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TRÁFICO ILEGAL DE ANIMALES


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El comercio de fauna silvestre se encuentra tercero entre las actividades ilegales que mueven más dinero a nivel mundial, solo detrás de las armas y de las drogas. En la Argentina, este flagelo atenta contra las especies en extinción y mueve millones de pesos al año.

Son los cazadores locales que capturan los animales autóctonos para venderlos por poco dinero a quienes finalmente hacen la comercialización final. Son ellos quienes obtendrán la mayor ganancia de la trama. La pirámide comienza en las provincias pobres del noreste, donde la captura de estos animales garantiza la subsistencia a sus habitantes.

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El engranaje continúa con la exportación o con el circuito interno del tránsito. La salida del país tiene como destino principal países de Europa, donde son vendidos como animales exóticos de Sudamérica. La ruta local termina en ferias, veterinarias o cotos de caza, según la especie, pero siempre en detrimento de la conservación de diversidad animal.

El caso emblemático es el del yaguareté. Se estima que quedan 250 ejemplares en todo el país y es el valor de su cuero el causante de esta amenaza para su especie. Su distribución está monitoreada por la Red Yaguareté, una organización que lucha contra su matanza y trabaja en conjunto con la autoridad nacional de Ambiente. Es esa cartera la que tiene la potestad de decomisar los ejemplares y articular con la justicia para condenar, con multas de hasta $300.000 pesos a sus comerciantes.

Las aves en extinción batallan contra dos públicos: los coleccionistas excéntricos y las casas de familias. Las especies más buscadas son jilgueros, cabecitas negras, sporophilas (semilleros) y pericos comunes. La lechuza es una de las especies que llaman la atención por su destino, en algunos cultos religiosos, representa la muerte y se relaciona con un lado oscuro por lo que sus compradores las utilizan para matarlas en rituales.

Según la Dirección de Fauna Silvestre del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la tortuga terrestre se encuentra en el primer puesto del ranking de las especies más traficadas, le sigue el loro labrador, en tercer lugar el tucán y es el flamenco y las aves pequeñas quienes se llevan el cuarto y quinto puesto.

Entretanto, cada 10 animales capturados, solo uno sobrevive. Ricardo Negreira, a cargo de la Coordinación de Fiscalización de la Dirección de Fauna Silvestre del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación describió cómo son encontrados los animales: “Se encuentran en condiciones realmente patéticas, tienen un maltrato animal terrible, están hacinadas en jaulas”. Esta realidad no solo impacta en el circuito de compra y venta como una situación particular que moviliza a los amantes de animales, sino también la fauna autóctona y las especies en extinción.

La Dirección de Fauna Silvestre interviene en el decomiso y articula con pares de la justicia y ONGs que se dedican a curar y rehabilitar a los animales que llegan después de un operativo. Tal es el caso de Fundación Temaikén, que según Negreira, “tiene un buen control veterinario lo que lleva a un buen índice de recupero y de liberación”.

Carolina González es cuidadora de la Curadoría de Aves en Temaikén y las recibe después del cautiverio ilegal: “Trabajamos muy duro en lo que es la rehabilitación para poder llevarla a cabo junto con los veterinarios, los biólogos, los nutricionistas y los cuidadores”. Y enfatiza “todos podemos hacer algo para evitar el tráfico de fauna y es no comprar cuando vemos a los animales” y recuerda que “lo más importante es poder apreciar a los animales en su hábitat, o sea, la naturaleza”.

Decomisaron 118 aves y y 2 reptiles

Más de 120 animales fueron decomisados en los alrededores de la Feria de Pompeya en un operativo que se realizó en mayo pasado. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación en conjunto con el Cuerpo de Investigaciones Judiciales de Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo del fiscal Matías Michienzi, y el Ministerio de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires abordaron un operativo en el que 118 aves y dos reptiles fueron decomisados.

El procedimiento se llevó a cabo en Pompeya, en avenida Sáenz y avenida Perito Moreno, luego de investigación encabezada por la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación. El Ministerio trabaja para combatir el tráfico ilegal de animales en el marco de la ley 22.421, que establece la conservación de la fauna silvestre.

A las 10.30 de la mañana comenzó el operativo, que contó con 15 brigadas y 40 uniformados de la Policía Metropolitana, funcionarios de la Dirección de Fauna Silvestre y del Ministerio de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quienes intervinieron por la venta informal en la pública.


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