por distintas ideologías y estilos de vida. La realidad de uno no se replica exactamente en todos los países.

—En el contexto de periodismo móvil, ¿cómo te adaptás a los diferentes entornos?

Cuando uno se quiere involucrar siempre hay algo incómodo, porque nada es sencillo. Cuando viajé a Bali, fuimos a un santuario y tuvimos que ponernos una túnica para sumergirnos en el agua y “limpiar los pensamientos”. Es un contenido espectacular para mostrar, pero decidí no compartirlo en redes.

—¿Por qué tomaste esa decisión?

Me parece una falta de respeto estar haciendo ese ritual y grabarlo. Capaz es incómodo ponerse una túnica para entrar al santuario, pero lo hago con esa incomodidad de asombro y curiosidad. Estoy agradecida de permitirme vivenciar esas incomodidades porque es ahí donde aprendo. 

—¿Cuáles son las diferencias entre vivir en Australia y en Argentina?

—La diferencia es que acá en Australia estoy conectada con la naturaleza. Estoy en una selva, escucho el canto de los pájaros, puedo ir a la playa, volver y ponerme a generar contenido. Camino todo el tiempo, porque no uso el auto, y además practico mi inglés, ya que lo utilizo para poder comunicarme.

—¿Y la forma de trabajo en el país?

Acá se valora mucho el oficio. Yo amo Argentina y mi plan posiblemente sea volver, pero noto que hay una gran diferencia en cuanto a la calidad de vida. Es muy distinta, acá trabajando de un oficio con un sueldo mínimo, como lo hago yo en la construcción, por hora se ganan 29 dólares australianos y en la comparativa con pesos argentinos es un montón de dinero.

—¿Creés que el periodismo va a seguir mutando en el futuro? 

Pienso que podría ser inmersivo y automatizado con avatares que te cuenten las noticias. Se me hace que va a estar relacionado a más sentidos, como el olfato y el tacto, que por ahora no los tenemos asociados a la hora de informarnos. Espero que no nos implanten chips porque podría ser muy peligroso.


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