CULTURA
“EL PERSONAJE MÁS ESPECIAL PARA INTERPRETAR SIEMPRE ESTÁ POR LLEGAR”
Desde chica ya sus seres queridos la veían graciosa e inquieta. Sus padres, Víctor y Susana Ayos, llevaban el talento artístico en su sangre, ya que eran bailarines de tango estables en la Orquesta del maestro Mariano Mores. Estos recorrían el mundo a través de la llamada Música Ciudadana. De esa explosión de talento, nació María Mónica Ayos, una actriz audaz y apasionada por los desafíos, que supo lucirse durante años en la Revista Porteña, difícil género donde marcó su impronta. Desde hace más de una década, se destaca como actriz en cine, teatro y televisión.
Por Camila Critelli
Casada desde 2002 con el actor Diego Olivera, es madre de dos hijos, Federico Ayos –a quien tuvo de soltera, a los 18 años- y su hija Victoria, fruto de su relación con Olivera. En 2006, la vida familiar cambió inesperadamente. Su marido recibió la propuesta más importante de su vida para ir a trabajar a México, para interpretar la versión de Montecristo. Juntos “se embarcaron en la locura”. Mónica lo apoyo desde el momento número uno, pero desde la distancia, ya que ella se encontraba filmando la película “Tres Corazones”, al mismo tiempo protagonizando el éxito del trece “Sos Mi Vida”, donde interpretó a uno de los personajes que logró el cariño del público, y ensayaba mientras tanto la obra de teatro “Doña Flor y sus dos maridos”. Ambos estaban en el momento más alto de sus carreras, sabían bien que “ninguno le podía cortar el ala al otro”. Y así, desde la distancia y los viajes relámpagos, resistieron. Hasta que en 2011 Mónica decidió instalarse en México para priorizar su vida en familia. Desde allí habló con ETER Digital.
Con una emoción que se refleja en cada palabra escrita, Mónica relató que no fue a México solamente para acompañar a Diego en su carrera, sino que ella también recibió propuestas para trabajar en el país Azteca, en una de las cadenas de televisión más importantes como es Televisa. Allí interpretó a Leonera, una villana que después terminó siendo la heroína de la historia en la novela “Triunfo de Amor”. Este personaje tuvo mucho éxito en ese país, lo que provocó que Mónica Ayos ya no fuera un nombre reconocido sólo en la Argentina, sino también en México y en el resto del mundo, ya que todos los productos de la cadena televisiva se venden en varios países.
ETER Digital tuvo la posibilidad de contactarse con Ayos, quien cedió una entrevista, teniendo en cuenta las tres horas menos de diferencia que hay con Argentina. ¿Quieren saber algo más? El modo de nota no fue ni por skipe, ni por teléfono: fue por mail. La actriz se tomó el tiempo y contestó una por una las preguntas que le habían sido enviadas. En cada respuesta se percibe el humor, la buena energía y el carisma de la actriz, que habló de sus inicios, de su experiencia en México, sobre el gran amor de su vida, sus hijos y de sus nuevos proyectos.
A la hora de responder cuál fue el personaje más especial de todos los que interpretó en su carrera, ella tajante dice: “El más especial siempre está por llegar. Eso me mantiene alerta y siempre con nuevos desafíos”.
México, allá vamos
Mónica asegura que la vida y los amores cambian los planes. Lo dice con argumentos propios, ya que eso le sucedió. Supo entender que la propuesta que le llegó a Diego en 2006 para protagonizar Montecristo género que desde ese momento no parara más de trabajar. Allá es una figura muy requerida por los canales.
