La periodista habló con ETER Digital sobre su carrera en los medios de comunicación, su militancia y su futuro.
Ella conoce a cientos de famosos. Empezó militando en el peronismo durante la última dictadura militar y luego se dedicó totalmente al periodismo. Pasó por los diarios Popular, La Nación, Clarín, revista Caras, Para Tí, Super Humor y El Gráfico. En la década del 80 fue un boom mediático al entrevistar al ex dictador Alejandro Lanusse. Tras eso, ingresó en el mundo del espectáculo televisivo y nunca lo dejó. Además, es socióloga y ha escrito varios libros como “Las que mandan”, sobre las mujeres con poder en Argentina, y “Jorge Antonio”, sobre el empresario, asesor político y hombre clave en la historia del peronismo, entre otros. Hoy se la puede escuchar en Radio Nacional todos los jueves a las 19 y ver en Canal 9 en el programa Bendita TV. Ella es Any Ventura. “Me voy a morir haciendo radio o televisión”, sentenció.
-¿Qué se siente ser la última periodista que entrevistó al ex dictador Alejandro Lanusse?
-Casi fui la única. Él no daba muchos reportajes. Durante todo un año lo llamé todos los lunes. Yo quería saber qué pensaba de (el expresidente Juan Domingo) Perón y de la democracia. Después de mucho tiempo, me aceptó la nota y me morí de la emoción. Fue un boom y la levantaron en todos los diarios y revistas de la época.
-¿Qué te enseñaron todos estos años de trabajar en los medios de comunicación?
-Aprendí que se trabaja en equipo en todos lados, ya sea radio o televisión. En la radio, dependés del operador y del productor. En la gráfica, es clave el editor. En la TV dependés de muchas cosas, pero sobre todo de la maquilladora en la parte estética y luego, que Dios te ayude.
-¿No influye el ambiente?
-Los ambientes los creas vos. Podés crear un grupo de amigos, hacer un espacio de empatía o no. Depende de vos, de tu buena onda y si tratás bien a la gente. Es fundamental ser generoso. Y si sos conductor, al tener un lugar de privilegio, tenés que ceder espacio a los columnistas, tenés que saber lo que querés y tener una forma agradable de decirlo para no crear rispideces.
-¿Alguna vez te tocó trabajar con un mal conductor?
-Sí, trabajé con periodistas consagrados que, al ser egoístas, me han descalificado. Les da rabia que vos seas inteligente o que sepas qué decir. Es muy difícil la co-conducción.
-Comenzaste tu carrera periodística en La Opinión desde muy joven, ¿hoy con 74 años querés seguir en la escena comunicacional o estás más cerca de un retiro?
-No estoy para el retiro, me voy a morir haciendo radio televisión o streaming. Ahora estoy para hacer podcast, cualquier cosa. En Radio Nacional estoy realizando el documental “40 años de democracia, 40 personajes”, hice 30 hasta ahora.
-En la época en que arrancaste en los medios estudiabas Sociología en la Universidad de Buenos Aires, ¿por qué elegiste esa carrera?
-Tenía ganas de hacer psicología, pero también tuve una posición política y me parecía que la psicología me dejaba en un lugar muy individual. Entonces, en ese momento me pareció que la sociología era como la respuesta a estudiar la sociedad, entenderla y no ser tan individualista.
-¿Esa idea es la que te llevó a militar en el peronismo?
-Empecé a militar en la Universidad porque sentía que los estudiantes, que eran todos de izquierda, hablaban de la Guerra de Vietnam, del Partido Comunista y de cosas que no tenían que ver con la Argentina. Nadie debatía sobre lo que pasaba en el país en ese momento, de la dictadura. Así que me acerqué a lo que en esa época se llamaban las Cátedras Nacionales, que en general eran más de la línea nacional y popular y remitían a la CGT (Central General de Trabajadores) y ahí, en la Facultad, conocí a su dirigente Raimundo de Ongaro.
-Y años más tarde escribiste y publicaste un libro sobre Jorge Antonio, el empresario y dirigente político encargado de recibir a la gente que entraba a Puerta de Hierro, la casa donde se refugió el Perón cuando se exilió en España tras el golpe de Estado, ¿cómo fue realizar ese libro basado en conversaciones con él?
-Fue bárbaro. Jorge Antonio había vuelto de España. Era un personaje misterioso. Fue la persona que sirvió de intermediario para que Perón conociera a Evita. Él conocía como a nadie el peronismo, entonces le ofrecí el tema de hacer un libro, me dijo que sí y fui muchas veces a la casa a entrevistarlo. El libro salió justo en el momento en que volvía la democracia.
-¿Deseás volver a realizar otro libro o esa etapa ya finalizó?
-Me encantaría. Todavía no tengo ni el tiempo ni la mentalidad, pero me encantaría no morirme sin haber escrito una novela que cuente una historia de vida.
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