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“ESTOY MUY FELIZ DE HABER SIDO PARTE DE ESTA PRODUCCIÓN TITÁNICA”


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Fausto Labraña es el actor argentino de 26 años que hará del guerrero Dothraki, una raza de luchadores del ficticio continente Essos, en la sexta temporada de la serie americana, Games of Thrones, que se estrenó el pasado domingo 24 de abril. “Obviando lo que yo sepa por ser parte de la serie, les aseguro que a lo largo de la temporada se van a dar sucesos impensados que quedarán en la retina del espectador por mucho tiempo,” aseguró el joven zarateño. Labraña, quien actualmente está viviendo en Capital Federal, también participará en la obra “Vacas Sagrada” junto a Cecilia Dopazo, Alfredo Castellani, Nehuen Zapata y Thomas Lepera, la cual se estrenará en julio.

Por Yasmila Antonella Benicelli

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-¿Cómo llegaste a Game of Thrones?
Trabajé como extra en otra serie de TV que también se produce en Irlanda, llamada Penny Dreadful, en donde compartí escena con Eva Green. Estando en esa producción, conocí gente que me informó donde enviar mi material para ser considerado en GOT. Envié todo y esperé pero sin pensar más en eso. Hasta que cierto día, se comunicaron conmigo y ahí comenzó esta magnifica experiencia que me ha tocado vivir.
-¿Al lado de quién tuviste la oportunidad de trabajar?
Trabajé con algunos, pero con otros también he tenido contacto porque quizás filmaban otra escena en un set cercano al que estaba yo. Conocí a Emilia Clarke, Sophie Turner, Nikolaj Coster-Waldau, Alfie Allen, Aidan Gillen, Jerome Flynn, Liam Cunningham, Iwan Rheon, Kristofer Hivju, entre otros.
-¿Sabés qué escenas de las que participaste se van a mostrar?
No, es algo que nunca se sabe con certeza. Tengo algunas escenas con personajes principales, que espero que salgan al aire. Pero hay que entender que por TV se emite una hora, pero detrás de eso hay muchas horas más de trabajo que son descartadas en la postproducción por los editores y el director. No depende de cuanto uno lo desee, sino, de si cuenta al espectador algo interesante o no, es decir, si aporta a la trama. De no hacerlo, se corta la escena. Me tengo fe con que esta temporada mostrarán las escenas en donde estoy, sin embargo más allá del resultado, estoy muy feliz de haber sido parte de este proceso, de esta producción titánica.
-¿Qué dicen tus amigos y tu familia acerca de tu participación de GOT?
Todos felices. Ellos siempre me apoyaron en todas las locuras que se me ocurrieron hacer. Si me dieran a elegir trabajar en GOT o mantener a mi lado a mi grupo de amigos, sin duda, mi familia y amigos serían la opción. No soy nada sin ellos.
-En tu familia y amigos debe haber fans de GOT, ¿te piden adelantos?
Todo el tiempo, pero siempre contesto alguna mentira para ver cómo reaccionan. Es algo muy gracioso de ver. En cualquier momento, salen a contar que tuve un romance con uno de los dragones…o con dos (se ríe).
-¿Cómo viviste el primer capítulo de la nueva temporada?
La verdad no lo viví con tantas ansias como algún fan de la serie, por razones obvias, ya que sabía lo que iba a pasar. Más allá  de eso, creo que como viene pasando desde la segunda temporada, los primeros capítulos son una especie de resumen de lo que ha pasado con cada uno de los personajes más allá de enfocarse en una sola historia.

-¿Cuándo comenzó tu carrera de actuación?
Comencé a estudiar actuación a los 13-14 años, en Zárate, Provincia de Buenos Aires, a través de Mario Ibas, un amigo de la infancia quien me invitó a tomar clases con su padrino. Era una mezcla de todo. Actuación, canto, baile. Recuerdo que íbamos con mucho entusiasmo. Si mal no recuerdo, en ese momento ensayábamos para hacer una pequeña presentación del musical Chicago. Lo cómico de la situación era que, en un grupo de alrededor de ocho ó diez personas, éramos los únicos dos varones. Por lo tanto, aparecíamos en todas las escenas. Bailábamos, cantábamos. En resumen, éramos dos vedettes muy bien dotadas artísticamente hablando. Luego, ya me perfeccioné estudiando arte dramático en el Universitario Nacional de Arte (IUNA) e hice varios años de entrenamiento actoral con Augusto Fernandes y Hugo Urquijo.  
¿Qué despertó tu interés en la actuación?
Vengo de una familia de artistas por mi lado paterno. Mi abuelo era Horacio Torrado, actor de radioteatro Lever Hnos en radio El Mundo y en Radio Belgrano, compartiendo novelas con Laura Favio y Eva Duarte, entre otras figuras. Además, fue secretario general de Asociación Argentina de Actores. Pero si hay algo que me despertó el interés por esta profesión, fue la capacidad inherente al ser humano de actuar. Si lo pensás, actuamos desde el momento en el que somos pequeños y lloramos, pataleamos y hacemos una gran escena dramática para que nuestra madre nos preste atención. Luego, actuamos cuando mentimos, cuando nos presentamos a un grupo nuevo de personas. Tenemos un rol distinto dependiendo al grupo al cual nos enfrentamos. Actuamos para sobrevivir. No somos los mismos frente a nuestros amigos, que con nuestra familia o con la persona que amamos o con los compañeros de fútbol o con el cajero del supermercado. En fin, creo que vivimos en un escenario llamado mundo, encarnando un personaje con distintos argumentos, escenas, conflictos, desenlaces y finales. Shakespeare resumió nuestra existencia de este modo: vida, muerte, amor y sexo, eso somos.
¿Qué diferencias hay entre teatro y televisión?
El teatro es adrenalina, es el momento a momento del desarrollo del personaje, y en cada función todo nace y todo muere, nunca va a ser el mismo personaje ni la misma obra, por que ni el público es el mismo ni tampoco somos nosotros ya que como nos ha enseñado Heráclito, todo fluye, no nos bañaremos dos veces en las mismas aguas, el constante devenir. Mientras que en la televisión, existe un margen para el error, se puede volver a empezar y si no, se edita. De cualquier manera, como actor, no reniego de ningún espacio expresivo, sea teatro, cine o TV, lo haría sin pensarlo dos veces, teniendo siempre en cuenta si el material a contar coincide con lo que estoy buscando hacer en ese espacio/tiempo de mi vida.
-¿Cómo apareció la oportunidad de Irlanda?
Hacía mucho tiempo que venía con la idea de viajar al exterior para tomar algún curso de actuación, y bueno, averiguando que tipo de visado necesitaba y los precios de las academias, Irlanda fue mi mejor opción. Además, buscaba un país angloparlante y el condimento de que esté en Europa y así poder viajar y conocer, ayudó en mi decisión.   
¿Se te hizo difícil adaptarte?
Sinceramente, estaba tan feliz de poder ser yo, sin miedo a ser juzgado, lejos de todo y superándome día a día, que debo admitir, me adapté muy rápido. Viví el cambio de cultura como un niño, recuperando la capacidad de asombro inclusive por las pequeñas cosas. Soy una persona que se ha mudado mucho. Siempre fui de un lugar a otro, por lo tanto creo que adaptación es parte de mi diccionario hace varios años ya.
¿El idioma ya lo tenías o lo tuviste que aprender?
Sabía muy poco, pero por más que hubiese sido un crack, el irlandés tiene un acento y un lunfardo tan distinto al inglés americano o británico al que estamos acostumbrados que, de cualquier manera hubiese tenido que empezar de foja cero, como lo hice.
Estuviste tres años allá, ¿tenés planes de volver?
Por ahora, por motivos laborales, no. Sin embargo, las ganas siempre están y sé que tarde o temprano lo voy a hacer. Galway es definitivamente mi lugar en el mundo. Confío envejecer en aquellas tierras.
Ya que vas a estar en Argentina indefinidamente, ¿tenés algún proyecto planeado para este año?
Por suerte sí. Hay un par dando vueltas. Por lo pronto, lo seguro es, que en julio estrenamos una obra en Capital Federal, en el Centro Cultural de la Cooperación.  Se llama “Vacas Sagradas”, de Daniel Dalmaroni, con codirección de Hugo Urquijo y Graciela Dufau, y la participación de Cecilia Dopazo, Alfredo Castellani, Nehuen Zapata, Thomas Lepera and myself (y yo).


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