En 2011 Mónica se decidió y entendió que él la necesitaba allá. Los viajes relámpago ya se tornaban cada vez mas difíciles, las despedidas eran duras, pero ella también tenía su carrera y sus proyectos en Argentina. “Éramos súper conscientes de que ninguno quería cortar las alas del otro en cuanto a sus aspiraciones y había que remar esa etapa lo mejor posible. Pasaron varios años hasta que me decidí. Diego nos necesitaba ahí para así compartir juntos ese presente tan alucinante, pero al mismo tiempo también comprendía que lo mismo me pasaba a mí en mi país. Así que aprendimos a esperar el momento propicio y poner en la balanza qué era lo que nos convenía a nivel económico y a futuro”, cuenta. “Nuestra proyección siempre fue en sociedad, desde el amor y también desde el sentido común. Nunca es fácil tomar decisiones de esas características. Son drásticas y cambian de alguna manera la articulación personal, pero en lo familiar cayó por peso propio. Evidentemente, fue una necesidad muy fuerte de seguir juntos bajo el mismo cielo. Sobre todo en mi caso, que soy profeta de mi tierra, y mi carrera la construí y creció sólida en Argentina. Recién pude concretar la movida familiar a México en el 2011”, se sincera.
A la hora de contar cómo fue la adaptación en familia en el nuevo país utiliza un solo adjetivo: “¡Divertido!”. La actriz asume que en su mundo nada es rutinario, no solo por la cantidad de trabajo, sino porque cada viaje es una nueva aventura para ellos. Asegura que una vez que la decisión de acompañar a Diego estuvo tomada, el resto fueron solo anécdotas. Dice que la reacción de sus hijos ante la mudanza fue buena y que se adaptaron mucho más rápido que ella y que todo salió “redondo”.
Pero en un acto de nobleza, afirma que a la que más le costó la distancia con los lazos sanguíneos fue a ella. Su gran salvador es el humor, ya que asume que la rescató de muchas desavenencias.
Su carrera, en ascenso
En 2011 fue contratada por Televisa para interpretar a Leonela Montenegro, la villana de Triunfo del amor. “Fue una grata sorpresa y mucho más rápido de lo que jamás imaginé. Y encima que me contrataran en exclusiva para Televisa y más aún para formar parte de novelas que se venden al mundo entero fue una suerte. Las villanas son tan odiadas como amadas y eso me dio la posibilidad de ganar a un público masivo en cuanto a mi rol de actriz a nivel internacional ya que las novelas se doblan en todos los idiomas”, recuerda.
Este papel fue su catapulta para su crecimiento en el País azteca. Al primer día de grabación con todos actores internacionales en un ámbito nuevo lo detalla así: “Di gracias a Dios por la posibilidad. En Argentina construí una carrera sólida, y ser querida por mi gente es algo que me dio impulso para saber aceptar estas yapas de la vida, esto de traspasar las fronteras como actriz. Los modos de trabajar en los set de grabación son muy similares a los nuestros. Nuestra impronta artística como argentinos está muy bien vista y me dio mucho orgullo. En México, Televisa es la meca de las telenovelas y producen incontablemente cantidad de novelas por año. Mi primer día de grabación fue de un gran laburo, tenía toda la energía puesta en mi personaje, sumado a respetar a rajatabla el castellano neutro y a conocer a un equipo nuevo de trabajo. El recibimiento fue de mucho afecto y todo me parecía un sueño”.
Actualmente, terminó de grabar el unitario “Como dice el dicho”, y en abril de 2015 comenzará a grabar una nueva novela. Será Mariana en “Amor Eterno” con Rossy Ocampo, también para Televisa.
Sus personajes más queridos, según Mónica
A la hora de elegir cuál cree que fue el personaje más querido por el público sin titubeos eligió: “Uno entrañable en el público Argentino fue el de Nilda Jadur “La Turca”, amiga inseparable de la “Monita”, personaje que interpretó Natalia Oreiro en “Sos mi vida”. Pero el personaje que más agradezco fue el de Eva Perón en el teatro de” Eva y Victoria”, junto a Leonor Benedetto y bajo la dirección de China Zorrilla”.
