CULTURA
CONCLUYÓ EL 31º FESTIVAL DE CINE DE MAR DEL PLATA: LA PREMIACIÓN.

Fernando Martín Peña –Director artístico del Festival- destacó el compromiso de los realizadores del festival, el cuerpo técnico y todos los que lo llevan a cabo. Como es costumbre, José Martínez Suarez dio la nota en la noche. Pidió una ovación y compartió el dolor del pueblo cubano por la muerte del líder revolucionario Fidel Castro y además, rogó que no lo aplaudieran. Obviamente el pedido no fue atendido. Subrayó el fuerte crecimiento del festival en materia de inclusión de material audiovisual y aseguró, respondiendo a algunas dudas con respecto a la continuidad del festival en La Feliz que: “El festival no se mueve de Mar del Plata. Si se va él, me voy yo”. Como siempre destacó también que los verdaderos protagonistas del Festival, son los espectadores y sobre todo, las películas.
Lejos de ser una gala pomposa y elitista, el acceso al público –acreditado, con invitaciones y sin ellas- fue bastante amplio. En el marco de las becas de fomento entregadas a través del Programa País, muchos estudiantes y realizadores independientes pudieron ver de primera mano la organización del festival y su cierre. El Programa País es un programa de becas especiales desarrollado por el INCAA que se propuso traer a estudiantes de diversos campos y de todo al país a que pudieran tener la experiencia de conocer a realizadores de trayectoria y formarse en el camino que vienen emprendiendo. Periodistas culturales, animadores, productores independientes y diseñadores gráficos fueron los invitados de honor de esta gala de cierre que no dejó a nadie afuera.
Se entregaron premios en diversos rubros, desde “Mejor Grafitti” o “Mejor Afiche”, hasta llegar al momento más esperado de la noche: la entrega de los Premios Astor Piazzolla a Mejor Cortometraje, Mejor Largometraje argentino y Mejor Largometraje internacional. Un premio a destacar fue el entregado a los WIP (Work in progress) donde realizadores mostraron los proyectos que vienen emprendiendo y el ganador recibió un premio en efectivo para poder continuar con ese trabajo, además de sesiones en estudios de masterización y mezcla para el proyecto.
El galardón más importante de la competencia se lo llevó la directora y actriz Israelí Hadas Ben Aroya, por su película People that are not me. La joven directora subió a recibir sorprendía el Astor de oro a mejor largometraje internacional, la estatuilla más codiciada de la noche. Al no hablar español, preguntó arriba del escenario que premio había ganado. Fuerte fue su emoción cuando le tradujeron que recibía el premio más importante de la noche. En la competencia internacional también se premió las categorías mejor actor y mejor actriz. Los elegidos fueron Mahershala Alí por su trabajo en moonligth y Sonia Braga, por su actuación en Aquarius, la cual hizo llegar un mensaje al público a través de un audio enviado al teléfono de quien recibió el premio por ella. Se le respondió con un aplauso grabado en ese mismo formato.
En la competencia argentina el galardón máximo fue otorgado a Tomás De Leone, por su película El aprendiz. Este largometraje es la opera prima de la carrera de Leone, y supo reflejar una realidad no ajena a la mayoría de las personas. Por este y varios motivos más, recibió el premio estímulo del INCAA que consta de $250.000 en campaña de lanzamiento. El premio al mejor director de largometraje le fue otorgado a Lukas Valenta Rinner por Los decentes.
Siendo una categoría no menor de la competencia, se entregó también el premio al mejor cortometraje de la competencia argentina. El galardón se lo llevo Felipe Ramírez Vilches, por su corto Murcielagos. En este reflejó de forma magistral la realidad de la Selección Argentina de Futbol para Ciegos. Un corto emotivo que despierta en quince minutos, más sensaciones que muchos largometrajes. Por último, los premios fomento a los WIP fueron otrogados a Natural Arpajou, por si proyecto Extraños, a Vladimir Duran por Adiós Entusiasmo y a Fernando Restelli por Construcciones.
Es cuestión de tiempo ahora hasta el próximo año, cuando la feliz se vuelva a vestir de cine, vuelva a desplegar la alfombra y sea nuevamente la casa del cine en el país. José Martínez Suárez planteó antes de despedirse una idea: Que Mar del Plata sea declarada capital de cine del país. Para cualquiera que haya podido palpitar el festival, no resulta descabellado.
