El film recibió el Premio Estímulo del INCAA que consta de 250 mil pesos para la campaña de lanzamiento.
En la película, Pablo es un aprendiz de cocina y en sus ratos libres hace algunos trabajos para el mafioso del poblado, “el chaqueño”. Lleva una vida normal, con su novia, los problemas de alcohol de su madre, un padre ausente y varias malas juntas. Su único deseo es abrir un restaurant propio, y cada trabajo realizado para el chaqueño lo acerca más a ese sueño.
Narrado al mejor estilo de “El bonaerense” (Pablo Trapero) de a poco la atmosfera se torna cada vez más hostil, ayudado por el paisaje de los médanos grises. El camino delictivo se vuelve cada vez más difícil de transitar, y Pablo se va quedando sin opciones. La responsabilidad moral juega un papel importante ¿Realmente el fin justifica los medios? Eso es algo que Pablo deberá ir descubriendo.
ETERdigital dialogó con su director, Tomás De Leone.
—¿Por qué decidiste contar esta historia?
Siendo mi primera película quería mostrar una realidad cercana. Un drama más de vida representado en esa edad –que yo también pasé- entre los 18 y los 20 años, donde uno tiene que tomar decisiones y todo es muy caótico. Algo bien humano y cercano.
—¿Por qué elegiste Necochea como locación?
La locación ya había surgido hace mucho en un viaje con amigos. Quería mostrar una realidad hostil, y entonces elegí como esa zona que hasta parece desértica, inhóspita. Esto es cine, y esa hostilidad que sufre el personaje tenía que poder mostrarla desde la locación, y no desde los diálogos por ejemplo.
“El aprendiz” es una de las elegidas para la competencia argentina de largometrajes, y su director, posible candidato al galardón principal. Más allá de lo que suceda en la competencia, hay algo seguro: la película es una historia simple narrada desde la empatía, la cercanía y la experiencia propia.
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