Su hijo “Su socias en la actuación”
A la hora de preguntarle qué siente cuando ve a su hijo Federico tomar el camino de la actuación, la actriz respondió con sinceridad: “Como madre siento un orgullo que me desborda por mis dos hijos. Federico nació cuando terminé la secundaria. Lo tuve en un contexto de incertidumbre y con las herramientas de una chica de 18 años dispuesta a pelear por sus sueños y los de un hijo que venía en camino. Con Fede prácticamente crecimos juntos. Tengo un sinfín de anécdotas de madre demasiado joven e inexperta que ambos recordamos con humor, ya que son parte de nuestra relación estrecha. Así que verlo en primer lugar siendo tan buena gente, con carácter y firmeza, realizado, adaptado a nuestros cambios tan radicales, formándose con la responsabilidad con la que lo hizo, ver el actor en el que se convirtió, me hace disfrutar. Realmente disfruto de su carisma y talento en cada laburo. Eso lo hará materializar sus metas. Verlo crecer de esta manera dentro de una empresa como Televisa y a sus 22 años, como artista exclusivo, me hace pensar que a pesar de haberlo tenido sola y de que la peleamos juntos, no hice las cosas tan mal”.
En cuanto a Victoria, su segunda hija, revela que nació en un contexto totalmente diferente al de Federico. Vicky, como le dice, llegó en un momento de amor pleno con su papá. Dice que su hija le despertó su lado más femenino, que la suavizó y la llenó de magia. Destaca su inteligencia. Dice que cuando los ve a los hermanos interactuar siente que su misión en esta vida es amarlos y nada más.
Diego, el gran amor
Mónica asegura que con Diego se eligen todos los días y que juntos han vivido infinidad de momentos. “Hemos pasado por tantos cambios y remadas que se agradece tanto la recompensa del amor y el deseo que supimos sostener en el tiempo, de tanto camino transitado juntos y el abanico de sensaciones. Con Diego parece que he vivido varias vidas en una, ya que nos conocemos desde niños y nuestros padres, también. Sin embargo, no lo sabíamos. Él me lleva cinco años y compartimos escuelas primarias y secundarias en distintos grados. Era el destino: teníamos que unirnos y así fue. Nos conocimos y se alinearon nuestros planetas. Fue un fuego desde el primer ‘hola’”, asume enamorada.
En enero, en Mardel
En enero de 2015, la actriz regresa a Argentina para trabajar en Mar del Plata con la obra “Una atracción fatal”, junto a Marcelo de Bellis y Raúl Taibo en el Teatro Roxy. Dice que está va a hacer su primer experiencia junto a Lino Patalano, quien ya la había llamado en otras ocasiones pero no había logrado coincidir los proyectos.
Pero esta vez, algo pasó e hizo que Mónica aceptara. Y esto fue gracias a su abuela Juana, la gran responsable de que vuelva a las tablas en Argentina. “Mi abuela Juana es como mi segunda mamá, porque me crió en Mar del Plata mientras mis padres, que eran bailarines de Tango, viajaban por el mundo con orquestas como las de Pugliese y Mariano Mores. Viví mucho con ella, y este año cumple 93 años. Y en una charla, el año pasado, me dijo que le encantaría verme otra vez desde la primera fila en el Teatro y que el lugar fuese Mar del Plata, la ciudad que la abrazó cuando llegó de chiquita desde Italia en barco. Entonces luego de escucharla, me quedé regulando con su deseo y este año, cuando Patalano volvió a proponerme la posibilidad del teatro, acepté”, sostuvo.
En el momento de adelantar un poco de la obra, que es de Neil Simón, y que va a estar dirigida por Manuel González Gil, se muestra feliz y expectante, y confiesa que ya quiere debutar. Además, sus dos compañeros de elenco son amigos, con quienes compartió trabajos. Mónica asegura que va a ser una comedia desopilante que el público amará.