COMPETENCIA INTERNACIONAL
Jurados: Lorena Muñoz, Sylvie Pierre, Jean-Pierre Rehm y Jonathan Rosenbaum (Hans Hurch canceló su viaje)
-Astor de Oro a la Mejor Película: People That Are Not Me (Israel), de Hadas Ben Aroya
-Astor de Plata al Mejor Director: Radu Jude por Scarred Hearts (Rumania)
-Astor de Plata al Mejor Guion: Paradise (Rusia-Alemania), de Andrei Konchalovskiy
-Premio Alfredo Alcón al Mejor Actor: Mahershala Alí por Moonlight (Estados Unidos), de Barry Jenkins
-Astor de Plata a la Mejor Actriz: Sonia Braga por Aquarius (Brasil), de Kleber Mendonça Filho
-Mención Especial: Leo Histin, director de fotografía de Nocturama (Francia), de Bertrand Bonello-Premio del Público (auspiciado por Cinecolor): Aquarius (Brasil), de Kleber Mendonça FilhoCOMPETENCIA LATINOAMERICANA
Jurados: John Gianvito, Adirley Queirós, Nelson Carlo de los Santos Arias, Marcelo Stiletano y Agnès Wildenstein
-Mejor Largometraje: Martírio (Brasil), de Vincent Carelli, Tatiana Almeida y Ernesto De Carvalho
-Premio Especial del Jurado: El auge del humano (Argentina), de Eduardo “Teddy” Williams
-Mejor Cortometraje: Aire quemado (México), de Yamil Quintana
COMPETENCIA ARGENTINA
Jurados: Ted Fendt, Jinna Lee y Julietta Sichel
-Mejor Largometraje (Premio Estímulo INCAA de $250.000 en campaña de lanzamiento): El aprendiz, de Tomás De Leone
-Mejor Director de Largometraje (Premio INCAA de $125.000): Los decentes, de Lukas Valenta Rinner
-Mejor Cortometraje (Premio INCAA de $40.000): Murciélagos, de Felipe Ramirez Vilchez
-Mejor Director de Cortometraje (Premio adquisición de INCAA TV): Al silencio, de Mariano Cócolo
WORK IN PROGRESS
-Premio INCAA: Extraño, de Natural Arpajou
-Premio Cono del Silencio: Adiós entusiasmo, de Vladimir Durán
-Premio Cinecolor: Construcciones, de Fernando Restelli
OTROS PREMIOS
Foro Audiovisual Internacional – Argentina
-Latinarab: Premio Al Jazeera documentary Channel al Mejor Pitch Documental para In the Heart of the Dead, de Gilmar Rodríguez.
-Premio Haddock Films al Mejor Pitch de Ficción de Foro de Coproducción Latino Árabe 2016 para Casarao, de Cintia Domit Bittar
-Premio WIP Latinarab: Bajar, subir, bajar, de Elad Abraham.
LoboLab
-3º premio Incentivo INCAA para Un crimen en común, de Francisco Márquez y producido por Maximiliano Schonfeld.
-2º premio especial del jurado – Alta Definición Argentina para El empleado y el patrón (Uruguay), dirigida por Manuel Nieto y producida por Delfina Montecchia
-Proyecto Ganador Lobolab: Loba (Bolivia), dirigida y producida por Kiro Russo.
-Premio DAC: Los ganadores, de Néstor Frenkel
-Premio ARGENTORES – Mejor Guión de película argentina de todas las competencias: Fernanda Ramondo, por No te olvides de mí
-Premio SAGAI “Patacón de Cine”
Mejor Actor Revelación – Nahuel Viale, por El aprendiz, de Tomás De Leone
Mejor Actriz Revelación – Iride Mockert, por Los decentes, de Lukas Valenta Rinner
-Premio SADAIC – Mejor música de película argentina de todas las competencias: Darío Ramos Maldonado, por Amateur, de Sebastián Perillo
-Premio SAE – Mejor edición de película argentina de todas las competencias: Valeria Otheguy, por Pinamar, de Federico Godfrid
-Premio a la trayectoria: César D’Angiolillo
-Premio LA HAYE POST – Mejor película de Panorama Argentino: Soldado argentino solo conocido por Dios, de Rodrigo Fernández Engler
-Premio Ventana Sur – Blood Window– Mejor película de la sección Hora Cero: Hipersomnia, de Gabriel Grieco (Argentina)
-Premio Los Inrocks – Mejor película de la sección Hora Cero: El mago de los vagos, de Pedro Otero –(Argentina)
-Premio SICA – Mejor realización técnica y temáticas sociales de película en competencia latinoamericana: Martírio, de Vincent Carelli, Ernesto De Carvalho y Tatiana Almeida (Brasil)
-Premio FEISAL – Mejor película de realizador latinoamericano de hasta 35 años en todas las competencias: Espejuelos oscuros, de Jessica Rodríguez Sánchez (Cuba). Primera Mención: El silencio, de Arturo Castro Godoy (Argentina). Segunda Mención: El Cristo ciego, de Christopher Murray (Chile)
-Premio FIPRESCI – Mejor película argentina de todas las competencias: Los globos, de Mariano González
-Premio ACCA – Mejor película de la competencia internacional: Aquarius, de Kleber Mendonça Filho (Brasil)
-Premio SIGNIS – Mejor película de la competencia internacional: Scarred Hearts, de Radu Jude (Rumania). Mención especial: Martírio, de Vincent Carelli, Ernesto De Carvalho y Tatiana Almeida (Brasil)
-Premio ADF – Mejor director de fotografía de la competencia internacional: Marius Panduru, por Scarred Hearts, de Radu Jude (Rumania)
CULTURA
Todas las fuerzas: una denuncia social a través del género fantástico
El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.

