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UN NUEVO ALIADO PARA LOS PADRES


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Miles de padres cansados de correr con las actividades de sus hijos, de ser ignorados al querer localizarlos, de tener que actualizarse con el material educativo de sus menores acuden a la tecnología y a la gran variedad de aplicaciones que los escolta como un buen auxiliar a la hora de su crecimiento.

Por Denise Lanusse

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Una escena de todos los días en cualquier familia: un padre o una madre quiere tener noticias de su hijo. Del otro lado, jóvenes que se “cuelgan” y prometen llamados que nunca se hacen. La angustia, el miedo a la inseguridad y la incertidumbre amenazan a los mayores. Hartos de no tener respuesta, de dar mil oportunidades, los padres utilizan esta aplicación para controlar y poner límites a hijos rebeldes.
Esta aplicación de configuración sencilla se llama “Ignore no More”, y funciona bloqueando el teléfono cuando el dueño del aparato no responde las llamadas entrantes de los padres, quienes serán los únicos capaces de proporcionar el código de desbloqueo.
La idea fue realizada por Sharon Standifirid, una madre preocupada, y desarrollada por la corporación Mountaineer Technology Ventures. Esta disponible por $14 para Android y si el propietario no se pone en contacto con sus padres no podrá acceder a Internet, juegos, mensajes de textos o usar otras aplicaciones. Bautista Juaréz, un joven de 17 años del barrio de Colegiales, comentó: “Mis viejos me vuelven loco adonde estoy, me persiguen son un faso. Llegué a sacar el horario del whatsapp para que no me vigilen y no sepan cuál fue la última vez que me conecté”.
“Qustodio” es otra aplicación que protege sobretodo a los adolescentes. Establece limites para un uso responsable, bloquea contenidos inapropiados o peligrosos y descubre signos de ciber acoso.

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El traslado en los menores es clave a la hora de poner limites y el tema de eternas discusiones en la familia. Chicos que se sienten grandes, con necesidades de probar sus límites, de libertad, se trasladan a grandes distancias solos o con amigos de su edad que carecen de decisión. Con esta aplicación se solicita un viaje por internet, fácilmente se establece el punto de recogida en el mapa, la posibilidad de conectarse con el chofer y chequear el traslado. En particular los padres recurren a estas aplicaciones para llevar a sus hijos adolescentes a eventos deportivos o fiestas. Es una tendencia creciente en especial entre alumnos secundarios. En mayor, la compañía lanzó en New York un servicio llamado UberFamily que da a los padres la opción de pedir un auto equipado hasta con silla para bebés.
Un representante de Uber declaró: “Para la mayor parte de compañías de consumo llegar a los adolescentes, los clientes del futuro sigue siendo un desafío, tal vez el más importante”.
En la etapa escolar, gracias a la aplicación “Baby Notez”, los padres pueden seguir el estado de sus hijos en centros educativos y así estar en contacto con los profesores y ver un informe del estado de su educación.
Montserrat Fidalgo, madre de Lucía de 12 años, dice: “Muchas veces mi hija me pide ayuda en problemas matemáticos. Gracias a estas aplicaciones puedo entender el desarrollo del problema y luego explicárselo. Cuando tengo dudas estos instrumentos tecnológicos son muy útiles para nosotros”.
Las herramientas que los padres pueden utilizar se multiplican exponencialmente todos los años y las ingeniosas propuestas descolocan a cualquier individuo.
La tecnología esta del lado de los progenitores que no tienen una tarea fácil. Los hijos no vienen con un manual y hoy, en la era digital, las aplicaciones dan un gran soporte. A la hora de seleccionar, la elección es difícil por la cantidad y la sofisticación de las propuestas.
Una encuesta de Microsoft concluyó que el 80 por ciento de los jóvenes entre 11 y 18 años navegan en Internet sin la compañía de sus padres. La recomendación de los especialistas es que éstos estén al tanto de con quién se contactan y de con quién hablan, pero no necesariamente conocer los diálogos.
En la adolescencia, puede surgir una fricción importante entre padres e hijos. Por eso aconsejan la supervisión más que el bloqueo y educar al menor haciéndole ver los riegos, insistiendo que el control parental tiene como objetivo su propia seguridad y no sentirse espiados que llevaría a debilitar la confianza.


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