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“TODOS LOS TALENTOS SE ESTÁN VOLCANDO AL CINE”


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Todo barrio esconde personajes entrañables. Cora Roca, profesora de teatro e investigadora teatral no es la excepción. En pocas palabras resume el espíritu de Caballito y los pormenores del teatro de hoy.

Por Nicolás Gómez Ivaldi

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Cora Roca tiene 70 años (pocos más, pocos menos, quizás nunca revele su edad). Profesora de actuación e investigadora teatral, ganó el Premio Nacional de Ensayo por su libro sobre su mentora: HedyCrilla. La entrevista se da en un Bonafide de calle Corrientes, a pocas cuadras del estudio que alquila para dar clases de teatro. Ella vive en undepartamento de una casa chorizo por el sur de Caballito.

-¿Cómo es que llegó a Caballito?
Mi marido vivía ahí. Era unazona muy apacible. Ahora no es más así. Ahora es un barrio con ínfulas de pituco, con restaurantes de sushi, lleno de gente, detorres con pisos, de cuatro por cuatro,de motos. Ya no hay más un barrio, sino el recuerdo de un barrio.

-Si se pudiera mudar, ¿lo haría?
Lo que pasa es que no hay dónde. A mí me gustan las casitas bajas, esa cosa de la colonia, ese trazado que hizo Garay. Es una ilusión, es algo que no existe más. Por otro lado es una necesidad romántica mía. Pero no deja de ser una escenografía, la realidad es otra.

-En un momento dio clases en su casa y después dejó. ¿Por qué?
En un barrio, uno tiene una contención: todos se conocen, saben quién sos, quién no. Hay una protección de pertenecer. Pero en la medida que la cuidad empezó a crecer, todo empeoró, más con el tema de la inseguridad. ¡Ojo!, que no es sólo de la Argentina. Con todo, éste es uno de los países más seguros. En Colombia no estaríamos así, tomando un café, con las puertas abiertas y sin policía, sin nadie con un rifle en la mano.

-¿Y cómo surgió su vocación por el teatro?
Empezó con los espectáculos de la primaria, las fiestas patrias. Eso de estar en un lugar, con luces, y decir un poema, aunque no fuera uno muy lindo, me conmovía. Lo mismo me pasaba cuando cantaba en el coro. Después fui al Conservatorio de Declamación y Arte Escénica, que pertenecía al Conservatorio Nacional de Música. Había materias muy bien dadas, pero la de actuación era un horror.

-¿Y cómo se formó, entonces?
Entre todos los estudiantes buscamos a una maestra que no fuese la típica española de declamación, y encontramos a una que hablaba alemán y que era chinchuda:HedyCrilla.Ella fue la que creó el lenguaje argentino de actuación a través del método de Stanislavski.

-¿En qué momento decidió dedicarse de lleno a la enseñanza en vez de actuar?
Actuar me sigue gustando muchísimo, pero el precio por actuar de lo que a mí me gusta es muy alto. Ser independiente es producir uno mismo su proyecto de actuación. Y eso es agotador. Tenés que conseguir un director, algún subsidio, convenís la sala, hacés el espectáculo y recién ahí recién comienza el caos: (Alzando la voz) Salir a buscar el público. ¡Ese es el tema!

-Entonces, como actor o actriz, ¿es preferible buscar un camino más comercial?
También es una frustración. Pienso, por ejemplo, en otros actores de mi generación que siempre permanecieron conectados para ver quién los llama para hacer un papelito. ¡Te amargas la vida!Podés esperar dos, tres años y nadie te llama. Tampoco es vida eso. Las dos situaciones son muy difíciles, pero creo que todo el arte es así. El verdadero éxito de un trabajo creador es que se una la necesidad de crear con un público al que realmente le guste lo creado.

-Para usted, ¿hay buenos directores y dramaturgos?
(Silencio) Hay algunos muy buenos, pero no son suficientes. Igual ocurre conlos directores.El problema del teatro argentino es que hay muy buenos actores, pero pocos directores y autores. Por otro lado,el cine argentino es bárbaro. Hoy se hace un cine donde se expresa la situación personal y política del país. Y en el teatro eso no se ve ahora, no al menos en cantidad.Tampoco en la literatura. Creo que todos los talentos se están volcando al cine.


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