El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.
En el actual contexto argentino, que “Todas las fuerzas” haya ganado la Competencia Argentina del BAFICI se muestra como un acto de resistencia frente a los discursos del Gobierno de Javier Milei. El film, premiado como Mejor Largometraje de la Competencia Argentina, recurre a elementos del relato fantástico y a géneros clásicos como el policial para narrar una historia con una fuerte mirada social, ambientada en un universo de mujeres poderosas, cuyos dones las fortalecen y las unen.
Lo que inicialmente se presenta como el retrato de una mujer migrante en Buenos Aires evoluciona rápidamente hacia un policial: Marleen, la protagonista, vive en el barrio de Once, trabaja cuidando a una mujer mayor con demencia y, tras la desaparición de una amiga, debe recorrer la ciudad en su búsqueda.
El interés de Luciana Piantanida por filmar el barrio de Once nació de la curiosidad por conocer más el lugar donde vive. “Lo primero que me llamó la atención cuando me mudé fue la diversidad de personas y comunidades que hay en el barrio”, comentó. Al escribir el guión, tuvo muy presente el movimiento migratorio que, durante los años noventa, trajo a Buenos Aires a chicas muy jóvenes provenientes de Bolivia y Paraguay.
A partir de esas historias, Piantanida imagina un universo de mujeres migrantes que no solo sobreviven, sino que resisten y se conectan a través de poderes sobrenaturales. Marleen se comunica con palomas, mientras otras mueven objetos con la mente o manipulan la energía. Ellas se reconocen y cuidan entre sí, formando una red donde la dimensión política y afectiva está siempre presente.
“No fue una decisión deliberada la decisión de partir desde el género fantástico. Había una escena que ahora no está en la película, pero que era una persecución por las azoteas de Once. Cuando estaba escribiendo, en un momento de la persecución, la protagonista llegaba a la esquina y tenía que dar un salto un poco más largo de lo humanamente posible –cuenta Luciana y agrega–. Nos quedamos pensando con los productores de la peli y enseguida dijimos: ‘Ah, la protagonista aprende a volar en el transcurso de la película’. Y entonces a partir de ahí pensé: ‘Ah, tiene superpoderes’. Empezamos a indagar cómo podía ser este universo y surgió también esta idea del lado B de la ciudad, de la noche y de las partes de atrás de los lugares que vemos como consumidores”.
Una de las primeras imágenes de la película muestra palomas sobrevolando la Plaza Once, una postal que sintetiza el espíritu del barrio. “Haciendo la película me di cuenta de la poca relación que tenemos con el barrio y con los vecinos. Empecé a ir mucho a las plazas, que tienen poco verde y mucho cemento. Lo que hacían las palomas me pareció espectacular: un vuelo hermoso en el cielo; una imagen que no tenemos porque no estamos mirando hacia arriba”, relató Piantanida.
Para construir el elenco, un equipo de casting entrevistó a más de 150 mujeres. En una primera instancia, se las invitó a contar sobre su vida cotidiana y su trabajo. Celia, quien terminaría interpretando a Marleen, se destacó desde el comienzo. “Ella es muy creyente y contaba una historia relacionada a una enfermedad que se revirtió gracias a esa fe”, recordó Piantanida. En la segunda o tercera prueba, se le propuso representar una escena de videncia: “Relatando una visión, lo que hacía con la mirada era muy fuerte. Tiene una intuición enorme para la actuación. Es un talento enorme que ella misma desconocía”.
En cuanto al futuro del cine argentino, en un contexto de desfinanciamiento de la cultura y ataques al INCAA por parte del actual gobierno, la directora expresó su preocupación: “Hay una sensación terrible de fin de época por el enorme daño que está haciendo esta gestión sobre el INCAA y sobre la cultura en general”, manifestó Luciana. Y agregó: “Parece un chiste, pero tenemos que seguir demostrando que el cine argentino es recontra rico y diverso, e interesa tanto acá en el país como afuera”.
