SOCIEDAD
Las apuestas online entre los jóvenes como el nuevo peligro emergente
Durante los últimos años las apuestas online lograron penetrar en los adolescentes, aunque todavía no hay datos oficiales que acompañen la problemática.

Durante los últimos años las apuestas online lograron penetrar en los adolescentes, aunque todavía no hay datos oficiales que acompañen la problemática.
Durante el 2020, la pandemia por COVID-19 y la cuarentena obligaron a que todo el mundo se quede en sus casas. Muchos comercios permanecieron cerrados. Incluso por primera vez, en un largo tiempo, los casinos tuvieron que cerrar sus puertas, lo que significó un gran cambio de paradigma para muchos apostadores.
En febrero del mismo año había sido aprobado el juego online por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de manera que las formas de apostar diversificaron y el público que participa también. Desde entonces, la adicción a los juegos de azar comenzó a crecer.
Frente a esto, la Defensoría del Pueblo bonaerense publicó un artículo en febrero de 2023 donde remarcaron: “Ante la proliferación del juego online es necesario respaldar las distintas políticas públicas que buscan garantizar el tratamiento del juego patológico y problemático”. Además, compartieron una estadística realizada por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos que muestra que un 30% de la población tiene algún tipo de vínculo con los juegos de azar. Sobre ese porcentaje un 3,5% son considerados jugadores problemáticos, es decir, que juegan entre tres o cuatro veces a la semana, y el 1,5% son jugadores compulsivos o patológicos.

Hasta el momento, no existen más estadísticas que provea el Estado relacionadas con el juego patológico y el impacto que comienza a tener en la juventud y la adolescencia. Esto se explica por lo novedosa que es la problemática, a tal nivel que en la Ciudad de Buenos Aires aún no existen datos oficiales, aunque la Lotería de la Ciudad se encuentra preparándose.
Entre las iniciativas publicadas por la Defensoría de la provincia de Buenos Aires en el año 2022, advertían: “Debemos prestar particular atención a la franja etaria de 19 a 30 años que es la que más se encuentra expuesta ante las nuevas modalidades de juego online”. Según los últimos indicadores oficiales difundidos por la Asociación de Loterías Estatales Argentinas (ALEA), uno de cada 10 personas es un jugador/a patológico (1,6%), jugador/a con problemas (2,6%) o jugador/a de riesgo (6%).
En este sentido, la psicóloga especializada en ludopatía y directora del programa de ayuda Lazos en Juego, Débora Blanco agrega: “Ahora nos están llegando chicos de escuelas secundarias. Los docentes empiezan a preocuparse porque ven que pibes de primer o segundo año empiezan a apostar online”.
“En el caso de los jóvenes está ligado a un alto grado de impulsividad, favorecido por las tecnologías de comunicación. Estamos viendo que la adicción a los juegos de azar viene combinada con una adicción al celular”, amplía Blanco.

