Velatropa es una de las 300 eco-aldeas que existen en Sudamérica. Está en Ciudad Universitaria y resiste un intento de desalojo. “No somos ocupas, somos protectores”, dicen.
Por Emiliano Biani
En medio del ruido de los autos que circulan por la avenida Lugones, que se mezcla con el del ferrocarril Belgrano Norte y las turbinas de los aviones del Aeroparque Jorge Newbery, se puede encontrar la tranquilidad. A escasos metros del Pabellón 3 de Ciudad Universitaria, y a través de un camino de tierra que sigue más allá del amplio estacionamiento, se llega a la comunidad Velatropa, un autodenominado Centro Experimental Interdisciplinario donde habitan unas veinte personas que se consideran “protectores de la tierra”.
La aldea tiene unas diez casas hechas con madera, adobe, piedras y barro, una cocina donde se abastecen a diario y “El círculo”, lugar donde se juntan todos los días para la toma de decisiones. “Acá no hay un líder ni dirigentes, la que manda es la naturaleza”, cuenta Maxi, un joven tandilense que vive en Velatropa hace seis meses.
Las reuniones en “El círculo” se dan a diario, aunque para distribuir las tareas existe un espíritu libertario. Uno de los lemas es: “Si hay una tarea, hacela. Mejor arrepentirse que no hacer nada por la tierra”. Las decisiones más importantes se toman en las “Reuniones de luna”; se rigen por el calendario maya y cada cambio de luna les indica cuándo sembrar. Lo que genera la siembra se vende en el Mercado de Liniers, aunque los aldeanos no viven de ello. Varios tienen sus trabajos o estudian.
Existen otros espacios de recreación como “La alfombra voladora”, una esterilla sujetada entre dos árboles hecha con alambres, hilos y pasto sintético. También hay un lugar exclusivo para la música y donde improvisan bajo el sol con guitarras y un saxofón. Existe, además, “El mirador”, un lugar con vista al Río de La Plata y donde se planea hacer el “Puerto aldeano”, un espacio para el acceso libre a la navegación.
Los carteles que indican el camino hacia la aldea dicen Pasa nomás, Copate y No tengas miedo. Velatropa (Tropa de luz) es parte de un sistema de más de 300 eco aldeas que existen en Sudamérica. Por este motivo es reconocida en el país y da hospedaje a muchas personas de cualquier parte del mundo que están de paso por la Ciudad de Buenos Aires.
No obstante, los terrenos donde se sitúa Velatropa pertenecen a la Universidad de Buenos Aires y están en disputa. Hace veinte años que los aldeanos vienen recuperando ese lugar que había quedado abandonado durante la última dictadura, cuando se paralizó la construcción de los pabellones 4 y 5 de Ciudad Universitaria. Durante la década del noventa hubo algunos asentamientos y luego se formó un basural. Entonces, los aldeanos comenzaron a limpiar y sanear el lugar, y se conformaron formalmente como comunidad en 2007. Sin apoyo estatal lograron reservar el espacio y ahora procuran cuidarlo de la UBA, que intenta construir allí un estacionamiento y los acusa de ser “ocupas”.
“No somos ocupas, somos protectores”, aclara un integrante de la comunidad desde hace ocho años. “Nos están cercando y nadie hace nada –dice una joven que prefiere no revelar su nombre-. Vivimos con cuidado de que no entre ningún intruso que intente destruir lo que hicimos y aguantamos para cuidar el lugar.”
En junio pasado, el Rectorado de la UBA intentó desalojarlos con personal de seguridad privada de la empresa High Security, pero los aldeanos, que denunciaron “represión” con complicidad de la Policía Federal, impidieron el avance. Desde ese entonces viven en alerta e implementaron varios sistemas de seguridad. Cada vez que escuchan un sonido o ven a alguien sospechoso, uno de ellos grita “cucui” y el otro debe responder con el mismo grito para avisar que todo está en orden.
Durante el año se realizan varios talleres, desde teatro hasta lucha greco romana, cocina, circo y huerta. Por el predio circulan muchos ciclistas y por eso también se hacen bicicleteadas en un circuito hecho en el territorio. También organizan festivales y en junio celebran el aniversario de la aldea. Todos son bienvenidos, como define Maxi: “Velatropa simplemente es un lugar hermoso”.
RT @EscuelaETER: Una tropa de luz frente al río
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