Al indagar sobre cómo va a manejar con la familia el tema de la distancia, ya que Diego Olivera es hoy protagonista de la nueva novela de Televisa “Hasta el fin del mundo”, y su hijo Federico también está con trabajo, Mónica reconoce que los viajes ya son parte de su articulación como familia, aunque asume que cuesta mucho la distancia, porque disfrutan de estar juntos. Pero da una receta para mantener viva la pasión junto a su marido: “Estos viajes nos dan la sensación de sentirnos novios de vuelta, el extrañarnos conlleva a un matiz adolescente que está bueno después de trece años de casados”.
Las tres cosas que más extraña de Argentina
En un momento, la actriz tuvo que escribir cuáles son las tres cosas que más extraña de su país y fue muy directa. Su abuela Juana en primer puesto, a su gente, los domingos en San Telmo, donde vivió gran parte de su vida y adolescencia, la forma de ser y de hablar de los argentinos y por último, el jardín de su casa.
“Siempre mi lugar de pertenencia será Argentina, mis vínculos más cercanos, mi carrera y mi primer hogar. Pero comprendo que debemos capitalizar esto que nos sucede de unos años a esta parte en cuanto a expandirnos en la profesión que nos apasiona. Creo que Diego en México encontró un lugar superlativo y no debe desaprovecharlo, y por mi lado por obra del destino también logré un espacio que me permite traspasar fronteras y así lo vivo, con total agradecimiento y feliz de haber tenido la inteligencia emocional para alejar a los egos y dudas en mute que quedaron gracias a la terapia y así pude arriesgarme tomando decisiones jugadas para permitir que estás cosas nos pasen juntos y con la familia que ambos diseñamos y hoy podemos disfrutar”, finaliza.
María Mónica Ayos, madre, esposa y reconocida profesional, ama su tierra, sus costumbres, a su gente y por eso sabe que su lugar en el mundo es Argentina.
CULTURA
Todas las fuerzas: una denuncia social a través del género fantástico
El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.

El film, galardonado como mejor película de la Competencia Argentina, se estrenará en salas argentinas el 15 de mayo. La segunda película de Luciana Piantanida pone foco a través de lo fantástico en la vida de mujeres migrantes trabajadoras del barrio de Once.
En el actual contexto argentino, que “Todas las fuerzas” haya ganado la Competencia Argentina del BAFICI se muestra como un acto de resistencia frente a los discursos del Gobierno de Javier Milei. El film, premiado como Mejor Largometraje de la Competencia Argentina, recurre a elementos del relato fantástico y a géneros clásicos como el policial para narrar una historia con una fuerte mirada social, ambientada en un universo de mujeres poderosas, cuyos dones las fortalecen y las unen.
Lo que inicialmente se presenta como el retrato de una mujer migrante en Buenos Aires evoluciona rápidamente hacia un policial: Marleen, la protagonista, vive en el barrio de Once, trabaja cuidando a una mujer mayor con demencia y, tras la desaparición de una amiga, debe recorrer la ciudad en su búsqueda.
El interés de Luciana Piantanida por filmar el barrio de Once nació de la curiosidad por conocer más el lugar donde vive. “Lo primero que me llamó la atención cuando me mudé fue la diversidad de personas y comunidades que hay en el barrio”, comentó. Al escribir el guión, tuvo muy presente el movimiento migratorio que, durante los años noventa, trajo a Buenos Aires a chicas muy jóvenes provenientes de Bolivia y Paraguay.
A partir de esas historias, Piantanida imagina un universo de mujeres migrantes que no solo sobreviven, sino que resisten y se conectan a través de poderes sobrenaturales. Marleen se comunica con palomas, mientras otras mueven objetos con la mente o manipulan la energía. Ellas se reconocen y cuidan entre sí, formando una red donde la dimensión política y afectiva está siempre presente.