Por su parte, al respecto de esto, Pablo Trifiletti, jefe del departamento de Capacitación e Investigación de la Unidad de Juego Responsable de Lotería, junto con su equipo de trabajo van a colegios secundarios y brindan talleres de prevención a las nuevas tecnologías. “Tratamos de ver si los chicos pueden autorregularse o si debe haber un padre atrás. Ellos pueden estar cinco horas conectados y encuentran la forma de apostar: le sacan una tarjeta a los padres o piden plata”, explica.
Aquí surgen dos cuestiones a tener en cuenta: el fácil acceso a las apuestas en línea, producto de que simplemente con tener un celular y bajarse una aplicación ya podés apostar y, por otro lado, el mercado ilegal que le da lugar a los menores de edad para que participen de este tipo de juegos.
Al respecto de la fácil accesibilidad y retomando la adicción al celular, Blanco cuenta cómo es el tratamiento para quienes padecen ludopatía: “Antes de las apuestas online, la familia del jugador tenía que manejarle la plata, ahora se le sumó que no pueden tener celular, porque ahí tienen la apuesta al alcance de la mano”.
“La ludopatía es la adicción a los juegos de azar. El jugador establece un vínculo tóxico con el juego, de modo que éste invade y monopoliza progresivamente su vida. El círculo vicioso que se va configurando es el siguiente: Juega hasta perder todo, para volver a jugar. Y juega, y pierde, y juega, y pierde, y cada vez más: juego y pérdidas”. Explicación del programa de ayuda Lazos en Juego para personas con adicciones.
Las casas de apuestas forman parte del plan de autoexclusión que cada localidad del país brinda desde sus loterías. Consta de inscribirse y solicitar que, tanto en los casinos como en las aplicaciones de apuestas deportivas online, se prohíba participar en cualquier juego de azar. De esta manera, los mayores de edad tienen la posibilidad de limitar su juego.
Pero, los menores de edad corren con un problema: su participación en las apuestas se mueve a través de un mercado ilegal que se desarrolla en páginas creadas a través de Google que permite jugar sin importar la edad o a través de grupos de WhatsApp que abren apuestas en el día. En esos casos, no existe la autoexclusión, por lo que salir del sistema es mucho más difícil.

Trifiletti dice: “Estos juegos se hicieron para crear dependencia, porque una vez que ganan algo lo apuestan nuevamente y si pierden lo intentan recuperar. Así pueden estar horas. Los chicos cuentan que se despiertan a la noche para conectarse entre ellos y apostar”.
Esta dependencia es lo que genera un gran peligro para los apostadores. Pero, no solo es un problema inmediato, sino también a futuro. Por eso, Blanco comparte: “Estos chicos que ahora están apostando fuertemente van a seguir en esa línea o se van a dar cuenta en cierto momento de que no va por ahí, porque van a ver que empobrecieron su vida y que se les acható al celular”.
Saber jugar: juego seguro, responsable y legal de la Lotería de Ciudad
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con varios programas para mitigar esta adicción. Uno de ellos es el programa de Autoexclusión, de Saber Jugar -juego seguro y legal de la Lotería de la Ciudad- que cuenta con una línea telefónica atendida por profesionales de la salud mental que atiende de lunes a viernes desde las 9 hasta las 17 horas. Ésta es una herramienta disponible para todo aquel que “voluntariamente solicite que se le impida el acceso y/o la posibilidad de realizar apuestas en cualquiera de las modalidades de juegos de azar, destreza y apuestas mutuas autorizadas”.
Así también existen distintos grupos de ayuda terapéutica que funcionan en distintos hospitales de la ciudad desde donde se trabaja en la atención a las adicciones. Blanco explica al respecto de estos centros de atención: “En la mayoría de los casos se acercan los familiares a pedir ayuda y si el afectado no termina de estar convencido del tratamiento, lo suele dejar y puede recaer”. La psicóloga del programa de ayuda Lazos en Juego enfatiza que es importante “seguir hablando de esto, porque sino el Estado no aparece y queda todo en manos de la gente”.

Si tenés un familiar con problemas de juego, podés ayudarlo. Enterate cómo en saberjugar.gob.ar o llamá a la línea gratuita de orientación al jugador problemático de la Lotería de la Ciudad: 0-800-666-6006
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“La Catedral de Francisco”
Cientos de fieles dejaron sus oraciones y ofrendas en el templo que vio pasar a Jorge Bergoglio como cardenal primado de Buenos Aires. Cómo fue la despedida al “Papa de los pobres”.

