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El 31% de la población de Esquel es nueva: hace cinco años no vivía en esa localidad


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Durante los últimos 20 años, migrantes de diferentes localidades del país e inmigrantes aumentaron según los datos registrados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas entre 2001 y 2022. Estudiantes y familias enteras eligen la ciudad de Chubut para tener más oportunidades para vivir mejor.


“La polución y la contaminación sonora era impresionante… y, encontrar un momento de silencio total hasta para dormir era prácticamente imposible. ¡Se tenían que alinear los planetas para que sucediera! Al venir a Esquel fue una sorpresa y lo tuve que aprender a apreciar; ya que el silencio, al principio, hasta fue incómodo”, comentó Sebastián Frano que llegó a Esquel el primero de marzo del 2022.

El Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas entre 2001 y 2022 -principal fuente de información para conocer el crecimiento del pueblo argentino-, reveló que la ciudad de la provincia de Chubut registró desde el 2010 al 2022 que un 31% de la población hace cinco años no vivía en la localidad, lo que representa un total de 11.0902 personas

Este dato, después de una década sin información poblacional, coincide con las palabras de Graciela, oriunda de la localidad: “Si bien hace muchos años está aumentando su población, estos últimos años creció más de lo común”. 

Esquel, rodeada por los cordones nevados de Nahuel Pan y Esquel, alberga desde el año 1.800 a diferentes pobladores. En sus inicios fueron galeses que, luego de ser exiliados de sus tierras, llegaron a las costas chubutenses en búsqueda de “poder seguir practicando su tan preciada cultura”; luego, llegaron los europeos como los italianos y los libaneses. 

Hoy su Avenida Ameghino, que entrando en la tan esperada primavera es pintada de color rosa por los cerezos, es recorrida por innumerable cantidad de autos y personas que llegan desde los barrios aledaños sumándose a la vorágine diaria y un tráfico de pobladores que no se encontraba años atrás.

Desde el interior del país o desde las grandes ciudades, Esquel recibió durante los últimos 20 años migrantes internos de diferentes localidades del país e inmigrantes, aumentando su población un 15% según los datos registrados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas entre 2001 y 2022. 

La búsqueda de tranquilidad, seguridad y conexión con la naturaleza son algunas de las variables que mueven las respuestas de los migrantes internos. Frano, por ejemplo, vino en búsqueda de desafíos y oportunidades: “Si hacía un movimiento de mudanza quería que fuera realmente a algún lugar que fuera un desafío y un cambio de vida más grande que una ciudad conocida por mí”. 

En este sentido, el joven encontró en Esquel una ciudad “en crecimiento, turística, con maravillosas vistas de espejos de agua, montañas y bosques”. 

Recién en 1956 se consagró ciudad alcanzando los 7.500 habitantes y se mantuvo activa recibiendo todo tipo de inmigrantes, como entre 1971 y 1978 con la llegada de los japoneses que trabajaron en la represa ubicada hoy en el Parque Nacional Los Alerces. 

Según contó Nilo Ferrer, guía del Museo Histórico de Esquel, “luego de que se hiciera la represa muchos trabajadores volvieron a su lugar de origen con familias formadas y otros seguían su camino laboral dejando un gran vacío”. Tal fue así que existía un chiste interno que al salir de la ciudad decía “el último que se vaya que apague la luz “. 

En 1983 con la vuelta de la democracia en el país se dio una nueva ola de migraciones internas. “El sur ofrece mejor vida, más sana y tranquila, ideal para criar a los hijos en un ambiente más propicio. Hay trabajo y permite prosperar. Con mi esposa ya decidimos, queremos vivir aquí”, compartió Ferrer. 

En la actualidad, las olas migratorias siguen formando la ciudad en búsqueda de encontrarse con diferentes realidades. Virginia Andrade que migró desde La Plata para Esquel explicó: “Elegí Esquel porque mi hermana ya vivía acá desde hace 12 años; y debido a la inseguridad y al entorno poco saludable para criar a mi hija. La localidad sigue siendo un lugar seguro y tranquilo donde puedo trabajar y mi hija estudiar”. 

En efecto, respecto a la oferta educativa, Esquel es el centro de servicios por excelencia en el oeste del Chubut por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco con sede en la ciudad y distintos terciarios que le dan la posibilidad a jóvenes del interior de elegir una carrera para formarse. 

Asimismo, es una ciudad que recibe muchísima gente por su hospital regional, la existencia del Tribunal y centro de realización de trámites automovilísticos. 

Graciela, por su parte, quien sí nació en la ciudad y trabaja en el Instituto de Seguridad Social y Seguros (ISSYS), compartió su percepción sobre las nuevas migraciones: “Conozco muchos migrantes. Mi trabajo hace que conozca o me entere de más gente que viene… los jóvenes a estudiar, adultos mayores y jubilados recientes en busca de tranquilidad y/o a reencontrarse con sus hijos que ya están asentados desde hace años”.

Esquel no solo es foco chubutense en la cordillera, también es la segunda ciudad más poblada de la comarca andina después de San Carlos de Bariloche. “De otras localidades cercanas siempre fue común encontrarse con ellos, principalmente estudiantes. Pero, ahora, lo son todas las generaciones y familias completas que vienen en busca de trabajo o nuevos emprendimientos. Hoy hay más oferta educativa y para emprender”, explicó Graciela. 

Al respecto sobre las migraciones internas que actualmente recibe Esquel se consultaron a inmobiliarias de diferentes puntos: todas coincidieron en un 100% en que “notaron un crecimiento importante en la búsqueda de alquileres por parte de personas que llegan de otras localidades”. Ligado a este repentino auge, la localidad presenta problemas de ocupación ya que últimamente es más difícil conseguir alquileres. 

Si este ritmo se sostiene a lo largo de los próximos años podemos anticipar que Esquel no solo va a seguir creciendo sino también va a ser una ciudad que cree oportunidades para quienes quieran proyectar su vida en el sur argentino, aunque sin perder de vista a los turistas que la eligen para sus vacaciones. 


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