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UN DIA EN EL TRABAJO DE UN CARTONERO


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ETERdigital acompañó a un grupo de recolectores que reciclan basura en el microcentro porteño.

Por Juan Parisi

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El colectivo esperaba en la esquina Roberto Arlt y Baradero en Villa Fiorito, partido Lomas de Zamora. Habíamos llegado tarde porque Rosana Beatriz Lastra nos mostraba el merendero que, a puro amor y voluntad, manejan ella y su esposo, Eduardo Rafael Faria. Más tarde, en la avenida Corrientes frente a la puerta de un local Farmacity junto a un contenedor de basura a él se le escaparán unas lágrimas: “Nosotros fuimos muy sufridos, sabemos lo que es pasar hambre, por eso yo quiero el día de mañana ver pasar a alguien y que le diga sus hijos acá yo venía a merendar y esa señora y ese señor me daban la leche todos los días”.

“Esa señora y ese señor” son una pareja de cartoneros. Se dirigen a Capital Federal junto con un grupo de 40 recolectores, personas de entre 18 y 60 años. No solo los martes a la tarde trabajan: los demás días, a excepción de los fines de semana, a las 5 de la tarde salen en un colectivo y un camión desde Villa Fiorito hasta Plaza Lavalle, enel barrio de San Nicolás, Capital Federal. Ellos luchan para que el gobierno de la Ciudad los reconozca como una cooperativa y así poder obtener beneficios como una paga mayor, una obra social y un uniforme. Hoy están anotados como “grupo de cartoneros independientes de la Plaza Lavalle” y cobran un incentivo de 2700 pesos, más una provisión limitada de gasoil. Para tener los pocos privilegios de los que gozan ahora, tuvieron que ir al Ministerio de Trabajo y reclamar durante un año y medio, para que se los considere trabajadores. Antes, la única ganancia que obtenían de reciclar la basura era la de las papeleras. “A nosotros nos llaman la ruta fantasma -me comenta uno de los chicos- , no nos quiere nadie”.

Ruta porque así se denomina al grupo de trabajadores que tienen un colectivo y un camión para depositar los residuos; fantasma porque son los únicos que el gobierno de la Ciudad no designó en una cooperativa.
Llegamos a Plaza Lavalle. Los transportes frenan sobre la calle Viamonte, esquina Talcahuano. Ese será el punto de encuentro para regresar. Ya son un poco más de las 6 de la tarde; el día sigue nublado pero la lluvia paró. La gente baja de los vehículos y empieza a recoger los bolsones con sus respectivos carros. Algunos, los más precipitados, se desvían hacia un contenedor cercano en busca de cartón, vidrio, papel o algo que le genere provecho. Uno tuvo suerte, encontró unas sandalias para su mujer.

Hay una regla establecida en el grupo: la primera es que nadie recoge los materiales de la zona de recolecta de algún compañero; la segunda es que a las nueve de la noche todos tienen que estar ahí para ayudarse a subir los bolsones. Bajadas ya las bolsas gigantes, se van. Se meten en el laberinto de la ciudad para perderse entre las calles.

Lastra y Faria hacen juntos siempre el mismo recorrido. Hay un Carrefour que se en Talcahuano al 400. Ahí va ser el primer lugar donde Rosana va a recolectar. Rafael no entra. Quiere aprovechar el tiempo para buscar los papeles de la librería de enfrente. Mientras tanto, los empleados del supermercado ya la conocen. Los que están sin mucho trabajo interrumpen lo que están haciendo.

Le acercan las cajas de cartón hasta la puerta y se despiden. Ella cruza la calle para poner el desecho en el bolsón. Su esposo la ayuda. La próxima parada: una cafetería Havanna a la vuelta del Carrefour sobre la calle Corrientes al 1225. La mecánica es la misma: si los empleados están desocupados van hasta el depósito y le alcanzan los materiales en desuso hasta la puerta. Él no entra pero nuevamente ayuda a su esposa a poner el material reciclable en el bolsón. El último lugar es Farmacity frente a Havanna. Ahí esperan afuera hasta las ocho y media, hasta que los empleados saquen los cartones y los papeles de ese lugar. Fue en ese lapso de tiempo que Faria recordó sus pesares: tener que trabajar desde chico para llevar el pan a la mesa o, peor aún, presenciar la discusión de sus padres porque no había para comer. En ese momento fue cuando se sensibilizaron. Ellos no quieren que ninguno de los chicos de la zona de Villa Fiorito pase por la misma necesidad y por eso manejan el merendero. Se sienten resentidos porque se jactan de que no hay un aporte de la gente; que se ignora la realidad y que se estigmatiza mucho.

Cuando terminan de cargar todo en Farmacity, nos dirigimos al punto de encuentro. La hora se va acerca y poco a poco van llegando los recolectores. En el medio de la noche se divisan pequeñas siluetas humanas con sus carritos. A medida que se acercan más, la figura se aclara y se empiezan a ver los rasgos distintivos del cuerpo de la persona. Una vez que están todos los integrantes del grupo llega el último trabajo: subir los bolsones al camión. Este cometido lo hacen los hombres.

Las mujeres solo son espectadoras. Algunos suben los bolsones; otros que se encuentran arriba del vehículo van ordenando las cosas de tal manera que haya lugar para todos. Si las bolsas son muy pesadas requieren de la ayuda de hasta seis personas para ser subidas al camión. Concluida la tarea casi todos se suben a los vehículos.

Rosana me pregunta antes de despedirse qué conclusión saqué de toda la experiencia. Mi respuesta, por más verdadera y sincera, fue insuficiente: “La realidad es muy dura”. El camión arranca los motores, Rafael lo maneja. El otro vehículo sigue su mismo curso. Faria me despidió con un bocinazo y me saludó con las manos. Los vehículos desaparecieron en Viamonte y Suipacha. Se esfumaron, como fantasmas.


COMO COLABORAR CON EL MERENDERO PLAZA LAVALLE

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Rafael y Rosana manejan el merendero a voluntad desde hace dos años con el único objetivo de que los chicos puedan tener la merienda todos los días. Está ubicado en la calle Roberto Arlt 2436 entre Baradero y B. Figueredo, Villa Fiorito. Lo que más necesitan son chapas para mejorar el techo, alimentos, útiles y ropa. Podes dejar tus donaciones en la escuela y ellos pasan a retirar las contribuciones. Si tenes alguna duda podes acercarte a su página de Facebook Merendero Plaza La valle o contactarte al 1564969004.


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