A esa hora en la que Plaza de Mayo se deja ganar por la noche y los autos iluminan junto al alumbrado público, las escalinatas de la Catedral Metropolitana se convirtieron en un altar urbano. Velas encendidas, otras ya derretidas; ramos de flores frescas apoyados sobre las columnas que tienen pegadas banderas argentinas y papales, rosarios, estampitas, camisetas de San Lorenzo y cartas escritos a mano. Sobre Rivadavia, un retrato en tiza del Papa decora el asfalto como si su figura emergiera desde ese suelo que alguna vez lo vio caminar.
Detrás de las cámaras de TV de los medios nacionales e internacionales, y de los vendedores de recuerdos sobre las escalinatas, hay un murmullo bajo que envuelve. Gente que reza, que conversa en voz baja o que simplemente está. Turistas, creyentes, algunos que no se identifican con ninguna fe. Todos llegaron allí por alguna razón. Edgardo y Jazmín, una pareja peruana que observa en la entrada de la Catedral, comenta que estaban de visita cuando sucedió la muerte del sumo pontífice. “Era muy humilde, incluso ahora, en su despedida. Esperamos que el próximo Papa siga su legado, pero sabemos que en nuestra vida no veremos otro latino”, dice ella.

Unos pasos adentro del templo, un perro callejero duerme justo debajo de la cartelera que anuncia las misas y ceremonias especiales a la ocasión. No estorba el paso. La gente lo rodea, lo mira e incluso le toman fotos como si también él formara parte de esta escena serena y devota.
Adentro, el ambiente se vuelve más íntimo. Los pisos de mármol y las paredes macizas contienen la emoción de quienes ingresan. Aquí ya no hay medios de comunicación ni vendedores ni ruidos molestos. Solo pasos lentos y un murmullo que acoge.
Al final del pasillo de la nave principal, a pocos metros del altar donde Bergogliocelebraba misas, un escritorio exhibe un libro abierto. La gente se acerca a firmarlo, a dejar un mensaje, una oración. Al lado hay un cartel escrito con letras simples: “Francisco. Recibir la vida como viene”. Detrás, custodiado por cadetes de la Policía Federal vestidas de gala, un cuadro del Papa con su tradicional túnica blanca y su cruz plateada. Al costado, la mitra y el báculo que él utilizó cuando era cardenal primado de Buenos Aires. Todorodeado de coronas de flores blancas sobreel piso.
Frente a ese altar se detiene Daniel, un joven brasileño que también reflexionó con ETER Digital sobre los desafíos del porvenir: “Francisco fue un hombre del futuro que luchó por los que no tienen voz. No creo que haya otro como él. Quien lo suceda tiene una tarea inmensa: sostener un legado difícil de olvidar”.
Sentada sobre los viejos bancos de madera, una mujer llora hasta con el cuerpo. Se tapa la cara mientras a su lado un hombre la abraza y un niño mira sin entender demasiado. La imagen se repite varias vecesen otros bancos: la del duelo compartido en familia y entre generaciones.
A pocos metros, tres hombres se detienen frente al mausoleo de José de San Martín, que esta vez tiene menos protagonismo que de costumbre. Hoy todos los ojos y gestos parecen estar dirigidos a Francisco.
El reloj se acerca a las 20 cuando los policías que rondaban por los pasillos anuncian el cierre de la Catedral. Pero afuera el recuerdo sigue. Una señora mayor, de pelo corto rojizo y mirada vivaz, camina con paso seguro hacia un móvil de televisión: es conocida como “La Señora de los Velorios”. Pero esta vez no vino exclusivamente por eso. “Yo vine hoy por él. Era una persona muy humilde. En las misas de San Cayetano saludaba uno por uno sin importar la cantidad” de gente que hubiera, recuerda. Orgullosa de que haya sido argentino, Mari reivindica la relación del Papa con su Patria: “No me molestó que no volviera a Argentina. Su misión acá ya estaba cumplida”.

La Catedral Metropolitana, la Catedral del Papa, no parece estar triste sino más bien emocionada, como si supiera que Francisco no se irá del todo. Que lo que deja no cabe en una tumba sino en los gestos, palabras, luchas y convicciones que muchos fielestomarán como bandera.
Desde la vereda hasta el altar, este lugar que alguna vez fue la casa de Bergoglio hoy vuelve a serlo. Por una noche al menos. O al menos por esta despedida, por la historia que empezó en estas baldosas donde ahora se vuelve a rezar por él.
SOCIEDAD
Sabe la Tierra: comunidad, sostenibilidad y compromiso
La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.