“No fue una decisión deliberada la decisión de partir desde el género fantástico. Había una escena que ahora no está en la película, pero que era una persecución por las azoteas de Once. Cuando estaba escribiendo, en un momento de la persecución, la protagonista llegaba a la esquina y tenía que dar un salto un poco más largo de lo humanamente posible –cuenta Luciana y agrega–. Nos quedamos pensando con los productores de la peli y enseguida dijimos: ‘Ah, la protagonista aprende a volar en el transcurso de la película’. Y entonces a partir de ahí pensé: ‘Ah, tiene superpoderes’. Empezamos a indagar cómo podía ser este universo y surgió también esta idea del lado B de la ciudad, de la noche y de las partes de atrás de los lugares que vemos como consumidores”.
Una de las primeras imágenes de la película muestra palomas sobrevolando la Plaza Once, una postal que sintetiza el espíritu del barrio. “Haciendo la película me di cuenta de la poca relación que tenemos con el barrio y con los vecinos. Empecé a ir mucho a las plazas, que tienen poco verde y mucho cemento. Lo que hacían las palomas me pareció espectacular: un vuelo hermoso en el cielo; una imagen que no tenemos porque no estamos mirando hacia arriba”, relató Piantanida.
Para construir el elenco, un equipo de casting entrevistó a más de 150 mujeres. En una primera instancia, se las invitó a contar sobre su vida cotidiana y su trabajo. Celia, quien terminaría interpretando a Marleen, se destacó desde el comienzo. “Ella es muy creyente y contaba una historia relacionada a una enfermedad que se revirtió gracias a esa fe”, recordó Piantanida. En la segunda o tercera prueba, se le propuso representar una escena de videncia: “Relatando una visión, lo que hacía con la mirada era muy fuerte. Tiene una intuición enorme para la actuación. Es un talento enorme que ella misma desconocía”.
En cuanto al futuro del cine argentino, en un contexto de desfinanciamiento de la cultura y ataques al INCAA por parte del actual gobierno, la directora expresó su preocupación: “Hay una sensación terrible de fin de época por el enorme daño que está haciendo esta gestión sobre el INCAA y sobre la cultura en general”, manifestó Luciana. Y agregó: “Parece un chiste, pero tenemos que seguir demostrando que el cine argentino es recontra rico y diverso, e interesa tanto acá en el país como afuera”.
CULTURA
La Zurda: una película con tonada cordobesa
El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.

El film explora la vida de dos jóvenes marginales en la provincia de Córdoba. En medio de un crímen y la búsqueda de la fama a través del crecimiento de su banda de cuarteto, la película logra tejer entre la amistad y el drama social, acompañados de La Monada, como soundtrack principal.
Con rasgos propios del thriller policial, La Zurda se construye como una historia de amistad, traición y drama social. Más de una década después de De Caravana, el nuevo filme de Rosendo Ruiz encabeza los estrenos de la semana y reafirma la potencia del cine hecho en las provincias, esta vez con el cuarteto como protagonista.
El suspenso, la acción, las persecuciones, son los recursos cinematográficos de los que se sirve la película. Rosendo define a La Zurda como una película de género: “Me gustan las buenas películas de género, me encantan, La Zurda está hecha en Córdoba con muy pocos recursos, sin una tradición previa”.
La trama sigue a “La Zurda” (Juan Cruz “El Gáname”) y Yonatan (Marcio Ramsés Salas Ortuay), dos jóvenes de clase trabajadora que sueñan con alcanzar el éxito con su banda de cuarteto. Pero una noche quedan atrapados en un crimen que no cometieron y deben huir, convencidos de que su condición social los condenará irremediablemente.
Así comienza su descenso en una espiral de corrupción y relaciones turbias, que deberán exponer si quieren salvarse. Paralelamente y en el momento más inoportuno, al protagonista se le abre un camino para triunfar como cantante.