CULTURA
La Zurda: una película con tonada cordobesa
El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.

El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.
Con rasgos propios del thriller policial, La Zurda se construye como una historia de amistad, traición y drama social. Más de una década después de De Caravana, el nuevo filme de Rosendo Ruiz encabeza los estrenos de la semana y reafirma la potencia del cine hecho en las provincias, esta vez con el cuarteto como protagonista.
El suspenso, la acción, las persecuciones, son los recursos cinematográficos de los que se sirve la película. Rosendo define a La Zurda como una película de género: “Me gustan las buenas películas de género, me encantan, La Zurda está hecha en Córdoba con muy pocos recursos, sin una tradición previa”.
La trama sigue a “La Zurda” (Juan Cruz “El Gáname”) y Yonatan (Marcio Ramsés Salas Ortuay), dos jóvenes de clase trabajadora que sueñan con alcanzar el éxito con su banda de cuarteto. Pero una noche quedan atrapados en un crimen que no cometieron y deben huir, convencidos de que su condición social los condenará irremediablemente.
Así comienza su descenso en una espiral de corrupción y relaciones turbias, que deberán exponer si quieren salvarse. Paralelamente y en el momento más inoportuno, al protagonista se le abre un camino para triunfar como cantante.
Rosendo logra poner sobre la mesa una realidad social empapada de la identidad barrial, en gran parte por la actuación de sus actores. “Los dos protagonistas empezaron a ir al comedor comunitario conmigo durante los dos meses previos al rodaje. El trabajo que hicimos no fue para que imitaran a alguien, sino para que buscaran dentro de sí mismos quiénes serían si les hubieran tocado esas condiciones”, explica Ruiz.
El acento cordobés de los personajes también permite sentir la esencia local: “Cuando presenté la película en el Gaumont se sorprendían, como nos pasó con De Caravana, de ver una película hablada en cordobés. Así tendría que ser, no tendría que ser excepción, tendrían que haber muchas películas de otras provincias”.
Uno de los desafíos más grandes para él fue el montaje. Rosendo comentó que uno de los criterios que guió la puesta en escena fue apostar por el plano secuencia siempre que la acción pudiera sostenerse en un solo encuadre. La decisión respondió tanto a una búsqueda estética como a la necesidad de ofrecer a los actores un terreno con mayor libertad para su interpretación. “Para ellos es mucho mejor poder actuar sin cortes. Aman el plano secuencia porque son ellos respirando el plano”, señaló.
Sin dudas, la incorporación de La Monada como banda sonora fue una de las decisiones más acertadas. “Para muchos es muy acertado de que el universo musical sea cuartetero”, aseguró el director, no solo transportan al espectador al universo cuartetero con sus propias canciones, sino que también compusieron la música extradiegética usando instrumentos característicos del género.
“Si me preguntan los momentos de mayor felicidad es sumar la semana de rodaje De Caravana, de Casa Propia, de La Zurda de todas las pelis porque estando de rodaje la adrenalina está muy alta. Somos un montón de gente, la mayoría amigos en búsqueda de lo mismo, trabajar en conjunto, coordinado, ir superando problemas porque filmar una peli es superar un problema detrás de otro. Eso es dirigir una película, resolver problemas y hacer eso en conjunto. Siempre hay situaciones difíciles y hay que sortearlas y seguir adelante”.
“No sé qué va a pasar con el cine argentino”
A un año del inicio de la gestión de Carlos Pirovano al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Espacio Nacional Audiovisual presentó un informe desolador para la industria. “Presentamos un guión al Inca, en enero iban a dar los resultados, y nunca los dieron. Está desfinanciado y paralizado el Inca, lo quieren realmente destruir. El INCAA debería ser el órgano en el cual nos sentimos apoyados”, señaló Rosendo Ruiz.
“Hace 15 años que Córdoba saca varias pelis, no paramos desde el 2010”, comentó sobre la producción en la provincia. La eliminación de los instrumentos de fomento a la producción, el retiro del apoyo a la difusión y comercialización del cine nacional como la pérdida de presencia en el ámbito internacional, son los factores, que según el balance, a lo largo del 2024 no se aprobó la producción de ninguna película argentina. En el caso de Córdoba, Rosendo resaltó que “había tres pelis Incas que se iban a filmar y no se filmaron. Necesitamos nuestro cine, el mismo Córdoba no puede creer de ir al cine y ver su ciudad”.