La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.
Va cayendo el sol en el Parque Las Heras y la primavera se hace notar con su típica brisa de la última hora de la tarde. La esquina de French y Coronel Díaz es una postal de domingo: en el frente se alzan los puestos de la feria de consumo consciente más famosa de Buenos Aires, con sus toldos blancos y sus características mesas forradas de arpillera en las que se lee su emblema: “Sabe la Tierra”.
De fondo, el atardecer. La calesita que completa el cuadro da sus vueltas finales despidiendo a los niños que ríen y juegan hasta el último minuto antes del cierre. Los feriantes siguen vendiendo. El ambiente huele a fruta, a inciensos, a la vainilla de los postres caseros que ofrece uno de los puestos. Cada sección tiene sus olores, sus colores y sus sabores, según los productos que ofrecen, y son tan intensos que parecen elaborados para que los consumidores puedan llevarse un pedacito de naturaleza a sus hogares citadinos.
Seguramente cuando Angie Ferrazzini pensó este espacio que uniría a pequeños productores, emprendedores y artesanos para conectarlos con el público, no se imaginó que terminaría gestando toda una propuesta cultural que ofrecería desde mercados itinerantes que recorren la ciudad hasta talleres de cocina y horticultura.
Hoy, quince años después, la creadora de esta organización cuenta que Sabe la Tierra recibe cada mes alrededor de cincuenta mil personas en los más de cincuenta mercados y festivales que se presentan en diferentes barrios y ciudades. “Somos un equipo de 30 personas que creemos en otra forma de producir y de consumir”, contaba en la Charla TED que presentó en Necochea en 2023.
Y agregó en esa presentación: “Se me ocurrió crear un mercado de productores donde se pudieran encontrar los productores con los consumidores, promover el bien común y generar lazos de confianza. Esta fue la idea inicial para el proyecto hace 20 años”.
Como suele suceder con los grandes soñadores que cambian realidades, Angie comenzó a vivir su sueño en su propio jardín: no contaba con el capital necesario para sostener una gran exposición en un centro de convenciones como habría querido por ese entonces, pero eso no la detuvo. Con el propósito firme y la visión clara, esta exponente de la cultura naturista convirtió su casa en el espacio que sostendría el puente entre las dos puntas del mercado sustentable: productores y consumidores. Hoy, ese mismo puente se extiende a lo largo de trece locaciones distribuidas por todo el país.
“Venimos porque nos gusta comprar productos orgánicos y porque nos encanta el ambiente de la feria”, dice Candela, una joven que pasea con su familia y se detiene en cada stand observando con atención los productos exhibidos. Como ella, muchos de los clientes que visitan el lugar son fieles a la filosofía de la organización, que tiene seguidores desde sus inicios, cuando solo podía encontrarse en su primera locación formal: la estación San Fernando del Tren de La Costa. Desde allí fue expandiéndose como lo hacen los fenómenos culturales cuando saben atender necesidades sociales.
Más de mil puestos de trabajo generados demuestran que Sabe la Tierra no es solo un modelo de consumo responsable, sino también de economía sustentable. Este mercado consciente abre sus puertas para que cualquier emprendedor pueda desarrollarse y ofrecer productos de calidad. Tal es el caso de Luisa, el talento detrás de los mejores tequeños de la zona, que cautivan paladares de todas las edades en la carpa de comida venezolana.
Luisa recibe a las personas que se detienen en su mesa con una amabilidad especial, invitándolos a degustar un bocadito de empanadas típicas de su país. Con una sonrisa amplia acompaña el son caribeño que lleva en el habla. Cuenta que vive en Argentina hace cinco años y que forma parte de la feria hace tres; y que gracias a este espacio es capaz de mantener a su familia y que incluso pudo pagar un viaje de visita a su entrañable Caracas.
“La feria nos cambió la vida. Estamos agradecidos por esta fuente de trabajo que nos permitió lograr la anhelada estabilidad económica”, afirma emocionada. Esta emprendedora, que supo sobreponerse a los embates de la expatriación e insertarse en el mercado laboral de nuestro país a través de su vocación en la cocina, es un ejemplo del impacto que tiene en los trabajadores este espacio de comercio justo y consciencia. Para esta comunidad, los valores agroecológicos y el compromiso fueron la clave del crecimiento.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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Consumo de alimentos procesados: el tabaquismo del siglo XXI
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Cómo fue la toma de estudiantes en defensa de la UNTREF
En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.