Rosendo logra poner sobre la mesa una realidad social empapada de la identidad barrial, en gran parte por la actuación de sus actores. “Los dos protagonistas empezaron a ir al comedor comunitario conmigo durante los dos meses previos al rodaje. El trabajo que hicimos no fue para que imitaran a alguien, sino para que buscaran dentro de sí mismos quiénes serían si les hubieran tocado esas condiciones”, explica Ruiz.
El acento cordobés de los personajes también permite sentir la esencia local: “Cuando presenté la película en el Gaumont se sorprendían, como nos pasó con De Caravana, de ver una película hablada en cordobés. Así tendría que ser, no tendría que ser excepción, tendrían que haber muchas películas de otras provincias”.
Uno de los desafíos más grandes para él fue el montaje. Rosendo comentó que uno de los criterios que guió la puesta en escena fue apostar por el plano secuencia siempre que la acción pudiera sostenerse en un solo encuadre. La decisión respondió tanto a una búsqueda estética como a la necesidad de ofrecer a los actores un terreno con mayor libertad para su interpretación. “Para ellos es mucho mejor poder actuar sin cortes. Aman el plano secuencia porque son ellos respirando el plano”, señaló.
Sin dudas, la incorporación de La Monada como banda sonora fue una de las decisiones más acertadas. “Para muchos es muy acertado de que el universo musical sea cuartetero”, aseguró el director, no solo transportan al espectador al universo cuartetero con sus propias canciones, sino que también compusieron la música extradiegética usando instrumentos característicos del género.
“Si me preguntan los momentos de mayor felicidad es sumar la semana de rodaje De Caravana, de Casa Propia, de La Zurda de todas las pelis porque estando de rodaje la adrenalina está muy alta. Somos un montón de gente, la mayoría amigos en búsqueda de lo mismo, trabajar en conjunto, coordinado, ir superando problemas porque filmar una peli es superar un problema detrás de otro. Eso es dirigir una película, resolver problemas y hacer eso en conjunto. Siempre hay situaciones difíciles y hay que sortearlas y seguir adelante”.
“No sé qué va a pasar con el cine argentino”
A un año del inicio de la gestión de Carlos Pirovano al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Espacio Nacional Audiovisual presentó un informe desolador para la industria. “Presentamos un guión al Inca, en enero iban a dar los resultados, y nunca los dieron. Está desfinanciado y paralizado el Inca, lo quieren realmente destruir. El INCAA debería ser el órgano en el cual nos sentimos apoyados”, señaló Rosendo Ruiz.
“Hace 15 años que Córdoba saca varias pelis, no paramos desde el 2010”, comentó sobre la producción en la provincia. La eliminación de los instrumentos de fomento a la producción, el retiro del apoyo a la difusión y comercialización del cine nacional como la pérdida de presencia en el ámbito internacional, son los factores, que según el balance, a lo largo del 2024 no se aprobó la producción de ninguna película argentina. En el caso de Córdoba, Rosendo resaltó que “había tres pelis Incas que se iban a filmar y no se filmaron. Necesitamos nuestro cine, el mismo Córdoba no puede creer de ir al cine y ver su ciudad”.
A futuro, proyectan la posibilidad de la continuidad de La Zurda, aunque sea la primera vez que piensa en la segunda parte de una sus película, Rosendo cree que le quedaron algunos cabos sueltos “que tienen que ver con cómo fue la transa que hizo La Tana, el comisario, el papá de Sol, que es un empresario político con poder”.
CULTURA
Por qué debemos mirar la vida como Agnès Varda
El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona.

El viernes 11 de octubre, el Barrio del Raval se transformó para homenajear a la directora de cine, actriz, fotógrafa y artista belga. Cómo fue la acción que realizaron dos cineastas en Barcelona.
¿Será que se heredan las ganas de que las cosas no terminen? Atreverse a heredar algo puede verse como un deseo de conservación pero, ¿qué conviene perpetuar de lo que se recibe? En las calles estrechas del casco histórico de Barcelona no parece haber mucho espacio para las ideas conservadoras, ¿o sí? En octubre de 2024, la Bienal del Pensamiento reapareció pero no para darle entidad a lo limitante del pasado, sino mostrar ideas visionarias e inundar la ciudad con mentes de vanguardia.