A futuro, proyectan la posibilidad de la continuidad de La Zurda, aunque sea la primera vez que piensa en la segunda parte de una sus película, Rosendo cree que le quedaron algunos cabos sueltos “que tienen que ver con cómo fue la transa que hizo La Tana, el comisario, el papá de Sol, que es un empresario político con poder”.
CULTURA
Por qué debemos mirar la vida como Agnès Varda
El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona.

El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona.
¿Será que se heredan las ganas de que las cosas no terminen? Atreverse a heredar algo puede verse como un deseo de conservación pero, ¿qué conviene perpetuar de lo que se recibe? En las calles estrechas del casco histórico de Barcelona no parece haber mucho espacio para las ideas conservadoras, ¿o sí? En octubre de 2024, la Bienal del Pensamiento reapareció pero no para darle entidad a lo limitante del pasado, sino mostrar ideas visionarias e inundar la ciudad con mentes de vanguardia.
Cuando un público permanece completamente callado en un acto póstumo se impone a gritos una sensación colectiva de respeto y nostalgia. Así como en las películas de Agnès Varda, el patio trasero del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) suele ser un espacio de juego y experimentación, pero ese día -el 11 de octubre- fue un juego de memoria y silencio inusual.
El otoño regaló una última noche veraniega, las hojas ya tostadas se resistieron a caer y la gente se empeñó en no abrigarse. Las ganas de aferrarse a algo que supuestamente ya terminó invadieron el evento, una emoción muda pero comprendida por todos los presentes.
Agnès nació en Bélgica en 1928 y murió en París en 2019 dejando una estela de creaciones que inundaron la mente de generaciones de cineastas y artistas de todo tipo. Fue directora, actriz y, a su vez, guionista y artista plástica. Su forma de retratar la condición humana, de invocar pausas contemplativas en quienes ven sus películas y de poner un foco honesto en lo cotidiano, marcó el movimiento artístico de la Nouvelle Vague.
Aunque aquella corriente de cineastas franceses comenzó hace más de 50 años, el siglo XXI se nutre activamente de sus formas de dar a conocer historias. La tan característica mirada juguetona de Agnès fue fuertemente atravesada por claves de género, problemáticas sociales y existencialismo sin censuras. En esa confluencia de vivencias contradictorias (enternecerse con la nostalgia o reírse de lo efímero, por ejemplo) es que se gestó un nuevo idioma fílmico: el “vardiano”.
Sentir admiración ante la creación de los demás puede ser una de las formas más intensas de heredar una mirada en el cine. Carla Simón fue la cineasta catalana invitada a “Herederas de Varda”, la charla en el Patio de las Mujeres del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Una de las primeras cosas que Carla destacó de Agnès fue haber decidido que la libertad sería su estilo artístico. Admitió que, incluso para una cineasta consagrada, es algo muy complejo de encontrar.
“Varda rompió la idea de genio”, respondió la francesa Audrey Diwan, la otra directora citada al evento. Luego, la conductora Mariana Borull llevó el debate hacia los confines de la vida sosteniendo que la homenajeada le recuerda a “una niña y una abuela a la misma vez”. Puede que ahí, donde los extremos se tocan, es que resida el legado y el amor por esta cineasta.
Agnès documentó historias desde 1956 hasta 2019. Entre filmar entrevistas a gente que recolecta comida desechada (“Los espigadores y la espigadora”, 2000) y retratar la vida de una joven francesa en la década del 60 (“Cleo de 5 a 7”, 1961), hay un interés de por medio: las ganas de jugar con el retrato, conservar las esencias de la gente y los lugares.
En su filmografía se siente la importancia del paso del tiempo. Ella grabó y fotografió todo lo que el tiempo quiso que pase desapercibido: las fotos de las papas de una cosecha que no fueron seleccionadas para ser vendidas por su forma inusual (“Corazón de Papa”, 1953), las gigantografías de vecinos de pueblos muy pequeños (“Caras y Lugares”, 2017), sus propias manos envejeciendo año tras año.
El afán por jugar con lo actual y el vértigo de percibir que todo es efímero conviven en paz en la obra de Agnès. Sin embargo, sus dos “herederas” resaltaron que ser una mujer reconocida en el cine no es nada fácil. Hasta la propia Varda sufría el recibimiento social de sus películas.
“Agnès no te dice qué tienes que ver, sino que te comparte lo que ella percibió”, explicó Audrey. Esa noche, la Bienal del Pensamiento homenajeó a las miradas que invitan a la reflexión personal, la herencia artística que no dicta o delimita, sino que invita al juego y a la libertad y, por lo tanto, jamás perece.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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