En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.
“Universidad tomada” advierte una bandera en la puerta de la Sede Lynch de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Son las ocho de la noche de un miércoles de octubre en el barrio de Sáenz Peña y la vereda de la sede abunda de información.
Una clase abierta donde los alumnos sentados en ronda en pupitres azules escuchan atentamente al docente. A metros, estudiantes se reúnen distendidamente algunos de ellos con sus mochilas, mientras otros cargan bolsas con acolchados y sábanas para pasar la noche en su casa de estudios.
La UNTREF se encuentra tomada con vigilia hace exactamente siete días luego de la Resolución Interclaustro -realizada el 10 de octubre de 2024- donde participaron docentes, no docentes, estudiantes y graduados.
La decisión fue una toma organizada que garantice la continuidad de las clases y que incluya un plan de lucha para visibilizar el reclamo presupuestario por las universidades nacionales. “Estuvimos todo el fin de semana organizando el cronograma, nos acostamos a las 4 de la madrugada para levantarnos a las 7”, comenta Lucho Borzatto, estudiante de la Licenciatura en Logística e integrante del centro de estudiantes.
A lo lejos se escuchan los murmullos de otra clase abierta que sucede en el sum del edificio, donde se encuentran el buffet y la fotocopiadora. Las luces son tenues porque el docente proyecta diapositivas para el desarrollo de la clase. En simultáneo, alumnos salen de sus aulas, algunos vuelven a sus hogares, otros se reúnen en allí o en la vereda para pasar parte a sus compañeros sobre su desempeño en los parciales. Las paredes del establecimiento aún conservan afiches pegados de otras cátedras y no faltan los carteles con consignas como “No caímos en la universidad pública, la elegimos”.
“La gente camina como un caballo por acá, no habitamos la universidad, muchos venimos a cumplir, siento que eso está cambiando”, comenta Lena Blanco, estudiante de la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura mientras toma el último sorbo de mate. Está sentada delante de la bandera de su carrera que pintaron para la Marcha Federal Universitaria de abril. Además, expresa su sorpresa al ver la cantidad de carteles pegados en las paredes: “Antes no se podía poner nada, no encontrabas ninguna expresión más que las típicas que hay en los baños”.
Alrededor de 200 alumnos de la UNTREF se organizaron y formaron comandos divididos en distintas áreas. “Tomar la universidad no es joda”, indica Lucho y agrega: “Requiere de mucho trabajo y sacrificio”. Y así es, los comandos se dividen por área: prevención y logística, agenda cultural, documentación audiovisual, comidas y alimentos, higiene, prensa y comunicación, entre muchas más. De esta forma, se suman a los cientos de miles de estudiantes involucrados en el plan de lucha a lo largo y ancho de todo el país.
A partir del veto del Presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, las tomas en las facultades brotaron como pasto después de la lluvia. Un relevamiento de la FUA (Federación Universitaria Argentina) indicaba en ese entonces que ya eran más de 30 edificios tomados, mientras que asociaciones civiles como Argentinos por la Educación afirmaban más de 80.
Incluso fue un momento donde algunas universidades fueron tomadas por primera vez, como fue el caso de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La amenaza por el desmantelamiento de las universidades nacionales puso en alerta a todos los estudiantes en cada rincón del país y los convocó a organizarse para defender su futuro.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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