El periodista californiano especializado en temas de conflictos internacionales en Medio Oriente y Latinoamérica, Jon Lee Anderson, participó en un diálogo abierto en Tecnópolis, en el marco del Encuentro Federal de la Palabra.
Por Denisse Herrera.
En una entrevista a cargo del periodista Martín Pérez detalló su experiencia en investigaciones “tan sensibles” para la humanidad y contó que pudo entrevistar a terroristas y narcotraficantes. “Sentí mucho miedo”, expresó cuando se refirió al tema de Medio Oriente y afirmó que su vida estuvo en peligro por amenazas provenientes de grupos yihadistas árabes que lo querían lejos del conflicto. “Es un hoyo negro en la tierra”, sentenció. Como dato concreto, aseguró que, hasta el momento, murieron ocho colegas suyos haciendo su trabajo periodístico.
Entre recuerdos y anécdotas charló sobre varios de los perfiles que realizó, como el del Che Guevara, Augusto Pinochet, Saddam Hussein, el rey Juan Carlos de España y Gabriel García Márquez.
Sobre su último trabajo adelantó que hablará sobre la vida de Fidel Castro y agregó que será la continuación de la revolución cubana.
Luego del encuentro, el periodista respondió algunas inquietudes para ETER Digital.
—¿Qué piensa sobre los concilios públicos entre los Estados Unidos con Cuba y con las FARC?
—Me parecen históricamente importantes ambas charlas; ambos diferendos, uno congelado en el tiempo y el otro un conflicto bélico. Han detenido la historia innecesariamente durante años y han afectado gravemente el bienestar de los pueblos cubanos y colombianos. Es hora de empezar con políticas de paz y reconciliación que terminaran por crear una atmósfera positiva en el hemisferio y lo mismo digo para Estados Unidos.
—¿Cómo se podría integrar totalmente a la sociedad a los pueblos originarios principalmente en Ecuador y Brasil que poseen comunidades aún no contactadas?
—Es una pregunta muy buena y difícil de responder. Solamente con políticas sensibles podemos zanjar estas situaciones tan desgarradoras. Creo que es importante que los gobiernos pongan leyes que realmente ofrezcan protección y apoyo a las comunidades indígenas. Y si esas comunidades eventualmente quieren integrarse, el estado y la sociedad deben ayudar. La educación es muy importante en este aspecto. En el caso de querer quedar como están, es el deber también histórico del estado respetar esa decisión. Son, a fin y al cabo, los pueblos originarios.
—¿Cómo equilibra su vida personal después de acercarse a tantos temas tan sensibles para el mundo?
Teniendo una familia con la cual estoy profundamente ligado afectivamente y que me sirve de cable a tierra. Además un par de perros que son mis acompañantes en largas caminatas por la costa por donde vivo, en el sur de Inglaterra. También lo manejo escribiéndolo es decir, comunicar lo que uno ve y experimenta es importante para el equilibrio psíquico y emocional.
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