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El crecimiento exponencial de la cultura rave y las fiestas techno en Argentina


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Gran parte de las personas que se sumaron a las fiestas electrónicas en la última década fue aquella que “se bajó del cachengue” y cambió su rumbo por el de los espacios donde se esté dispuesto a “conectar con la música y dejarse fluir”.

En la última década, la cultura rave incrementó su público jóven logrando ocupar uno de los principales puestos dentro de la noche Argentina. Si bien el género musical que sobresalía en la mayoría de las fiestas era el reggaetón y el cachengue, las fiestas electrónicas crecieron enormemente junto con la cantidad de artistas. 

A diferencia de otro tipo de discotecas o boliches bailables, las fiestas electrónicas o techno tienen un factor clave que atrapa al público en cada encuentro: las emociones que allí se viven. Es que allí, la movida es conocer y preferir; está dispuesto a conectar con la música y dejarse fluir.

Lo que se genera en cada pista va más allá de los límites de la vergüenza, el juicio, la autoestima o el egoísmo. Personas desconocidas se envuelven en una misma sintonía y, sin quererlo, se convierten uno al mismo tiempo al compás de la música en cada evento.

Matheo que hoy tiene 24 años y asiste a fiestas techno desde los 16 describe la escena como “un ambiente cómodo y lleno de empatía’’. La primera vez que fue a una fiesta de este estilo se sorprendió por cómo las personas durante la noche se preocupaban por su bienestar, se ofrecían agua o golosinas de una manera espontánea y genuina. Algo que, según él, “en los boliches de cachengue no pasa”.  

“Es una experiencia inmersiva donde podés conectar con las personas que compartes ese momento y la música. Todo en un solo cuerpo y mente’’, “Felicidad, bienestar. Te olvidás de todos tus problemas e inseguridades’’, “ No hay prejuicios y es como una comunidad donde el bienestar del otro es importante y disfrutas por que bailas’’ y “ Mucho respeto alrededor, mucha energía en el cuerpo y en el aire’’, son solo algunas de las escenas que describan la experiencia en estas fiestas.

¿Con qué se encuentran los jóvenes en cada rave?

“Cuando estamos todos bailando sucede la magia’’, describe Moksha Curri, productor y organizador de las fiestas Psychedelic Trance desde hace más de 15 años. El también Dj se considera un ser inmerso en la conciencia espiritual, por lo que una de sus producciones fue llamada “7 chakras” y que tiene siete horas como duración. 

Moksha genera a través de sus melodías un escenario que invita a conectar progresivamente con cada chakra. Al respecto de esto, habla de la experiencia inmersiva que propone: “Desde la energía que uno logra transitar cuando el ser fluye y se expresa a través del baile o cuando te vuelves uno con la danza se apagan las luces, se apagan los pensamientos. Uno simplemente está en el momento (…) y eso es la meditación, que cada uno y cada una lo puede hacer solo en su casa pero cuando muchas personas lo hacemos en simultáneo ahí sucede una magia colectiva difícil de explicar, pero que hay que vivirla’’. 

Si bien el pys (trance psicodélico) y propuesta musical del organizador, no es el subgénero que hoy predomina en la escena comercial de la cultura rave, lo que se vive en cada fiesta de música electrónica en menor o mayor nivel de conciencia desemboca en el mismo resultado: el estar presente. Esa sensación de estar inmerso individual y colectivamente en el “aquí y ahora’’, donde los pensamientos se calman y el corazón se expresa a través del baile es el tesoro de cada encuentro.

Moksha, que nació en India, el país posiblemente reconocido como “el más espiritual del mundo”, recordó cómo conoció la cultura rave: “Fue de casualidad. Estos encuentros tienen la particularidad de buscar el desarrollo de uno mismo, algo que proviene de lo que naturalmente se practica y también se va a buscar a esta región oriental”. 

La música, la espiritualidad y el consumo

Las drogas que predominan en la escena electrónica son derivados de las drogas psicotrópicas como el LSD o el MDMA y se trata de alucinógenos que permiten una introspección sin barreras represivas facilitando las experiencias culmines.

De acuerdo a una encuesta anónima que se difundió por redes sociales y grupos en específico para recolectar datos certeros sobre factores de la cultura rave, “el 90 % de los habitué consume algún alucinógeno; pero más del 50% cree que podrían gozar igualmente la fiesta sin consumir ya que sólo lo hacen para potenciar las emociones que surgen genuinamente al conectar con la música”.

Matheo, al respecto, compartió: “El techno si lo escuchás antes y después de probar éxtasis, no es el mismo. Después del éxtasis es como que el cuerpo aprendió a escucharlo con otras partes como con la piel. Es como que sentís más las vibraciones’’

Se puede determinar entonces que las experiencias interiores son las protagonistas del éxito  de las raves y no el consumo; ya que en la mayoría de los casos, las drogas aparecen “como herramienta para potenciar los efectos y no como atracción principal”.


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