Cuando un público permanece completamente callado en un acto póstumo se impone a gritos una sensación colectiva de respeto y nostalgia. Así como en las películas de Agnès Varda, el patio trasero del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) suele ser un espacio de juego y experimentación, pero ese día -el 11 de octubre- fue un juego de memoria y silencio inusual.
El otoño regaló una última noche veraniega, las hojas ya tostadas se resistieron a caer y la gente se empeñó en no abrigarse. Las ganas de aferrarse a algo que supuestamente ya terminó invadieron el evento, una emoción muda pero comprendida por todos los presentes.
Agnès nació en Bélgica en 1928 y murió en París en 2019 dejando una estela de creaciones que inundaron la mente de generaciones de cineastas y artistas de todo tipo. Fue directora, actriz y, a su vez, guionista y artista plástica. Su forma de retratar la condición humana, de invocar pausas contemplativas en quienes ven sus películas y de poner un foco honesto en lo cotidiano, marcó el movimiento artístico de la Nouvelle Vague.
Aunque aquella corriente de cineastas franceses comenzó hace más de 50 años, el siglo XXI se nutre activamente de sus formas de dar a conocer historias. La tan característica mirada juguetona de Agnès fue fuertemente atravesada por claves de género, problemáticas sociales y existencialismo sin censuras. En esa confluencia de vivencias contradictorias (enternecerse con la nostalgia o reírse de lo efímero, por ejemplo) es que se gestó un nuevo idioma fílmico: el “vardiano”.
Sentir admiración ante la creación de los demás puede ser una de las formas más intensas de heredar una mirada en el cine. Carla Simón fue la cineasta catalana invitada a “Herederas de Varda”, la charla en el Patio de las Mujeres del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Una de las primeras cosas que Carla destacó de Agnès fue haber decidido que la libertad sería su estilo artístico. Admitió que, incluso para una cineasta consagrada, es algo muy complejo de encontrar.
“Varda rompió la idea de genio”, respondió la francesa Audrey Diwan, la otra directora citada al evento. Luego, la conductora Mariana Borull llevó el debate hacia los confines de la vida sosteniendo que la homenajeada le recuerda a “una niña y una abuela a la misma vez”. Puede que ahí, donde los extremos se tocan, es que resida el legado y el amor por esta cineasta.
Agnès documentó historias desde 1956 hasta 2019. Entre filmar entrevistas a gente que recolecta comida desechada (“Los espigadores y la espigadora”, 2000) y retratar la vida de una joven francesa en la década del 60 (“Cleo de 5 a 7”, 1961), hay un interés de por medio: las ganas de jugar con el retrato, conservar las esencias de la gente y los lugares.
En su filmografía se siente la importancia del paso del tiempo. Ella grabó y fotografió todo lo que el tiempo quiso que pase desapercibido: las fotos de las papas de una cosecha que no fueron seleccionadas para ser vendidas por su forma inusual (“Corazón de Papa”, 1953), las gigantografías de vecinos de pueblos muy pequeños (“Caras y Lugares”, 2017), sus propias manos envejeciendo año tras año.
El afán por jugar con lo actual y el vértigo de percibir que todo es efímero conviven en paz en la obra de Agnès. Sin embargo, sus dos “herederas” resaltaron que ser una mujer reconocida en el cine no es nada fácil. Hasta la propia Varda sufría el recibimiento social de sus películas.
“Agnès no te dice qué tienes que ver, sino que te comparte lo que ella percibió”, explicó Audrey. Esa noche, la Bienal del Pensamiento homenajeó a las miradas que invitan a la reflexión personal, la herencia artística que no dicta o delimita, sino que invita al juego y a la libertad y, por lo tanto, jamás perece.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
Además en ETER DIGITAL: